-
¿Vale la pena orar?¡Despertad! 1981 | 22 de febrero
-
-
Este problema se resolvió cuando un hombre llegó a la casa y preguntó si la familia sabía dónde podría conseguir empleo. Se le preguntó si tenía licencia para conducir. El hombre contestó que sí, y se le dijo: “Entonces tiene empleo aquí mismo.”
Pero, ¿quién supervisaría el trabajo de preparar y empaquetar el tofu? Los tres hijos del dueño del negocio aunaron sus esfuerzos e hicieron tofu temprano por la mañana durante la ausencia de su padre. Aun el hijito de cinco años de edad ayudó por medio de transferir a bolsas plásticas las tortas flotantes del cuajado de soja. De hecho, él empaquetó unos cuantos centenares de tortas sin romper una sola, ¡cosa que podría resultar difícil hasta para un adulto con experiencia!
La esposa de aquel hombre había estado preocupada por ciertos problemas de salud, pero éstos desaparecieron durante la ausencia de su esposo. En resumidas cuentas, a medida que este hombre fue orando por hacer la voluntad de Dios y obrando en armonía con sus oraciones, se le fueron allanando todos los obstáculos.
Respuestas a sus oraciones
¿Están siendo contestadas las oraciones suyas? ¿Le parece que realmente ha llegado a conocer a Dios? ¿Tiene su vida el profundo sentido de propósito y significado que debería tener? ¿Ha orado a Dios pidiendo que le ayude a conocer y hacer la voluntad de él? Si así es, sus oraciones sí serán contestadas.
Pero, ¿qué hará usted, a su vez? Es una cosa orar a Dios para que él le guíe. Es otra cosa aceptar su guía cuando él le contesta la oración. Jesús ilustró esto cuando relató acerca de cierto padre que dijo a su hijo: “Hijo, ve, trabaja hoy en la viña.” El hijo respondió: “Iré, señor,” pero no fue.—Mat. 21:28-32.
Muchas personas hoy en día sirven a Dios de dientes afuera, pero realmente no quieren hacer la voluntad de él. Quieren que Dios les sirva, pero ellas no están interesadas en servir a Dios. Quieren recibir dinero, o buena suerte, o ayuda en sus exámenes, no para servir mejor a Dios, sino simplemente por razones egoístas. (Sant. 4:3) Prefieren pasar por alto las respuestas que Dios sí les da en armonía con la voluntad de él.
En cambio, si usted está entre la minoría de personas que hoy en día realmente desean conocer a Dios, agradarle, ver que se haga la voluntad de él por toda la Tierra... entonces puede tener la certeza de que él sí contestará favorablemente sus oraciones. Los testigos de Jehová le ayudarán con gusto a aprender más acerca del Dios verdadero, el Oidor de la oración. Y, si usted le permite a él hacerlo, él le demostrará que sí vale la pena orar.
-
-
¿Visitar a extraños? ¿Para qué?¡Despertad! 1981 | 22 de febrero
-
-
¿Visitar a extraños? ¿Para qué?
La revista “The Observer,” de la Iglesia Unida del Canadá, intituló un artículo: “¿Quién, yo? ¿Visitar a extraños?” Sugiere que tanto ministros como legos hagan tales visitas, pero “supóngase que el extranjero sí abre la puerta y lo invita a entrar. Entonces, ¿qué? ¿Qué diría usted?” El artículo advierte contra el hablar de dinero: “Una de las imágenes que la iglesia tiene que borrar es la de que solo visitamos con la mano extendida... y la palma hacia arriba.”
Entre las cosas que se recomendaron para considerarlas estuvieron: “el boletín de la iglesia si tiene en él números telefónicos y fechas de reuniones. La hoja informativa. El informe anual, si es interesante y muestra de qué trata su iglesia.” La recomendación de Jesús a sus discípulos cuando él los envió a “tocar” lo que para ellos equivalía a los “timbres de las puertas” pudiera haber sido útil a los visitantes de la Iglesia Unida: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.”—Mat. 28:19, 20.
-