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Profetizando con la organización lealLa Atalaya 1962 | 1 de abril
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lo que muestra que ésta es Su organización leal con la cual Él hace el profetizar predicho.
29. (a) ¿De qué es el profetizar verdadero una evidencia exterior, y por medio de quiénes se lleva a cabo? (b) ¿Cómo resultará la unificación de cada uno en la organización?
29 El profetizar verdadero es la evidencia externa del derramamiento del espíritu de Jehová. Este profetizar, en el que ahora toman parte no unos cuantos escogidos sino todos los miembros de cualquier suerte de carne, es la predicación predicha de “estas buenas nuevas del reino.” Estamos a salvo cuando estamos en la organización que es leal a Jehová Dios, llenos con su espíritu y haciendo su trabajo profético ordenado. A Él cada uno de nosotros debería orar que unifique nuestro corazón para temer su nombre. La unificación del corazón de cada individuo para temer el nombre de Jehová contribuirá a la unificación de la entera organización leal. Todos los que están en la organización, entonces, hablarán con una sola boca. (Rom. 15:6) Así nos mantendremos “firmes en un mismo espíritu, con una misma alma luchando lado a lado por la fe de las buenas nuevas, y en nada amedrentados por [nuestros] opositores. . . . es prueba. . .de salvación para [nosotros]; y esta indicación procede de Dios.”—Fili. 1:27, 28.
30. Por ser leales a él, ¿cómo obrará Dios para con nosotros con bondad?
30 Por ser leales a Dios, él será leal a nosotros. Él cumplirá nuestra oración unida: “Ejecuta conmigo una señal que signifique bondad, para que la vean los que me odian y se avergüencen.” (Sal. 86:17) Para vergüenza de ellos, pero cual señal de bondad para nosotros, Jehová Dios nos usará para completar el profetizar predicho, la predicación de las buenas nuevas de su reino, usándonos así con su organización leal, hasta que venga el mismo fin y él sea vindicado completamente.—Mat. 24:14.
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El paraíso galileoLa Atalaya 1962 | 1 de abril
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El paraíso galileo
JEHOVÁ DIOS mismo les aseguró a los israelitas que la tierra adonde los traía manaba leche y miel. Y Moisés, en sus palabras de despedida a su pueblo, exaltó las virtudes del país adonde iban. De toda la tierra de Palestina, Galilea era la más hermosa y fértil, y de Galilea lo selecto era el llano de Genesaret, al noroeste del mar de Galilea. Concerniente a éste el historiador Josefo escribió:
“Tanto su naturaleza como su belleza son maravillosas; su suelo es tan fructífero que en él puede crecer toda suerte de árboles, y por lo tanto los habitantes siembran allí toda suerte de árboles; pues la complexión del aire está tan bien mezclada que se presta a los de varias clases. Particularmente el nogal, que requiere el aire más frío, florece allí en gran cantidad; también hay palmeras, que crecen mejor en el aire caliente; la higuera también y el olivo crecen cerca de ellos, los cuales aun requieren un aire que sea más templado. Uno pudiera llamar a este lugar la ambición de la naturaleza, donde obliga a las plantas que son naturalmente enemigas unas de otras a estar de acuerdo juntas; es una feliz contención de las estaciones, como si todas ellas reclamaran como suyo el país; pues no solo sustenta diferentes clases de frutos del otoño más allá de lo que esperarían los hombres, sino que los conserva largo tiempo; suministra a los hombres los frutos principales, uvas e higos continuamente, durante diez meses del año, y el resto de los frutos a medida que maduran juntos por todo el año; porque además de la buena temperatura del aire, también lo riegan aguas de una muy fértil fuente.”—Wars, Libro 3, 10:8.
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