Ponderando las noticias
¿“Instrumentos” de paz?
“Instrumentos de seguridad y libertad para las naciones.” Así describió el papa Juan Pablo II a unos soldados que asistieron a misa en la plaza de San Pedro. El servicio religioso fue para miembros de los ejércitos de 24 países y se celebró en relación con el Año Santo de la Iglesia Católica Romana. El papa dijo a los soldados: “¡Su fortaleza es necesaria para el bienestar de su semejante, para la seguridad de su patria, para el bien común de la paz nacional e internacional!”.
¡Qué diferencia hay entre esto y la actitud que se desplegó durante los primeros siglos de nuestra era común, según lo revela hasta la historia eclesiástica! Por ejemplo, la publicación católica suiza Orientierung dice del santo patrón de Francia, “san” Martín (316-397 E.C.): “Que este muy famoso santo del cristianismo occidental renunciara al servicio militar por su convicción cristiana, pues consideró incompatible el ser soldado y cristiano al mismo tiempo, siempre ha sido embarazoso para la teología católica. Este hecho se ha mantenido —sea deliberadamente o indeliberadamente— en silencio”. Supuestamente, “san” Martín dijo al emperador romano Juliano: “Soy soldado de Cristo; no se me permite pelear”.
Jesucristo, en vez de instar a sus seguidores a participar en el guerrear temporal, los animó a ‘continuar amando a sus enemigos’ (Mateo 5:44). El apóstol Pablo señaló la posición cristiana tocante a la participación en conflictos terrestres cuando escribió: “La verdad es que, aunque llevamos una vida humana normal, la batalla que peleamos es en el nivel espiritual”. (2 Corintios 10:3, The New Testament in Modern English, de Phillips.)
Víctimas del hambre
Otra prueba de que estamos en los últimos días es el hambre. Al señalar a nuestro tiempo, Jesucristo predijo ‘escaseces de alimento en un lugar tras otro’. (Mateo 24:3, 7.)
El hambre ahora acecha a masas de gente a través de una amplia faja de la zona norte-central del África, y está dejando tras sí una estela de gran miseria y la muerte de millones de personas. Pero no era de conocimiento general que entre 1958 y 1961 las escasas cosechas de la China se habían convertido en graves escaseces de alimento como resultado de sequía, inundaciones y plagas. Por primera vez, funcionarios de la China continental reconocieron hace poco que más de 10.000.000 de habitantes murieron durante esos cuatro años de hambre. Jeff Bradley, escritor de Prensa Asociada, cita al portavoz del Negociado de Estadísticas del Estado, Xu Gang, al decir que, durante aquellos años, “más de 10.000.000 de personas” murieron de causas no naturales “debido a factores de origen humano y a graves desastres naturales”.
A pesar de los esfuerzos por encubrir los hechos, la lista de víctimas que han muerto de hambre en este siglo no puede ocultarse. Y todo esto se suma al poderoso cumplimiento de la profecía de Jesús con relación a ‘la señal de su presencia y de la conclusión de este sistema de cosas’. (Mateo 24:3.)
“¿Qué está ocurriendo en nuestra sociedad?”
Con gran frecuencia hoy día, la violencia azota en los momentos y lugares más inesperados. Por ejemplo, la paz de las primeras horas de una tarde dominical en un suburbio de Sydney fue trastornada repentinamente cuando pandillas rivales de motociclistas, armados con escopetas, rifles, navajas, cachiporras, destornilladores y cadenas, se hicieron la guerra declarada unos a otros. Cuando terminó la lucha, unos 15 minutos más tarde, seis miembros de dos pandillas de motociclistas y una transeúnte de 14 años de edad yacían muertos. Por lo menos otras 20 personas habían sido heridas, algunas gravemente.
Una pregunta que se hacen muchas personas en Australia y en el resto del mundo se resumió bien en The Australian del 3 de septiembre de 1984: “¿Qué está ocurriendo en nuestra sociedad?”. Los “enseñados por Jehová” saben la respuesta (Juan 6:45). Lo que se presenció recientemente en Australia es solamente un episodio de una larga serie de actos violentos que se ven por todo el mundo desde el año 1914. Ningún lugar de la Tierra está exento del toque mortífero de la violencia. La Biblia señala a esas cosas como prueba de que la humanidad está viviendo en “los últimos días”. Conforme a la Palabra profética de Dios, vemos ahora un “aumento del desafuero” y una sociedad plagada de individuos “sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad”. (Mateo 24:12; 2 Timoteo 3:1-3.)