¿Qué podemos hacer con nuestros hijos?
ESO es lo que preguntan millones de padres. Están ansiosos debido al comportamiento de sus hijos. Por ejemplo, según estadísticas citadas en la revista McCall’s, el “52 por ciento de los adolescentes de los Estados Unidos participan en actividades sexuales premaritales.”
Para impedir los embarazos, algunos padres y madres les están dando a sus hijas anticoncepcionales. Tal vez uno no esté de acuerdo con ese proceder. Pero, ¿cuál es la solución?
“Por sus palabras y acciones, muchos padres y madres hacen claro que la incertidumbre casi los ha paralizado,” señaló un miembro del cuerpo de redactores del Times de Nueva York.
¿A qué se debe la incertidumbre?
El principal responsable es el consejo que muchas autoridades mundanas han dado. En años recientes éstas han dicho: “El niño no debe hacer nada hasta que llegue a la opinión —su propia opinión— de que debe hacerlo.” “En un plan de disciplina eficaz no hay lugar para el castigo corporal.” Así es que los viejos métodos de disciplina han sido reemplazados por nuevos métodos.
También han cambiado las actitudes concerniente al comportamiento moral. Por ejemplo, Parents’ Magazine de diciembre de 1973 trata la cuestión del sexo premarital para los jóvenes. Recomienda a los padres una carta que el decano William Ferm, capellán del Mount Holyoke College, escribió a su hija. El clérigo le aconsejó:
“Te sugiero que limites las relaciones sexuales a la promesa matrimonial más bien que a la ceremonia de casamiento. Es ingenuo pensar que la noche del casamiento tiene que marcar un cambio radical en la intimidad física entre dos personas que se aman. . . .
“El valor de la llamada ‘nueva moral’ es que tú misma debes decidir la cosa responsable a hacer. . . .
“Quizás pienses que es muy apropiado participar en relaciones sexuales en circunstancias más allá de los límites que te sugerimos. Si así decides . . . no queremos que te sientas culpable. . . . No te sientas avergonzada por haber actuado contrario a lo que la sociedad (a menudo hipócritamente) exige, o a lo que tu iglesia y padres han sugerido.”
Cuando esa clase de consejo de un clérigo notable se recomienda así, ¿cuál es el resultado? Muchos padres siguen el consejo, y algunos hasta hacen arreglos para facilitar el que sus hijos cometan fornicación.
Los malos frutos se hacen demasiado evidentes... enfermedad venérea, temor de embarazo, hijos ilegítimos, madres solteras, corazones destrozados, abortos clandestinos y conciencias culpables. Los suicidios de jóvenes han aumentado enormemente, y también están aumentando las enfermedades emocionales.
¿Cómo, entonces, pueden los padres tratar con buen éxito los problemas con sus hijos?
Fuente de consejo de buen éxito
Por medio de aplicar el consejo bíblico. La Biblia adopta una posición firme en cuanto al sexo premarital. “Que se abstengan de la fornicación,” dice. ‘Que la fornicación . . . ni siquiera se mencione entre ustedes.’—1 Tes. 4:3; Efe. 5:3.
Algunos padres quizás objeten, diciendo: ‘El sexo premarital es el modo de vivir de la mayor parte de los jóvenes.’ Sin embargo, ¿es ésa una razón válida para excusarlo? Si la mayor parte de la gente roba, engaña o asesina, ¿habría que pasar por alto también estas prácticas? Ninguna persona razonable diría eso. Es preciso que los padres adopten una posición firme para proteger a sus hijos de prácticas incorrectas.
Razone con sus hijos
Pero no basta con sencillamente decir a los hijos: ‘No quiero que cometas fornicación, porque eso es malo.’ Es necesario mostrarles que es su Creador, el Dios Todopoderoso, quien dice que el sexo premarital es incorrecto. Pero aun esto frecuentemente no satisface. Los hijos también necesitan que se les ayude a ver por qué deberían prestar atención a la prohibición de Dios del sexo premarital, y cómo el obedecer su ley los beneficiará.
Por ejemplo, uno puede llamar la atención de su hijo al verdaderamente milagroso proceso de la reproducción en el cual una célula fecundada se divide y multiplica de acuerdo con un plan arreglado de antemano hasta convertirse en un bebé humano, y preguntar: ‘¿No crees que Aquel que diseñó este maravilloso proceso reproductivo es el mejor juez de cómo los humanos deberían usar las facultades de reproducción que Dios les dio?’ (Sal. 139:13-17) O uno pudiera preguntar: ‘¿Crees que nuestro amoroso Creador haría una ley para privarnos del disfrute de la vida? Más bien, ¿no realzaría nuestra felicidad la obediencia a sus leyes?’
Preguntas como ésas pueden hacer que su hijo comience a razonar en cuanto a las leyes de Dios que gobiernan el uso de los órganos de reproducción. Reciba bien las opiniones de su hijo. Si no son lo que usted desea que sean, no se enoje. Si un hijo teme ser severamente criticado cada vez que les dice algo a sus padres, puede que simplemente opte por quedarse callado. Entonces, ¿cómo podría uno saber lo que él está pensando, con el fin de poder ayudarlo?
Así es que sea franco y honrado. Tal vez en un tiempo uno tuvo ideas similares o hizo las mismas cosas. A veces es provechoso reconocer esto. Trate de comprender que la generación de su hijo se ha desviado mucho de los principios justos de la Biblia, y sin embargo esfuércese para mostrarle por qué las prácticas inmorales de su generación son imprudentes.
Tal vez pueda llamar la atención de su hijo a ejemplos específicos (y hay muchos casos tristes a nuestro alrededor) en los cuales la inmoralidad sexual ha producido nacimientos ilegítimos, enfermedades venéreas u otras dificultades. Además, uno pudiera señalar los beneficios que han disfrutado los que se amoldaron a la ley de Dios. De este modo se ayuda al jovencito a ver lo razonable y correcto de lo que dice la Biblia. Y esto puede moverlo a querer obedecerla.
Pauta y disciplina
Sin embargo los hijos necesitan más que habla. Necesitan pautas definidas que los ayuden a amoldarse a los requisitos de la Biblia. Además, necesitan que se les administre disciplina con amor cuando estas pautas son transgredidas.
Contrario a la opinión popular, los niños por lo general aprecian el que sus padres establezcan restricciones razonables a sus actividades. Les da una sensación de seguridad el saber que hay límites dentro de los cuales se espera que permanezcan. Algunos quizás se quejen, pero aprenden a respetar y amar a los padres que muestran interés genuino por su bienestar.
Por otra parte, los padres que conceden a sus hijos la libertad para hacer lo que les place frecuentemente quedan desilusionados y escandalizados. Puede que con el tiempo sus jovencitos se vuelvan en contra de ellos, como lo hizo una jovencita. Después de finalmente confesar que estaba embarazada, dijo airadamente: “¿Por qué no me detuvieron? Ustedes sabían lo que estaba pasando. Ustedes me dejaron quedar en casa de Jaime cuando no estaban su madre ni su padre. A ustedes sencillamente no les importaba lo que yo hacía.”
De modo que es preciso que los padres muestren que están interesados en sus hijos por medio de disciplinarlos cuando no se portan como deben. Es como dice el inspirado proverbio bíblico: “La tontedad está atada con el corazón del muchacho; la vara de la disciplina es lo que la alejará de él.”—Pro. 22:15.
Quizás sea necesario que la disciplina incluya más que la corrección verbal. Esto se debe a que, como dice la Biblia, frecuentemente uno “no se dejará corregir por meras palabras, porque entiende pero no está haciendo caso.” (Pro. 29:19) Es por eso que la Palabra de Dios aconseja: “No retengas del mero muchacho la disciplina. En caso de que le pegues con la vara, no morirá. Con la vara tú mismo debes pegarle, para que libres su mismísima alma del Seol [el sepulcro] mismo.”—Pro. 23:13, 14.
¡Está en juego la mismísima vida del niño! Si se le permite seguir un derrotero incorrecto, lo conducirá a su propia infelicidad y con el tiempo a la muerte fuera del favor de Dios. Es por eso que la Biblia dice: “El que retiene su vara odia a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con disciplina.”—Pro. 13:24.
Sí, muestra verdadero amor de parte del padre el hacer cualquier cosa que pueda para corregir a su hijo, incluso el administrar una buena azotaina. El que las autoridades mundanas hayan rechazado este consejo de Dios con respecto a la disciplina solo ha producido dificultades en la vida de familia.—Pro. 29:15.
Sin embargo, el hablar al niño acerca de la ley de Dios, el establecer pautas y proveer disciplina todo puede ser ineficaz si los padres fracasan en otro aspecto que tiene mucha importancia.
El ejemplo apropiado es vital
También es necesario que los padres pongan un buen ejemplo. Esto se debe a que los niños son más propensos a seguir lo que uno hace que lo que uno dice. Y cuando hay una discrepancia entre estas dos cosas, los jóvenes son prestos en detectarlo. De hecho, se dice que su franco desprecio a la moral sexual es una rebelión contra la hipocresía. Porque, como lo señalan los psiquíatras: “Muchos de los adultos que ellos conocen practican el adulterio pero se entregan a una predicación santurrona.”
Lo mismo es cierto en cuanto a otros asuntos además del comportamiento sexual. Por ejemplo, los hijos también se están rebelando contra la hipocresía de los padres con respecto a las drogas. El Dr. Robert E. Gould, como jefe de una división de psiquiatría del Hospital Bellevue de la ciudad de Nueva York, explica: “Los adolescentes están emulando a sus padres. No conozco ni un solo hogar en el que los padres no beban o fumen cigarrillos, tomen barbitúricos para poder dormir, tranquilizantes para pasar el día... no aspirina, sino drogas que cambian el ánimo.”
Así es que, si uno quiere que sus hijos vivan vidas respetables y decentes, entonces uno mismo tiene que vivir de ese modo. Si su ejemplo no es bueno, puede anular todas las cosas buenas que dice.
Muestre que los ama
Quizás el factor más importante al tratar con buen éxito los problemas con los hijos es mostrar que los ama. Y un modo principal de hacer esto es por medio de pasar tiempo con ellos. No solo tiempo cuando habla con ellos acerca de su conducta, o cuando los disciplina, sino tiempo en el que realmente se llegan a conocer el uno al otro. Tiempo dedicado a comer juntos, a adorar a Dios juntos, a jugar juntos, a prepararse para la cama por la noche... todo este tiempo que pasa con sus hijos es importante.
Es en esto en lo que fracasan muchos padres. Alan King, un bien conocido actor, que viajó mucho cuando sus hijos eran pequeños, reconoció que él había fracasado. Él señaló:
“El padre de término medio no lleva mi vida, pero es lo mismo. Va a trabajar, llega a casa, dice que no quiere oír en cuanto a los problemitas porque ha tenido un día difícil en la oficina, conecta la televisión y luego se acuesta. ¡Él está de viaje, también!
“Veo a hombres que tienen buen éxito al dirigir compañías con centenares de hombres; saben tratar toda situación, cómo disciplinar y recompensar en el mundo comercial. Pero el negocio más grande que están dirigiendo es su familia y en esto fallan.”
Esto se debe a que han pasado por alto el consejo de Dios. Su Palabra dice: “Estas palabras que te estoy mandando . . . tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” (Deu. 6:6, 7) El padre tiene que pasar tiempo con su hijo para hacer esto. Además, el padre primero debe aprender “estas palabras” de instrucción de Dios él mismo a fin de poderlas enseñar a sus hijos.
Realmente, el aplicar el consejo en la Palabra de Dios es la clave para una vida de familia con buen éxito. Pero, ¿cómo puede aprender uno lo que la Biblia dice acerca de edificar una vida de familia feliz?
Las autoridades mundanas, incluso los guías religiosos de la cristiandad, ciertamente no tienen las respuestas. Estos claramente han abandonado el consejo de Dios y han influido en la mayor parte de la humanidad para que haga lo mismo. Sus enseñanzas han contribuido al terrible derrumbe en la familia hoy día. Pero hay ayuda disponible para los que la desean.
Los testigos de Jehová están dedicados a ayudar a la gente a aprender las enseñanzas de la Palabra de Dios. Ellos proveen esta instrucción gratis a las personas que la desean. Un ministro capacitado de los testigos de Jehová tendrá mucho gusto en considerar con usted más detalles en cuanto a lo que la Biblia dice acerca del tema de edificar una vida de familia feliz. Para hacer arreglos en cuanto a esto, sencillamente escriba a los editores de esta revista o comuníquese con los testigos de Jehová de su localidad.