¿Desea usted tiempos mejores?
A MEDIDA que entramos en el tercer trimestre de 1974, ¿qué le parece el futuro? ¿Despiertan en usted los problemas e incertidumbres actuales deseos por tiempos mejores... tiempos que permitirían un goce más pleno y refrescante de la vida?
En la actualidad millones de personas piensan de ese modo. Y también tienen buena razón para hacerlo. Nunca había vivido la gente en un tiempo cuando los hombres han tenido tanto poder para realizar cosas, y sin embargo parecen hacerlo tan inadecuadamente.
Por ejemplo: Hace un año se creía que el mundo estaba al borde de algo verdaderamente grande... una mejora importante. La guerra de Vietnam parecía disminuir, aumentaba el espíritu de détente entre los Estados Unidos y Rusia. La China Roja había ingresado a las Naciones Unidas, y sus voluminosas puertas lenta y firmemente estaban abriéndose al mundo exterior. Muchas naciones estaban en medio de un “auge” económico. Pero los meses que siguieron lanzaron al mundo en un verdadero descenso en barrena, dejando a la gente algo desconcertada por lo repentino de los cambios.
Así es que, cuando 1974 entró en la escena halló que los ingleses de súbito tuvieron que hacer frente a una semana laboral de tres días, los franceses pagaban 34 centavos de dólar por el litro de gasolina (todavía menos que los italianos, que estaban pagando 38 centavos de dólar por litro), mientras que la gente en el Japón se preguntaba cómo su economía en auge —que los había elevado a la posición de tercera potencia comercial del mundo— pudo ser tan vulnerable al embargo del petróleo por los estados árabes, sin que ni siquiera los rápidos esfuerzos de apaciguamiento lograran mucho para mitigar la desolación de las perspectivas económicas futuras. Y repasando la escena política en los Estados Unidos, un escritor en el Times de Seattle dijo:
“Las cosas que ocurrieron en la política norteamericana [en 1973] fueron tan extravagantes que casi parecía que algún diabólico redactor de guiones permanecía en vela por las noches charlando, creando una nueva conmoción para el día siguiente.”
El factor perturbador
¿Qué ha sacudido tanto a la gente? Es el efecto que estas cosas han tenido sobre sus esperanzas para el futuro. Un inglés dijo acerca de la situación en Inglaterra: “Esto todavía no es la recesión... solo es el ensayo.” En vez de planear varios años por delante, la actitud confusa de muchos fue expresada por una mujer de Los Ángeles que dijo: “Solo podemos encargarnos de un año a la vez.”
Después de desastres naturales —inundaciones, terremotos, sequías— o desórdenes temporales como las guerras, la gente por lo general piensa que todavía puede ‘recoger los pedazos y volver a comenzar,’ trabajando para un futuro mejor. Lo que ahora es tan perturbador y desconcertante para muchos es que han visto repetidos ejemplos de cuán inestables e inseguros son los sistemas básicos del mundo. Los gigantescos sistemas que los hombres orgullosamente han edificado ahora resultan ser sorprendentemente frágiles y expuestos a desarticularse cuando menos se espera.
Por lo tanto, la gran pregunta en la mente de muchas personas es: ‘¿En qué podemos confiar? ¿Sobre qué podemos edificar para el futuro que resulte ser más estable que arena movediza?’
[Ilustración de la página 3]
EL TIMES DE LOS ÁNGELES
30 de diciembre de 1973
EL STAR DE AUCKLAND
(Nueva Zelanda)
9 de julio de 1973
EL TIMES DE NUEVA YORK
6 de enero de 1974
Los titulares dicen: “Terminó la guerra contra la inflación; perdimos.” “¿Un futuro de desafuero con hogares fortalezas?” “Energía: No una crisis, sino muchas.”