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¿Quién puede tener fe en esta era de dudas?La Atalaya 1984 | 1 de junio
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un lado las cosas incorrectas que haya oído sobre ella y aprenda personalmente lo que en realidad enseña este asombroso libro.
Por ejemplo, las profecías de la Biblia estaban muy por encima de la capacidad de invención de algún hombre o grupo de hombres. Sin embargo, esas profecías se han estado cumpliendo detalladamente y de modo muy sorprendente, aunque a veces fueron escritas centenares o hasta miles de años por adelantado, que suministran prueba convincente de que la Biblia proviene de Dios y de que las cosas que ésta promete sucederán.
Hace mucho tiempo, después de muchos años de experiencia en los caminos de Dios, el envejecido Josué dijo a los israelitas: “Ustedes bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado”. (Josué 23:14.)
Además, el valor de la Biblia se demuestra en la práctica. Cuando el consejo de la Biblia se aplica, mejora la vida de la gente y cambia su personalidad. Ayuda a personas de carácter violento y belicoso a desarrollar apacibilidad y gobierno de sí mismas. Si alguien duda de ese hecho, debe estudiar la Biblia. El efecto que puede tener en su vida la verdad que ella contiene pudiera sorprenderle. (Gálatas 5:19-23; Efesios 4:20-32.)
En vez de sucumbir ante el escepticismo en esta era de dudas, usted puede adquirir fe verdadera. De hecho, la Biblia puede ayudarle a desarrollar una fe sólida y dadora de vida. Pero ¿cómo puede la Biblia hacer eso?
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La familia en un mundo incréduloLa Atalaya 1984 | 1 de junio
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La familia en un mundo incrédulo
La Biblia tiene mucho que decir sobre la familia. Dice que ésta debe basarse en el amor y que envuelve el compromiso permanente que contraen entre sí y para con sus hijos dos personas (Mateo 19:4-6). Seis mil años de experiencia humana han demostrado el valor de la familia hasta en medio de sociedades que ni conocían la Biblia ni seguían sus principios.
No obstante, muchos jóvenes, al notar lo que aparece en los periódicos, los libros y la televisión, han llegado a dudar del valor del matrimonio hoy día. Algunos consideran que el matrimonio es restrictivo y piensan que el ser moralmente fiel a otra persona limita su “libertad”. Porque dudan de las normas morales de antaño, respaldan una “nueva” moralidad... que en realidad no es nada más que la vieja inmoralidad con un nuevo nombre. Viven con alguien sin verdaderamente comprometerse a edificar una vida de amor, confianza y unidad.
El tiempo pasa. Ellos envejecen. Entonces, cuando realmente necesitan la lealtad y el apoyo que debían haber desarrollado, a menudo se encuentran echados a un lado, solos y con el corazón destrozado. Solo entonces se dan cuenta de que la otra persona tampoco había hecho ningún compromiso ni tenía intención de corresponder a su amor, devoción y tiempo cuando éstos fueran realmente necesarios.
Dios sabe cómo estamos hechos. Conoce qué es lo mejor para nosotros. No se puede hacer caso omiso de Sus principios morales ni echarlos a un lado sin que se sufran serias consecuencias. Este es un hecho, prescindiendo de lo que diga un mundo incrédulo.
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