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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1984
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Ponderando las noticias

Cambia punto de vista sobre la resurrección

Según Gene Wehrli, profesor del Nuevo Testamento, del Seminario Eden, de Misuri, E.U.A., escriturarios católicos romanos y protestantes ahora concuerdan en principio en que ‘la idea de un alma inmortal no es bíblica, sino una idea helenística que se introdujo inadvertidamente en el pensamiento cristiano por equivocación’. Un reportaje que apareció en el St. Louis Post-Dispatch hace notar que Wehrli también afirma que ‘el punto de vista cristiano sobre la otra vida no se basaba en la creencia de un alma inmortal, sino en la de un cuerpo transformado por medio de la resurrección’. Él explicó: “El entendimiento helenístico es que las personas son inmortales por naturaleza... que tienen un alma que está atrapada en la carne y vuelve a Dios [...] La resurrección de la Biblia recalca que en cierto sentido la muerte es muerte, pero que Dios resucita a la persona en su unicidad”. Por lo tanto, se dijo que ‘la otra vida’ no era algo intrínseco de los humanos, sino, más bien, un “don gratuito de Dios”.

Es de interés notar que algunos escriturarios modernos están aceptando el punto de vista bíblico. La Palabra de Dios da claramente a los que han muerto la maravillosa esperanza de una resurrección. Note la promesa fortalecedora de fe que hizo Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir”. Él también dijo: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio”. (Juan 11:25; 5:28, 29.)

La vida y la ley

“El considerar la destrucción del feto como simplemente otro procedimiento quirúrgico es pasar por alto siglos de criminología, teología y filosofía moral.” Eso escribió Billups Percy, profesor de derecho de la Universidad de Tulane, en una carta que dirigió a The New York Times respecto al fallo que emitió recientemente sobre el aborto el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

En vez de discutir el pro y el contra de las decisiones, el profesor da a entender que “el Tribunal no debió haberlas decidido en absoluto”. ¿Por qué no? “Está claro que la cuestión del aborto es un ejemplo clásico de una situación en que las únicas normas judiciales disponibles son artificiales, inspiradas en un formalismo legal que simplemente no se conforma a lo que la tarea exige”, sostiene él. Como ejemplo, él menciona que “el Tribunal calibra cuidadosamente el valor del feto dividiendo en aproximadamente tres períodos iguales el tiempo que éste está en la matriz. Entonces [...] decreta que únicamente durante el último trimestre se pueden poner restricciones a la madre en lo que al feto se refiere”.

En realidad, cualesquier “normas judiciales” que impongan los humanos con relación a la santidad de la vida serían “artificiales”, porque la vida no se origina del hombre, sino de Dios. “Porque contigo [Dios] está la fuente de la vida”, dice el salmista en Salmo 36:9. Solo Dios tiene el derecho legal de decretar cómo ha de tratarse la vida, incluso la de la criatura no nacida. Nosotros, sus criaturas, somos responsables ante él, nuestro Hacedor. (Salmo 100:3.)

Una casa religiosa dividida

“Por largo tiempo se ha dado por sentado la divergencia entre las actitudes [entre los miembros de la iglesia] y las normas oficiales de la iglesia, pero estadísticas que se han recopilado recientemente confirman ese hecho”, comentó George W. Cornell, escritor sobre asuntos religiosos para Prensa Asociada. Por ejemplo, un estudio luterano mostró que, aunque la mayoría del clero cree que “un niño es pecador al momento de nacer”, menos de dos terceras partes del lego concuerdan con eso. Y, aunque casi la mitad de los legos creen que, de las muchas religiones que hay en el mundo, “la mayoría de ellas conducen a Dios”, menos de 5 por 100 de los clérigos que fueron entrevistados estuvieron de acuerdo con eso.

Cornell pasa a citar lo que dijo Dale Moody, clérigo bautista, cuando éste se opuso al énfasis que da su religión a “una vez salvo, siempre salvo”: la enseñanza de que una persona que acepta a Cristo no puede caer de la gracia, sino que tiene asegurada la salvación eterna. Al hacer otros comentarios sobre la casa dividida de la religión, Michael Novak, afamado escriturario católico, dijo: “Una nueva generación está cobrando fuerzas en la Iglesia Católica, está muy encolerizada con el establecimiento católico, y va a crear oleadas que afectarán a todos los estadounidenses”.

¡Qué diferente es la unificadora exhortación bíblica que se hace a los cristianos en 1 Corintios 1:10: “Que todos hablen de acuerdo, y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar”!

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