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  • Viviendo en medio del desorden en Irlanda
    La Atalaya 1975 | 15 de enero
    • lejos de un vehículo sospechoso. También, a veces las fuerzas de seguridad revisan a grado cabal los vehículos en su búsqueda de explosivos. Tenemos que esperar estas cosas y salir para las reuniones con bastante anticipación para estar seguros de llegar a tiempo.

      A menudo es prudente que los viajeros se encierren con llave dentro de sus autos para impedir que abran las puertas a la fuerza los que tratan de secuestrar autos. Una familia, en camino a una reunión de congregación, se detuvo en una línea de autos ante un semáforo. Se horrorizaron al ver a los terroristas avanzando velozmente de un auto al siguiente tratando de expropiar vehículos. ¡Una de las cerraduras de su vehículo estaba rota! Afortunadamente, al acercarse los terroristas, cambió la luz del semáforo y se pusieron en marcha. Sin necesidad de decirlo, la cerradura de la puerta se reparó velozmente.

      Estas condiciones han causado mucha incomodidad, pero todas nuestras reuniones de congregación en la zona de Belfast han continuado como de costumbre. Nadie ha sufrido daño mientras asiste.

      VIGILANTES

      Un desenvolvimiento que nos ha causado considerable dificultad al adherirnos a un derrotero de neutralidad es el surgimiento de los movimientos de vigilantes, en particular en Belfast y Londonderry. Estos grupos se forman donde las comunidades católicas romanas y protestantes están estrechamente adyacentes. Estos son lugares donde la menor cosa puede hacer estallar el disturbio. Los residentes de estas zonas se organizan para protegerse de las incursiones de parte de los extremistas resueltos al asesinato y la destrucción de propiedad.

      A menudo vecinos bien intencionados ejercen gran presión en los testigos de Jehová para que participen en la protección de la zona. Por ejemplo, uno de mis hermanos cristianos recientemente se había mudado a una calle cuando los vecinos decidieron organizarse en un grupo de vigilantes. Se llamó a todos los residentes a una reunión especial. Sin necesidad de decirlo, la familia de Testigos, los únicos en la calle que no participaron en la reunión, se sentían algo incómodos. Ya varias familias católicas romanas en esa calle se habían visto obligadas a irse cuando apedrearon sus casas.

      Después de disolverse la reunión especial, se oyó un toque en la puerta principal. Dos mujeres estaban colectando alimento y otros abastecimientos para los vigilantes. La familia explicó su posición de neutralidad como testigos de Jehová, y las mujeres se fueron sin que ocurriera dificultad.—Juan 17:15, 16.

      Sin embargo, el fervor de vigilantes se extendió y se multiplicaron las peticiones de ayuda material. Se pidió dinero para ropa abrigadora para los que estaban de guardia durante las frías noches de invierno. También, hubo una colecta de dinero para un fondo a fin de hacer salir de la zona a las esposas y los hijos en caso de agravarse la dificultad. Cada vez que se hacían las peticiones, se explicaba la posición cristiana de los testigos de Jehová.

      A medida que aumentaban las tensiones, y la destrucción de casas y otra propiedad no conocía límites, también aumentó la presión para amoldarse y tomar partido. Hay que ver la abrumadora cantidad de devastación que ha arruinado grandes zonas de Belfast para apreciar plenamente lo crítico de la situación, y la desesperación de la población para protegerse. El Testigo en esta calle explica:

      “Los vigilantes se hacían cada vez más impacientes con nuestra posición de neutralidad. Todos, explicaban ellos, estaban desempeñando un papel en la protección de la zona mientras yo dormía a pierna suelta en mi cama calientita, protegido bajo su custodia.

      “Todo lo que tenía que hacer, se me dijo, era caminar alrededor de la manzana por unas cuantas horas cada noche e informar cualquier cosa sospechosa. Trataron de probar que yo no podía ser cristiano, porque el ministro local estaba tomando su turno. Aunque el antagonismo contra mi posición estaba montando mucho, expliqué de nuevo por qué mi conciencia no me permitiría participar en tal actividad.

      “Al remitirme a los principios bíblicos en que me basaba, empezaron a salir uno por uno. Sin embargo, advirtieron que si mi casa ardiera como resultado de actividad terrorista, no me ayudarían.

      “Pude explicar al único vigilante que se quedó que los cristianos primitivos no participaron en el conflicto al tiempo de la destrucción de Jerusalén en el primer siglo. No pelearon ni por los ejércitos romanos imperiales ni por las fuerzas judías nacionalistas, sino que permanecieron absolutamente neutrales, aunque esto les acarreó condenación de sus vecinos. Indiqué que no era que a los cristianos del primer siglo no les interesaran sus conciudadanos —Jesús lloró ante la perspectiva de lo que le iba a suceder a Jerusalén— sino que su lealtad era para el reino de Dios, y rehusaban dejarse arrastrar a las luchas políticas del mundo.

      “Después de una consideración de estos y otros puntos, el que se quedó dijo que ahora entendía nuestra posición. Desde entonces no nos han vuelto a molestar.”—Juan 18:36.

      Esto pone de relieve las fuertes presiones que el cristiano verdadero tiene que resistir si no ha de dejar que este sistema lo prense en su molde.

      BARRICADAS

      De vez en cuando la gente local obra por su propia cuenta y cierra las zonas donde viven. Se erigen barricadas para protegerse, y se niega el paso a las personas consideradas indeseables.

      En una ocasión había habido muchos tiroteos y matanzas en la zona donde viven mi yerno y su familia. Prevalecía antagonismo odioso, y montaban la cólera y la ira virulentas. Se levantaron barricadas.

      Una de estas barricadas bloqueaba completamente la entrada lateral de la casa de mi yerno. El mudarla unos cuantos centímetros le habría ahorrado mucha incomodidad. De modo que decidió tratar de conseguir que los constructores de la barricada la mudaran. Sin embargo, no estaban de humor para una discusión razonable. Uno de ellos señaló encolerizadamente que mi yerno no tenía derecho de quejarse puesto que no estaba participando en la defensa de la zona.

      Ante la hostilidad que le manifestaron, decidió que no valía la pena argüir en cuanto al asunto. Toleró la incomodidad.

      DISCUSIONES DE FAMILIA

      Una cosa que ha ayudado a nuestra familia a mantener conducta cristiana apropiada y evitar dificultad innecesaria es el tener discusiones de familia con regularidad. Hablamos en cuanto a qué acción nos sería apropiado tomar para hacer frente a las diversas circunstancias que surgen durante las presentes condiciones turbulentas. El tener claramente presente de antemano cuál sería el proceder prudente y bíblicamente aprobado ciertamente ha sido una ayuda.

      El considerar estos asuntos repetidas veces es vital, puesto que el hacer lo correcto puede ser salvavidas. Por ejemplo, algunas de las cosas que repasamos de vez en cuando incluyen: Alejarse sin falta de todo sitio donde hay dificultad inmediatamente que se encienda la violencia, y no esperar a ver qué sucede. También, durante dificultad quedarse dentro de la casa y lejos de las ventanas. ¡Las balas que rebotan y el vidrio que vuela no hacen acepción de personas!

      PREDICACIÓN DE CASA EN CASA

      Ha ocupado un lugar importante en nuestras consideraciones, también, la mejor manera de llevar a cabo nuestra actividad de visitar de casa en casa para ayudar a las personas a llegar a un conocimiento exacto de los propósitos de Dios. Se necesita mucho tacto y discreción al hacer esta obra de predicación en medio del desorden actual.

      Naturalmente la gente es muy sospechosa y temerosa de extraños. Ha habido muchas ocasiones cuando un toquido a la puerta en Belfast ha anunciado a una partida asesina. ¡Personas han sido muertas con armas de fuego en los escalones de sus propias puertas de entrada!

      Merece consideración el hecho de que en algunas zonas de Belfast ni siquiera las fuerzas de seguridad tienen acceso libre o seguro. En algunos casos agentes secretos se han hecho pasar por visitantes de casa en casa; por consiguiente, se sospecha de todo el que no sea bien conocido en un vecindario.

      En algunos casos los testigos de Jehová han tenido que abandonar ciertas zonas, incluso vecindarios católicos romanos y protestantes, debido a las amenazas de extremistas. No nos hemos detenido a argüir, sino que hemos salido rápidamente más bien que aguardar a que estalle la violencia. A veces hemos evitado ciertas localidades del todo, pero más tarde empezamos de nuevo a visitar a la gente en estas zonas. Sin embargo, tenemos que ejercer gran precaución al hacerlo.

      Es importante que usemos sabiduría práctica. En consecuencia, mientras las dificultades se hallaban en su colmo, drásticamente redujimos gran parte de nuestra actividad de predicación vespertina. También, hemos descubierto que es bueno llevar algún medio de identificación positiva. No solo es esto útil cuando nos examinan las fuerzas de seguridad, sino que también ayuda a apaciguar los temores de algunos amos de casa.

      Hay muchos individuos aquí a quienes se les hace difícil comprender que una persona puede ser cristiana, creyente en la Biblia, sin ser católica romana o protestante. Pero muchas más personas están empezando a darse cuenta de que los testigos de Jehová son diferentes, que somos neutrales, y estamos realmente separados de todo lo que sea político, católico romano o protestante.

      EFECTOS DE LA VERDAD BÍBLICA

      Yo en particular disfruto de trabajar en la obra de predicación pública entre mis vecinos católicos romanos. Al tiempo presente estoy participando con regularidad en una discusión bíblica de casa con un joven matrimonio católico romano que están apreciando las maravillosas verdades de la Biblia y su promesa de paz y seguridad genuinas. Después de un año de asociación feliz emociona el ver cómo la verdad bíblica puede derribar las barreras que han mantenido a la gente separada por siglos y han causado tanto disturbio.

      Ahora espero con deleite nuestra próxima asamblea cristiana cuando el primer miembro de esta familia anteriormente católica planea simbolizar por bautismo en agua su dedicación a hacer la voluntad de Jehová. Uno de mis asociados comentó sobre cuán espléndido es ver la amistad estrecha que tenemos entre nosotros, uno anteriormente ferviente católico romano y el otro anteriormente fanático protestante.

      Aunque lo peor de las dificultades se calma periódicamente, el desorden todavía está aquí. Hay una situación muy tensa, hirviendo a fuego lento cual volcán, y puede producir grandes presiones mentales y emocionales. Le doy gracias a Dios de que, aunque mi familia y yo estamos viviendo en medio del desorden aquí en Irlanda del Norte, no formamos parte de ello.—Contribuido.

  • Los cristianos verdaderos no pueden ser cobardes
    La Atalaya 1975 | 15 de enero
    • Los cristianos verdaderos no pueden ser cobardes

      SE REQUIERE valor para ser cristiano verdadero, ya que uno tiene que estar dispuesto a enfrentarse con peligros, dificultad, oposición y, sí, aun la muerte misma. Los discípulos genuinos de Jesucristo no pueden esperar recibir mejor trato que el que recibió su Señor. Como Jesús mismo dijo: “El esclavo no es mayor que su amo. Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán.”—Juan 15:20.

      Aunque Jesús fue perseguido, no había causa justa para ello. Mostró un interés activo en el bienestar de otros. Fue compasivo, bondadoso y amoroso. (Mat. 8:2, 3; 11:28-30; Mar. 8:2) Laboró incansablemente, a menudo privándose de alimento y descanso necesario, para aliviar a los humanos imperfectos de sus dolencias y para darles consuelo y estímulo espirituales. (Mat. 14:13, 14; Mar. 6:31-34) Aunque fue injuriado, nunca vilipendió a nadie. El registro de su vida fue sin tacha, libre de pecado.—1 Ped. 2:22, 23.

      No obstante Jesucristo vino a ser objeto de intensa hostilidad. Fue acusado maliciosamente de ser borracho y glotón, violador de la ley de Dios y hasta poseído de demonios. (Luc. 7:34; Juan 5:18; 8:48) Sufrió grandes indignidades: le escupieron, lo abofetearon, lo golpearon con los puños, lo azotaron y finalmente lo clavaron a un madero para morir en deshonra pública como si fuese blasfemador contra Dios.—Mat. 26:65-67; Juan 18:22; 19:1, 17, 18.

      Requirió tremendo valor de parte de Jesús aguantar todo esto. Pudo haber evitado el hacerse objeto de hostilidad si simplemente hubiese llevado una vida buena como carpintero en Nazaret. Pero valerosamente declaró la verdad, poniendo de manifiesto las falsedades religiosas y lo incorrecto de una vida que se llevaba únicamente para autointerés. Eso le acarreó el odio del mundo, pues los que preferían llevar una vida contraria a la voluntad de Dios no querían ser denunciados como inicuos. Les dolía que los desenmascararan poniendo de manifiesto que no eran las personas “justas” que muchos de ellos alegaban ser.—Juan 3:19, 20.

      A los discípulos de Jesucristo se les insta a hacer lo que él hizo. No solo tienen que llevar una vida que concuerda con la voluntad de Dios, sino que tienen que estar activamente ocupados en ayudar a otros a hacer lo mismo. (Mat. 28:19, 20) Esta actividad, especialmente, los pone en conflicto directo con los que prefieren sus propios caminos inicuos. Estos reaccionan violentamente, queriendo que esta obra se detenga. Encarados a oposición violenta, los cobardes se detendrían, pero los cristianos verdaderos no.

      El espíritu o actitud dominante de los cristianos verdaderos no es uno de cobardía. Es posible que sean tímidos, que tengan temor de que se les cause daño o hasta

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