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  • La gran pirámide de Gizeh
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
w57 1/9 págs. 520-523

La gran pirámide de Gizeh

¿Producto de la adoración verdadera o de la falsa?

LA GRAN pirámide de Gizeh es una de “las siete maravillas del mundo antiguo.” Es la más grande de nueve pirámides que se encuentran en Gizeh, en el valle del Nilo. La gran pirámide mide 146 metros de altura, o más o menos la altura de un moderno edificio de 40 pisos, y cada uno de sus cuatro lados mide 232 metros de largo; su base cubre 525 áreas. La razón de su altura al perímetro de su base es la misma que la del radio de un círculo a su circunferencia, detalle muy extraordinario según algunos matemáticos y astrónomos. Está exactamente orientada a los cuatro puntos cardinales.

La fecha que Heródoto da como fecha de la construcción de la gran pirámide haría que ésta tenga alrededor de tres mil años hoy en día, pero otros insisten en que él está equivocado y que fué construída hace más o menos cuatro mil años. Según Heródoto y Manetón (historiador egipcio del tercer siglo antes de Cristo), la gran pirámide fué construída por Keops, uno de los reyes pastores que invadieron a Egipto y lo subyugaron fácilmente, cerraron todos sus templos y luego obligaron a todos sin excepción a trabajar para ellos. “Cien mil hombres trabajaban constantemente y eran reemplazados cada tres meses por un grupo nuevo. Se requirieron diez años de opresión de la gente para hacer el terraplén para el transporte de las piedras, obra que, según mi parecer, no era en mucho inferior a la de la pirámide misma.” Este terraplén tenía 965 metros de largo, dieciocho metros de ancho y alcanzó una altura de quince metros, estaba “construido de piedra pulida, y cubierto de talladuras de animales. . . . La construcción de la pirámide misma ocupó veinte años.” Las dos pirámides menores de Gizeh, nos dice Heródoto, fueron construídas por el hermano y el hijo de Keops.

Ha habido mucha especulación en cuanto al motivo por el cual estas pirámides de Gizeh fueron construídas, y en particular por qué fué construída la gran pirámide. Algunos se han deshecho del problema sosteniendo que fué construída exclusivamente como tumba para Keops, pero ¿es razonable creer que un gobernante emplearía todos los recursos de un país como Egipto para la construcción de una tumba, y eso a través de treinta años? Otros han concluído que fué construída para alojar allí tesoros reales, ¡pero el costo envuelto en la construcción de semejante estructura por mucho excedió todo el valor de cualquier tesoro que un rey quisiera colocar en ella! Otros han expresado la opinión de que fue construída para servir de templo, pero ésa tampoco parece ser la explicación correcta, ya que sus costados lisos e inclinados hacían muy difícil el acceso a sus entradas.

Debido a que ninguna de estas teorías explica cabal y satisfactoriamente el propósito de la construcción de la gran pirámide, otros han desarrollado la hipótesis de que fué construída bajo inspiración divina; que tal vez Melquisedec fué su constructor y que Dios la proveyó como un testigo en piedra para corroborar la Biblia. Algunos hombres tales como Juan Taylor, de Londres, el profesor Smyth y el Dr. Edgar, de Escocia, abogaron por la teoríaa de que las medidas de la gran pirámide y particularmente las medidas de sus pasillos y cámaras interiores estaban llenas de significado bíblico.

¿Cuál es la verdad? ¿Es la gran pirámide de veras un testigo para Jehová? ¿Fué construída por adoradores verdaderos de él para corroborar la Biblia, o fué construída por los devotos de religiones paganas?

NO DE ORIGEN DIVINO

Ante todo notemos que puesto que la Palabra de Dios es una ‘lámpara a nuestros pies y luz a nuestro camino,’ y fue suministrada para que cada uno de nosotros “sea enteramente competente, completamente equipado para toda buena obra,” no hay cosa alguna que falte y para la cual pudiera servir la gran pirámide con sus medidas.—Sal. 119:105; 2 Tim. 3:15-17, NM.

Jehová Dios usó a unos cuarenta escritores a través de un período de más de dieciséis siglos para proveernos su Palabra. ¿Es razonable concluir que aun antes que Moisés empezara a escribir el Pentateuco Dios haya hecho que se construyera una enorme estructura la cual habría de corroborar su Palabra? Más bien, ¿no es insultar a Dios el sostener que él considerara necesario corroborar su Palabra inspirada por medio de algún edificio mudo? ¿Y que su significado estuviera escondido del hombre durante varios miles de años y fuera revelado sólo después que la estructura hubiese perdido toda su belleza exterior?

Además, ¿es razonable sostener que Dios dirigiría la construcción de un edificio que cubre 525 áreas de terreno, el cual consiste de 2,600,000 metros cúbicos de piedra canteada, con piedras de hasta nueve metros de largo y cuyo peso se calcula en tanto como 890 toneladas cada una, cuando toda esa obra tuvo que hacerse por trabajo de esclavos? El mismo hecho de que el recuerdo de los reyes pastores invasores que construyeron estas pirámides fué tan detestado por los egipcios por generaciones después ciertamente pondría la construcción de las pirámides en la clase de programa de construcción de Faraón más bien que en la del rey Salomón.

Por otra parte, si la gran pirámide hubiese sido construída por mandato de Dios, ¿no debiéramos esperar que se hiciera alguna mención de su construcción en la Palabra de Dios, la Biblia? La Biblia nos cuenta acerca de la construcción del templo de Salomón y del que fue construído bajo la dirección del gobernador Zorobabel; también de la construcción de un acueducto por el rey Ezequías, sí, y también de la construcción de la torre de Babel, pero ni una sola palabra acerca de pirámide alguna. Pertinente a este argumento también debe considerarse el hecho de que ninguna estructura descrita en la Palabra de Dios emplea el diseño de una pirámide.

Tampoco puede negarse el hecho de que ninguna medida dada en la gran pirámide arroja luz sobre el punto en disputa que es de toda importancia, la soberanía universal, ni sobre el porqué Dios ha permitido la iniquidad. Por más extraordinarias que parezcan ser algunas de sus medidas, no puede negarse el que éstas hayan conducido a esperanzas falsas que resultaron en desilusiones y ninguna de ellas cumple algún propósito en el engrandecimiento del nombre de Jehová y la predicación de “estas buenas nuevas del reino,” y no participan en esa obra de predicación los que atribuyen tanta importancia a la gran pirámide. Si hay hechos acerca de la gran pirámide que no pueden explicarse únicamente a base de sabiduría humana, entonces en vista de todo lo susodicho no tenemos otra alternativa que la de concluir que ha de haberse logrado por el poder de los demonios más bien que por la fuerza activa de Jehová Dios.

EL ALTAR PARA JEHOVÁ

Un texto bíblico que ha sido usado en tiempos pasados para apoyar la opinión de que la gran pirámide es de origen divino dice: “En aquel día habrá un altar para Jehová en medio de la tierra de Egipto, y una columna en el confín de ella para Jehová. Y será para una señal y para un testimonio a Jehová de los ejércitos en la tierra de Egipto; porque clamarán a Jehová por causa de opresores, y él les enviará un salvador, y un defensor, y él los librará.” Por medio de una combinación ingeniosa de líneas se trató de mostrar que la gran pirámide estaba en medio de la tierra de Egipto y al mismo tiempo en su confín. Pero ninguna estructura literal podría estar literalmente en medio de una tierra literal y al mismo tiempo en su confín.—Isa. 19:19, 20, AN.

Sin embargo, la Biblia sí usa el vocablo Egipto en un sentido figurativo, como en Apocalipsis 11:7, 8 (NM), donde la condición de los siervos de Dios en 1918 y 1919 se describe como sigue: “Y cuando hayan terminado su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo guerreará contra ellos y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde su Señor fué empalado también.”

El término “altar” según se usa en el texto ya mencionado significa un lugar de sacrificio, y hoy en día el pueblo de Dios está ofreciendo sacrificios a Jehová en medio del Egipto antitípico, el mundo de Satanás. Los de su pueblo también están sirviendo como una columna, como un monumento o testimonio a Jehová. Aunque sería imposible que una estructura literal estuviera tanto en medio como en el confín de un país literal, esto puede ser verdad en un sentido figurativo. Los testigos de Jehová se hallan hoy en medio del Egipto moderno o por todas partes de él, es decir, del mundo de Satanás; y sin embargo en otro sentido puede decirse que ellos también están en el confín de él, puesto que están parados en su linde, listos para pasar al otro lado al nuevo mundo después de la batalla del Armagedón. El que han de servir como testigos se declara vez tras vez en las Escrituras: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, . . . y yo soy Dios.” Y en cuanto a ser ellos una señal, note las palabras del Isaías Mayor, Cristo Jesús, en las cuales él se refiere a sus seguidores como hijos dados a él: “He aquí que yo y los hijos que me ha dado Jehová, somos para señales y para tipos.”—Isa. 43:10-12; 8:18; Heb. 2:13.

Sin importar cuán interesantes, fascinantes o intrigantes sean las implicaciones matemáticas, cronológicas y astronómicas de la gran pirámide de Egipto, se desvanecen en la insignificancia cuando se comparan con la gran obra que Jehová está haciendo que se haga hoy por su altar en medio de Egipto y por su columna en el confín. Lo que la gente necesita hoy en día no es simplemente una corroboración implicada de la cronología bíblica sino la verdad respecto al gran punto en disputa que tiene que decidirse finalmente, a saber, ¿quién reina supremo, Jehová Dios o Satanás el Diablo? Necesita ver la destacada línea de demarcación que existe entre la organización de Dios y la del Diablo, y es menester que se le muestre lo urgente que es buscar a Jehová, la justicia y la mansedumbre antes que sea demasiado tarde.—Sof. 2:1-3.

Puesto que toda la evidencia señala al hecho de que la gran pirámide no fue construída por dirección de Dios, el que los cristianos la tomaran seriamente sería lo mismo que bajar a Egipto por socorro. (Isa. 31:1) No es por medio de un montón de piedras construído por trabajo de esclavos sino por su Palabra, su organización y su fuerza activa, su espíritu santo, que Jehová Dios está entrenando a sus siervos dedicados para el ministerio.

EL MOTIVO PROBABLE

Queda solamente una pregunta. Ya que está claro el que la gran pirámide no fué construída por la dirección de Jehová, y puesto que parece que no fué construída simplemente para servir como tumba ni para almacén de tesoros ni como un templo para adoración pagana, ¿puede darse alguna explicación satisfactoria del motivo que tuvo Keops para hacer que se construyera?

Sí, hay una teoría que tiene mucho que la recomienda como creíble y ésta se basa en la prominencia que la gran pirámide da a las ciencias de la matemática y la astronomía. Se sabe que en tiempos antiguos la astronomía y la astrología se consideraban como una sola cosa. Y de la historia bíblica y seglar es patente que los caldeos sobresalieron en ambas. Y parece además que Keops y los que estaban con él, que conquistaron a Egipto con aparentemente tan poco esfuerzo, vinieron de Caldea. Por lo tanto, en vista de “la influencia misteriosa que los astrólogos atribuyen a ciertos números, figuras, posiciones, etcétera, el cuidado con que se dió a la gran pirámide proporciones que indicaran relaciones particulares astronómicas y matemáticas se entiende en seguida.”

Y adicionalmente, cuando consideramos que “los caldeos desde los tiempos más primitivos siguieron el estudio de la alquimia en conexión con la astrología,” mediante la cual ellos esperaban descubrir la ‘piedra filosofal,’ y por medio de la cual a su vez creían que podrían transmutar los metales comunes en oro y plata y a la misma vez descubrir el secreto de la vida, entonces podemos encontrar una justificación para la construcción de la gran pirámide, como un monumento erigido a la astrología con la esperanza de descubrir los secretos fundamentales de la vida y de toda materia.—The Great Pyramid, por R. A. Proctor.

De modo que, esta explicación, la más lógica de todas respecto a las razones fundamentales para la construcción de la gran pirámide de Gizeh, indicaría que la pirámide ciertamente no fué construída por los que participaban en la adoración verdadera de Jehová Dios, sino por los que estaban dedicados a la astrología, una manifestación de la religión diabólica, y fué construída para el adelantamiento de dicha religión.

[Notas]

a Los Estudiantes de la Biblia también pensaban así antes de 1928.

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