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Las bodas cristianas deben reflejar racionalidadLa Atalaya 1969 | 15 de junio
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para mostrar que pueden trabajar juntos en amor y de acuerdo con principios piadosos.—Efe. 5:22-33.
‘Pero, ¿qué hay en cuanto a ir de blanco y llevar velo?’ algunas personas desean saber. Como sucede con otras tradiciones, las ideas en cuanto al significado de éstas varían mucho. Para algunas personas en Alemania, un vestido nupcial blanco significa virginidad. Otras allí creen que impide que los espíritus malos reconozcan a la novia. En el Japón algunas consideran el vestido blanco de boda como símbolo de duelo; la novia ‘muere’ a sus padres y permanece con su esposo hasta la muerte. Sin embargo, para muchas personas en todas partes de la Tierra, el vestido blanco simplemente es una tradición de prístina belleza sin significado particular. No hay por qué una novia cristiana deba pensar que un vestido blanco de boda sea esencial, ni que se prohíbe universalmente.
Se puede considerar el velo de manera semejante. Las Escrituras no desaprueban que la mujer lleve cubierta la cabeza en presencia de su futuro esposo. (Gén. 24:63-67) De modo que no hay objeción a llevar un velo nupcial como un artículo atractivo. Sin embargo, si en la localidad hay opiniones definitivas en cuanto a un significado religioso falso o supersticioso de un velo nupcial, la pareja debe considerar eso.
No hay necesidad de considerar otros ejemplos que envuelvan prendas de vestir de casamiento. ¡Lo que ha de tenerse presente en cuanto a la indumentaria de casamiento, sea lujosa o sencilla, es que no es la cosa más importante! No debe permitirse que sea una fuente de tropiezo o infelicidad. (1 Cor. 8:13) Pronto se oscurecerá en la memoria de uno, pero la felicidad de una boda cristiana razonable durará a medida que el esposo y la esposa apliquen el consejo bíblico recibido.
LA CEREMONIA MISMA
Este modo maduro de dar énfasis a los aspectos espirituales remuneradores de la boda aplica especialmente a la ceremonia misma. No se necesita ninguna forma especial de ceremonia, más allá de lo que la ley del país requiera. De modo que la mayor parte de los detalles se puede resolver sobre una base personal. Esto incluye preguntas tales como si los novios y su séquito entrarán en el salón de cierta manera, si alguien ‘dará’ a la novia, si habrá una dama compañera de la novia y un amigo del novio o “caballero” u otros que participen en la ceremonia, y otros asuntos semejantes que realmente son tecnicismos menores. (Sal. 45:14; Juan 3:29) Si alguno de ellos, al agregarse, le robaría a la ocasión su gozo apropiado, ¿por qué incluirlo?
Antes de que tenga lugar una boda en un Salón del Reino de los testigos de Jehová, la pareja cristiana debe conseguir la aprobación de los ministros responsables del salón en cuanto a los arreglos. Estos hombres maduros no desean imponer sus gustos personales en la boda. Pero les interesa que no se haga nada en conexión con el Salón del Reino que estorbe las reuniones que se celebren allí o que haga tropezar o perturbe a los de la congregación o comunidad. Ellos tienen presente el consejo: “Que se aseguren de las cosas más importantes, para que estén exentos de defectos y no estén haciendo tropezar a otros.”— Fili. 1:10; Sal. 133:1.
Pero esto no debe causar dificultad, puesto que la pareja cristiana que se va a casar se esfuerza por aplicar ese mismo consejo bíblico. Por ejemplo, los novios pueden mostrar su amor basado en principios y consideración para los que asisten a la boda señalando una hora para la ceremonia y luego esforzándose por llegar a tiempo. Esta puntualidad, como se recomienda en la ilustración de Jesús acerca de las diez vírgenes (Mat. 25:10-12), señalará a la boda cristiana como diferente de muchas del mundo, donde la desatención para otros y el idolatrar a las mujeres a menudo se exhiben por el hecho de que la novia a propósito llega tarde.
Si ésta es la primera vez que parientes mundanos de la pareja asisten al Salón del Reino, es muy posible que queden impresionados por tales diferencias. Quizás noten que si se usa música ésta se basa en temas bíblicos, tomada del libro de cánticos que usan los testigos de Jehová, y no las marchas tradicionales que envuelven música seglar. Y especialmente deben quedar impresionados por el discurso provechoso sobre el matrimonio que se basa en la Palabra inspirada de Dios.
Sí, los testigos de Jehová están dispuestos a ser diferentes del mundo en muchos aspectos de la vida, de modo que no se sienten obligados a estudiar libros que bosquejan cómo “tienen” que llevarse a cabo las bodas. Comprenden que las bodas mundanas descritas a menudo resultan ser extravagantes, asuntos para ostentación y prestigio, que dejan a los implicados agotados, desilusionados y muy endeudados. Y en tal boda tanto tiempo y atención se dan a cosas materiales y a formalidades que se pierde el profundo significado espiritual de la boda. En contraste, en las bodas, como en otras cosas, los cristianos maduros manifiestan el equilibrio y la racionalidad que obtienen de estudiar la Palabra de Dios al ser moderados, considerados y amorosos. Así dejan que “llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son.”—Fili. 4:5.
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El ambiente cristiano de BetelLa Atalaya 1969 | 15 de junio
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El ambiente cristiano de Betel
RECIENTEMENTE un matrimonio que vive en la central de Betel de Brooklyn de la Sociedad Watch Tower tuvo invitados a comer. Poco después, sus invitados les enviaron una carta de “gracias.” Lo que escribieron muestra cuán intensamente les había impresionado el ambiente cristiano del hogar Betel:
“Estimados Sr. G———— y esposa,
“Es difícil poner por escrito nuestras gracias y aprecio por el tiempo de que dispusieron con nosotros el miércoles pasado. Todos nos lisonjeamos al creer que somos pensadores, que tenemos la capacidad para resolver, no solo nuestros problemas, sino, si se nos diera la oportunidad, los problemas del mundo.
“Sin embargo, el miércoles pasado se nos sacó de nuestra complacencia. Cualesquier ideas que hayamos tenido en cuanto a religión, al amor al prójimo, a la política, al trabajo, a las N.U. y al futuro de la humanidad fueron hechas añicos completamente. En la central de los testigos de Jehová, tuvimos el privilegio de ver a la religión en acción y lo que muy bien puede ser la solución para el futuro de la humanidad.
“Durante un día de trabajo común, nos sentamos a comer [en uno de los comedores más grandes de Betel] con unas seiscientas personas, cada una de las cuales se comportó bien, era cortés con su vecino, hablaba en voz baja, estaba en paz consigo misma y agradecida a Dios por su pan cotidiano. La reunión de unas seiscientas personas de toda edad, color y educación variada en cualquier otro lugar bajo diferentes circunstancias sería una masa de confusión, tumulto, segregación de grupos, desacuerdos entre grupos y por lo menos un pleito de borrachos. Solo para obtener orden en tal grupo se requerirían los esfuerzos de Jehová. El miércoles fue todo lo contrario, era la creencia en Jehová lo que hacía la diferencia. Quizás ésta sea la solución para todo.
“Nosotros tres quedamos profundamente impresionados por todo lo que vimos y, aunque han pasado unos cuantos días desde el miércoles, seguimos recordando lo que vimos, oímos y sentimos. La religión hasta ahora era algo que se relegaba al sábado o al domingo, al tiempo de un nacimiento o al tiempo de unas cuantas palabras dichas en un funeral. Simplemente no era parte de nuestra vida cotidiana. Después de todos nuestros años de educación y pensamiento independiente, ¿pudiéramos estar completamente equivocados? Tal expectativa no es muy animadora, pero si la realidad muestra otra cosa, y la verdad es obvia, ¿puede refutarla la lógica? . . .
“Deseamos darles las gracias por el privilegio que tuvimos de visitarlos y ver la religión en acción.
Sinceramente, [Firmada]”
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