-
Abrahán, un ejemplo de feLa Atalaya 2001 | 15 de agosto
-
-
Abrahán, un ejemplo de fe
“[Abrahán fue] el padre de todos los que tienen fe.” (ROMANOS 4:11.)
1, 2. a) ¿Qué es lo que más recuerdan de Abrahán los cristianos verdaderos de nuestros días? b) ¿Por qué se llama a Abrahán “el padre de todos los que tienen fe”?
FUE el antepasado de una nación poderosa, un profeta, un hombre de negocios y un caudillo; pero lo que más recuerdan de él los cristianos de nuestros días es una cualidad que motivó a Jehová Dios a considerarlo su amigo: la fe inquebrantable (Isaías 41:8; Santiago 2:23). Su nombre fue Abrahán, y la Biblia lo llama “el padre de todos los que tienen fe” (Romanos 4:11).
2 Ahora bien, ¿acaso no tuvieron fe algunos hombres que vivieron antes que él, como Abel, Enoc y Noé? Sí, pero fue con Abrahán con quien se hizo el pacto para bendecir a todas las naciones de la Tierra (Génesis 22:18). Así se convirtió en el padre simbólico de todos los que tienen fe en la Descendencia Prometida (Gálatas 3:8, 9). Puede decirse que, en cierto sentido, es nuestro padre, pues su fe constituye un ejemplo que debemos imitar. Toda su vida puede considerarse una expresión de fe, ya que a lo largo de ella sufrió numerosas penalidades. De hecho, mucho antes de que se enfrentara a la que cabría denominar la prueba suprema de su fe —el mandato de ofrecer en sacrificio a su hijo Isaac—, Abrahán había demostrado esta cualidad durante múltiples pruebas de menor envergadura (Génesis 22:1, 2). Examinemos algunas de ellas y veamos qué lecciones nos enseñan.
El mandato de salir de Ur
3. ¿Qué nos dice la Biblia sobre los antecedentes de Abrán?
3 La Biblia menciona por primera vez a Abrán (más tarde conocido como Abrahán) en Génesis 11:26, donde dice: “Taré siguió viviendo setenta años, después de lo cual llegó a ser padre de Abrán, Nacor y Harán”. Era descendiente de Sem, un hombre que temía a Dios (Génesis 11:10-24). Según Génesis 11:31, vivía con su familia en la próspera ciudad de “Ur de los caldeos”, ubicada al este del río Éufrates.a Así que no se crió entre nómadas que moraban en tiendas, sino en una urbe donde tenía acceso a muchos lujos. En los bazares de Ur se podían comprar artículos importados, y a ambos lados de las calles de la ciudad había amplias casas encaladas de catorce habitaciones y con agua corriente.
4. a) ¿Por qué era difícil la vida en Ur para los adoradores del Dios verdadero? b) ¿Cómo llegó Abrán a poner fe en Jehová?
4 Pese a las ventajas materiales, la vida en Ur de quienes deseaban servir al Dios verdadero era difícil. La ciudad estaba llena de idolatría y superstición. De hecho, dominaba el paisaje urbano un enorme zigurat en honor del dios luna Nannar. Es muy probable que a Abrán lo presionaran, tal vez hasta algunos parientes, para que participara en aquel culto repugnante. Dicen algunas tradiciones judías que su padre, Taré, fabricaba ídolos (Josué 24:2, 14, 15). Sea como fuere, Abrán no practicaba la degradante adoración falsa. Su anciano antepasado Sem aún estaba vivo y seguramente le habló del Dios verdadero. Como consecuencia, Abrán puso fe en Jehová, no en Nannar (Gálatas 3:6).
Una prueba de fe
5. ¿Qué ordenó Dios a Abrán mientras este se encontraba en Ur, y qué le prometió?
5 La fe de Abrán iba a ser puesta a prueba. Dios se le apareció y le dio esta orden: “Vete de tu país y de tus parientes y de la casa de tu padre al país que yo te mostraré; y haré de ti una nación grande y te bendeciré y de veras haré grande tu nombre; y resulta ser tú una bendición. Y ciertamente bendeciré a los que te bendigan, y al que invoque mal sobre ti lo maldeciré, y ciertamente se bendecirán por medio de ti todas las familias del suelo” (Génesis 12:1-3; Hechos 7:2, 3).
6. ¿Por qué necesitó Abrán verdadera fe para irse de Ur?
6 Abrán era de edad avanzada y no tenía hijos, así que ¿cómo se haría de él “una nación grande”? Además, ¿dónde se encontraba exactamente el país al que se le mandaba ir? Dios no se lo dijo entonces, por lo que Abrán necesitó verdadera fe para dejar la próspera Ur y todas sus comodidades. El libro Family, Love and the Bible (La familia, el amor y la Biblia) dice sobre las costumbres de tiempos antiguos: “El peor castigo que podía imponerse a alguien culpable de un delito grave era expulsarlo de su familia, privarlo de su ‘pertenencia’ a ella. [...] Por eso, fue una manifestación extraordinaria de obediencia incondicional a Dios y confianza en él el que Abrahán acatara el mandato divino y dejara, no solo su país, sino también a sus parientes”.
7. ¿Qué pruebas similares a las de Abrán afrontan hoy los cristianos?
7 Es posible que los cristianos de hoy nos enfrentemos con pruebas similares. Como Abrán, quizá nos sintamos presionados a anteponer los intereses materiales a los teocráticos (1 Juan 2:16). Tal vez suframos la oposición de familiares no creyentes, entre ellos algunos expulsados, que traten de que pasemos por alto las advertencias sobre las malas compañías (Mateo 10:34-36; 1 Corintios 5:11-13; 15:33). Abrán nos dio un magnífico ejemplo. Para él, la amistad con Jehová estaba por encima de todo lo demás, incluidos los vínculos familiares. Pese a que no sabía con exactitud cómo, cuándo o dónde cumpliría Dios sus promesas, estaba dispuesto a que estas condicionaran su vida. Cuánto nos anima esta actitud a poner hoy en primer lugar en la vida los intereses del Reino (Mateo 6:33).
8. ¿Qué efecto tuvo la fe de Abrán en sus familiares más cercanos, y qué aprendemos de ello los cristianos?
8 ¿Qué fue de la familia más cercana de Abrán? Es evidente que la fe y convicción del patriarca tuvieron un efecto palpable en ellos, pues tanto su esposa, Sarai, como su sobrino huérfano, Lot, se sintieron impulsados a obedecer las instrucciones de Dios y dejar Ur. Su hermano, Nacor, y algunos de los descendientes de este se fueron más tarde de Ur y fijaron su residencia en Harán, donde adoraron a Jehová (Génesis 24:1-4, 10, 31; 27:43; 29:4, 5). Hasta su padre, Taré, decidió irse con su hijo. Por ello, la Biblia le atribuye a él, el cabeza de familia, la marcha a Canaán (Génesis 11:31). ¿Obtendríamos nosotros buenos resultados si diéramos testimonio con tacto a nuestros parientes?
9. ¿Qué preparativos tuvo que hacer Abrán para el viaje, y por qué exigieron tal vez sacrificios de su parte?
9 Abrán tenía mucho que hacer antes de emprender viaje. Debía vender sus propiedades y otros bienes, y comprar tiendas, camellos, comida y demás artículos necesarios. Quizá perdió dinero al hacer tales preparativos apresurados; no obstante, para él era un placer obedecer a Jehová. Qué memorable debió de ser el día en que todo estaba dispuesto y la caravana de Abrán se encontraba fuera de las murallas de Ur, lista para partir. Siguiendo la curva del río Éufrates, se dirigió al noroeste. Al cabo de varias semanas de viaje y de recorrer unos 1.000 kilómetros, llegó a una ciudad importante del norte de Mesopotamia llamada Harán, donde solían detenerse las caravanas.
10, 11. a) ¿Por qué razón, probablemente, se quedó Abrán en Harán algún tiempo? b) ¿Qué estímulo puede darse a los cristianos que atienden a sus padres envejecidos?
10 Abrán se domicilió en Harán, probablemente por consideración a Taré, su anciano padre (Levítico 19:32). Muchos cristianos de nuestros días también tienen el privilegio de cuidar a sus padres envejecidos o enfermos; algunos hasta han debido hacer ciertos cambios con ese fin. Cuando eso es necesario, estos hermanos pueden tener la certeza de que sus amorosos sacrificios son ‘aceptos a vista de Dios’ (1 Timoteo 5:4).
11 Pasó el tiempo, “y los días de Taré llegaron a ser doscientos cinco años. Entonces murió Taré en Harán”. No cabe duda de que Abrán lloró la pérdida de su padre, pero una vez que acabó el período de duelo, partió de inmediato. “Abrán tenía setenta y cinco años de edad cuando salió de Harán. Así que Abrán tomó a Sarai su esposa y a Lot el hijo de su hermano y todos los bienes que ellos habían acumulado y las almas que habían adquirido en Harán, y procedieron a salir para ir a la tierra de Canaán.” (Génesis 11:32; 12:4, 5.)
12. ¿Qué hizo Abrán mientras residió en Harán?
12 Es digno de notar que Abrán ‘acumuló bienes’ mientras estuvo en Harán. De modo que aunque había hecho sacrificios materiales para irse de Ur, era rico cuando se marchó de Harán, lo cual obviamente se debió a la bendición divina (Eclesiastés 5:19). Hoy, Dios no asegura riquezas a todos sus siervos, pero es fiel a su promesa de atender las necesidades de los que ‘dejan casas, hermanos o hermanas’ por causa del Reino (Marcos 10:29, 30). Abrán también ‘adquirió almas’, es decir, muchos siervos. El Targum de Jerusalén y la Paráfrasis Caldea dicen que ‘los convirtió’ (Génesis 18:19). ¿Nos incita a nosotros la fe a hablar a nuestros vecinos, compañeros de trabajo o condiscípulos? Abrán no echó raíces en Harán y olvidó entonces el mandato de Dios, sino que aprovechó el tiempo que pasó allí. Pero había llegado el momento de partir. “Ante eso, Abrán se fue tal como le había hablado Jehová.” (Génesis 12:4.)
Cruza el Éufrates
13. ¿Cuándo cruzó Abrán el río Éufrates, y cuál fue el significado de ese suceso?
13 El patriarca se puso de nuevo en camino. Su caravana dejó atrás Harán y recorrió unos 90 kilómetros en dirección oeste hasta detenerse tal vez a orillas del Éufrates frente a Carquemis, ciudad comercial de la antigüedad. Aquel era el principal punto por donde cruzaban las caravanas.b ¿En qué fecha cruzó el río la caravana de Abrán? La Biblia indica que fue cuatrocientos treinta años antes del éxodo de los judíos de Egipto el 14 de Nisán de 1513 a.E.C. Éxodo 12:41 dice: “Aconteció al cabo de los cuatrocientos treinta años, sí, aconteció en este mismo día, que todos los ejércitos de Jehová salieron de la tierra de Egipto”. De modo que el pacto abrahámico probablemente entró en vigor el 14 de Nisán de 1943 a.E.C., cuando Abrán cruzó, obedeciendo a Dios, el Éufrates.
14. a) ¿Qué veía Abrán con los ojos de la fe? b) ¿En qué sentido son más favorecidos los siervos de Dios de la actualidad que Abrán?
14 Abrán había dejado una ciudad próspera, pero en aquel momento podía ver “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos”, un gobierno justo para la humanidad (Hebreos 11:10). En efecto, aunque contaba con muy poca información, había empezado a percibir las líneas generales del propósito divino de redimir a la moribunda humanidad. A nosotros se nos ha favorecido hoy con una comprensión mucho más extensa de los propósitos de Dios (Proverbios 4:18). La “ciudad” que esperaba Abrán, esto es, el gobierno del Reino, es ya una realidad, pues está establecida en los cielos desde 1914. ¿No deberíamos, por tanto, sentirnos motivados a actuar con fe y confianza en Jehová?
Se inicia la residencia temporal en la Tierra Prometida
15, 16. a) ¿Por qué necesitó valor Abrán para levantar un altar a Jehová? b) ¿Cómo demuestran hoy los cristianos la misma intrepidez que Abrán?
15 Génesis 12:5, 6 nos dice: “Por fin llegaron a la tierra de Canaán. Y Abrán siguió a través de la tierra hasta la ubicación de Siquem, cerca de los árboles grandes de Moré”. Siquem estaba a 50 kilómetros al norte de Jerusalén, en un valle fértil al que se ha llamado el “paraíso de tierra santa”. No obstante, “en aquel tiempo el cananeo estaba en la tierra”. A causa de la perversidad moral de los cananeos, el patriarca tuvo que tomar medidas para proteger a su familia de aquella influencia corruptora (Éxodo 34:11-16).
16 “Jehová ahora se apareció a Abrán” por segunda vez y le dijo: “A tu descendencia voy a dar esta tierra”. ¡Qué emocionante! Como es natural, exigió fe de parte de Abrán alegrarse por algo de lo que disfrutaría su descendencia futura; pero aun así respondió edificando “allí un altar a Jehová, que se le había aparecido” (Génesis 12:7). Un biblista comenta: “Levantar un altar en aquella tierra era en realidad una forma de tomar posesión de ella basándose en un derecho obtenido por el ejercicio de su fe”. Además, su construcción ponía de manifiesto mucho valor. Es muy probable que hiciera este altar con piedras naturales, sin labrar, como más tarde se especificó en el pacto de la Ley (Éxodo 20:24, 25). Debía de ser totalmente distinto de los que utilizaban los cananeos. Así, Abrán demostró en público sin temor que era adorador del Dios verdadero, Jehová, y se expuso a ser objeto de hostilidad y a posible peligro físico. ¿Y nosotros? ¿Ocultamos algunos, en particular los jóvenes, a los vecinos o condiscípulos que adoramos a Jehová? Que el valeroso ejemplo del patriarca fomente en todos nosotros el orgullo de ser siervos del Altísimo.
17. ¿Cómo demostró Abrán que era un predicador del nombre de Dios, y qué recuerda esto a los cristianos de la actualidad?
17 Dondequiera que estuviese, la adoración de Jehová siempre era prioritaria para Abrán. “Más tarde se mudó de allí a la región montañosa, al este de Betel, y asentó su tienda, con Betel al oeste y Hai al este. Entonces edificó allí un altar a Jehová y empezó a invocar el nombre de Jehová.” (Génesis 12:8.) La expresión hebrea “invocar el nombre” también significa “declarar (predicar) el nombre”. Seguramente el patriarca declaró con valor el nombre de Jehová entre sus vecinos cananeos (Génesis 14:22-24). Esta actitud nos recuerda que tenemos el deber de participar al mayor grado posible en hacer “declaración pública de su nombre” (Hebreos 13:15; Romanos 10:10).
18. ¿Qué relación mantuvo Abrán con los habitantes de Canaán?
18 Abrán no permaneció mucho tiempo en ninguno de aquellos territorios. “Levantó el campamento, y fue entonces de campamento en campamento hacia el Négueb”, la región semiárida que estaba al sur de las montañas de Judá (Génesis 12:9). Al no dejar de ir de un lado a otro y ganarse la fama de ser adorador de Jehová en todos los lugares nuevos a los que llegaba, él y su casa “declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra” (Hebreos 11:13). En todo momento rehuyeron el contacto estrecho con sus vecinos paganos. Del mismo modo, los cristianos no debemos ser “parte del mundo” (Juan 17:16). Somos amables y corteses con nuestros vecinos y compañeros de trabajo, pero tenemos cuidado de no comportarnos de una manera que refleje el espíritu del mundo alejado de Dios (Efesios 2:2, 3).
19. a) ¿Por qué resultó difícil para Abrán y Sarai la vida nómada? b) ¿Qué nuevas dificultades se divisaban en el horizonte?
19 No olvidemos que ni para Abrán ni para Sarai fue sencillo adaptarse a los rigores de la vida nómada. Comían los productos de sus rebaños, no los alimentos que se compraban en uno de los bazares bien surtidos de Ur, y vivían en tiendas en vez de en una casa bien construida (Hebreos 11:9). Las jornadas de Abrán eran muy ajetreadas, pues tenía mucho trabajo que hacer para administrar sus rebaños y siervos. Sarai debía encargarse de las tareas que tradicionalmente realizaban las mujeres de aquella cultura: amasar, hornear pan, hilar la lana y coser la ropa (Génesis 18:6, 7; 2 Reyes 23:7; Proverbios 31:19; Ezequiel 13:18). No obstante, en el horizonte se divisaban nuevas dificultades. Pronto, Abrán y su casa iban a hacer frente a una situación que haría peligrar su propia vida. ¿Aguantaría la prueba la fe del patriarca?
[Notas]
a Aunque el río Éufrates discurre en la actualidad a unos 16 kilómetros al este de la antigua ubicación de Ur, hay indicios de que antiguamente fluía al oeste. Por ello, años después se dijo que Abrán procedía del “otro lado del Río [Éufrates]” (Josué 24:3).
b Siglos después, el rey asirio Asurnasirpal II empleó balsas para cruzar el Éufrates en las proximidades de Carquemis. La Biblia no dice si Abrán tuvo que hacer lo mismo o si su caravana vadeó el río.
-
-
Tengamos fe como la de AbrahánLa Atalaya 2001 | 15 de agosto
-
-
Tengamos fe como la de Abrahán
“Son los que se adhieren a la fe quienes son hijos de Abrahán.” (GÁLATAS 3:7.)
1. ¿Cómo se enfrentó Abrán a una nueva prueba en Canaán?
ABRÁN había dejado una vida desahogada en Ur en obediencia al mandato de Jehová. Las incomodidades que sufrió durante los años subsiguientes no fueron más que el preludio de la prueba de fe que vivió en Egipto. Dice el relato bíblico: “Ahora bien, surgió un hambre en el país”. Hubiera sido muy fácil que el patriarca se amargara ante la situación. Pero no; lo que hizo fue tomar medidas prácticas para mantener a su familia. “Abrán procedió a bajar hacia Egipto para residir allí como forastero, porque era grave el hambre en el país”. Era poco probable que la numerosa casa de Abrán pasara inadvertida en Egipto, así que ¿cumpliría Jehová sus promesas e impediría que su siervo sufriera daño? (Génesis 12:10; Éxodo 16:2, 3.)
2, 3. a) ¿Por qué ocultó Abrán la verdadera identidad de su esposa? b) ¿Cómo trató Abrán a su esposa?
2 En Génesis 12:11-13 leemos: “Aconteció que tan pronto como estuvo próximo a entrar en Egipto, entonces dijo a Sarai su esposa: ‘¡Mira, por favor! Bien sé yo que eres mujer de hermosa apariencia. Por eso de seguro sucederá que los egipcios te verán y dirán: “Esta es su esposa”. Y ciertamente me matarán, pero a ti te conservarán viva. Por favor, di que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya, y con certeza mi alma vivirá debido a ti’”. Aunque Sarai tenía más de 65 años, su hermosura aún llamaba la atención, lo cual ponía en peligro la vida de su esposoa (Génesis 12:4, 5; 17:17). Lo más importante era que los intereses de Jehová estaban en juego, pues él le había dicho a Abrán que mediante su descendencia se bendecirían todas las naciones de la Tierra (Génesis 12:2, 3, 7). Dado que Abrán aún no tenía hijos, era de capital importancia que siguiera vivo.
3 Abrán le pidió a su esposa que utilizaran el ardid que habían acordado y que consistía en decir que ella era su hermana. Notemos que aun poseyendo autoridad patriarcal, no abusó de su posición, sino que buscó la colaboración y el apoyo de su cónyuge (Génesis 12:11-13; 20:13). Abrán dio así un buen ejemplo a los esposos, para que ejerzan su autoridad con amor, mientras que Sarai dejó un modelo para las esposas de la actualidad al demostrar sujeción (Efesios 5:23-28; Colosenses 4:6).
4. ¿Cómo deben proceder los siervos fieles de Dios de hoy día cuando está en peligro la vida de sus hermanos?
4 Sarai podía decir que era hermana de Abrán porque era en realidad su media hermana (Génesis 20:12). Además, él no estaba obligado a revelar determinados datos a quienes no tenían derecho a conocerlos (Mateo 7:6). Los siervos fieles de Dios de nuestra época obedecen el mandato bíblico de ser honrados (Hebreos 13:18). Así pues, no mienten cuando están bajo juramento en un tribunal. Ahora bien, si peligra la vida física o espiritual de sus hermanos, como por ejemplo, en tiempos de persecución o disturbios civiles, hacen caso del consejo de Jesús de ser “cautelosos como serpientes, y, sin embargo, inocentes como palomas” (Mateo 10:16; véase La Atalaya del 1 de noviembre de 1996, pág. 18, párr. 19).
5. ¿Por qué estaba dispuesta Sarai a hacer lo que Abrán le pidió?
5 ¿Cómo respondió Sarai a la solicitud de Abrán? El apóstol Pedro dice que las mujeres como ella “esperaban en Dios”. De modo que ella entendía las cuestiones espirituales relacionadas con el caso. Además, amaba y respetaba a Abrán. Por todo ello, ‘se sujetó a su esposo’ y ocultó su estado civil (1 Pedro 3:5). Huelga decir que al actuar así se exponía a riesgos. “Tan pronto como Abrán entró en Egipto, los egipcios llegaron a ver a la mujer, que ella era muy hermosa. Y también los príncipes de Faraón llegaron a verla y empezaron a alabársela a Faraón, de modo que la mujer fue llevada a casa de Faraón.” (Génesis 12:14, 15.)
Jehová los libra
6, 7. ¿En qué angustiosa situación se vieron Abrán y Sarai, y cómo libró Jehová a Sarai?
6 Aquello debió de angustiar muchísimo a Abrán y Sarai. Parecía que ella estaba en peligro de sufrir una violación. Además, Faraón, que no conocía el verdadero estado civil de Sarai, prodigó al patriarca toda clase de regalos, por lo que este “llegó a tener ovejas y ganado vacuno y asnos y siervos y siervas y asnas y camellos”b (Génesis 12:16). ¡Cómo debió despreciar Abrán aquellos obsequios! No obstante, por crítica que pareciera la situación, Jehová no lo había abandonado.
7 “Entonces Jehová tocó a Faraón y a su casa con grandes plagas por causa de Sarai, esposa de Abrán.” (Génesis 12:17.) A Faraón se le reveló por algún medio no especificado la verdadera causa de aquellas “plagas”, y esta fue su reacción inmediata: “Por lo tanto Faraón llamó a Abrán y dijo: ‘¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me informaste que era tu esposa? ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”, de modo que yo estuve a punto de tomarla por esposa? Y ahora, aquí está tu esposa. ¡Tómala y vete!’. Y Faraón dio mandatos respecto de él a unos hombres, y estos se fueron acompañándolo en despedida a él y a su esposa y todo cuanto tenía” (Génesis 12:18-20; Salmo 105:14, 15).
8. ¿Qué clase de protección promete hoy Jehová a los cristianos?
8 Jehová no nos garantiza hoy protección de los estragos de la muerte, el delito, el hambre o los desastres naturales. Lo que sí nos ha prometido es que siempre nos salvaguardará de lo que ponga en peligro nuestra espiritualidad (Salmo 91:1-4). Lo hace fundamentalmente dándonos advertencias oportunas mediante su Palabra y “el esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45). ¿Y qué decir de la amenaza de morir a causa de la persecución? Aun cuando Dios puede permitir que algunas personas pierdan la vida, nunca consentirá el exterminio de todo su pueblo (Salmo 116:15). Y si algunos fieles mueren, confiamos en que se les resucitará (Juan 5:28, 29).
Se sacrifica en interés de la paz
9. ¿Qué indica el hecho de que Abrán fuera de un lado a otro de Canaán?
9 Una vez que obviamente había terminado la hambruna en Canaán, “Abrán subió de Egipto —él y su esposa y todo cuanto tenía, y Lot con él— al Négueb [la región semidesértica que hay al sur de las montañas de Judá]. Y Abrán tenía gran cantidad de manadas y plata y oro” (Génesis 13:1, 2). Por consiguiente, los residentes del país debieron de considerarlo un hombre poderoso e influyente, un gran principal (Génesis 23:6). Abrán no quería echar raíces en Canaán ni involucrarse en la política de la región, de modo que “siguió adelante de campamento en campamento desde el Négueb hasta Betel, al lugar donde primero había estado su tienda entre Betel y Hai”. Como siempre había hecho, dio prioridad a la adoración a Jehová en todo lugar donde estuvo (Génesis 13:3, 4).
10. ¿Qué problema surgió entre los manaderos de Abrán y los de Lot, y por qué era importante que se zanjara enseguida?
10 “Ahora bien, Lot, que iba junto con Abrán, también era dueño de ovejas y ganado vacuno y tiendas. Así que la tierra no permitía que moraran todos juntos, porque se habían hecho muchos sus bienes y ellos no podían morar todos juntos. Y se suscitó una riña entre los manaderos del ganado de Abrán y los manaderos del ganado de Lot; y en aquel tiempo el cananeo y el perizita moraban en el país.” (Génesis 13:5-7.) En aquellas tierras no había agua ni pastos suficientes para los rebaños de Abrán y Lot, por lo que surgieron tensiones y resentimientos entre los manaderos. Aquellas peleas eran impropias de los siervos del Dios verdadero. Si se permitía que continuaran, cabía la posibilidad de que se produjera una ruptura permanente. ¿Cómo manejaría Abrán la situación? Él había adoptado a Lot tras la muerte del padre de este y quizá lo había criado como si fuera su propio hijo. Dado que Abrán era el que tenía más edad, ¿no estaba en su derecho de quedarse con lo mejor?
11, 12. ¿Qué generosa oferta hizo Abrán a su sobrino, y por qué fue una decisión imprudente la que adoptó Lot?
11 Pese a ello, “dijo Abrán a Lot: ‘Por favor, que no continúe riña alguna entre yo y tú y entre mis manaderos y tus manaderos, porque somos hermanos. ¿No está a tu disposición todo el país? Por favor, sepárate de mí. Si tú vas a la izquierda, entonces yo ciertamente iré a la derecha; pero si tú vas a la derecha, entonces yo ciertamente iré a la izquierda’”. Cerca de Betel se encuentra lo que se ha llamado “una de las mejores vistas panorámicas de Palestina”. Tal vez fue allí donde “Lot alzó los ojos y vio todo el Distrito del Jordán, que todo él era una región bien regada, antes de que Jehová arruinara a Sodoma y Gomorra, como el jardín de Jehová, como la tierra de Egipto hasta Zóar” (Génesis 13:8-10).
12 La Biblia dice que Lot era “justo”, pero por algún motivo no respetó a Abrán en este asunto, y parece que ni siquiera le pidió consejo (2 Pedro 2:7). “Lot escogió para sí todo el Distrito del Jordán, y Lot mudó su campamento al este. Así que se separaron el uno del otro. Abrán moró en la tierra de Canaán, pero Lot moró entre las ciudades del Distrito. Por fin asentó su tienda cerca de Sodoma.” (Génesis 13:11, 12.) Sodoma era una ciudad próspera que ofrecía muchas ventajas materiales (Ezequiel 16:49, 50). Vista desde esa óptica, la elección de Lot tal vez pareciera sabia; sin embargo, no lo era en sentido espiritual. ¿Por qué no? Porque, como dice Génesis 13:13, “los hombres de Sodoma eran malos, y eran pecadores en extremo contra Jehová”. Esta decisión causaría con el tiempo mucho dolor a la familia de Lot.
13. ¿De qué utilidad es el ejemplo de Abrán para los cristianos que tengan disputas sobre cuestiones económicas?
13 En cambio, Abrán tenía fe en la promesa de Jehová de que su descendencia acabaría poseyendo toda aquella tierra, por lo que no iba a discutir por una pequeña parte de ella. Con generosidad se guió por el principio que más adelante se anotaría en 1 Corintios 10:24: “Que cada uno siga buscando, no su propia ventaja, sino la de la otra persona”. Este es un buen recordatorio para quienes tengan una disputa con un hermano cristiano sobre cuestiones económicas. Algunos han llevado a sus hermanos a los tribunales en lugar de seguir el consejo de Mateo 18:15-17 (1 Corintios 6:1, 7). El ejemplo de Abrán demuestra que es preferible sufrir perjuicio económico a causar oprobio al nombre de Jehová o perturbar la paz de la congregación cristiana (Santiago 3:18).
14. ¿Cómo se recompensaría a Abrán por su generosidad?
14 A Abrán se le recompensaría por su generosidad, pues Dios declaró: “Ciertamente constituiré a tu descendencia como las partículas de polvo de la tierra, de modo que, si un hombre pudiera contar las partículas de polvo de la tierra, entonces podría ser contada tu descendencia”. Esta revelación debió de animar muchísimo a Abrán, que por entonces seguía sin hijos. A continuación, Dios le mandó: “Levántate, ve de un sitio a otro en la tierra por su largo y por su ancho, porque a ti te la voy a dar” (Génesis 13:16, 17). No, a Abrán no se le permitiría afincarse en una ciudad, con las comodidades que ello significaba; tenía que mantenerse separado de los cananeos. Del mismo modo, los cristianos de nuestros días deben permanecer separados del mundo. No se consideran superiores a sus semejantes, pero no tienen intimidad con quienes pudieran inducirlos a comportarse de manera contraria a las Escrituras (1 Pedro 4:3, 4).
15. a) ¿Qué sentido tenían quizá los viajes de Abrán? b) ¿Qué ejemplo dio Abrán a las familias cristianas de la actualidad?
15 En tiempos bíblicos, quien iba a tomar posesión de un terreno tenía el derecho a examinarlo antes. Ir de un lugar a otro de aquella tierra quizá le recordaba constantemente al patriarca que un día esta pertenecería a sus descendientes. Abrán fue obediente y “continuó viviendo en tiendas. Más tarde vino y moró entre los árboles grandes de Mamré, que están en Hebrón; y allí se puso a edificar un altar a Jehová” (Génesis 13:18). Una vez más demostró que concedía la máxima prioridad a la devoción. ¿Son prioritarios en nuestro hogar el estudio y la oración en familia, y la asistencia a las reuniones?
Ataca el enemigo
16. a) ¿Por qué poseen un tono amenazador las primeras palabras de Génesis 14:1? b) ¿Qué razón había para la invasión de los cuatro reyes orientales?
16 “Ahora bien, aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Kedorlaomer rey de Elamc y Tidal rey de Goyim, que estos hicieron guerra.” Las primeras palabras de estos versículos (“ahora bien, aconteció en los días de...”) tienen en el hebreo original un tono amenazador y señalan “a un período de prueba que termina en bendición” (Génesis 14:1, 2, nota). Las dificultades comenzaron con la devastadora invasión de Canaán por parte de cuatro reyes orientales y sus ejércitos, cuyo objetivo era acabar con la rebelión de cinco ciudades: Sodoma, Gomorra, Admá, Zeboyim y Bela. Pues bien, aplastaron toda oposición y “marcharon como aliados a la llanura baja de Sidim, es decir, el mar Salado”, cerca de donde vivían Lot y su familia (Génesis 14:3-7).
17. ¿Por qué fue una prueba de fe para Abrán el que Lot cayera cautivo?
17 Pese a su feroz resistencia, los reyes cananeos sufrieron una derrota humillante. “Entonces los vencedores tomaron todos los bienes de Sodoma y Gomorra y todo su alimento y se fueron por su camino. También tomaron a Lot, hijo del hermano de Abrán, y sus bienes, y siguieron su camino. En aquel entonces él moraba en Sodoma.” La noticia de estos terribles sucesos pronto le llegó a Abrán: “Después de eso, un hombre que había escapado vino y se lo informó a Abrán el hebreo. Él residía entonces entre los árboles grandes de Mamré el amorreo, el hermano de Escol y hermano de Aner; y ellos eran confederados de Abrán. Así llegó a oír Abrán que su hermano había sido llevado cautivo” (Génesis 14:8-14). ¡Qué gran prueba de fe! ¿Guardaba resentimiento a su sobrino por haber escogido la mejor parte de la tierra? Recordemos, además, que los invasores procedían de Sinar, su lugar de nacimiento. Pelear contra ellos significaba acabar con toda posibilidad de regresar a aquella tierra algún día. Por otra parte, ¿qué opciones de triunfo tenía Abrán ante un ejército que había derrotado a las fuerzas aliadas de Canaán?
18, 19. a) ¿Cómo logró Abrán rescatar a Lot? b) ¿A quién se atribuyó la victoria?
18 Abrán depositó de nuevo toda su confianza en Jehová. “En seguida juntó en formación militar a sus hombres adiestrados, trescientos dieciocho esclavos nacidos en su casa, y fue en persecución de ellos hasta Dan. Y de noche se puso a dividir sus fuerzas, él y sus esclavos, contra ellos, y así los derrotó y siguió persiguiéndolos hasta Hobá, que está al norte de Damasco. Y procedió a recobrar todos los bienes, y recobró también a Lot su hermano, y sus bienes, y también a las mujeres y a la gente.” (Génesis 14:14-16.) Demostrando fe fuerte en Jehová, Abrán condujo a la victoria a sus tropas, muy inferiores en número, y rescató a Lot y su familia. Luego se encontró con Melquisedec, el rey sacerdote de Salem. “Melquisedec rey de Salem sacó pan y vino, y él era sacerdote del Dios Altísimo. Entonces lo bendijo y dijo: ‘¡Bendito sea Abrán del Dios Altísimo, Productor de cielo y tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que ha entregado a tus opresores en tu mano!’. Ante aquello, Abrán le dio el décimo de todo.” (Génesis 14:18-20.)
19 En efecto, la victoria era de Jehová. Él volvió a liberar a Abrán debido a la fe de este. El pueblo de Dios de la actualidad no pelea en guerras carnales, pero se enfrenta a muchas pruebas y situaciones difíciles. El próximo artículo indicará cómo nos ayuda el ejemplo de Abrán a salir airosos de esas situaciones.
[Notas]
a Según Perspicacia para comprender las Escrituras (editado por los testigos de Jehová), “un papiro antiguo habla de un Faraón que encargó a hombres armados que tomaran a una mujer y mataran a su esposo”. De modo que los temores de Abrán no eran desmedidos.
b Es posible que Agar, más adelante concubina de Abrán, fuera una de las siervas que se le dieron a él entonces (Génesis 16:1).
c Hubo un tiempo en que los críticos de la Biblia alegaban que Elam nunca había ejercido semejante influencia en Sinar y que el relato del ataque de Kedorlaomer era una invención. Encontrará un análisis de las pruebas arqueológicas que confirman la narración bíblica en La Atalaya del 1 de julio de 1989, págs. 4-7.
-
-
No desistamos de hacer lo que es excelenteLa Atalaya 2001 | 15 de agosto
-
-
No desistamos de hacer lo que es excelente
“No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos cansamos.” (GÁLATAS 6:9.)
1, 2. a) ¿Por qué se precisa aguante para servir a Dios? b) ¿Cómo demostró aguante Abrahán, y qué le ayudó?
A LOS testigos de Jehová nos causa placer hacer la voluntad de Dios, y también nos produce refrigerio tomar el “yugo” del discipulado (Mateo 11:29). Pero servir a Jehová con Cristo no siempre es fácil. El apóstol Pablo lo dejó claro cuando dio esta exhortación a sus hermanos cristianos: “Ustedes tienen necesidad de aguante, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa” (Hebreos 10:36). Se precisa aguante porque servir a Dios puede ser difícil.
2 Buena prueba de ello es la vida de Abrahán. En muchas ocasiones tuvo que tomar decisiones delicadas y enfrentarse a circunstancias muy tensas. Recibir el mandato de dejar las comodidades de Ur no fue más que el principio. Al poco tiempo hubo una hambruna en la región donde moraba, tuvo que aguantar la hostilidad de algunos de sus vecinos, estuvo a punto de perder a su esposa, se enfrentó a la animosidad de sus parientes y vivió la crueldad de una guerra. Y aún sufriría más tribulaciones. Pese a todo, nunca desistió de hacer lo excelente, lo cual es notable si se tiene en cuenta que no contaba con toda la Palabra de Dios como nosotros hoy. No obstante, seguramente conocía la primera profecía, en la que Dios había dicho: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella” (Génesis 3:15). Dado que la Descendencia vendría por medio de él, es lógico que fuera objeto de la hostilidad de Satanás. Es muy probable que estar al tanto de este hecho le ayudara a aguantar con gozo las pruebas.
3. a) ¿Por qué debe esperar tribulaciones hoy el pueblo de Jehová? b) ¿A qué nos anima Gálatas 6:9?
3 El pueblo de Jehová de nuestros días también espera tribulaciones (1 Pedro 1:6, 7). Después de todo, Revelación 12:17 nos advierte que Satanás está ‘haciendo guerra’ contra el resto ungido. Como las “otras ovejas” tienen una relación íntima con los ungidos, también son blanco de la ira de Satanás (Juan 10:16). Además de la oposición con que los cristianos se encuentran en el ministerio público, es posible que sufran presiones en su vida personal. “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos cansamos”, es el consejo de Pablo (Gálatas 6:9). En efecto, debemos ponernos en contra de Satanás, firmes en la fe, aunque él trata de aniquilarla (1 Pedro 5:8, 9). ¿En qué resultará nuestro fiel proceder? Santiago 1:2, 3 contesta: “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren en diversas pruebas, puesto que ustedes saben que esta cualidad probada de su fe obra aguante”.
Ataques frontales
4. ¿Cómo se ha valido Satanás de los ataques frontales para intentar quebrantar la integridad del pueblo de Dios?
4 Es indudable que la vida de Abrahán ilustra las “diversas pruebas” que pueden sufrir los cristianos hoy. Por ejemplo, el patriarca tuvo que responder al ataque de los invasores procedentes de Sinar (Génesis 14:11-16). No sorprende que Satanás siga usando los ataques frontales en forma de persecución. Desde el final de la II Guerra Mundial, decenas de gobiernos han proscrito en sus países la obra de educación cristiana de los testigos de Jehová. En el Anuario de los testigos de Jehová 2001 se narran las agresiones violentas que tuvieron que soportar los cristianos de Angola de parte de sus enemigos. En esos lugares, nuestros hermanos han confiado en Jehová y se han negado categóricamente a ceder. Su respuesta ha sido, no la violencia ni la rebelión, sino la persistencia discreta en la predicación (Mateo 24:14).
5. ¿Cómo podrían ser víctimas de persecución en la escuela los jóvenes cristianos?
5 Ahora bien, la persecución no conlleva necesariamente violencia. Andando el tiempo, a Abrahán se le bendijo con dos hijos: Ismael e Isaac. Génesis 21:8-12 nos cuenta que en una ocasión Ismael “se burlaba” de Isaac. En la carta a los Gálatas, Pablo indica que no se trataba de un juego de niños, sino de algo más grave, pues dice que Ismael perseguía a Isaac (Gálatas 4:29). De modo que las burlas de los condiscípulos y los ataques verbales de los opositores pueden considerarse con razón una persecución. Un joven cristiano llamado Ryan recuerda lo mucho que le hicieron sufrir sus compañeros de clase: “Los quince minutos que duraba el trayecto en autobús a la escuela y luego a casa me parecían horas a causa de los insultos de que era objeto. Hasta me quemaron con unos sujetapapeles que habían calentado con un encendedor”. ¿Por qué sufrió este trato cruel? “La educación teocrática me hacía distinto de los demás jóvenes de la escuela.” A pesar de todo, con el apoyo de sus padres logró aguantar fielmente. Jóvenes, ¿se sienten desanimados por culpa de las burlas de sus compañeros? En tal caso, no se rindan. Si aguantan con fidelidad, experimentarán el cumplimiento de estas palabras de Jesús: “Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa” (Mateo 5:11).
Las inquietudes de la vida diaria
6. ¿Qué puede someter a tensión las relaciones entre los cristianos de la actualidad?
6 La mayoría de las pruebas a las que hoy hacemos frente tienen que ver con las inquietudes normales de la vida. Abrahán mismo tuvo que soportar las tensiones entre sus manaderos y los de su sobrino Lot (Génesis 13:5-7). De modo similar, las diferencias de personalidad y los celos mezquinos pueden someter a tensión las relaciones entre los hermanos y hasta poner en peligro la paz de la congregación. “Donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil.” (Santiago 3:16.) ¡Qué importante es que no desistamos, sino que antepongamos la paz al orgullo personal, como hizo Abrahán, y busquemos el interés de los demás! (1 Corintios 13:5; Santiago 3:17.)
7. a) ¿Qué debe hacer un cristiano si otro le ha ofendido? b) ¿Qué excelente ejemplo dio Abrahán de mantener buenas relaciones con los demás?
7 Nos resulta difícil ser pacíficos cuando pensamos que un hermano nos ha tratado injustamente. Proverbios 12:18 dice: “Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada”. Las palabras irreflexivas, aunque se digan sin mala intención, pueden causarnos un profundo dolor, que se intensifica si creemos que se nos ha calumniado o que hemos sido objeto de habladurías crueles (Salmo 6:6, 7). Sin embargo, los cristianos no han de permitir que los sentimientos heridos los venzan. Quien se encuentre en esa situación debe tomar la iniciativa y arreglar el problema hablando bondadosamente con quien le haya ofendido (Mateo 5:23, 24; Efesios 4:26). Debe estar dispuesto a perdonarlo (Colosenses 3:13). Si no albergamos resentimientos, conseguiremos que cicatricen las heridas emocionales y salvaremos la relación con nuestro hermano. Abrahán no guardó rencor a Lot, por el contrario, acudió a toda prisa en su ayuda y la de su familia (Génesis 14:12-16).
Sufrimientos que nos causamos nosotros mismos
8. a) ¿Cómo podrían ‘acribillarse con muchos dolores’ los cristianos? b) ¿Por qué tenía Abrahán una actitud equilibrada con respecto a los bienes materiales?
8 Hay que reconocer que a veces somos nosotros mismos quienes nos causamos sufrimientos. Veamos, por ejemplo, lo que Jesús mandó a sus seguidores: “Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan” (Mateo 6:19). Pese a ello, algunos hermanos ‘se acribillan con muchos dolores’ porque anteponen los intereses materiales a los del Reino (1 Timoteo 6:9, 10). Abrahán estuvo dispuesto a sacrificar las comodidades a fin de agradar a Dios. “Por fe residió como forastero en la tierra de la promesa como en tierra extranjera, y moró en tiendas con Isaac y Jacob, herederos con él de la mismísima promesa. Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios.” (Hebreos 11:9, 10.) La fe de Abrahán en una “ciudad” futura, es decir, el gobierno de Dios, le ayudó a no confiar en las riquezas. ¿No sería prudente que hiciéramos lo mismo?
9, 10. a) ¿Cómo causa sufrimiento el deseo de destacarse? b) ¿Qué podría hacer hoy un hermano para portarse como “uno de los menores”?
9 Veamos otro aspecto. La Biblia nos da esta firme advertencia: “Si alguien piensa que es algo, no siendo nada, está engañando su propia mente” (Gálatas 6:3). Además, nos exhorta a “no hac[er] nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino [...] con humildad mental” (Filipenses 2:3). Algunos se causan sufrimientos porque no aplican este consejo. Como desean destacarse en lugar de hacer “una obra excelente”, se desaniman y contrarían cuando no reciben privilegios en la congregación (1 Timoteo 3:1).
10 Abrahán dio un buen ejemplo al ‘no pensar más de sí mismo de lo necesario’ (Romanos 12:3). Cuando se encontró con Melquisedec, no actuó como si fuera superior debido a que gozaba del favor de Dios, más bien, le pagó un diezmo en reconocimiento de su superioridad como sacerdote (Hebreos 7:4-7). Del mismo modo, hoy los cristianos deben estar dispuestos a portarse como “los menores” y no exigir ser el centro de atención (Lucas 9:48). Si nos parece que quienes llevan la delantera en la congregación no nos dan determinadas asignaciones, hagamos un examen de conciencia honrado para determinar en qué debemos mejorar nuestra personalidad y la manera de hacer las cosas. En vez de amargarnos porque no tenemos ciertos privilegios, aprovechemos al máximo el que sí tenemos, a saber, ayudar al prójimo a conocer a Jehová. En efecto, ‘humillémonos bajo la poderosa mano de Dios, para que él nos ensalce al tiempo debido’ (1 Pedro 5:6).
Fe en lo que no se ve
11, 12. a) ¿Cuál es quizá la razón de que algunos miembros de la congregación pierdan el sentido de la urgencia? b) ¿Qué buen ejemplo dio Abrahán al centrar su vida en la fe en las promesas de Dios?
11 Otra prueba quizá tenga que ver con el aparente retraso del fin del malvado sistema de cosas. Según 2 Pedro 3:12, los cristianos han de ‘esperar y tener muy presente la presencia del día de Jehová’. Muchos llevan aguardándolo años, y algunos, décadas, por lo que quizá se desanimen y pierdan el sentido de la urgencia.
12 Veamos una vez más el ejemplo de Abrahán. Centró toda su vida en su fe en las promesas de Dios, aunque no había ninguna posibilidad de que todas se cumplieran en sus días. Es verdad que vivió lo suficiente para ver crecer a su hijo Isaac, pero habrían de pasar siglos antes de que su descendencia pudiera compararse a “las estrellas de los cielos” o “los granos de arena que hay en la orilla del mar” (Génesis 22:17). Pese a todo, no se amargó ni se desanimó. Por ello, el apóstol Pablo dijo lo siguiente sobre él y otros patriarcas: “En fe murieron todos estos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron, y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra” (Hebreos 11:13).
13. a) ¿En qué sentido son los cristianos de la actualidad como “residentes temporales”? b) ¿Por qué traerá Jehová el fin del sistema de cosas actual?
13 Si Abrahán centró su vida en unas promesas cuyo cumplimiento estaba “lejos”, cuánto más deberíamos hacerlo nosotros, siendo que las profecías se harán realidad dentro de muy poco. Igual que Abrahán, debemos considerarnos “residentes temporales” en el sistema de Satanás y no llevar una vida de autocomplacencia. Como es lógico, preferiríamos que “el fin de todas las cosas”, en vez de estar cerca, llegara de inmediato (1 Pedro 4:7). Quizá tengamos una dolencia grave o estemos muy agobiados debido a las presiones económicas. No obstante, debemos recordar que Jehová no trae el fin solo para rescatarnos de circunstancias difíciles, sino para santificar su nombre (Ezequiel 36:23; Mateo 6:9, 10). El fin no llegará necesariamente cuando nos venga bien a nosotros; vendrá cuando mejor convenga a los propósitos de Jehová.
14. ¿Cómo beneficia a los cristianos de la actualidad la paciencia de Dios?
14 Recordemos asimismo que “Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Observemos que Dios es “paciente para con ustedes”, los miembros de la congregación cristiana. Según parece, a algunos nos toma más tiempo hacer cambios de modo que “finalmente él [nos] halle inmaculados y sin tacha y en paz” (2 Pedro 3:14). ¿No deberíamos, entonces, agradecer a Dios que sea paciente?
Cómo hallar gozo a pesar de los obstáculos
15. ¿Por qué logró Jesús conservar el gozo ante las pruebas, y cómo beneficia a los cristianos imitarlo?
15 La vida de Abrahán nos enseña muchas lecciones a los cristianos. No solo tuvo fe, sino también paciencia, sagacidad, valor y amor altruista. Lo primero en su vida fue la adoración a Jehová. No obstante, debemos recordar que nuestro mayor ejemplo es Jesucristo. Él también se enfrentó a numerosas pruebas, pero nunca perdió el gozo. ¿Por qué? Porque mantuvo la mente enfocada en la esperanza (Hebreos 12:2, 3). Debido a ello, Pablo pidió en oración: “Ahora, que el Dios que suministra aguante y consuelo les conceda tener entre sí la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús” (Romanos 15:5). Con la actitud mental apropiada, nos será posible tener gozo pese a los obstáculos que Satanás levante en nuestro camino.
16. ¿Qué haremos cuando los problemas nos parezcan insoportables?
16 Cuando los problemas nos parezcan insoportables, recordemos que Jehová nos ama igual que amó a Abrahán y que desea que salgamos adelante victoriosos (Filipenses 1:6). Pongamos toda nuestra confianza en Jehová, seguros de que “no dejará que sea[mos] tentados más allá de lo que [podamos] soportar, sino que junto con la tentación también dispondrá la salida para que [podamos] aguantarla” (1 Corintios 10:13). Adoptemos la costumbre de leer todos los días la Palabra de Dios (Salmo 1:2). Perseveremos en la oración y pidamos a Jehová que nos ayude a aguantar (Filipenses 4:6). Él dará “espíritu santo a los que le piden” (Lucas 11:13). Aprovechemos todas las ayudas que Jehová nos suministra para nuestro sustento espiritual, como las publicaciones bíblicas. Procuremos también el apoyo de la hermandad (1 Pedro 2:17). Asistamos fielmente a las reuniones cristianas, pues en ellas recibiremos el estímulo que nos hace falta para aguantar (Hebreos 10:24, 25). Regocijémonos convencidos de que el aguante resulta en tener una condición aprobada ante Dios y de que nuestra fidelidad alegra su corazón (Proverbios 27:11; Romanos 5:3-5).
17. ¿Por qué no se desesperan los cristianos?
17 Dios amó a Abrahán y lo consideró su “amigo” (Santiago 2:23). Aun así, en la vida del patriarca se sucedieron pruebas y tribulaciones que le causaron tensión. Los cristianos esperamos lo mismo en estos malvados “últimos días”. Es más, la Biblia nos advierte que “los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor” (2 Timoteo 3:1, 13). En vez de desesperarnos, tomemos conciencia de que las presiones que sufrimos son prueba de la proximidad del fin del sistema perverso de Satanás. Y Jesús nos recuerda que “el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo” (Mateo 24:13). Por tanto, “no desistamos de hacer lo que es excelente”. Imitemos a Abrahán y formemos parte de aquellos “que mediante fe y paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12).
-