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  • ¿Puede creer en Dios la personan realista?
  • ¡Despertad! 1983
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¡Despertad! 1983
g83 22/1 págs. 3-6

¿Puede creer en Dios la persona realista?

¿ES USTED una persona realista? La mayoría de nosotros quisiéramos creer que lo somos. El que se apega a la realidad procura dejarse guiar por hechos que puedan comprobarse. Desea evitar el engaño de sueños poco realistas o de ideas poco prácticas. Dentro del contexto racional y científico del mundo de hoy, tal manera de abordar los problemas es muy atrayente.

Pero esta actitud ha resultado en que muchas personas dejen de creer en Dios. Les parece que en el siglo veinte, que está orientado hacia lo científico, es imposible creer en una Persona sobrehumana invisible que creó todo. Prefieren recurrir a la ciencia para hallar las respuestas a preguntas tales como “¿De qué manera llegamos a estar aquí?” y “¿A dónde nos estamos encaminando?”. Entonces, ¿son poco realistas las personas que creen en Dios?

Los límites del realismo

Antes de contestar esta pregunta, debemos recordar que el realismo tiene sus límites. El realista solo puede formar conclusiones basadas en los hechos que él conoce. Pero ¿qué hay si no conoce todos los hechos? O supongamos que él crea en algo que no sea exacto. O tal vez los hechos que él tenga a su alcance sean exactos, pero su modo de razonar sea erróneo. En tal caso, es evidente que sus conclusiones “realistas” estarían erradas.

Sin duda Winston Churchill era realista, según creía él, cuando dijo en 1939: “La energía atómica tal vez sea tan buena como los explosivos que tenemos hoy en día, pero es poco probable que produzca algo que sea mucho más peligroso que éstos”. Tristemente, su conclusión estaba muy lejos de la verdad. Igualmente, en 1959 el director gerente del Fondo Monetario Internacional dijo: “Es muy probable que la inflación mundial haya llegado a su fin”. Pero, ¡oh, qué errado estaba! Por eso, aun cuando hombres altamente calificados evalúan cierta situación “de manera realista”, sus conclusiones no siempre están correctas.

Pero ¿a qué se debe el que ciertas personas que quieren ser realistas nieguen la existencia de Dios?

Los científicos y la creencia en Dios

Una razón por la cual algunas personas niegan la existencia de Dios es porque les parece que la ciencia ha hecho que pase de moda dicha creencia. ¿Es así? Bueno, pocos de entre nosotros somos científicos, pero ciertamente sería apegarse a la realidad considerar lo que los científicos mismos dicen al respecto. Un artículo que apareció en la revista New Scientist declara: “Entre los legos persiste el punto de vista... de que los científicos han ‘refutado’ la religión. Dicho punto de vista generalmente sostiene que los científicos son incrédulos; que Darwin puso los últimos clavos del ataúd de Dios y que desde entonces una serie de innovaciones científicas y tecnológicas han descartado la posibilidad de que haya resurrección alguna. Este punto de vista está extremadamente errado”. (Las bastardillas son nuestras.)

El artículo agregó: “Los científicos no son personas notablemente irreligiosas. No hay encuestas confiables que se puedan usar como base, pero una encuesta extraoficial de universidades, instituciones de investigación y laboratorios industriales indica que hasta ocho científicos de cada 10 son adeptos a una fe religiosa o apoyan principios que ‘no son científicos’”. Desde un punto de vista realista, el hecho de que muchos científicos tengan cierto grado de fe en Dios ciertamente es prueba de que la ciencia moderna no hace que sea imposible creer en la existencia de El.

Pero tal vez a usted le parezca que las teorías científicas —especialmente la teoría de la evolución— hacen innecesaria la existencia de Dios. El hecho es que muchos de los que de modo realista examinan las pruebas a favor de la evolución descubren, lamentablemente, que éstas son deficientes. Y algunos de los que las aceptan hasta hallan que tales teorías no bastan para explicar la belleza y la magnificencia de la vida en nuestro planeta Tierra.

El profesor Robert Jastrow, eminente geólogo, astrónomo y físico, acepta la teoría de la evolución. Pero en un artículo que apareció en la revista Science Digest él escribió: “Cuando se estudia la historia de la vida, y se contempla esta larga historia desde la perspectiva de varios centenares de millones de años, uno se da cuenta de que es progresiva y que sigue una dirección fija. [...] No obstante, ¿se puede decir que esta historia de los sucesos que culminan en el hombre, con su clara dirección, carezca de dirección?”. El concluye que dicha pregunta “va más allá del alcance de la ciencia”.

Muchos concuerdan en que la “historia de los sucesos que culminan en el hombre” muestra que hay dirección. Pero ¿es razonable no suplir el próximo eslabón lógico en la cadena del razonamiento? El que haya prueba clara de dirección ciertamente comprueba que hay un director. Y ese director solo puede ser Dios. De esto se puede concluir de manera realista que, en vez de que la evolución haga imposible la creencia en Dios, la existencia de Dios hace innecesaria la teoría de la evolución.

Hay otra razón por la cual algunas personas afirman no creer en Dios. A veces se valen de la ciencia para encubrir motivos más profundos. Considere lo que escribió el ateo Aldous Huxley: “Yo tenía motivos para no querer que el mundo tuviera sentido; por consiguiente, supuse que no lo tenía”. ¿Cuáles eran sus motivos? “Para mí, así como para muchos de mis contemporáneos, sin duda, la filosofía de la falta de sentido era esencialmente un instrumento de liberación. La liberación que deseábamos era simultáneamente liberación de cierto sistema político y económico, y liberación de cierto sistema de moralidad.”

Pero si negamos la existencia de Dios y decimos que el mundo no tiene sentido simplemente porque queremos que así sea, ¿cambia esto los hechos? Cualquiera que crea que así es, se parece al muchachito que quiere ocultarse, de modo que se cubre los ojos con las manos. ¡Cree que, porque él no puede ver a nadie, nadie puede verlo a él! Pero ¿es realista decir que Dios no existe simplemente porque rehusamos reconocer su existencia?

El realismo y la creencia en Dios

El apóstol Pablo desarrolló un argumento poderoso que ha resultado en que muchos realistas crean en Dios. Dijo: “Sus cualidades invisibles [las de Dios] se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por medio de las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad”. (Romanos 1:20) Pablo podía ver la belleza de la creación, la maravillosa variedad de la vida y los asombrosos cielos estrellados, y en éstos podía discernir algunas de las cualidades del que los creó. La ciencia moderna nos ayuda a ver lo intrincado que es el diseño de las cosas de la naturaleza y cuánto poder y sabiduría se necesitaron para traerlas a la existencia. Por lo tanto, en cierto sentido el mundo de la naturaleza hoy da un testimonio hasta más poderoso de la existencia de Dios que en el tiempo de Pablo.

Es verdad que hay algunas personas que rechazan este razonamiento. Pero ¿de qué otra manera pueden explicar el orden que existe en el mundo de la naturaleza? Respecto a tan solo un aspecto pequeño de dicho orden, las moléculas de proteína, el autor sobre asuntos científicos Rutherford Platt escribió: “La posibilidad de que los átomos de carbón, oxígeno, nitrógeno e hidrógeno, como también el fósforo y una constelación de elementos metálicos, se combinen en las proporciones correctas, bajo las condiciones apropiadas, puede compararse con la posibilidad de que una baraja de naipes que se haya tirado al aire caiga sobre la mesa de tal manera que todos los naipes estén en el debido orden... cosa casi imposible, aun si los naipes se tiraran al aire cada segundo sin pausar durante toda la historia”.

El autor dice a continuación que él, no obstante, cree que las proteínas llegaron a existir de esta manera... por casualidad. Pero ciertamente una persona realista, al hallar una baraja de naipes armoniosamente puestos en su debido orden sobre una mesa, se daría cuenta de que alguien los había colocado ahí cuidadosamente. ¿Es poco realista llegar a la misma conclusión cuando se observa la bella armonía que hay en la naturaleza?

Hombres intelectuales, como Rutherford Platt, sin duda se sienten impulsados a aceptar una explicación naturalista, o no divina, de las cosas —a pesar de las pruebas— debido a que ése es el tipo de razonamiento que es aceptable hoy. Aun a los científicos que creen en Dios se les haría difícil, al preparar sus escritos científicos, dar el crédito a El como causa directa de las cosas. Ellos hacen lo que está de moda en el mundo intelectual. Pero ¿es realista permitir que las modas del mundo intelectual dicten nuestro parecer sobre las cosas? Las modas cambian. ¡La existencia de Dios es asunto demasiado serio para que dependa de modas y cosas por el estilo!

Hay que aceptar la existencia de Dios

Aunque la ciencia ha aumentado nuestro conocimiento en cuanto al mundo de la naturaleza, no ha resuelto el problema de crear una sociedad humana que funcione bien; tampoco lo ha logrado ninguna otra rama de instrucción humana. Esto ahora ha llegado a ser un problema serio.

La verdad es que en la actualidad la situación mundial está fuera del control de los seres humanos. Los políticos no pueden controlar la carrera de armamentos nucleares ni la amenaza de la contaminación, que va esparciéndose. Los líderes cívicos no pueden controlar la explosión del delito. Los economistas no pueden resolver los problemas de la inflación ni de la producción menguante, y para centenares de millones de personas la vida es degradada y no ofrece esperanza. La verdad espantosa es que hay buena razón para dudar de que la raza humana sobreviva por mucho más tiempo.

La Biblia había predicho esta situación y da a conocer la razón principal de ello. Dice que los hombres serían “amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, temerarios, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios”. (2 Timoteo 3:1-4) ¿Es de extrañar que el mundo esté en tan mala situación, ya que está lleno de personas como ésas? Es patente que las condiciones jamás mejorarán si no mejoran las personas. Bueno, pues, la ciencia no puede mejorar la naturaleza de las personas. ¿Hay alguien que pueda hacerlo? Sí, Dios puede hacerlo.

La naturaleza del hombre está degenerada debido a que éste se ha alejado de Dios. No obstante, la Biblia nos dice que Dios está “reconciliando consigo mismo a un mundo”. (2 Corintios 5:19) Los que responden a esta reconciliación realmente cambian. ‘Cesan de amoldarse a este sistema de cosas.’ Más bien, se ‘transforman’. (Romanos 12:2) Cultivan cualidades como el amor, la consideración, la honradez, la confiabilidad y el interés en otras personas. Estas personas tienen una razón sumamente realista para creer en Dios. Han experimentado el poder de él en la propia vida de ellas.

Si el mundo estuviera lleno de personas que obedecieran los principios divinos (no de personas que simplemente alegaran ser cristianas), la mayor parte de los problemas de hoy quedarían resueltos. Y eso es exactamente lo que va a suceder. “Solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será; [...] Pero los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.” (Salmo 37:10, 11) La mejor esperanza que el hombre pudiera abrigar depende del cumplimiento de esta promesa.

¿Es ésta una esperanza que no se apega a la realidad? Bueno, sabemos que los hombres están arruinando el ambiente de la Tierra y que están a punto de destruir la raza humana. Por eso el confiar en los hombres carece de realismo. Si no creemos en Dios, nuestra única esperanza estriba en ilusiones. ¿Es, entonces, un proceder realista el dar la espalda a Dios? ¿No es, más bien, una magnífica expresión de realismo el recurrir al Único que tiene el poder, la sabiduría y el deseo de rescatarnos de los resultados de nuestros errores? Sí, la persona realista no solo puede creer en Dios, sino que tiene que creer en El.

[Comentario en la página 4]

No es verdad que los científicos hayan “refutado” la religión

[Comentario en la página 4]

Los científicos no son personas notablemente irreligiosas

[Comentario en la página 5]

En vez de que la evolución haga imposible la creencia en Dios, la existencia de Dios hace innecesaria la teoría de la evolución

[Comentario en la página 5]

¿Es realista decir que Dios no existe simplemente porque rehusamos reconocer su existencia?

[Comentario en la página 6]

La existencia de Dios es asunto demasiado serio para dejar que las modas de los intelectuales decidan al respecto

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