Por qué el clero renuncia
CADA mes ahora centenares de sacerdotes y ministros renuncian. El éxodo del clero se ha convertido en un torrente poderoso, sacudiendo las iglesias hasta sus cimientos.
El National Catholic Reporter calculó que en los Estados Unidos por lo menos 2.700 sacerdotes católicos salieron tan solo en 1968. Y la revista Time informa: “La elevada cifra de 3.000 clérigos protestantes abandonan los púlpitos de los EE. UU. cada año.”
En otros países hay un éxodo semejante.
LOS HOMBRES QUE RENUNCIAN
¿Quiénes son los hombres que renuncian? ¿Son hombres que carecen de cualidades y habilidad?
El sociólogo jesuita Eugene Schallert, después de terminar un estudio de centenares de sacerdotes católicos que se habían marchado, declaró: “Los que están saliendo son algunos de los mejores hombres de la iglesia... algunos de los más inteligentes, de los más emprendedores. . . . Profesionalmente son hombres principales, capaces de ocupar puestos realmente buenos.”
Un ejemplo es Charles Davis. Antes de irse era el principal y más conocido teólogo católico de Inglaterra. En noviembre del año pasado Bernard J. Cooke también renunció. Era un prominente teólogo católico de los Estados Unidos. Entre otros que han renunciado recientemente están obispos católicos de nota: James P. Shannon, de los Estados Unidos, y Mario Renato Cornejo Ravadero, del Perú. También, la casa papal se conmovió cuando uno de la flor y nata de sus miembros, el monseñor Giovanni Musante, renunció el año pasado.
¿Es significativo el que muchos de los “mejores hombres” estén encabezando el éxodo? Sí lo es. Pues como explica el ex-sacerdote católico Alex MacRae: “La mayoría de los sacerdotes no están equipados para hacer nada afuera, y esto es lo que mantiene a muchos de ellos adentro.”
Sin embargo, ahora se han establecido varias agencias para ayudar a ex-sacerdotes y ministros a ajustarse y obtener empleo seglar. En consecuencia, el éxodo está obteniendo ímpetu. Es digno de nota que solo una de estas agencias se encarga ahora de aproximadamente 165 nuevos clientes-sacerdotes al mes... ¡2.000 al año! John Wesley Downing, director de otra de estas agencias, predice que más de la mitad de los 450.000 ministros protestantes y sacerdotes católicos de los Estados Unidos renunciarán para 1975.
POR QUÉ RENUNCIAN
Pero, ¿por qué renuncian tantos? Lo que con mayor frecuencia se cita como razón es la ley del celibato que prohíbe que los sacerdotes se casen.
Sin embargo, sería incorrecto sacar la conclusión de que el requisito del celibato es la razón única o fundamental por la cual los sacerdotes renuncian. Como comenta el monseñor Myles Bourke, de la ciudad de Nueva York: “La mayoría de ellos se salen porque están frustrados en su trabajo. A muchos de los jóvenes se les trata como adolescentes y se sienten restringidos.”
Es como escribe el joven Charles W. Long, que renunció al sacerdocio en 1966: “Me impacienté, no por el celibato, sino porque estaba quedando convencido de que se me estaba estorbando más bien que ayudando en cuanto al servicio que podía rendir al hombre.” Hizo notar la “farsa de una parroquia dedicada a organizar juegos de Bingo y conducir novenas.” ¿Opina usted lo mismo acerca de esas actividades?
Cuando Charles Wood dejó el sacerdocio en Honduras Británica el verano del año pasado comentó: “Parece que nos hemos atollado en los surcos de los rituales y la tradición . . . aunque me dieran permiso para casarme mañana y permanecer como parte del arreglo, todavía renunciaría.”
Con frecuencia los sacerdotes que se van notan que hay algo fundamentalmente mal en la Iglesia Católica. El ex-sacerdote Herbert Hooven, de Brooklyn, Nueva York, escribe: “Hay tantos puntos fundamentales envueltos . . . Puedo discernir claramente la distinción entre una comunidad religiosa verdaderamente cristiana y la típica parroquia católica.”
Cuando dijo por qué renunciaba, el teólogo católico Charles Davis hizo notar el problema básico. “Mientras más estudio la Biblia,” dijo él, “menos probables han llegado a ser las alegaciones católicas. . . . sencillamente no hay base bíblica bastante firme sobre la cual erigir una estructura de tan grandes proporciones como requiere la alegación católica romana. . . . No hallo atención a la verdad por su propia causa. Razones de conveniencia, sobre todo, la conservación de la autoridad, parecen dominar siempre.”
Añadió: “La Iglesia como institución está entregada a sí misma y se interesa más en su propia autoridad y prestigio que en el mensaje del Evangelio.”
M. R. C. Ravadero, quien llegó a ser el más joven obispo católico del mundo en 1961 y después renunció el año pasado, dijo: “En este ambiente me sentía sofocado. . . . No podía continuar siendo cabeza de una Iglesia que no comprendía.” ¿Ha considerado usted renunciar a la iglesia por razones semejantes?
Los ministros protestantes también están renunciando en masa, aunque no se les prohíbe casarse. Para tratar de determinar por qué, la Iglesia Unida de Cristo llevó a cabo una encuesta en que investigó a 231 de sus ex-ministros. Lo que se descubrió fue que las razones claves por las cuales renunciaron los ministros fueron la desilusión y frustración que les causó la iglesia.
En el Canadá, el ex-ministro de la Iglesia Unida George Doney explicó lo que finalmente lo impulsó a renunciar: “Quedé convencido de que si permanecía allí estaba perpetuando la distinción falsa entre el clero y los legos.” Dijo que de su clase de veintitrés ministros que se graduó en 1961, cinco ya habían dejado la iglesia organizada y otros cinco están listos para salir.
Se ve, pues, que el vacío espiritual de sus iglesias está haciendo que líderes religiosos, por millares, o dejen su posición o dejen enteramente la iglesia. El cardenal Paul-Emile Leger, por diecisiete años arzobispo de Montreal, explicó cuando renunció a su puesto en 1967: “Quizás algunos pregunten, y con razón, por qué abandono la nave en el momento que estalla la tormenta. Sin embargo, al fin y al cabo, es justamente esta crisis religiosa la que me ha llevado a desistir de la posición de mando.”
Esto lleva a preguntar: ¿Por qué asistir a las iglesias de la cristiandad cuando hasta el clero está renunciando en masa? ¿Hay otro lugar adonde uno pueda ir para ser alimentado espiritualmente?
CLÉRIGOS HALLAN VERDAD BÍBLICA
Algunos clérigos han comenzado un estudio serio de la Biblia, la Palabra de Dios. En el este de los Estados Unidos un ministro bautista obtuvo una copia de la ayuda para el estudio de la Biblia La verdad que lleva a vida eterna en octubre de 1968. Lo leyó en dos noches y reconoció el sonido de la verdad. Su congregación concordó en considerar este abundante alimento espiritual contenido en esta ayuda para el estudio de la Biblia. Les deleitó lo que aprendieron. Por eso, con el tiempo, se vendió el edificio eclesiástico y todas las familias salvo una comenzaron a estudiar con los testigos de Jehová y ahora asisten a las reuniones.
En diciembre de 1968, después de un período de estudio bíblico, un clérigo de sesenta y nueve años de la Iglesia Bautista de Nazaret en la República Sudafricana dio un sermón de despedida, explicando que se iba de la iglesia porque había hallado el camino que lleva a la vida eterna. Ahora participa en esparcir las buenas nuevas del reino de Dios con los testigos de Jehová.
Un ministro pentecostés del Uruguay mostró interés en lo que la Biblia dice acerca del fin de este sistema de cosas. Después de hablar con un testigo de Jehová, asistió a sus reuniones. Quedó convencido de que había hallado la verdad, y pronto se puso a testificar a otros.
Ejemplos como éstos están haciéndose más frecuentes. Muchos individuos sinceros, clérigos y personas que van a las iglesias, reconocen el vacío espiritual de las iglesias y buscan en otro lugar la verdad de Dios. Si usted realmente ama a Dios y su Palabra, ¿no es eso lo que usted, también, debería estar haciendo?