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  • El problema creciente del abuso del alcohol
    ¡Despertad! 1980 | 22 de julio
    • El problema creciente del abuso del alcohol

      LAS bebidas alcohólicas pueden hacer que uno disfrute más de una comida, sí, hacer que el corazón se sienta bien. No obstante, para un creciente número de personas por todo el mundo el abuso de las bebidas alcohólicas está produciendo un efecto drásticamente diferente. Las está convirtiendo en individuos enviciados. ¿Cuánto se ha generalizado el problema?

      El Ministerio de Salud Pública de Italia informa que allí la tendencia hacia el alcoholismo es “incontrolable.” Un informe publicado declara que en Francia, entre las 11 de la noche y las 6 de la mañana, ¡de cada 10 automóviles en la carretera por lo menos uno tiene al volante a alguien que está embriagado! Y casi la mitad de todas las camas de los hospitales de Francia están ocupadas por alcohólicos. Se hace referencia a esto como la “enfermedad nacional” de Francia.

      En la Unión Soviética se informa que el alcoholismo es responsable del 90 por ciento de todas las ofensas menores y del 60 por ciento de todos los asesinatos.

      Se dice que en los Estados Unidos la cantidad de alcohólicos asciende a más de 10.000.000. Muchos de éstos son veteranos de guerras.

      En muchos países, el abuso de las bebidas alcohólicas es responsable de aproximadamente el 20 por ciento de los casos de niños golpeados, 75 por ciento de todos los delitos y crímenes violentos, 20 por ciento de los ahogamientos, 50 por ciento de los accidentes industriales, 30 por ciento de los suicidios, 40 por ciento de los casos de separación o divorcio, y 20 por ciento de las admisiones para tratamiento siquiátrico. Obviamente el alcoholismo pone en peligro a millones de personas... no solamente a los alcohólicos.

      Consumo acrecentado

      La proporción de alcohol que se consume por persona está aumentando a un ritmo alarmante. La Organización Mundial de la Salud informa que en muchos países el número de personas que experimentan efectos adversos por acción directa del alcohol sobrepasa al número de personas que son afectadas por el conjunto de todas las drogas que producen hábito.

      La cantidad que el italiano de término medio bebe actualmente por día es el doble de lo que bebía hace 20 años, y el australiano consume 277 por ciento más de lo que consumía hace unos 30 años. Comentando sobre los problemas que el alcoholismo ha causado a la industria, el presidente de los Sindicatos Australianos declaró que la gran sed australiana está convirtiéndose rápidamente en una pesadilla.

      En algunas zonas el aumento es especialmente drástico entre las mujeres. Por ejemplo, en Alemania Occidental hace 10 años la proporción de alcohólicas era de 1 por cada 10 hombres alcohólicos; hoy la proporción es de 1 por cada 3, lo mismo que en Inglaterra. Y aunque a las francesas todavía se les considera básicamente como bebedoras de agua, el promedio de alcohol que cada una ingiere ya ha llegado a ser el 19 por ciento de su ingestión diaria de líquidos.

      ¿Hasta qué grado están envueltos en este problema los jóvenes? De unos 1.400 jóvenes menores de edad a los que se entrevistó en un país occidental, el 19 por ciento compraba bebidas alcohólicas de establecimientos públicos. En el caso de otro grupo de 2.741 adolescentes de 30 escuelas diferentes, se descubrió que el 9 por ciento de todos los que tenían de 12 a 17 años de edad afirmaban que llegaban al punto de estar “muy borrachos” más de una vez al mes, y otro 2 por ciento de ellos “perdía el conocimiento” con regularidad como resultado de las bebidas alcohólicas.

      Cómo se desarrolla el problema

      Inicialmente, puede que la persona experimente que, tal como dice la Biblia, el vino regocija el corazón. (Sal. 104:15) Entonces, a medida que pasan los años y a medida que parece aumentar la tolerancia del cuerpo para el alcohol, tal vez halle que está bebiendo mayores cantidades y bebidas más fuertes. Generalmente parece que tiene “buena cabeza para el licor,” y que puede beber sin que se le note ningún efecto. La tolerancia que parece tener para el alcohol hasta puede aumentar la confianza de la persona en sí misma.

      Más tarde, descubre que va dependiendo cada vez más del alcohol. Cuenta con él para pasar “buenos ratos.” El beber llega a ser un escape del aburrimiento, y es conveniente para ahogar los pesares. O puede ser que la persona simplemente aumente su dosis poco a poco para conseguir efectos eufóricos o anestésicos.

      Algunas autoridades dicen que el individuo que hace esto ya ha llegado a la etapa de dependencia sicológica. Tal vez se ponga un poco a la defensiva respecto a su posición cuando se habla del alcoholismo, pero, en la mayoría de los casos, no está dispuesto a reconocer que está convirtiéndose en alcohólico. Tal vez nunca se emborrache en todo el sentido de la palabra. No obstante, es posible que tenga un problema.

      Si se encara a su situación en esta etapa temprana, la recuperación se puede lograr con mayor facilidad. Pero si no lo hace, generalmente avanza a lo que algunos llaman la dependencia física, la necesidad de beber con regularidad para evitar los síntomas producidos por la privación.

      Dicho claramente: cuando el deseo de beber se satisface a grado excesivo y/o se depende de las bebidas de continuo, la persona tiene un problema con las bebidas alcohólicas.

      Por supuesto, no todo el que bebe es alcohólico. Pero es bueno saber las cosas que suceden en el cuerpo de la persona que sí toma bebidas alcohólicas con exceso. Se considera eso en el artículo siguiente. Ese conocimiento le puede servir de protección a usted. Y si usted está teniendo un problema con el beber, puede ayudarle a entender con mayor claridad la situación y lo que se puede hacer acerca de ella.

  • El efecto del alcohol en su cuerpo
    ¡Despertad! 1980 | 22 de julio
    • El efecto del alcohol en su cuerpo

      PARA entender el efecto que el alcohol tiene en el cuerpo, es preciso saber algo acerca de las células y los sistemas orgánicos del cuerpo humano. Estas células y órganos no trabajan en todo momento a capacidad máxima. Tienen lo que algunos denominan una “reserva funcional,” que está disponible para que el cuerpo la use al hallarse bajo tensión más allá de la normal. Así, a alguien le pudieran remover uno de los riñones por completo sin que eso interfiriera con una vida normal. Aunque a una persona le hayan quitado aproximadamente el 90 por ciento del hígado normal, o una porción considerable del cerebro, puede continuar llevando a cabo las actividades normales de la vida.

      Debido a esta “reserva funcional,” uno le puede imponer al cuerpo considerable tensión por medio de beber una cantidad excesiva de alcohol sin siquiera darse cuenta de lo que está sucediendo en el interior. Pero debe saberlo.

      Cuando se le impone tensión a una célula, ésta se hace más grande. Si la tensión es demasiado grande y dura demasiado tiempo, la célula por fin revienta y muere. Pero si la tensión se remueve a tiempo, la célula gradualmente puede recobrar su tamaño normal y seguir funcionando. Es solo cuando uno ha agotado la reserva, cuando demasiadas células han recibido daño o han muerto, que uno se ve obligado a admitir que está enfermo y que se ha excedido por un tiempo demasiado largo.

      Muchas personas que hasta cierto grado son grandes bebedores no sufren un colapso general de la salud. Pero hay varias enfermedades relacionadas con el alcohol de las cuales una persona puede sufrir sin darse cuenta de que son el resultado de sus hábitos de beber. Quizás parezca que su muerte se haya debido a alguna enfermedad común. Sin embargo, su muerte puede haber ocurrido 10 años antes de la de otras personas de la comunidad que tenían la misma edad que ella.

      ¿Consume usted bebidas alcohólicas? En tal caso, ¿cuánto bebe? ¿Cuánto puede beber alguien sin que la bebida le cause daño?

      Nivel prudente de beber

      La pregunta respecto a la cantidad de alcohol que el cuerpo humano puede manejar es muy compleja. La capacidad de cada persona es diferente. La cantidad que no le causa problemas a una persona puede ser demasiado grande para otra. Hay quienes sufren efectos adversos tras la ingestión de cualquier cantidad de alcohol.

      Las autoridades difieren en cuanto a lo que clasifican como llegar a un “nivel de riesgo” respecto al consumo diario. Sin embargo, muchas autoridades convienen en que el cuerpo de un adulto sano normal puede absorber y descomponer solo una onzaa (un trago) de alcohol, o dos onzas de vino encabezado, o cuatro onzas de vino de mesa, o de ocho a diez onzas de cerveza en una hora. Otras autoridades dicen que debe permitirse dos horas. Por supuesto, no todo el mundo está bien de salud, y eso puede cambiar el cuadro en gran manera.

      Si una persona ingiere más alcohol de lo que el cuerpo puede descomponer, el nivel de alcohol de su sangre sube. Al principio puede que se sienta relajada, pero el aumento de alcohol en la sangre causa pérdida de buen juicio y del control emocional. Entonces se causa daño a la coordinación muscular, y siguen hasta problemas más graves.

      En la mayoría de los adolescentes habría mal efecto si trataran de imitar la forma en que bebe el adulto de término medio. Puesto que la estructura del cuerpo de los adolescentes no es la de un adulto, usualmente experimentan los efectos sedantes del alcohol más rápidamente y a mayor grado. También, puesto que las emociones de la persona joven están en estado de desarrollo, los jóvenes rápidamente despliegan la evidencia de la embriaguez, y el adolescente pudiera ceder fácilmente a los impulsos sexuales.

      Sin embargo, ¿puede darse por sentado que no le vendrá ningún daño al adulto con tal que esparza su beber a través de algún tiempo y no consuma más por hora de lo que su cuerpo puede manejar? Eso no es necesariamente cierto. Hay un límite en cuanto a la cantidad que el cuerpo de la persona puede manejar en un día sin peligro. ¿Cuál es ese límite?

      La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la literatura médica suministran una gran variedad de cifras. Por ejemplo, un informe de la OMS designó 120 gramos de alcohol (12 bebidas de tamaño regular) como “consumo excesivo.” Dos años más tarde, un informe de la OMS dijo que el nivel de peligro pudiera ser menos de la mitad de esa cantidad. Y un estudio realizado en Francia ha indicado que las mujeres que toman tan poco como una bebida alcohólica de tamaño normal (de 10 gramos de alcohol) a base de una bebida diaria están más propensas a sufrir de cirrosis del hígado que las que no beben, y que dos bebidas diarias pueden tener efectos dañinos en los hombres.

      ¿Por qué la diferencia en las cifras? Entre otras cosas, las pruebas se realizaron con diferentes grupos de personas. Los individuos difieren. No todos pueden tolerar la misma cantidad de alcohol. Sería insensato beber cierta cantidad todos los días simplemente porque ‘se supone que eso es lo que la gente puede beber.’

      Recuerde, la salud de usted es lo que está en peligro. Si el beber somete su cuerpo a tensión excesiva con regularidad, está destruyendo su “reserva funcional.” Eso quiere decir que usted se está encaminando a la dificultad.

      La Biblia condena claramente la borrachera. (Efe. 5:18; Gál. 5:21) El borracho no solo perjudica su propia salud y pone en peligro su vida; también pone en peligro la vida de otros. Pero, además, las Escrituras dan esta advertencia: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso.” (Pro. 23:20) Lo que se ha aprendido acerca de los efectos que el abuso de las bebidas alcohólicas produce en varios órganos del cuerpo subraya la sabiduría de este consejo.

      Efectos de los cuales usted debe saber

      Si se somete el cuerpo frecuentemente a una sobrecarga de alcohol, eso afecta a muchas partes, y los efectos tóxicos son acumulativos.

      EL HÍGADO: Este órgano figura entre los principales que se encargan de la desintoxicación, pues neutraliza los gases que respiramos, las sustancias químicas de nuestro alimento, del agua y de las medicinas. El beber demasiado alcohol no solo estorba ese trabajo vital; aumenta la carga de sustancias químicas en el cuerpo. Además, reduce lo que puede hacer el hígado para contribuir a la formación de glóbulos rojos, factores de coagulación y mecanismos de defensa contra las bacterias. El daño al hígado puede resultar en pérdida de energía, venas varicosas, hinchazón de los tobillos, desequilibrio hormonal, impotencia e ictericia, para mencionar solo unos cuantos de sus efectos.

      El hígado, que normalmente es blando, se hace grande y duro cuando se abusa de él. Si se deja de beber a tiempo, puede volver a su tamaño normal. Pero si el beber en exceso ya ha destruido una buena porción de sus células, puede que se haya encogido y endurecido permanentemente.

      EL ESÓFAGO: Si el hígado está seriamente inflamado, eso aumenta la presión en las venas del aparato digestivo, y las venas que están situadas donde el esófago entra en el estómago se dilatan y sus paredes adelgazan. Sangran fácilmente, a veces profusamente.

      EL ESTÓMAGO: Aunque pequeñas cantidades de alcohol estimulan la secreción de jugos gástricos, grandes cantidades y fuertes concentraciones de él inhiben la secreción de éstos. El estómago se inflama. La superficie del estómago que segrega los jugos digestivos sufre deterioro, y los músculos estomacales se debilitan. Como resultado, el alimento no se mezcla o no se descompone químicamente a grado suficiente. Se desarrolla desnutrición, a menudo porque el cuerpo no está recibiendo el beneficio completo de lo que se come, y también porque la persona que bebe en exceso satisface su apetito con alcohol, pero priva a su cuerpo de los elementos alimenticios que son más necesarios.

      EL PÁNCREAS: El páncreas suministra enzimas que descomponen la materia alimenticia y también insulina para regular el nivel de azúcar en la sangre. Pero el exceso de alcohol hace que las enzimas ataquen y maten grandes porciones del páncreas. Como resultado, disminuye la producción de insulina, lo cual causa una diabetes leve, y debido a la falta de enzimas digestivas el alimento no se absorbe correctamente. Un peligro que acompaña a éstos es que la persona llega a depender de drogas (analgésicas) debido al dolor que se le ocasiona.

      EL CORAZÓN Y LA CIRCULACIÓN DE LA SANGRE: La hipertensión (alta presión sanguínea) y las anormalidades en el ritmo cardíaco también se desarrollan en los que cometen excesos en la bebida. A medida que las células cardíacas se agrandan, todo el corazón se hace más grande. Entonces las válvulas del corazón dejan de funcionar correctamente, se debilita su acción muscular y se perjudica la circulación de la sangre. Se priva a todo el cuerpo de la nutrición adecuada, y se acumulan las toxinas. El individuo que ha sido afectado de esta manera se hace susceptible a ataques cardíacos y a la apoplejía.

      LOS PULMONES: La bronquitis crónica y la pulmonía son comunes entre los que abusan de las bebidas alcohólicas. La tuberculosis es una complicación común, y se cree que se debe a mala nutrición y a una mayor susceptibilidad a las infecciones pulmonares. Un estudio reveló que por lo menos el 50 por ciento de los tuberculosos eran alcohólicos.

      LOS RIÑONES: El consumo excesivo de alcohol causa la dilatación de los vasos sanguíneos de los riñones. La cantidad de orina expelida llega a ser excesiva, y así se priva al cuerpo de fluidos necesarios.

      EL CEREBRO Y SISTEMA NERVIOSO: Las cantidades excesivas de alcohol causan daño particular al sistema nervioso. El cerebro, al igual que otros órganos, tiene una “reserva funcional” grande, de modo que muchas de sus células pueden ser destruidas sin que aparezcan síntomas perturbadores. Pero, a diferencia de lo que sucede en otros órganos, el daño que recibe el cerebro puede ser permanente. Los investigadores del cerebro han mostrado que no solo los alcohólicos, sino también los bebedores sociales que beben más de lo debido, experimentan un verdadero encogimiento del cerebro.

      El efecto del alcohol en el sistema nervioso puede manifestarse en la pérdida de memoria. Puede que la persona recuerde haber bebido, pero a la mañana siguiente no puede recordar cómo llegó a casa ni dónde estacionó su automóvil. El temblor y la falta de coordinación muscular, no simplemente por unas cuantas horas, sino por mucho más tiempo, dan más evidencia de que el sistema nervioso está sufriendo daño.

      Hay quienes se jactan de que “tienen cabeza para el licor.” Pueden beber mucho, pero dan la apariencia de estar sobrios. ¿Qué ha sucedido, realmente? No es necesariamente que el bebedor pueda ingerir más alcohol con menos daño. Más bien, ha desarrollado lo que solo aparenta ser una tolerancia para el alcohol, y como resultado de ello está ingiriendo más antes de que le den la alarma el cerebro y el sistema nervioso. Al mismo tiempo, si el hígado ha sufrido daño debido al exceso en beber, realmente el cuerpo no está tan capacitado para encargarse del alcohol como anteriormente. El que el individuo siga bebiendo en estas circunstancias resulta en más daño a todo el sistema. No es nada de lo cual jactarse.

      El cerebro y el sistema nervioso también controlan la respiración. De modo que hay verdadero peligro en las borracheras. Cuando el nivel de alcohol en la sangre sube demasiado, las funciones vitales del cuerpo pueden cesar.

      El efecto que el exceso de alcohol tiene en el cerebro afecta adversamente la personalidad de la persona que bebe demasiado. Esto no espera hasta el tiempo en que su salud se haya deteriorado a tal grado que la persona busque ayuda médica. Mucho antes de eso el hombre que bebe demasiado quizás empiece a maltratar a su esposa físicamente y quizás sea despedido de varios empleos debido a su comportamiento inconstante o irracional.

      El saber lo que sucede dentro del cuerpo del que bebe demasiado, y lo que otros ven que le está sucediendo a su personalidad, debe hacer que toda persona sensata se detenga y considere seriamente sus propios hábitos de beber. ¿Por qué esperar hasta que haya agotado toda su “reserva funcional” antes de tratar de regresar?

      La mezcla del alcohol con las drogas

      El peligro de causar grave perjuicio a los órganos aumenta tremendamente cuando el alcohol se toma junto con drogas, aun drogas caseras comunes como la aspirina y los antihistamínicos. Un estudio médico mostró que de las 100 drogas que se recetan con la mayor frecuencia, más de 50 contienen por lo menos un ingrediente del cual se sabe que reacciona desfavorablemente con el alcohol. Por lo menos una muchacha, Karen Quinlan, de los Estados Unidos, ha estado en estado de coma por varios años como resultado de mezclar el alcohol con tranquilizantes.

      No es que se desarrolle un nuevo elemento tóxico cuando se mezclan dos ingredientes tóxicos, pero en muchos casos la potencia de un ingrediente o del otro se multiplica mucho cuando se emplea la combinación incorrecta. El hígado ya debilitado se enfrenta a una potencia muy superior a la que pudiera afrontar con seguridad, sin causarse más daño a sí mismo.

      Cómo encararse al abuso del alcohol

      La manera de encararse al abuso de las bebidas alcohólicas no es por medio de recurrir a prácticas como la de comer papas o patatas fritas o huevos para reducir el ritmo de la absorción del alcohol. El tomar crema antes de entregarse a un exceso de bebidas alcohólicas no es la solución. Es cierto que el reducir el ritmo de absorción puede impedir que uno se ponga achispado, pero todavía se puede estar bebiendo en exceso.

      La solución no estriba en darse una ducha fría, beber café negro, salir al aire fresco, hacer ejercicios o ir a nadar para “animarse.” Esas actividades pueden cambiar la manera en que uno se sienta, pero no cambian la cantidad de alcohol que hay en la sangre, ni reducen el daño a las células.

      Lo que realmente se necesita es ser moderado en el uso de las bebidas alcohólicas, si es que uno las usa. ¿Qué puede ayudar a uno a hacer eso?

      [Nota a pie de página]

      a Una onza = 30 cm⁠3 ó 0,029 l.

      [Diagrama en la página 9]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      ¿Qué pasa cuando se bebe demasiado y con demasiada frecuencia?

      EL CORAZÓN

      Daño a la circulación

      EL HÍGADO

      Las toxinas se acumulan

      LOS RIÑONES

      Exceso de orina; salen del cuerpo fluidos que se necesitan

      EL CEREBRO

      Pérdida de memoria; efectos adversos en la personalidad

      EL ESÓFAGO

      Peligro de hemorragia

      LOS PULMONES

      50% de los tuberculosos son alcohólicos

      EL ESTÓMAGO

      Daño a la digestión

      EL PÁNCREAS

      Destruido en parte

  • Cómo controlar los problemas del alcohol
    ¡Despertad! 1980 | 22 de julio
    • Cómo controlar los problemas del alcohol

      EL ABUSO de las bebidas alcohólicas es un problema que puede afectar profundamente la vida de una familia entera. Por lo tanto, es beneficioso considerar este tema como familia, de modo que se ayude a todo miembro de la familia a entenderlo, y para que se coopere de manera que se eviten situaciones que tiendan a hacer que uno de los miembros trate de ahogar sus problemas en la bebida.

      No espere hasta que el alcoholismo haya echado a perder su vida de familia antes de comenzar a hacer algo al respecto. Tome medidas preventivas.

      Por desgracia, este problema ya se ha desarrollado en muchas familias. ¿Qué pueden hacer?

      Cuando ya existe el problema

      En primer lugar hay la necesidad de enfrentarse al hecho de que existe un problema con las bebidas alcohólicas. Puede que el alcohólico no crea que tiene tal problema. Otros miembros de su familia, así como también sus amistades de fuera del hogar, quizás piensen que sí lo tiene. ¿Por qué? Estas personas no pueden ver si está ocurriendo algún daño en los órganos internos del que tiene el problema. Pero sí pueden ver el deterioro en su comportamiento.

      El que está llegando a depender del alcohol tiende a buscar la botella cuando se siente solo o deprimido. Quizás se sienta avergonzado por la forma en que toma, o irritado por la crítica de otras personas, y por lo tanto trate de ocultar la cantidad que consume. Cuando quiere un trago, puede que se sienta algo irritado hasta que lo consiga. Como resultado de sus hábitos de beber, puede que se haga impulsivo, menos razonable, y hasta quizás recurra a la violencia física contra su cónyuge. Aunque no tome todos los días, una vez que ha comenzado toma demasiado. Con el tiempo, quizás sufra desmayos causados por el alcohol, o ataques causados por la privación cuando no logra conseguir un trago.

      La persona que está teniendo problemas con el alcohol quizás sepa que su vida de familia está en deterioro. Puede que se dé cuenta de que está teniendo problemas en su empleo. Pero si alguien le insinúa que una importante razón de esto es que está dependiendo demasiado del alcohol, no es raro que tal persona se ponga a la defensiva. Si el médico le dijera a tal persona que es alérgica a cierto alimento y que su salud mejoraría si lo eliminara de su dieta, probablemente haría tal cosa. ¿Es diferente la situación respecto al alcohol? Sí, el alcohol puede actuar como una droga que altera el estado de ánimo, y la persona puede llegar a depender de él, tanto sicológica como físicamente.

      Si el individuo está dispuesto a encararse al hecho de que tiene una debilidad con relación al alcohol y de que esto le puede arruinar la vida, pero que, a pesar de eso, le sería posible dominar su hábito y valdría la pena intentarlo, hay esperanza de recuperación. Esto requiere firme resolución y seguir un programa definido.

      Librándose de depender del alcohol

      El problema no se resuelve por medio de limitar el beber a los fines de semana. Tampoco puede eliminar la persona la necesidad del alcohol por medio de pasar de bebidas fuertes al vino o la cerveza. Una proporción considerable de los que son alcohólicos toman solo cerveza la mayor parte del tiempo.

      Es necesario limpiar el sistema y permitir que las células se reparen hasta donde sea posible. Se requiere una abstinencia total. Algunos médicos dicen que hay que dejar pasar por lo menos cuatro días antes de que el cuerpo elimine completamente la última bebida alcohólica. Sin embargo, la restauración de las células que han sufrido daño como resultado de hábitos de beber imprudentes puede requerir seis meses o más, un período durante el cual se debe dar atención especial a la buena alimentación.

      No siempre se presentan síntomas en alguien porque se le prive del alcohol, pero esos síntomas son comunes entre los que habitualmente beben en exceso y los alcohólicos. En lo que baja el nivel del alcohol en la sangre y el sistema nervioso se ajusta al cambio, la persona puede experimentar inquietud, irritabilidad, depresión, insomnio, confusión, palpitaciones, transpiración, temblor y náusea. Usualmente estos síntomas comienzan de ocho a 24 horas después que la persona ha dejado de beber. Si la condición de alcoholismo se ha prolongado, o si la condición física es muy mala, puede haber otras reacciones severas que requieran atención médica.

      Lo que pueda hacer el cuerpo para renovar los órganos perjudicados dependerá de la cantidad de “reserva funcional” que haya sido destruida, el tiempo que haya durado la condición, y el cuidado que se dé con miras a reconstruir el cuerpo. En la mayoría de los casos, para los que están verdaderamente enviciados por el alcohol, es poco probable que éstos puedan volver al uso normal de las bebidas alcohólicas. Sin importar cuánto tiempo haya pasado, un trago pudiera ser demasiado. Es como si un volcán en el interior de la persona estuviera esperando hacer erupción. En un caso como ése, la única manera en que la persona puede continuar llevando una vida normal es por medio de abstenerse totalmente de la bebida.

      La familia puede ayudar

      La cooperación de la familia es importante para librar a la persona de depender del alcohol, y, en muchos casos, la familia está muy deseosa de ayudar. Para minimizar la tentación, sería aconsejable remover toda bebida alcohólica de la casa. También se le hará más fácil al que tiene esta debilidad combatirla si otros miembros de la familia se abstienen de beber en su presencia.

      Por supuesto, habrá ocasiones en que el que tiene el problema esté de visita en el hogar de otras personas. Debido a que éstas no saben de su condición, o por descuido, puede que le ofrezcan una bebida alcohólica. ¿Qué puede hacer él? Esto es algo en que debe pensar con anticipación. No es necesario que les dé una explicación detallada, pero su negativa debe ser firme. “No, gracias. Pero sí disfrutaría de un vaso de gaseosa [o de agua].”

      Lo que la Biblia dice es muy estimulador para el que quiere librarse del abuso del alcohol. Habla de personas que lograron vencer tal problema (1 Cor. 6:9-11), y de aquellos que por razones personales se abstuvieron del todo. (Núm. 6:2, 3) También relata sucesos que envuelven a familias enteras que se abstuvieron de bebidas alcohólicas, por obediencia al cabeza de la familia, para conservar la dignidad del nombre de la familia. A las familias recabitas se les menciona de manera especial a este respecto. Estas se abstuvieron por generación tras generación, aunque vivían en la vecindad de otras familias que usaban el vino regularmente. Dios no les pidió a aquellos recabitas que se abstuvieran del vino, ni tampoco requiere su Palabra que haya abstinencia total en la actualidad, pero él los consideró favorablemente por lo que hicieron en obediencia a su cabeza de familia.—Jer. 35:5, 6, 8, 18, 19.

      Obteniendo fortaleza espiritual

      El conocimiento exacto de la Palabra de Dios puede contribuir mucho a que uno tenga la fuerza espiritual necesaria para sobreponerse a las debilidades. La Biblia le mostrará cómo enfrentarse con éxito a los problemas en vez de tratar de cegarse a la realidad por medio de beber excesivamente.

      Considere el ejemplo de un joven australiano que tenía serios problemas relacionados con el alcohol. A menudo, para llegar a su hogar desde la taberna, ponía su automóvil en primera velocidad, mantenía la puerta abierta y sacaba la cabeza para ver la línea blanca, de modo que necesitaba dos horas para viajar los once kilómetros a su hogar. Gastaba hasta 40 dólares en aguardiente en un fin de semana. Hasta llegó a sufrir de alucinaciones, y por eso hizo un voto de dejar de beber. Pero no lo logró.

      Para ese tiempo comenzó a estudiar la Biblia con la ayuda de los testigos de Jehová. Él mencionó el asunto del alcohol y se le mostró que Dios no aprueba a los borrachos, y que la vida eterna en un paraíso terrenal restaurado es posible para los que viven de acuerdo con las normas de la Biblia.—Gál. 5:21; Juan 17:3.

      No se le hizo fácil cambiar, pues era el centro de atracción de sus fiestas. Cuando comenzó a aquietarse, sus compañeros tomadores pensaron que lo que pasaba era que él tenía una novia, pero que pronto la influencia de ella se debilitaría y él volvería a las fiestas. Pero el poder de las promesas de Dios influía más en él de lo que pensaban sus amigos, y nunca volvió a sus partidas de beber. Él dice: “Ya han pasado 10 años desde que pude vencer mi problema de beber. Ahora soy mucho más feliz y estoy más saludable, gracias a la bondad de Jehová.”

      Este cambio no vino de la noche a la mañana. Fue un cambio gradual, que vino a medida que él fue obteniendo más conocimiento y creciendo en entendimiento. Lo que no había podido lograr solo anteriormente, lo logró con la ayuda del espíritu de Dios.—1 Cor. 6:11.

      El conocimiento de la Biblia contribuye a matrimonios más felices, familias más felices. Ayuda a eliminar problemas al ayudar a la persona a tomar decisiones más sabias en la vida. Ayuda a uno a habérselas con las conmociones y a entender por qué existen las iniquidades y ocurren las calamidades. Describe un nuevo sistema que espera a los que aman la vida y hacen la voluntad de Dios, y ayuda a uno a desarrollar la motivación necesaria para cambiar su patrón de vida y ser aceptable a Dios.—Rom. 12:1, 2; 2 Ped. 3:13.

      Las bebidas alcohólicas pueden traer disfrute si se usan de manera correcta. Pero si usted tiene un problema con las bebidas alcohólicas no deje que éste le arruine la vida. Enfréntese al problema. Hágalo ahora.

  • Transformando vidas en África
    ¡Despertad! 1980 | 22 de julio
    • Transformando vidas en África

      EN American Ethnologist aparece un estudio sociológico hecho sobre la sociedad por línea materna (una forma matriarcal) de la provincia de Luapula, Zambia. La investigadora Karla O. Poewe, de la Universidad de Lethbridge, en Alberta, Canadá, considera el efecto que tienen las organizaciones religiosas en el modo tradicional de vivir de los nativos de Luapula. Después de pasar 18 meses entre éstos, la investigadora Poewe llegó a la conclusión de que solo los “testigos de Jehová tienen éxito” en lograr “cambios de comportamiento entre sus miembros respecto a parentesco, familia y actividades económicas,” mientras que otros grupos tienen “un registro indiferente en cuanto a éxito en dar guía para una conducta práctica y en cuanto a lograr que el individuo se adhiera a tal conducta.” Su estudio incluye las siguientes declaraciones:

      “En las aldeas, las actividades de los [testigos de Jehová] se acercan a lo que se esperaría del mejor de los movimientos de redención no revolucionarios. De manera casi imperceptible los miembros reestructuran su vida y así, indirectamente, sus comunidades con el fin de llegar a ser participantes de lleno en el venidero reino de Dios. . . .

      “Los testigos de Jehová, cuyas enseñanzas constan de un proceso de aprendizaje diseñado para edificar siervos maduros, . . . se han ganado entre sus coterráneos la reputación de ser escrupulosamente honrados, y por eso se les prefiere para empleos en los cuales se maneja dinero.”

      Describiendo las tradiciones familiares de los nativos de Luapula, la investigadora Poewe explica que, puesto que la herencia en la sociedad de ellos se registra a través de la línea materna, “el matriarcado de Luapula permite a las mujeres controlar la tierra, recoger de sus hijos remesas de dinero y divorciarse de los esposos ‘inútiles.’” Dice también: “Las mujeres creen que los divorcios fáciles son cosa vital en medio de condiciones en las que los hombres no están ‘entrenados’ para ser los proveedores principales para la esposa y los hijos.” ¿Hasta qué punto han podido los Testigos enfrentarse con éxito a tal conducta tradicional en el matrimonio?

      La investigadora Poewe contesta: “Los testigos de Jehová experimentan mayor éxito que los miembros de otras organizaciones religiosas en cuanto a mantener uniones maritales estables. Como sucede entre los patronos y empleados, su éxito representa una relación modificada de intercambio entre esposo y esposa, quienes, en sus recién descubiertos y no amenazadores esfuerzos por cooperar, se han hecho responsables, en su trato entre sí, a un nuevo testaferro, Dios. A cambio de la confianza, la cual es algo muy arriesgado para que una mujer la conceda a un hombre a menos que éste sea su hermano (en la sociedad por línea materna de Luapula), a los esposos testigos de Jehová se les enseña a madurar en la práctica de la responsabilidad para el bienestar de su esposa y sus hijos. Pero, además de participar en un intercambio de confianza y responsabilidad, al esposo y la esposa se les estimula a ser personas de integridad (abantu abacishinka). Esta exigencia dominante de integridad fortalece con unión el matrimonio.”

      ¿A qué atribuye este estudio sociológico tan gran ajuste en el modo tradicional de vivir entre los nativos de Luapula? La escritora dice que entre los testigos de Jehová “se trata la Biblia como ‘modelo’ para la vida social.” Como lo expresa ella: “Los testigos de Jehová de Luapula usan la Biblia para producir personas que sean dignas de participar en el nuevo mundo.”

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