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La actividad ministerial de los testigos de JehováLa Atalaya 1962 | 1 de junio
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PARAGUAY
Número máximo de Población: 1,650,000
publicadores: 411 Proporción: 1 a 4,015
Después de años de predicación en el Paraguay por los testigos de Jehová no se pregunta tan frecuentemente: “¿Quién es Jehová?” Los representantes de Dios sobre la Tierra están haciendo saber a la gente quién es el Creador del cielo y de la Tierra y qué trabajo está haciendo que se haga en este tiempo y las bendiciones que derramará sobre los que aman la justicia. Se ha hecho un buen progreso en este sentido durante el año; ha habido otro buen aumento en publicadores y en las horas empleadas en el campo sirviendo a la gente que ama la justicia. Hay algunas personas que están “conscientes de su necesidad espiritual” y ahora pueden llegar a ser felices buscando la verdad de Dios. (Mat. 5:3) Aquí hay algunas experiencias del siervo de sucursal sobre la obra en el Paraguay.
“Una señora de ascendencia alemana comenzó a sentir la necesidad de conocer la Biblia. Vino a la ciudad en busca de alguien que le enseñara la Biblia. Su hermana, preocupada por su inquietud, le dijo de una vecina que conocía la Biblia; era testigo de Jehová.
“Impresionada con lo que había oído, la señora comenzó a concurrir a las reuniones. No solo quería estudiar la Biblia sistemáticamente sino que estaba dispuesta a caminar un kilómetro y medio a la ciudad a la casa de la publicadora para hacerlo. Advirtiendo que en el Salón del Reino se llamaban unos a otros ‘hermano,’ quiso saber si podía llegar a formar parte de la familia. Se le explicó el servicio del campo, y dentro de los diez días de oír de los testigos de Jehová acompañó a un publicador en la obra de casa en casa. Había dejado su costumbre de fumar y comenzó a pensar en otros a quienes predicarles. ¡Recibió tan bien la instrucción bíblica que en los primeros tres meses de servicio en el campo colocó 180 revistas y 18 suscripciones en un total de 97 horas! En solo seis meses ha llegado a ser una publicadora regular de las buenas nuevas. A pesar de su pobreza material presupuestó los pocos fondos de que disponía: primero obtuvo una Biblia, luego vino la suscripción a La Atalaya. Después de eso vinieron los zapatos. El satisfacer la necesidad espiritual tenía que venir en primer término.”
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Delincuentes religiososLa Atalaya 1962 | 1 de junio
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Delincuentes religiosos
“Casi todos los 761 delincuentes examinados en Passaic, New Jersey, por el sociólogo Guillermo C. Kvaraceus, de la Universidad de Boston, estaban afiliados a alguna iglesia, y tres cuartas partes de ellos asistían a la iglesia regularmente o de vez en cuando. De los 2,317 delincuentes estudiados por el Dr. Guillermo Wattenberg, de la Universidad Wayne de Detroit, el 43.5 por ciento asistía a la iglesia regularmente y el 25.5 por ciento de vez en cuando. Y también se ha hallado que una proporción sorprendentemente alta de los delincuentes juveniles llevados ante los tribunales de Boston y de la ciudad de Nueva York asiste con regularidad a la iglesia, según un estudio hecho por la Escuela de Divinidad de Harvard,” dice Parent’s Magazine de noviembre de 1960. ¿No sugiere esto que hay una deficiencia inequívoca en el programa educacional de estas iglesias? Sí, hay “hambre. . .de oír las palabras de Jehová.”—Amós 8:11.
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