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Carta de la SucursalMinisterio del Reino 1976 | agosto
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Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
A principios de abril se celebró una serie de cinco reuniones en diferentes secciones de los Estados Unidos con los superintendentes de circuito y distrito. La Sociedad estaba interesada en los comentarios de éstos sobre varias cosas relacionadas con nuestra adoración y el servicio del campo y el resultado fue un valioso e interesante intercambio de estímulo.
Nos pareció que uno de los puntos principales que salió a relucir bastante consistentemente en todas estas reuniones les interesaría mucho. Tuvo que ver con lo necesario que es que todos nuestros hermanos se familiaricen mejor con la Biblia en relación con el estudio personal y las reuniones cristianas y que aprendan a usarla con mayor provecho al resolver problemas y al predicar las buenas nuevas en el servicio del campo.
Es probable que ustedes también hayan notado que Nuestro Servicio del Reino nos ha animado a usar la Biblia dondequiera que sea posible en nuestra adoración pública. El leer directamente de ella no solo nos distingue como discípulos de Cristo, sino que infunde poder y autoridad a nuestras palabras. Para familiarizarse mejor con la Palabra de Dios, muchos de nuestros hermanos están aumentando su lectura diaria de la Biblia.
Ciertamente nos deleitamos de servir con ustedes, hermanos, produciendo y enviando Biblias y literatura bíblica, y para nosotros es un privilegio trabajar con ustedes en lo que tiene que ver con sus necesidades en el servicio del campo. Que Jehová continúe con todos nosotros. Sírvanse aceptar en esta ocasión nuestro afectuoso amor cristiano.
Sus hermanos,
LA OFICINA DE SUCURSAL DE BROOKLYN
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Queremos ayudar a la genteMinisterio del Reino 1976 | agosto
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Queremos ayudar a la gente
1 Jehová Dios ha demostrado inequívocamente su deseo de ayudar a la gente, pues dio el tesoro más preciado de su corazón, su Hijo unigénito, a favor de la humanidad. (Juan 3:16) Durante el ministerio terrestre de Jesús, que incluyó su muerte en sacrificio, él exhibió el mismo deseo sincero de ayudar a la gente. (Mat. 8:3; 20:28) Queremos imitar el ejemplo de ellos ayudando a la gente, y esto es especialmente urgente porque estamos muy dentro del tiempo del fin. No basta con suministrar literatura bíblica a la gente; en realidad necesitan ayuda personal para conocer y entender los propósitos de Dios, y podemos darles esa ayuda por medio de un estudio bíblico de casa.—Juan 17:3.
2 ¿Cuánto tiempo debemos dedicar en el servicio del campo para ayudar a la gente? Puesto que nuestras circunstancias varían grandemente, la congregación no fija cuotas o metas para el servicio del campo. Sin embargo, individualmente, quizás nos sea provechoso fijarnos metas que tomen en cuenta nuestras circunstancias. Por supuesto, Jehová requiere que rindamos servicio de toda alma. (Mat. 22:37) Algunos quizás solo puedan dedicar unas cuantas horas a la semana, mientras otros quizás puedan dedicar tiempo varios días cada semana a proclamar las buenas nuevas. Sus circunstancias quizás le permitan hacer esfuerzos por llegar a ser un precursor temporero o emprender el servicio de precursor regular. De modo que, algunos pueden hacer mucho más que otros debido a disfrutar de mejor salud física, vigor y mayor libertad en la vida.—Mar. 4:20.
3 Puede que a algunos de nosotros nos parezca que el predicar de casa en casa y conducir estudios con la gente en sus hogares es algo a lo cual no estamos inclinados naturalmente. Sin embargo, el amor a Jehová y a la gente, nos permite vencer este sentimiento y hallar gozo en el servicio del campo. Y cuando nos damos cuenta de que estamos ayudando a la gente que vive en la sombra de la muerte, pronto olvidamos nuestro interés en nosotros mismos. (Mat. 16:24; 11:28-30) Jehová recompensa abundantemente a los que dan de sí mismos altruistamente.—Mal. 3:10.
¿QUÉ MÁS PODEMOS HACER?
4 El deseo de llevar el mensaje a la gente y ayudarla ha impulsado a algunos publicadores a ajustar su programa para el servicio del campo. En ciertas zonas han informado que el sábado ha resultado ser un tiempo muy oportuno para hacer la oferta regular y comenzar estudios bíblicos en vez de solamente ofrecer revistas.
5 ¿Y qué hay en cuanto a comunicarse con los que no están en casa cuando se les visita durante el día? Puesto que nuestro deseo es ser tan cuidadosos y cabales como nos sea posible y hacer disponible nuestra ayuda a todos en el territorio, ¿por qué no tratar de visitar por la tarde, o temprano en la noche, esforzándonos por llevar el mensaje y ayudar a los que no están en casa durante el día? Puede que por razones de seguridad dos de ustedes deseen trabajar juntos durante la tarde o temprano en la noche.
6 Se puede ayudar a la gente usando la Biblia directamente. ¿Por qué? Esto le da al público una expresión más exacta de nuestra obra. Un hermano escribió a la Sociedad, declarando: “Después que se dio estímulo para usar más la Biblia, me fue muy fácil trabajar con la Biblia en la mano y, después de un saludo e introducción considerando los problemas de la localidad, abrir la Biblia a un texto y considerarlo con el amo de casa. ¡Qué sorprendido quedé cuando casi toda persona a la cual le hablé prestó atención, y algunos hasta tomaron literatura! Anteriormente había tenido poca acogida en ese territorio; lo que parece que abrió el corazón de ellos al mensaje de la verdad fue la Biblia abierta.” Sí, el abrir la Palabra de Dios y leer de ella puede captar y retener la atención de algunos amos de casa, haciéndolos responder como ovejas.
7 Además del servicio del campo, nos ponemos en comunicación con la gente de otras maneras. Por medio de mostrar buen tacto e interés amigable en las personas, podemos aprovecharnos de estas oportunidades, para ayudar a la gente a apreciar la Palabra de verdad de Dios y su mensaje de salvación. El que cada día despleguemos excelente conducta cristiana también ayuda a la gente, pues les recomienda la verdad por la cual vivimos. Por medio de ofrecer el libro Verdadera paz y seguridad y comenzar estudios bíblicos siempre que sea posible durante el mes de agosto, llamamos la atención al maravilloso amor que Jehová Dios y Jesucristo tienen por la humanidad y logramos nuestro deseo sincero de ayudar a la gente.—2 Cor. 5:20.
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La verdad es provechosa todos los díasMinisterio del Reino 1976 | agosto
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La verdad es provechosa todos los días
1 En muchísimas congregaciones nuestras hermanas están haciendo una excelente contribución al adelanto de la obra del Reino. Día tras día trabajan arduamente con sus familias, son celosas en el servicio del campo y a menudo soportan muchos problemas y frustraciones a fin de andar en su integridad. Por supuesto, muy pronto el Nuevo Orden resolverá estos problemas. Pero aun ahora el tener la verdad es muy provechoso para nuestras hermanas, y para todos nosotros. ¿Ha meditado usted últimamente en cómo la verdad puede serle de provecho todos los días?
CÓMO LA VERDAD ES PROVECHOSA EN LA RELACIÓN MATRIMONIAL
2 Comprendemos que si usted tiene un esposo incrédulo, tal vez opuesto, o hijos incrédulos, pueden haber muchas dificultades en su hogar. Pero la bendición de conocer la verdad y aplicar sus principios es que podemos aprender a enfrentarnos más eficazmente a nuestras situaciones. Podemos aprender a vivir con los problemas, en vez de dejar que éstos nos depriman. Por ejemplo, muchas de nuestras hermanas con esposos opuestos tienen un espíritu tranquilo y llevan una vida sosegada, bien ordenada. ¿Cómo? La verdad las ha ayudado a adoptar un punto de vista equilibrado de su situación. Estas hermanas han aprendido a no esperar demasiado muy pronto de sus esposos y familias, y su espíritu tranquilo y sereno ha sido una buena influencia para sus esposos y otros miembros de su familia.
3 Recientemente una hermana pensó que no podía aguantar más abuso mental y verbal de su esposo opuesto. Por su cuenta decidió separarse de él, pero antes de hacerlo le oró a Jehová y leyó cuidadosamente 1 Corintios 7:10-16 y 1 Pedro 3:1-6. Repasó su situación con dos ancianos de la localidad y obtuvo consejo y ayuda maduros. Después decidió hablar con su esposo y decirle lo que había pensado hacer pero que lo había reconsiderado a la luz de las Escrituras. Le habló bondadosa y respetuosamente, pero con franqueza, y su esposo opuesto respondió
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