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¡Despertad! 1974
g74 22/12 págs. 12-14

Resolviendo el problema del espacio en el hogar

¿LE ES difícil hallar un lugar para todos los artículos que desea tener en su casa o apartamiento? El suyo no es un caso único. Hallar espacio para guardar cosas en el hogar es un problema creciente. ¿A qué se debe esto?

Una razón es que actualmente en muchos países las familias poseen más ropa y muebles. Además, cada vez más familias viven en ciudades o comunidades en vez de en granjas espaciosas. Y muchas de éstas viven en pequeños apartamientos donde el espacio es extremadamente limitado.

Por supuesto, las ventajas de guardar las cosas apropiadamente son obvias. Brinda un mejor uso del espacio y también hace que la casa luzca mejor... menos desordenada y atestada. El ideal, según lo declara una autoridad en la economía doméstica es “guardarlo todo de modo que sea fácil de ver, fácil de alcanzar y fácil de asir.”

Pero, ¿cómo puede una persona esforzarse por lograr este ideal? ¿Cómo puede uno ahorrar espacio y al mismo tiempo guardar cosas de modo que permanezcan en buen estado?

“Haciendo” lugar

Ante todo, probablemente tendrá que “hacer” espacio. Es decir, no utilizar sencillamente los espacios que ahora están vacíos en su hogar, sino preguntarse: ‘¿De qué artículos puedo prescindir para que me quede más lugar?’ Un experto insta a los que han tenido una casa o un apartamiento por muchos años: ‘Comience por revisar todos los cajones, estantes y alacenas y deshágase de todas las cosas que ya no usa.’

‘¡No puedo darme el lujo de deshacerme de todas esas cosas!’ quizás objete alguien. Pero en realidad puede que haya algunas cosas que uno no pueda darse el lujo de tener. ¿Por qué? Sencillamente porque, aun si es dueño de su propia casa, el espacio en ella no es gratis. Si uno calienta ese espacio, lo ilumina, lo asegura, o sencillamente paga los impuestos sobre éste, le cuesta dinero. Si artículos que rara vez se usan llenan ese lugar, otras cosas que pudieran ser más provechosas no se pueden poner en él.

Por ejemplo, en su garaje un hombre quizás tenga una cortadora de césped y una canoa. Es cierto que él quizás use su cortadora de césped solo durante el verano, pero en ese tiempo la usa mucho. Sin embargo, ¿qué hay acerca de la canoa? Quizás no se haya usado por años. Si en realidad necesita espacio para guardar cosas, pudiera ser más práctico y económico vender la canoa. Esto le concederá el espacio que necesita, y en las raras ocasiones en que use la canoa puede alquilarla.

Uno también puede echar otra mirada a su ropa. Si nunca usa cierta prenda, ¿por qué mantenerla en su ropero? ¿Por qué no le hace algunas modificaciones y así querrá usarla, o se la da a alguien que sí la usará? La ropa que no se usa sencillamente ocupa espacio en el ropero y lo demora a uno en hallar la ropa que uno verdaderamente quiere usar. Un ama de casa lo explicó de este modo: “Si durante el último año no he usado una prenda por lo menos una vez, entonces me deshago de ella.” También mencionó otro factor que debe tomarse en cuenta, al agregar: “He descubierto que la ropa cuelga mejor si puede ‘respirar’... si hay un poco de espacio para aire alrededor de la misma.”

Sin embargo, aunque quizás le complazca ver la diferencia que logra “limpiar la casa,” puede que el descartar o vender los artículos que no se usan no le proporcione todo el espacio que necesita para guardar cosas. Quizás necesite considerar el hacer mejor uso de las zonas donde ya guarda cosas, o hasta construir nuevas.

Volver a distribuir las cosas en sus alacenas (o en los roperos) puede dar muy buenos resultados, tanto en ganar espacio como en aliviar la frustración de hallar las cosas.

Por ejemplo, uno puede subir la barra horizontal donde cuelgan los ganchos para colgar ropa lo suficientemente alto como para permitir el uso del espacio que queda debajo. Uno puede colgar todas las prendas largas en un extremo de la barra. Las prendas más cortas, como las camisas, los trajes y las blusas, pueden ir en el otro extremo. Debajo de las prendas cortas ahora uno tiene considerable espacio vacío, un lugar excelente para poner un armario con cajones.

En cuanto a los anaqueles en las alacenas, quizás resulten ser prácticos los poco profundos que se cuelgan detrás de la puerta de la alacena (o, la puerta de un aparador). Estos permiten que las cosas estén donde uno las pueda encontrar fácilmente. Por igual, un armazón para zapatos en la parte trasera de la puerta de la alacena puede ayudar a eliminar el tener que buscarlos arrastrándose por el piso. Y quizás halle que anaqueles angostos alrededor de las paredes de las alacenas son más útiles que los anchos, pues uno puede ver las cosas y llegar a ellas más fácilmente.

Quizás se necesite una consideración especial para las alacenas de sus hijos pequeños. Si uno pone la barra para la ropa a una altura baja, ellos pueden colgar sus propias prendas. Uno quizás halle práctico el darle una vistosa caja de madera sobre ruedas o ruedecillas, quizás pintada como una casa o un garaje... un “hogar” para sus juguetes. Entonces puede instar a su pequeño a sacarla, llenarla y empujarla de vuelta dentro de la alacena.

Es bueno usar a cabalidad cualquier cajón que tenga o que pueda añadir. Por lo general son mejores que los anaqueles. En los cajones, las cosas se pueden mantener más limpias y por lo general se puede ver y asir más fácilmente lo que uno desea. Algunas veces a los anaqueles anchos se les puede dar “un uso de cajón” por medio de poner los artículos en armazones o bandejas que uno puede sacar. Además, si sus anaqueles son anchos, esfuércese por poner artículos similares uno detrás de otro. Serán más fáciles de hallar. Es decir, trate de colocar las latas de habichuelas detrás de latas de habichuelas o la misma clase de vasos o copas uno detrás de otro.

Ahora nos agradaría sugerir una “caza de espacio.” Los resultados pueden ser sorprendentes. Tenga en mente que uno sencillamente no puede considerar que cualquier zona vacía es espacio para almacenar. El espacio es inservible si uno no puede llegar a éste o si las cosas no se pueden almacenar sin peligro en él.

¿Tiene su casa un desván, o un espacio debajo de un tejado inclinado? Quizás lo pueda utilizar, pero, por otra parte, no es un buen lugar para almacenar cosas a menos que los miembros de la familia puedan llegar con seguridad a éste; una solución sería instalar lo que se llama escaleras “que desaparecen” o plegables. Por lo general estas son escaleras metálicas que se pliegan al cielo raso y se bajan cuando se precisan, facilitando el acceso al desván.

¿Qué hay acerca del sótano? Si es frío y húmedo se puede contar con él como un espacio excelente para almacenar vino y ciertas clases de hortalizas, como las patatas. Pero si se colocan libros o ropa en cajas de cartón y entonces se ponen en el piso de un sótano húmedo, a menudo se arruinan debido al moho. Quizás quiera tratar de sellar las paredes y el piso contra la humedad con pintura especial. Y lo podría airear, posiblemente usando ventiladores y deshumedecedores. Si va a usar el sótano para guardar cosas que necesitan mantenerse secas, considere tenerlas fuera del piso colgándolas en ganchos insertados en tarugos o en armazones montados adosados a la pared. Si algunas cosas se colocan en el piso sería prudente ponerlas sobre hojas de madera terciada o plástico.

¿No tiene un desván o sótano? No abandone la caza. Aun en los apartamientos pequeños, se pueden hallar nuevos lugares para guardar cosas. Considere estas sugerencias: A veces hay espacios para estantes debajo de algún tramo de escalera. ¿Hay espacio debajo de su cama para cajas metálicas chatas en las cuales podría guardar las frazadas? ¿Tiene espacio para un baúl o cofre en su sala? Uno puede acolchar la parte de arriba, convirtiéndolo en un atractivo banco, y guardar en su interior los artículos que rara vez se usan.

Algunas veces hay un pasillo sin salida, que termina más allá de la última puerta. ¿Se podría convertir este espacio vacío en una útil alacena? Además, dé una mirada hacia arriba. ¿Hay espacio encima de la puerta de una alacena? Algunas personas usan este espacio para un anaquel, cubriéndolo con una cortina atractiva.

Si la necesidad de espacio es urgente, otro buen modo de crear un nuevo lugar para guardar cosas es construir una “pared del almacenamiento.” Esta se puede usar para dividir una habitación grande o puede servir como una división parcial en una habitación más pequeña. Puede ser una pared permanente, o una unidad móvil más versátil sobre ruedas o ruedecillas. Las paredes de almacenamiento se pueden hacer con muchas variaciones de cajones, y anaqueles abiertos y cerrados. Hasta se puede diseñar los gabinetes de tal modo que se abran de ambos lados para que los mismos artículos se puedan alcanzar de cualquier lado.

Enemigos del almacenamiento

Sin embargo, el uso cuidadoso del espacio o el buen diseño no resolverá todos los problemas del espacio en el hogar. En muchos países, la humedad, el moho y las polillas son enemigos del buen almacenamiento.

Ya hemos considerado algunos de los peligros de la humedad en los sótanos, pero en muchos climas es un problema en toda la casa. ¿Qué se puede hacer? Una solución es el usar acondicionadores de aire o deshumedecedores. También es útil el airear la casa —abrir cajones, vaciar las alacenas y roperos— en días soleados, con brisa.

¿Por qué preocuparse? Considere solo uno de los “hijos” de la humedad... el moho. El moho es un hongo que aparece como una materia vellosa gris o blanca. Se puede hallar sobre cualquier cosa, pero particularmente es destructivo para los libros. Dejar encendida una lámpara de pocos vatios en las alacenas lo puede evitar. También es útil airear lo que se tiene y dejar que el aire circule por las alacenas.

Las polillas también pueden causar mucho daño. Prefieren la oscuridad. Aquí pondrán sus huevos en cualquier lana, piel o plumas disponibles. En una semana nace la larva en forma de gusano y comienza a “almorzar” de estos costosos materiales. La luz solar, el aire y la aspiradora pueden ayudar a mantener controlado el problema. Limpie con regularidad las zonas oscuras debajo de los muebles y en los roperos. Puede hallar ciertos cristales y rocíos químicos provechosos. También se recomienda que limpie en seco todas las telas de lana por lo menos una vez al año. Si uno guarda las cosas, ciertamente es provechoso cuidar de ellas.

Por supuesto, si su familia siempre tiene que tener lo que es “nuevo” mientras conserva todo lo que es “viejo,” el problema de hallar espacio para guardar cosas en el hogar persistirá. Por otra parte, si uno combina la educación (sabiendo lo que uno realmente necesita) con la inventiva (hallando buenos modos de almacenarlo), uno puede solucionar el problema. Y con el buen uso del espacio en el hogar tendrá mejor oportunidad de hallar las cosas y obtener el beneficio verdadero de poseerlas... tener algo cuando uno lo necesita.

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