¡No se olvidarán de su gira oriental!
“¡DÍAS inolvidables!” Así se expresó un matrimonio acerca de su gira al Oriente. Repitieron ese mismo concepto los muchos diferentes grupos de gira que viajaron allá de varias partes del globo terráqueo.
¿Cuál fue el objeto de estas giras que produjeron dichas expresiones de aprecio? Fue la serie de Asambleas Internacionales “Fe Victoriosa” que los testigos de Jehová celebraron en países orientales el año pasado.
Un gusto de cosas por venir
Antes que los grupos hicieran su viaje al Oriente, estuvieron en las Islas de Hawai donde experimentaron un gusto de las buenas cosas por venir. Se dio a los visitantes la bienvenida tradicional de Hawai, calurosa y hospitalaria.
Allí se celebraron dos asambleas internacionales durante julio, con más de 17.500 concurrentes. Además de un programa edificante que se concentró en los propósitos de Dios, los visitantes tuvieron el placer de presenciar una exhibición de sabor local. En tres días de la asamblea, antes de empezar el programa, se presentó una hora de canciones y bailes vívidos de Hawai y otras islas del Pacífico. Los visitantes oyeron informes de los individuos mismos que habían contribuido al desarrollo de la obra en lugares que muchos de ellos apenas habían oído mencionar, como Truk, Ponape, Palaos, Kosrae y Yap.
Una experiencia que se relató fue de Yap, en el Pacífico occidental. Una testigo de 18 años de edad deseaba mucho asistir a la asamblea en Hawai, pero no tenía modo de ganar el dinero para el viaje. Su padre había muerto y su madre la había abandonado. Para ayudarla a asistir a la asamblea, Testigos de su congregación le dieron 500 dólares. Algunos de ellos se pusieron a pescar, a veces de seis a ocho horas durante una noche, luego vendían la pesca por la mañana. Otros Testigos recogían cocos después de su trabajo y se los vendían a las tiendas. También prepararon copra para venderla. De estas actividades reunieron otros 900 dólares, lo cual hizo posible que la joven Testigo no solo asistiera a las asambleas en Hawai, sino también en los Estados Unidos y el Canadá... ¡la primera vez que había salido de la pequeña isla de Yap!
Adelante al Japón
Un poco más de una semana después, las asambleas internacionales empezaron en el Japón. De los muchos grupos que se dirigieron hacia allá, uno partió de Anchorage, Alaska, en un vuelo de la Compañía de Aviación Japonesa. Un miembro del grupo relató lo siguiente:
“Eran después de las cinco de la tarde cuando el gigante DC-10 inició el vuelo. Nos maravillamos ante la vista de las escarpadas cordilleras de Alaska y del monte McKinley a lo lejos, bañado en la luz del Sol que se ponía.
“Fue entonces que me di cuenta de una voz que me preguntaba: ‘¿Es éste su primer viaje al Japón?’ La joven quien me hablaba era oriental, pero de San Francisco, y no era parte de nuestro grupo. ‘Japón le encantará,’ dijo ella, pero luego agregó: ‘los americanos siempre son tan francos y tan prestos para sonreír hasta con los extraños. Los japoneses no son así por naturaleza.’ Pero le esperaba una sorpresa grata e inesperada.
“Horas después, cuando llegamos a Tokio, nos recibió una congregación entera de Testigos japoneses que habían venido a nuestro encuentro. Nos rodearon y nos hallamos en medio de un estallido de excitación y amabilidad. Hubo gritos de gozo, aplausos, abrazos y besos. Fue muy emocionante esta demostración de cordialidad extraordinaria. Luego me volví a la joven que me había hablado en el avión acerca de ser reservados los japoneses y le pregunté en son de broma: ‘¿Dijo usted que los japoneses no sonríen, que son reservados?’ Se rió y se encogió de hombros.”
Experiencias de la asamblea
Nagoya, Osaka, Sapporo y Tokio fueron las ciudades de asamblea. En conjunto tuvieron más de 78.000 concurrentes, unos 47.000 más que en 1973, la última vez que se celebraron asambleas internacionales en el Japón.
Cuando estaba por empezar la asamblea de Osaka, dos tifones bravos se dirigieron hacia esa ciudad costanera. Más de 800 Testigos que venían de Okinawa en un barco fletado tuvieron que afrontar uno de estos tifones. Lo que normalmente es un viaje de 35 horas duró 64 horas en un mar turbulento de oleadas gigantescas. El barco llegó a Osaka el segundo día de la asamblea a las siete de la mañana. ¿Y adónde se dirigieron los delegados? ¿A sus alojamientos para descansar? ¡No, fueron directamente al lugar de asamblea! ¡Y, terminadas las sesiones de ese día, un grupo de estos delegados de Okinawa se ofreció voluntariamente a trabajar en la asamblea!
Muchos delegados quedaron impresionados al notar el procedimiento conmovedor que cada conferenciante experimentó justamente antes de pronunciar su discurso. Debido a los tifones, hubo mucha lluvia. De modo que una Testigo de más edad, que ha pasado más de 20 años en la predicación de tiempo completo, esperaba con equipo para limpiar los zapatos. Quitó la tierra y lodo de los zapatos de cada conferenciante y se los emboló, una versión moderna de las instrucciones de Jesús de “lavarse los pies unos a otros.”—Juan 13:14.
Superstición religiosa
A corta distancia de Osaka está la ciudad de Kyoto, donde hay muchos templos sintoístas y budistas. Se hicieron arreglos para hacer una gira y visitar algunos de estos lugares.
Pero ¿qué son esos papeles atados a los árboles en los jardines de los templos? Un guía explica que los que tienen ciertos deseos compran una oración o un oráculo impreso que está preparado para ese deseo en particular. Entonces el comprador va a un árbol en la zona del templo y ata el papel a una rama. El individuo no está pensando en un Dios personal, sino en los “espíritus” de personas, ya difuntas, que hicieron famoso el templo. Se cree que fueron personas de poder y pueden otorgar favores desde ‘el otro mundo.’ No obstante, la Palabra de Dios muestra claramente que los muertos no pueden ayudar a los vivos.—Ecl. 9:5, 10.
Los viajeros también vieron a personas que venían a los altares grandes contenidos en los templos. Estas personas arrojaban una ofrenda de dinero en una caja grande, luego tiraban de un cordón para que un taco de madera sonara una campana. Otros palmoteaban las manos. Se explicó que estas acciones llaman la atención del “dios” al que quieren dirigir una súplica. Queda la impresión de que el “dios” está durmiendo o absorto en otros quehaceres. Recordó a los visitantes a Elías y su experiencia con los adoradores de Baal.—1 Rey. 18:27.
Gran contraste
¡Qué contraste entre estas escenas y las giras de las tres instalaciones de sucursal de la Sociedad Watchtower en Tokio, Numazu y Ebina! Éstas vibran con actividad edificante, cuyo propósito es ayudar a las personas a librarse de la adoración falsa.
Originalmente las instalaciones de Tokio manejaban el trabajo en el Japón. Pero el aumento de la obra exigió el establecimiento de otra planta en Numazu, que se completó en 1972. Para 1978 el personal de esta fábrica había impreso y enviado más de 100 millones de revistas La Atalaya y ¡Despertad!
A medida que la obra siguió aumentando rápidamente se consiguió otra propiedad en Ebina. Ahora se está construyendo una fábrica allí con más de 10.000 metros cuadrados de área útil de piso, más de tres veces lo que tienen en Numazu. Toda la construcción es obra de los testigos de Jehová, y se espera completarla en un año. Esta instalación alojará a 350 trabajadores, y tendrá una nueva prensa rotativa offset de cuatro colores y líneas de encuadernación automática capaces de producir más de 40.000 libros al día.
Luego a Corea
Aproximadamente una semana después que empezaron las asambleas japonesas, otras comenzaron en Corea. Se celebraron cuatro... una en Taegu, dos en Seúl, y otra en Taejon, con un total de 33.181 concurrentes.
Más tarde uno de los visitantes de ultramar dijo: “Nuestros hermanos y hermanas coreanos difieren bastante de nuestros hermanos japoneses en apariencia y costumbres, pero ciertamente son iguales en hospitalidad. Casi cada noche los hermanos coreanos llegaban al hotel para llevar a algunos de nuestro grupo a su hogar, o a algún otro local, para que disfrutaran de su cocina distintiva y de sus afectuosas reuniones familiares.” A menudo se entretuvo a los visitantes con música y bailes coreanos. A todos les impresionó profundamente esta hospitalidad sincera.
Los Testigos coreanos tienen que enfrentarse a muchos problemas. Debido a las tradiciones hay muchos que reciben oposición de sus familias. Se contó la experiencia de un policía cuya esposa llegó a ser testigo de Jehová. Enfurecido le dijo: “¡Deja esta religión, o te mato a tiros!” En su ira sacó su pistola, y luego para ‘salvar las apariencias’ disparó, pero con la pistola apuntada al cielo raso. Sin embargo, más tarde se interesó en la Biblia, ¡y ahora es testigo de Jehová junto con sus seis hijos! Recientemente fue nombrado anciano cristiano.
Después de las giras japonesas y coreanas, un visitante exclamó: “Hasta ahora nuestro viaje ha sido como escalar una montaña... mientras más alto sube uno, mayor la emoción. Mientras más lejos viajábamos en nuestra gira mayor fue el gozo de estar con nuestros consiervos de Dios en estos diferentes países. Por eso nos preguntábamos: ¿Podrá algo igualar lo que hemos experimentado hasta ahora?”
Hong Kong estaba lista para hacerle frente al desafío.
Chinos entusiásticos
Fue interesante saber que más de 500 de los 750 testigos de Jehová en Hong Kong nunca habían asistido a una asamblea internacional. Se emocionaron al recibir a tantos visitantes de diferentes países. Uno de ellos dijo: “Esta asamblea nos ayuda a comprender que personas de la misma fe pueden vivir juntas en paz y armonía.” Otro comentó: “Verdaderamente Jehová nos está enseñando a todos, prescindiendo de nuestra raza o color, o del idioma que hablemos.”
Los hermanos y hermanas de Hong Kong dieron una calurosa bienvenida a los visitantes. Un visitante contó: “Su franca amabilidad nos agradó al instante. Se acercaban a nosotros en grupos de tres o cuatro y decían: ‘Me llamo Loo Mei Ling. Pero mi nombre americano es Rose. Loo es el nombre de mi familia. ¿Y usted cómo se llama? Cuénteme una experiencia.’”
El programa de la asamblea que los chinos condujeron fue sobresaliente, como también lo fue su canto melodioso. Todos se deleitaron al ascender la concurrencia a más de 1.300.
Otro evento importante e inolvidable ocurrió cuando los visitantes acompañaron a los Testigos chinos a visitar a la gente de Hong Kong en sus hogares. Un delegado de ultramar dijo: “Fuimos tantos los que participamos en esto que parecía que Hong Kong había sido invadida por los occidentales. Algunos de nosotros aprendimos de memoria breves comentarios de introducción, como, por ejemplo, ‘Chou San,’ que supuestamente quiere decir ‘buenos días,’ ¡según la manera en que uno lo diga! Pronunciábamos esa frase cuando alguien venía a la puerta, y luego nuestro compañero chino nos rescataba rápidamente hablándole al amo de casa en su lengua nativa. Estos momentos que pasamos juntos, ya fuera yendo a las casas, visitando la sucursal o asistiendo a la asamblea, tuvieron un efecto espiritual, emocional y recompensador en todos nosotros.”
Hospitalidad filipina
Agosto se acercaba a su fin, y para muchas giras la próxima parada era Manila en las Filipinas. Se usaron dos estadios adyacentes del complejo Memorial Rizal, y la concurrencia combinada pasó de 35.000.
Se hizo una visita agradable a la oficina sucursal de la Sociedad Watch Tower en los suburbios de la Ciudad Quezón. Camiones llenos de delegados del extranjero entraban en el camino particular, y allí mismo en el césped espacioso los miembros de la sucursal y otros ayudantes estaban listos para servirles comida y bebidas frescas a los visitantes antes que empezaran su gira del local.
El compartir comidas con los Testigos filipinos y oír sus experiencias añadió más detalles inolvidables a nuestras memorias. De noche se reunían diferentes miembros de los grupos de gira para hacer una comparación de notas e intercambiar pensamientos.
Pero el tiempo se iba rápidamente. ¿Mañana? Adelante a Taipei, la capital de Taiwan, para la próxima asamblea internacional.
No fácil de olvidar
Muchos de los viajeros retendrán por mucho tiempo memorias vívidas de su visita a Taiwan, con su bulliciosa capital y sus muchas atracciones pictóricas. Pero lo más inolvidable fue la conmoción de estar con sus compañeros Testigos de Taiwan por la primerísima vez y ver su fe firme en Dios.
Esa fe está siendo probada en Taiwan. Una razón de ello es que a menudo cuando alguien se hace testigo de Jehová, el resto de la familia se opone amargamente. ¡Sin embargo, en la asamblea, con más de 1.600 concurrentes, cuatro chinos de diferentes familias vieron a otros miembros de su familia bautizarse como testigos de Jehová! Esto mostró que a veces se responde favorablemente a los esfuerzos que se hacen por ayudar a otros miembros de la familia a aprender las verdades de la Palabra de Dios.
Aquí, también, se presentó un programa especial para los visitantes, y disfrutaron mucho de él. Instrumentos como la flauta, tambores, instrumentos de cuerda y batintines fueron entretejidos para formar una fascinante red sonora. Los Testigos de la tribu amis, vestidos magníficamente en los trajes de su localidad, cantaron y bailaron para los delegados del extranjero.
Terminada la visita, este comentario expresó los sentimientos de todos los visitantes: “El amor y la hospitalidad que nos mostraron los hermanos de Taiwan siempre estará en nuestra memoria.”
Verdaderamente internacional
La siguiente parte de nuestra gira, a fines de agosto, fue a Port Moresby, en Papua Nueva Guinea. ¡Allí hubo una representación de 80 diferentes grupos lingüísticos! Unos 1.000 visitantes (la mayoría blancos) de otros países se reunieron con unos 2.000 Testigos nativos.
Fue indeleble el efecto que estos diferentes grupos tuvieron los unos en los otros. El miembro medio de la raza blanca no trata bondadosamente a estos nativos. Pero aquí se vio la fraternización genuina de personas de muchas razas, con una manifestación de verdadero amor.
La asamblea de casi 3.000 concurrentes fue la reunión más grande de testigos de Jehová jamás vista en esta isla. Fue una verdadera revelación para los 110.000 residentes de Port Moresby.
La siguiente experiencia de un Testigo de las tierras altas puso de manifiesto el poder transformador de la Palabra de Dios. Hubo tiempo en que él había sido un jefe participante en feroces luchas intertribuales, había dado muerte a varias personas y herido a muchas otras. Pero ahora, como Testigo, viaja por la misma zona donde antes encabezaba luchas tribuales, y predica las buenas nuevas acerca de la maravillosa manera en que Dios cura las heridas espirituales, y de la curación física que vendrá en el nuevo orden de Dios.
Paz en vez de batalla
De Port Moresby un vuelo de poco más de dos horas llevó a los visitantes a Guadalcanal en las Islas Salomón. Hace unos 36 años esta isla apareció en los titulares por ser el teatro de la guerra del Pacífico. El feroz combate resultó en muchas bajas. Se dice que en el fondo de tan solo una bahía hay por lo menos 48 buques de guerra, así como muchos otros buques, que fueron hundidos durante la guerra.
Pero a principios de septiembre, Guadalcanal presenció la reunión de las personas más pacíficas de la Tierra. Estaban asistiendo a la Asamblea Internacional “Fe Victoriosa” de los testigos de Jehová en la ciudad de Honiara. Los Testigos ocupados en la preparación para la asamblea recibieron un recordatorio sacudidor de los días de la guerra cuando una bomba de 500 libras enterrada por largo tiempo estalló justamente fuera del pueblo.
Parte de esta preparación fue la construcción de lugares especiales para alojar a los Testigos nativos que vendrían de diferentes islas. Estos fueron casas largas con paredes y techos hechos de hojas de palmas. Algunos de los Testigos habían trabajado por tiempo completo durante varios meses, primero cortando las hojas en su isla de Malaita, luego viajando con ellas a Honiara donde las cosieron para hacer paneles. El siguiente paso fue la erección de armazones de madera y el cubrirlas con los paneles de hojas.
Despertó mucho interés el número de Testigos nativos que antes habían sido paganos. Algunos habían sido sacerdotes paganos, adoradores activos del Diablo, que vivían en conformidad con reglas que designaban como tambu (vedado) el vivir en la misma casa con una mujer o siquiera comer alimento que una mujer hubiese cocinado o manejado. Pero ahora en esta asamblea estos mismos individuos se sentaron con sus hermanos y hermanas, comieron comidas preparadas por sus hermanas y se regocijaban porque la adoración pura de Jehová los había librado de su anterior tambu esclavizador.
La asamblea impresionó profundamente a la comunidad. El domingo de la asamblea el secretario del ayuntamiento habló por la radio y expresó su agrado porque los Testigos habían cuidado tan bien el Centro de la Comunidad, donde se celebró la asamblea. Dijo que el Centro estaba mucho más limpio que lo que jamás lo habían dejado los empleados regulares. Vez tras vez personas se acercaban a los Testigos locales que conocían para decirles cuánto les había impresionado la organización y el programa. También dio gusto ver la asistencia ascender a casi 1.500, la mayor concurrencia hasta la fecha para las Islas Salomón.
Después de la asamblea, los muchos visitantes partieron para sus hogares esparcidos por toda la Tierra. Llevarían consigo las cosas buenas que habían oído y experimentado en todas las asambleas orientales.
Las giras fueron arregladas principalmente con propósitos espirituales, para que se pudiera estar con los hermanos y hermanas orientales, y para experimentar un intercambio de ánimo. Se cumplieron esos propósitos más allá de lo que se había esperado, lo que hizo que un visitante dijera: “Esos días verdaderamente fueron inolvidables, días en que se nos manifestó extraordinaria hospitalidad y amor.” Eso explica por qué muchos dijeron que consideraban esta serie de asambleas internacionales “la mejor hasta la fecha.”
[Ilustración de la página 17]
Vinieron a Honolulú delegados de muchos países, incluso éstas de Ponape en el Pacífico
[Ilustración de la página 19]
En Osaka, un ‘concurso’ entre un ábaco y una calculadora electrónica resultó en un ‘empate’; a los visitantes también se les presentó una deleitable ejecución en el “koto,” un instrumento de cuerdas
[Ilustración de la página 20]
Una delegada de los Estados Unidos disfruta de asociación con nuevos amigos en la asamblea de Seúl, Corea
[Ilustración de la página 22]
Cartel de bienvenida en la asamblea de Papua Nueva Guinea celebrada en Port Moresby incluye instrucciones en pidgin inglés
[Ilustraciones de la página 21]
Una cafetería con suficiente arroz para los asambleístas en Taipei; y una madre de la tribu amis con su bebé