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La depresión mental... “el poder de la enfermedad”¡Despertad! 1982 | 22 de enero
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La depresión mental... “el poder de la enfermedad”
UN HOMBRE que estaba sufriendo de depresión visitó a un médico en busca de ayuda. Se relata que el médico le hizo un reconocimiento cuidadoso y luego dijo: “Usted necesita diversión; vaya a oír al comediante Grimaldi; él le hará reír, y eso le beneficiará más que cualesquier drogas.” El hombre, viéndose aún más desanimado, contestó: “¡Soy Grimaldi!”
¡Sí, la verdad es que nadie está inmune a la depresión! Y cualquiera que haya sufrido de ella sabe que no es cosa de risa. Todos pasamos por períodos en que nos sentimos decaídos, tal vez debido a alguna pena, desilusión o el cansancio. Pero casi siempre nos recuperamos dentro de poco. Sin embargo, a veces la depresión persiste. Hasta puede hacerse destructiva.
Por ejemplo, Irene luchó por tres años con este mal del cual se dice que causa “más sufrimiento que cualquier otra enfermedad.” En un momento de desespero completo mató a sus hijos y luego se quitó su propia vida. En el funeral de Irene, en un esfuerzo por explicar lo que le había acontecido a esta pobre que anteriormente había sido una madre devota, el rabino dijo: “Fue la enfermedad que la abrumó a ella y trastornó su vida.” Entonces hizo una pregunta escalofriante: “¿Quién puede comprender el poder de la enfermedad?”
La enfermedad de que ella padeció fue una depresión mayor o grave... un humor destructivo e implacable que además produce síntomas físicos. El Dr. Leonard Cammer informa lo siguiente:
“La depresión puede atacar a cualquiera... a un ama de casa, a un taxista, a un hombre de negocios, a un maestro o maestra de escuela, a un jugador, a una actriz, a un albañil, a una vendedora . . . y así por el estilo. Y les sobreviene a personas estables y maduras, a neuróticos y a niños. Además, puede atacar a personas en cualquier nivel de las escalas económica, social o intelectual, y a personas de toda clase de personalidad.”—”Up from Depression.”
¿Pudiera este mal afectarle a usted o a los que usted ama? Los cálculos indican que cada año de cada 10 personas, una experimenta un humor deprimido aparente en observación clínica. En estos “tiempos críticos, difíciles de manejar” en que vivimos hoy, un estudio realizado por la Organización Mundial de Salud informó que había 200 millones de personas por todo el mundo que sufren de la “enfermedad.”—2 Timoteo 3:1.
Aunque la gran mayoría de las personas que sufren de este mal no van al extremo al que llegó Irene, muchas concuerdan con una paciente anterior que explica cómo se sintió antes de hallar alivio: “No disfrutaba de nada. Me sentía atrapada en una terrible pesadilla sin esperanza alguna de un cambio. Me parecía que estaba colgada de un hilo cada momento de cada día, y me aferraba de él desesperadamente. No quería morir, pero tampoco quería vivir bajo estas condiciones.”
¿A qué se debe tal sufrimiento? ¿Es simplemente asunto mental?
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¿Es todo asunto mental?¡Despertad! 1982 | 22 de enero
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¿Es todo asunto mental?
EL MEDICO escuchó atentamente mientras la mujer deprimida describía sus síntomas... constantes dolores de cabeza, irritabilidad, estreñimiento, pérdida de apetito, insomnio y cansancio continuo. Se deshacía en lágrimas y, a veces, quería morir. “Todo eso es mental,” dijo el médico. “Hasta que usted no se encuentre a sí misma, no hay nada que yo pueda hacer. Le recomiendo enérgicamente que consulte con un siquiatra.”
Aunque este médico tenía buenas intenciones, expresó un punto de vista común. Sin embargo, al igual que esta mujer que estaba sufriendo de una depresión grave, muchos quedan sumamente desalentados cuando se les dice que su agonía solo es el resultado de su propio modo de pensar. Cierto, nuestros pensamientos pueden afectar nuestro cuerpo... para bien o para mal. No obstante, aumenta la evidencia de que las enfermedades físicas pueden afectar a los procesos del pensar.
Pero es preciso que antes de considerar esta evidencia, reconozcamos que el término “depresión”a abarca una gama amplia de emociones (vea el recuadro).
¿Cómo se puede reconocer?
“En la clase de depresión que, digamos, ha sido provocada por la muerte de alguien en la familia, se consigue algún alivio de ella,” informó el Dr. Nathan S. Kline, director del Departamento de Higiene Mental del Instituto de Investigación Rockland del Estado de Nueva York, en una entrevista que hace poco se celebró con un escritor del personal de ¡Despertad! “Si hay una buena comida, una luna hermosa o alguna otra cosa, se consigue algún alivio. En el caso de la depresión grave, no se consigue alivio. Uno pudiera ganar dinero o ser elegido presidente; eso no produce ningún placer en particular. El futuro parece desesperado.”
¿Qué síntomas tiene la sicosis maníacodepresiva? El Dr. Ronald Fieve, profesor de la siquiatría clínica en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, dijo esto a ¡Despertad!: “Tiene que haber repetidos casos en que de repente ocurre una exaltación del estado de ánimo. La persona está en un estado anormal de optimismo durante el cual está demasiado activa, habla demasiado, duerme menos y tiene una enorme cantidad de energía que nunca tuvo antes. Este cambio repentino puede durar de dos semanas a, por lo general, uno o dos meses. Entonces la persona pasa a una depresión severa.”
Ahora hay muchos científicos que creen que cambios químicos específicos en el cerebro acompañan algunas formas de depresión severa y que en sí pueden ser lo que provoca la depresión. (Lo explican los diagramas acompañantes.) El proceso es complejo y los científicos no concuerdan en cuanto a él. Pero, ¿qué puede causar semejante trastorno químico? Muchos factores diferentes contribuyen a ello.
La relación entre la enfermedad y la depresión
“La depresión puede derivarse de inequívocos —o, más exactamente, bien definidos— males orgánicos,” declara Lawrence Galton, escritor de temas médicos. “Incluye infecciones tales como la hepatitis, la mononucleosis y la influenza; desórdenes hormonales (glandulares) como los del tiroides, de la paratiroides y de las glándulas adrenales; malignidades, estados de deficiencia, anemias y otros problemas relacionados con la sangre.”—You May Not Need a Psychiatrist (1979).
Por ejemplo, una señora había estado recibiendo tratamientos por 15 años por una depresión grave, a veces suicidal. Recibió drogas para combatir la depresión y hasta terapia de electrochoque, pero nada le daba alivio duradero. Por fin se descubrió que el problema se debía a una glándula paratiroides que no funcionaba bien. Cuando se trató este desarreglo con éxito, mejoró. Su problema elemental había sido físico.
Tensión
El agotamiento nervioso causado por la tensión también puede producir depresión. Entre las situaciones que causan tensión los especialistas alistan las siguientes: ‘un matrimonio infeliz, el vivir en los barrios bajos sin esperanza de alivio, un patrón exigente, conflicto crónico,’ y el tratar de atenerse a una rutina diaria “que obviamente está más allá de las capacidades mentales, emocionales y físicas de uno.” Un ambiente desprovisto de amor, en el que uno se siente solo, desanimado y desesperado, también puede producir la depresión. Muchas personas se hallan en situaciones como éstas.
Un suceso específico lleno de tensión, como una muerte o un divorcio, puede causar una depresión grave. No obstante, una investigación reciente reveló que de 185 personas deprimidas, cuyo análisis de depresión se basó en observación clínica, solo en la cuarta parte de ellas se pudo discernir que hubo un suceso lleno de tensión antes de la depresión. El siquiatra Dr. Fieve cree que el suceso lleno de tensión que se experimentó en la vida “no es más que una parte pequeñita de la causa del problema.”
El Dr. Kline dice lo siguiente al comparar una persona deprimida a un automóvil que se descompone al subir una colina empinada: “Ahora bien, en cierto sentido el automóvil se descompuso debido a que usted subió una colina. Por otra parte, si el motor hubiese estado en buenas condiciones, no hubiera surgido la dificultad. De modo que la tensión ambiental puede precipitar la depresión nerviosa, pero, para que eso suceda, ya tiene que existir la deficiencia biológica, o sea, la debilidad del motor.”
Sin embargo, ¿es posible que la mente misma pueda crear este desequilibrio químico sin que haya existido de antemano algún defecto físico?
El papel de la mente
Hay evidencia sólida de que muchas personas han obtenido alivio aun de depresión grave por medio de acudir a consejeros adiestrados que les han ayudado a ajustar su modo de pensar. Esto parece indicar que en algunos tipos de depresión grave el modo de pensar de la persona, o lo que ella pone en su mente, no algún defecto físico, desempeña el papel vital.
La investigación que se ha realizado últimamente revela que nuestro modo de pensar puede afectar a la química de nuestro cerebro. Por ejemplo, en un estudio que se efectuó en 1979 se les pusieron inyecciones de una solución salina, un placebo, a unos pacientes a quienes se les acababa de extraer las muelas del juicio, y se les dijo que ésta aliviaría el dolor. A pesar de que esta inyección carecía de virtud analgésica, se informa que la tercera parte de los pacientes “pronto hallaron que su dolor estaba mitigándose dramáticamente.” Se opinó que los pensamientos de la persona activaron las sustancias químicas analgésicas (endorfinas) que ocurren naturalmente en el cerebro. Esto quedó comprobado cuando se administró otra droga que obstruye los efectos de los analgésicos naturales del cerebro. Volvió el dolor.
En numerosos casos se ha visto el poder que la mente tiene para responder al amor. También se ha hallado que, a la inversa, la cólera, el odio, la envidia o los celos y otras emociones negativas producen cambios bioquímicos en el cuerpo.
La Biblia reconoce el papel importante que desempeñan nuestros sentimientos y actitudes. Declara: “El espíritu [los sentimientos y los pensamientos] del hombre puede aguantar su dolencia [enfermedad]; pero en cuanto al espíritu herido, ¿quién puede soportarlo?” (Proverbios 18:14) Si el “espíritu del hombre” está “herido” por un modo de pensar incorrecto (que se considera en las páginas 8-10); si está quebrantado debido a celos, resentimiento o una mala conciencia, entonces la situación mala se hace insoportable. Puede que la siga una depresión grave.
Además, si la persona alimenta su espíritu con pensamientos depresivos —tal vez por medio de la televisión, películas cinematográficas o literatura pornográfica— esto altera su genio y engendra la depresión. Especialmente si la persona pasa mucho tiempo con regularidad ante un televisor, esto puede tener un efecto adverso en su punto de vista o concepto de la vida. Pero en el caso de otras personas, puede que algo diferente sea la raíz del problema.
Puede haber otras causas
“El cerebro es mucho más sensible que los otros órganos a cambios en las concentraciones de ciertas sustancias nutritivas en el plasma [sanguíneo],” declararon dos investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts. En su libro Nutrition and the Brain (tomo 3, 1979) estos médicos, Wortman y Wortman, publicaron información que muestra el efecto que tiene en nuestro genio lo que comemos, y cómo ciertas deficiencias nutritivas pueden alterar el equilibrio químico del cerebro y producir depresión.
Aunque uno coma comidas equilibradas con regularidad —y mantenga al mínimo las golosinas o lo que carezca de valor nutritivo— uno todavía puede tener deficiencias nutritivas que resulten en la depresión. Algunos medicamentos, los anticonceptivos orales, el esfuerzo a que someten al cuerpo tales cosas como la preñez, la contaminación y la tensión excepcional... todos éstos pueden crear deficiencias nutritivas.
El ser alérgicos a ciertos alimentos o a emanaciones químicas y, en la mujer, sus cambios hormonales, han originado depresión. Además, se descubrió por medio de un estudio que se hizo de 1.100 pacientes que estaban recibiendo tratamiento para hipoglucemia (cantidad de azúcar en la sangre inferior a lo normal) que el 77 por ciento de éstos se quejaban de depresión.
De modo que hay muchas cosas que causan la depresión aparte de simplemente abrigar una actitud incorrecta. Una persona que se siente gravemente deprimida puede estar padeciendo de cualquiera de una combinación de factores. Los factores hereditarios de la persona y las experiencias que tuvo en su niñez también pueden desempeñar un papel. Todos estos factores ejercen influencia que puede afectar cómo se responde a un suceso o ambiente lleno de tensión.
Aunque es beneficioso tratar de entender las cosas que pueden causar la depresión, una pregunta que plantean con más persistencia los que padecen del mal es ésta: ¿Qué puedo hacer para vencerla?
[Nota a pie de página]
a Las denominaciones empleadas en el recuadro de abajo se basan, en parte, en la publicación Diagnostic & Statistical Manual of Mental Disorders (3.a edición, 1980).
[Recuadro/Ilustraciones la página 4]
Las diversas caras de la depresión
Desmoralización y pesar
El sentir se abatido debido a algún suceso desconcertante como una muerte, divorcio, pérdida de empleo, problemas de salud u otra situación llena de tensión.
Depresión crónica de grado inferior (neurosis depresiva)
Persiste la tristeza. Hay un sentimiento general de descontento y una actitud negativa. Uno se siente fatigado y pierde interés en la familia y en los amigos. A menudo hay sentimientos de inutilidad, de ansiedad y de cólera.
Depresión mayor
“Le parece a uno que está en los abismos de la Tierra,” dijo un paciente. No hay alivio. Cambian los hábitos de dormir; se pierde el apetito. La persona se siente cargada de culpa y tal vez desee estar muerta. Tiene sentimientos abrumadores de temor, de ansiedad, y no puede concentrarse. En algunos casos esto puede alternarse con períodos de comportamiento normal.
Sicosis maniaco-depresiva
Períodos de gran júbilo —se hacen muchas compras, se trabaja día y noche sin cesar, hay acción constante— seguidos por depresión profunda.
[Recuadro/Diagrama en la página 5]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Nuestros pensamientos fluyen de una célula nerviosa a la próxima en la forma de impulsos electroquímicos. La disposición de ánimo correcta depende de que éstos fluyan sin distorsión. Los extremos de los nervios no se tocan. El impulso nervioso estimula la producción de neurotransmisores químicos que salvan el vacío, y nuestro pensamiento sigue libre de distorsión. El equilibrio químico en esta área, que se llama la sinapsis, es vital.
[Diagrama]
impulso nervioso
célula nerviosa
célula nerviosa
sinapsis
impulso nervioso
receptores
neurotransmisores químicos
impulsos nerviosos siguen libres de distorsión
[Recuadro/Diagramas en la página 5]
Lo que puede marchar mal
Una abundancia de ciertos neurotransmisores (transmisores químicos de los impulsos nerviosos) causa distorsión del impulso nervioso, lo cual produce estímulo excesivo, y tal vez alguna manía.
[Diagrama]
impulso nervioso
neurotransmisores químicos
impulso nervioso en distorsión
Niveles bajos de ciertos neurotransmisores causan distorsión del impulso nervioso, y esto a su vez quizás tenga por resultado la depresión.
[Diagrama]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
impulso nervioso
neurotransmisores químicos
impulso nervioso en distorsión
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Cómo se puede combatir la depresión¡Despertad! 1982 | 22 de enero
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Cómo se puede combatir la depresión
ARMAND DiMele del Centro DiMele de Sicoterapia dijo: “Si solo se pudiera lograr que las personas que padecen de depresión hicieran ejercicios, tres cuartas partes de ellas hallarían que su estado de ánimo mejoraría.” Otros expertos concuerdan en que esto es cierto en el caso de personas que se sienten “melancólicas” pero que no aplica a casos de depresión grave.a Otros factores vitales son el descansar y dormir lo suficiente.
Algunas personas que padecen de depresión leve hallan que les proporciona alivio dedicar algún tiempo a actividades de que disfrutan. Una señora a quien le encanta la costura dijo: “Es difícil sentirse deprimida cuando una está empleando sus facultades creadoras.” A veces, es simplemente cuestión de salir de la rutina diaria... quizás se pueda cenar en un restaurante una noche o ir de vacaciones por unos días.
El desahogarse con un amigo íntimo ayuda mucho. Pero, se tiene que ejercer cuidado con quién uno se asocia... ya sea en persona o por medio de la televisión y el cine. Evite como la peste a personas quejumbrosas de espíritu pesimista y evite programas que corrompen las normas morales o contaminan la conciencia.—Proverbios 17:17; 1 Corintios 15:33.
No obstante, ¿qué hay si persiste el estado deprimido?
¿Podría deberse a su alimento?
Examine cuidadosamente su alimentación. Barbara Reed, empleada en Cuyahoga Falls, Ohio, como agente principal de la libertad vigilada, explicó a un escritor del personal de ¡Despertad! que muchos de los delincuentes asignados a su oficina se quejan de depresión. Ella se puso a examinar los hábitos de alimentación que ellos tenían. Muchos vivían de golosinas y cosas de poco valor nutritivo, no desayunaban, y algunos pasaban semanas sin comer verduras. Un mejor régimen de alimentación —comidas equilibradas a sus horas debidas— y un programa de ejercicio ayudó a muchos delincuentes a mejorar de disposición. La señora Reed relató: “Un delincuente deprimido de 20 años de edad que sufría de profunda falta de aprecio personal, que fue arrestado por un acto criminal que envolvía daños y perjuicios, se mantenía comiendo cosas de poco valor nutritivo.” Pero, cuando mejoró su alimentación y se le proveyó consejo apropiado, su depresión se le disipó y su comportamiento mejoró.
Las autoridades no concuerdan en cuanto a si la alimentación causa depresión. A pesar de tener una alimentación excelente, algunas personas todavía padecen de depresión. Otras personas no muestran ninguna mejora al suministrarles mejor régimen de alimentación. Cada persona es diferente, y algunas son más sensibles que otras a sustancias como el azúcar y la cafeína. Pero el comer comidas equilibradas, junto con el ejercer moderación al ingerir tales cosas como pasteles, tortas, bizcochos, chocolate, dulces y bebidas gaseosas frecuentemente beneficia a las personas que padecen de depresión.
Debido a que un estado de depresión grave pudiera ser indicio de algún mal físico, también es importante someterse a un reconocimiento médico.
¿Piensa usted correctamente?
Aunque no todo caso de depresión se debe a que la persona tenga un punto de vista incorrecto, un estudio reciente que se efectuó por espacio de 10 años indica que a menudo las personas que padecen de depresión interpretan mal las situaciones. El investigador y siquiatra A. T. Beck explica lo siguiente: “La persona deprimida se siente triste y sola porque erradamente cree que está inadecuadamente capacitada y que se le ha abandonado.” La Biblia también muestra que los sentimientos del corazón pueden afectar el pensar de uno tocante a asuntos externos. Ella declara: “Todos los días del afligido son malos; pero el que está bueno en el corazón [en un estado de mente alegre] tiene un banquete constantemente.” El que ‘todos los días sean malos’ para una persona o el que ‘cada día sea un banquete’ depende en gran medida de su estado mental.—Proverbios 15:15.
Así, las personas deprimidas tienen que esforzarse diligentemente por corregir su modo de pensar y vigilar las cosas sobre las cuales meditan. ¡Puede que sea más fácil decir esto que hacerlo! En el recuadro que acompaña este artículo hay una lista de algunas ideas perjudiciales que muchas personas deprimidas tienen en común. Cada una de estas ideas es errónea. Cuando tales ideas se le ocurran, debería despedirlas inmediatamente. El que se detenga en tales pensamientos lo conducirá a tenerse en baja estima y a un estado más profundo de depresión.
A menudo un sentimiento de culpabilidad exagerado acompaña el estado deprimido. Pero reconozca que todos cometemos faltas. El salmista dijo: “Si errores fuese lo que tú vigilas, oh Jah, oh Jehová, ¿quién podría estar de pie?” ¡Nadie! No obstante, Jehová Dios nos proporciona verdadero perdón de nuestros errores y pecados.—Salmo 130:3, 4.
El beneficio del logro
Una viuda, apenada por la muerte de su esposo y decepcionada porque otras personas faltaron a su palabra de repararle la casa, entró en un estado de profunda depresión. Pero luego reflexionó: ‘No puede ser tan difícil hacer las reparaciones.’ Se puso a trabajar y dentro de poco había embaldosado el piso de la cocina. Aunque no estaba hecho a la perfección, ella quedó contenta. Cobró estimación de sí misma; desvaneció su depresión.
No todos podrían hacer eso, pero en un estudio se demostró que, a pesar de que algunos pacientes en estado de profunda depresión creían que no podían desempeñar con éxito ciertas tareas, de hecho las ejecutaron tan bien como los participantes que no padecían de depresión.
La persona deprimida pudiera interesarse en otros logros que no tengan que ver meramente con los quehaceres domésticos. Por ejemplo, pudiera incluir el visitar o telefonear a alguien para animarlo, o el hacer algo especial para la familia de uno.
Una cristiana deprimida visitó a una joven que no hacía mucho había sido golpeada atrozmente, violada y apuñalada. Aunque la cristiana misma se sentía deprimida, se esforzó por visitarla cada semana y consolarla. ¿Cuál fue el resultado? La cristiana informó: “Poco a poco se me alivió la depresión. En el transcurso del tiempo el esforzarme por alentarla a ella hizo que me olvidara de mis propios problemas.” Halló que lo que Jesús dijo era cierto, a saber: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.”—Hechos 20:35.
“Enójense sin hacer el mal”
El sicólogo DiMele dice que otro factor que se tiene que tomar en cuenta con respecto a la depresión es el hacerle frente a la ira. “Por lo general, lo que sucede es que la persona se siente enojada con alguien, tal vez por alguna razón aparentemente irracional. Sin embargo, a la persona le parece que no es correcto enojarse porque se le ha enseñado que ‘el enojo es malo.’ De modo que la persona comienza a culparse a sí misma por sentirse enojada y se enoja consigo misma. Esto, junto con el sentirse inútil, acarrea la depresión.”
Pero, el dar rienda suelta a su enojo contra otra persona no solo es peligroso sino que tampoco alivia la depresión, como lo prueban las investigaciones. La Biblia advierte: “Enójense sin hacer el mal; que no se ponga el Sol sobre su ira [o, “estando ustedes en estado provocado”].” (Efesios 4:26, The Bible in Basic English; compare con Traducción del Nuevo Mundo.) Al no estar temerosas de expresar sus sentimientos, sino dispuestas a hacerlo de manera franca pero bondadosa, las personas deprimidas pueden dar a conocer sus sentimientos de tal modo que promueva la paz. Esta comunicación franca es vital especialmente entre los cónyuges.
Sin embargo, hay algo que supera a todas estas sugerencias. Debido a que el índice de suicidio es 25 veces mayor entre las personas que padecen de depresión que entre la demás población, esto puede ser un factor determinante entre la vida y la muerte. ¿A qué nos referimos?
La oración y una relación con Dios
Una madre que padecía de depresión grave confesó: “Lo único que me detuvo de apretar el gatillo y así poner fin a todo fue la relación que tenía con Dios. Tenía la pistola en la mano, y en ese momento Jehová Dios realmente me ayudó a guardarla.” Ciertamente esta mujer halló poder “más allá de lo normal” para poder aguantar hasta que su mal respondiera al tratamiento médico. Ella había desarrollado fe verdadera por medio de estudiar la Biblia y asistir a las reuniones cristianas donde halló amigos verdaderos. Esta fe le salvó la vida.—2 Corintios 4:7, 8; Filipenses 4:13.
Uno de los medios que Dios utiliza para suministrar ayuda es su Palabra, la Biblia, que muestra cómo mejorar la vida de familia; cómo llevarse bien con otros; cómo evitar un proceder que haga surgir la ansiedad y un sentido de culpabilidad; y cómo escoger ocupaciones y metas que valgan la pena. El seguir estos consejos e información puede ayudar a aliviar muchas situaciones difíciles que promueven la depresión.—Colosenses 3:5-14, 18-21; 1 Timoteo 6:9, 10, 17-19.
A pesar de poseer una fe fuerte puede que la persona que padece de depresión tenga dudas, quizás le parezca que Dios la ha abandonado. Pero, ¡nunca debería dejar de orar! Una madre, que estaba tan deprimida que por meses apenas podía salir de la cama, dijo: “Oraba intensamente... cinco o seis veces al día. Rogué repetidas veces por auxilio. Suplicaba a Jehová Dios que me dirigiera a un médico que pudiera diagnosticar mi mal y ayudarme. En oración pedía las fuerzas para seguir adelante y para poder mantener suficiente orden en el hogar a fin de no causar más daño a mi familia.” Dicha perseverancia valió la pena. Pudo aguantar hasta que el medicamento apropiado le alivió el estado de depresión grave.
“Evítela”
Una víctima de depresión dijo: “El consejo más importante que yo puedo dar es el siguiente: ‘Evítela.’” Pero, ¿cómo? No hay respuestas fáciles ni seguras. Algunas autoridades sugieren:
1. No base su estima de usted mismo en el amor, el dinero, su posición social, el poder ni las drogas. Si usted confía en estas cosas y le fallan o le hacen faltan, el resultado puede ser abrumador.
2. Fíjese expectativas prácticas. Tenga como meta el hacer lo mejor que pueda, pero no exija de sí mismo la perfección.
3. Reconozca los síntomas iniciales (la ansiedad, el pánico, el no poder concentrarse). Revise su horario cotidiano para ver si es razonable. Si no lo es, haga ajustes en su horario. Aprenda a decir “No” cuando sea necesario.
Sin embargo, a pesar de muchas presiones personales, millones de personas han hallado que una de las ayudas principales para evitar la depresión es el adquirir conocimiento exacto acerca de la voluntad y los propósitos del “Padre de tiernas misericordias y el Dios de todo consuelo.”—2 Corintios 1:3.
[Nota a pie de página]
a Un número subsiguiente de ¡Despertad! expondrá varios métodos de tratamiento que han ayudado a personas que padecían de depresión grave.
[Recuadro en la página 9]
Ideas que pueden conducirle a la depresión
◻ Para ser feliz, tengo que tener éxito en todo lo que emprenda. Si no ocupo el primer lugar, soy un fracaso.
◻ Para ser feliz, tengo que ser aceptado por todos en toda ocasión.
◻ Lo que yo valga como persona depende de lo que otros piensen de mí.
◻ No puedo vivir sin el amor. Si no me ama mi cónyuge (mi amor, mi padre, mi hijo), no valgo nada.
◻ Si alguien no concuerda conmigo, significa que no le agrado.
◻ Yo debería ser perfecto como amigo, padre, profesor, alumno, cónyuge.
◻ Debería poder sobrellevar cualquier sufrimiento con espíritu tranquilo.
◻ Debería poder resolver todo problema con prontitud.
◻ Nunca debería sentirme herido; siempre debería estar alegre y sereno.
◻ Nunca debería cansarme ni enfermarme, más bien siempre debería estar al máximo de mis capacidades.
Basado, en parte, en “Cognitive Therapy and the Emotional Disorders,” por A. T. Beck, Doctor en medicina.
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Cómo otras personas pueden ayudar¡Despertad! 1982 | 22 de enero
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Cómo otras personas pueden ayudar
ES VITAL que otros muestren empatía a los que están deprimidos... que se pongan en el lugar de la otra persona. Lo que esto significa se demostró en el siguiente caso. El padre deprimido, después de reprender severamente a su esposa, dijo sollozando: “¡No quiero ser así!” Se sintió profundamente conmovido ante la respuesta sencilla y comprensiva de su esposa: “Yo sé que no quieres ser así, cariño.”
El Dr. Ari Kiev, profesor clínico adjunto de siquiatría, advirtió lo siguiente: “Cuando familias ven la depresión como resultado de la terquedad, como una renuencia a combatirla, entonces eso tiende a aumentar la frustración del paciente. . . . Y se suele ver actos suicidas.” No obstante, él añade: “La gente podría soportar mejor la depresión si ellos y sus familias la aceptaran como una enfermedad que sigue un rumbo de naturaleza limitada y que pasará con el tiempo.” Este es un buen consejo tanto para la familia como para los amigos de la víctima de depresión.
“Hablen confortadoramente”
Se preguntó a algunos que habían padecido de depresión grave qué comentarios que habían hecho otros les habían beneficiado más. Dijeron: “Entiendo,” “Te amamos,” “Sé que pronto volverás a ser la misma persona de antes,” “Te ves mucho mejor hoy” y “No sé exactamente cómo te sientes, pero te apoyamos.” Una madre escribió: “El solo oír a mis hijos decir: ‘Te necesitamos,’ me alegraba muchísimo.” Pero, añadió: “La crítica excesiva a una persona que ya está deprimida es como un arma mortífera.” ¡Cuán práctico es el consejo inspirado de la Biblia! Este insta a lo siguiente: “Hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, sean sufridos para con todos.”—1 Tesalonicenses 5:14.
También se les preguntó a los que habían padecido de depresión grave: ¿Qué dijeron otros que les causó daño? Algunas de las respuestas fueron: “Te compadezco,” “Ella solo quiere que se le preste atención” y “No te tengas tanta lástima; hay otras personas que están más enfermas que tú que no lloran ni se quejan.” ¡Imagínese cómo estos comentarios hicieron sentir a estas personas! “Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada, pero la lengua de los sabios es una curación.” (Proverbios 12:18) No es que las personas tuvieran la intención de herir o de ‘dar una estocada’ a los deprimidos, pero a menudo simplemente no pensaron antes de hablar.
“La persona deprimida ya se siente enfadada consigo misma, así que no aumente su sentimiento de culpa por medio de corregir constantemente lo que ella hace,” aconseja un sicólogo que, por más de 20 años, ha trabajado con personas que padecen de trastornos mentales. “En vez de decirle: ‘¿Por qué sencillamente no te libras del problema?,’ quizás usted pudiera decirle: ‘Parece que es un verdadero problema para ti, y no lo puedo entender plenamente, pero quisiera entender lo que sientes. Quisiera ayudar.’ Muestre interés sincero. La persona puede discernir si el interés no es sincero.”
Busque oportunidades para dar encomio genuino. Sea específico. “Mira qué bien has criado a tus hijos,” “Tienes el gran don de hacer que otros se sientan cómodos,” y así sucesivamente. Ayude a la persona a recuperar su propia estimación. Pero sobre todo . . .
Sea un buen oyente
Comúnmente, la persona deprimida tiene mucho que decir, pero a menudo se siente indigna de expresarlo. Pudiera creer que nadie realmente está interesado en oír acerca de sus problemas o sentimientos. Una mujer de 27 años de edad, que por varios años padeció de ataques de depresión, dijo: “Necesitaba alguien que me escuchara y no que me sermoneara y me hiciera creer que me estaba comportando de esta manera a propósito. ¡Mis problemas eran verdaderos!”
Esta joven, que deseaba morir, añadió: “Tenía un par de amigos a quienes realmente podía abrir mi corazón. A pesar de que yo misma no podía comprender plenamente mis sentimientos, esta conversación realmente me ayudó.” Así que, permita a la persona deprimida “descargar” sus sentimientos. No hay necesidad de juzgar todo lo que dice. Puede que haga ciertas declaraciones que parezcan extremadas. A menudo el deprimido no está hablando realmente en serio. No obstante, si usted es un buen oyente y gana su confianza, puede que al razonar bondadosamente con él, paso a paso, logre corregir la manera en que éste piensa.—Mateo 7:1.
“Den su apoyo a los débiles”
Un antiguo adagio dice: “Los amigos ayudan, los otros muestran compasión.” Ciertamente, amigos genuinos y miembros de la familia cuyas circunstancias se lo permitan toman medidas para apoyar a los que están estrechamente relacionados con ellos y se hallan deprimidos. En las congregaciones de los testigos de Jehová hay hombres capacitados espiritualmente que a menudo han sido de gran ayuda a personas deprimidas. Se insta a los deprimidos a pedir esta ayuda comprensiva y amorosa. Cierta persona que padecía de depresión confesó lo siguiente: “No era demasiado orgullosa para pedir ayuda.”—Santiago 5:14, 15.
Dependiendo de las circunstancias, hay muchas cosas que las personas pueden hacer. Si el paciente no puede dormir, permanezca despierto con él. Si no quiere comer, no lo presione, sino trate de inducirlo por medio de ofrecerle cantidades pequeñas de alimento nutritivo que se haya preparado de modo sabroso. Si no quiere hacer ejercicios, entonces llévelo a dar una caminata o participe con él en algún tipo de ejercicio físico vigoroso. Puede que no sea fácil ayudar al paciente de estas maneras.
Cierta mujer generosa ha ayudado a varias personas que padecían de depresión grave. Una de éstas, a quien invitó a vivir con ella hasta que se recuperara, estaba pasando por un mal momento. Muy afectuosamente, Doreen dijo a esta joven: “Ponte el abrigo, el sombrero y las botas.” Pero ella respondió: “No quiero ir de paseo.” “De manera bondadosa, pero firme le dije: ‘Sí, vas a venir. Póntelos,’” explicó Doreen. “Ella lo hizo. Caminamos cuatro millas. Cuando regresamos ella estaba cansada, pero se sentía mejor. Nadie cree lo beneficioso que es el ejercicio vigoroso sino hasta que se les obligue a hacer algún ejercicio. Entonces se dan cuenta.”
El prestar apoyo también pudiera incluir ayudar a la persona que está en un grave estado de depresión a conseguir ayuda profesional apropiada. Puede que en casos de depresión más graves se necesite la ayuda de personas que tienen un adiestramiento especializado para tratar con la enfermedad. Actualmente hay una variedad de tratamientos disponibles.
Otras acciones beneficiosas que mencionaron las personas deprimidas fueron: “No invite a tantas personas a visitar el enfermo; impida que otros hagan ruido innecesario... como música estrepitosa.” “Las visitas breves de personas que muestran interés sincero son agradables.” “Mi familia cuidaba de mí, me llamaban regularmente por teléfono, me llevaban a pasear y, en algunas ocasiones, hasta me ayudaban a vestirme.”
A menudo es cuestión de simplemente estar muy cerca y mostrar amor. Cierta mujer, que anteriormente se hallaba deprimida, declaró qué fue lo que le ayudó a por fin salir de nueve meses de sentirse “atrapada en una terrible pesadilla.” En cierto momento ella dijo sollozando a su esposo: “¡Ya no puedo aguantarlo más! No me estoy reponiendo. ¡Parece que la situación es como un hoyo que me está tragando!” Él le respondió tiernamente: “¡Si te traga, entonces dejaré que me trague contigo!” Al reflexionar en esto, la mujer dijo: “En otras palabras... él siempre estaba conmigo para brindarme apoyo.”
Sí, el apoyo genuino, acompañado de palabras consoladoras, y un oído que escuche es la mejor ayuda que otras personas pueden dar a “las almas abatidas.”
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Una solución completa... ¿es posible?¡Despertad! 1982 | 22 de enero
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Una solución completa... ¿es posible?
ALGUNAS personas dicen: “¡Imposible! Pues, para quitar por completo la depresión de sobre la Tierra se exigirían cambios radicales. La depresión ha existido por miles de años y según las perspectivas parece que existirá por muchos años más.”
Consideremos solo unas cuantas de las condiciones que contribuyen a la depresión... un ambiente opresivo, fricción en nuestros tratos con otras personas, malas condiciones de vida, flaquezas personales, sentimiento de culpabilidad y la enfermedad. Parece imposible que se puedan remediar todas estas condiciones.
Promesas alentadoras
La Biblia promete que Dios hará que su hijo glorificado, Jesucristo, en calidad de rey celestial, elimine todo el ambiente que hoy causa la depresión. De manera profética la Biblia declara: “Aplaste [el rey de Dios] al defraudador. Porque él librará al pobre que clama por auxilio, también al afligido y a cualquiera que no tiene ayudador. Le tendrá lástima al de condición humilde y al pobre, . . . De la opresión y de la violencia les redimirá el alma.”—Salmo 72:4, 12-14.
Desaparecerá para siempre este sistema inicuo que ha promovido la crueldad, la insensibilidad y la opresión. ¡Imagínese el alivio en que resultará esto! Pero, además, la Biblia promete alivio de las presiones internas. Los efectos del pecado y de la imperfección se desvanecerán. (Romanos 8:20-22; Revelación 21:3, 4) Las enfermedades y los males —incluso la depresión— desaparecerán. Los sentimientos de culpabilidad y de ser indignos cederán al sentimiento de estimación propia, puesto que entonces las personas podrán elevarse cabalmente a la altura de las normas de Dios con respecto a cómo vivir. Los tratos con otras personas reflejarán comprensión y amor a grado perfecto.
Hay otras promesas bíblicas que ya se han cumplido con exactitud. Los acontecimientos actuales están cumpliendo las profecías bíblicas que se escribieron casi dos mil años atrás. (Mateo 24:3, 7-14; 2 Timoteo 3:1-5) El aspecto práctico de los pasajes bíblicos a los que se ha hecho referencia en esta serie de artículos revela gran sabiduría. ¿No le parece lógico que estos pasajes se hayan originado de una Fuente que realmente conoce nuestra naturaleza —emocional y física— a saber, de Dios?
Millones de personas en más de 200 países tienen la seguridad de que todas estas promesas de Dios pronto se realizarán. Esta esperanza las sostiene hasta en tiempos de grave depresión. “El saber que dentro de poco estos problemas dejarán de ser, y el reflexionar sobre las maravillosas condiciones que prevalecerán en la ‘nueva tierra,’ me ayudó a seguir adelante,” dijo una persona que había aguantado una lucha larga con la depresión.—2 Pedro 3:13.
Esta confianza, unida al esfuerzo diligente por aplicar lo que la Biblia dice en cuanto a nuestra conducta, resulta en felicidad duradera. Los testigos de Jehová están muy deseosos de ayudarle a desarrollar dicha seguridad. Ellos le ayudarán a acercarse aún más al Dios de quien la Biblia dice que puede “reanimar el espíritu de los humildes y reavivar el corazón de los abatidos.”—Isaías 57:15, Versión Cantera-Iglesias.
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Los matrimonios basados en esta clase de amor nunca fallan¡Despertad! 1982 | 22 de enero
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Los matrimonios basados en esta clase de amor nunca fallan
“El amor es sufrido y bondadoso. El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se siente provocado. No lleva cuenta del daño. No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta. El amor nunca falla.”—1 Corintios 13:4-8.
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