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Proteja la vida de sus hijos¡Despertad! 1988 | 22 de septiembre
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Proteja la vida de sus hijos
Por el corresponsal de ¡Despertad! en Nigeria
AGUA contaminada, abastecimientos de alimento limitados, enfermedades e infecciones extendidas..., estas situaciones son comunes en los países en desarrollo. Sin embargo, el doctor Chizu Okudo, pediatra nigeriano, comentó a ¡Despertad!: “La ignorancia y la negligencia [tocante a la higiene apropiada] por parte de los padres ayudan a crear condiciones favorables para contraer enfermedades”.
El doctor Okudo añade: “Los mayores a menudo dicen a los padres jóvenes que la diarrea elimina las impurezas y que se debe permitir que continúe su curso”. Al seguir este consejo equivocado, muchos padres dejan a sus hijos enfermos sin tratamiento, lo que a menudo resulta en su muerte.
No obstante, la vida es algo precioso para todo aquel que honra a “la fuente de la vida”. (Salmo 36:9.) Por consiguiente, los padres temerosos de Dios no permiten que las supersticiones o las costumbres locales pongan en peligro la vida de sus hijos. Y como dice el director general de Sanidad de Malaysia, “la prevención de las enfermedades [...] debe empezar en casa”.
¿Demasiadas bocas que alimentar?
Las “escaseces de alimento” son un rasgo que caracteriza a nuestros tiempos, y los países en desarrollo son los que se han visto afectados más seriamente por ello. (Mateo 24:7.) Algo que complica el problema es que “en África y Oriente Medio todavía hay zonas donde existe una extremada fertilidad, más de seis hijos por mujer”, comenta Planning the Global Family (Planificación de la familia mundial), un informe del Instituto Worldwatch.
Entonces, ¿por qué no limitan el tamaño de sus familias las parejas africanas? El informe del Worldwatch explica: “La posición económica y social de una mujer [africana] se eleva con la cantidad de hijos que da a luz, especialmente debido a que los hijos representan más manos para ayudar en los trabajos del campo, en las ventas de productos en el mercado y en otras tareas”. El libro Africa in Crisis añade: “La gran probabilidad de que algunos hijos no sigan con vida anima a los padres africanos a tener familias grandes”. En algunos países africanos, ¡casi una quinta parte de todos los bebés mueren antes de cumplir el primer año! Sin embargo, aunque resulte irónico, el tener muchos hijos suele crear un círculo vicioso de viviendas atestadas e insalubres y medidas sanitarias inadecuadas, las mismísimas condiciones que desempeñan un papel tan importante en la muerte de los niños.
Además, los médicos dicen que una mujer necesita tiempo para recuperarse del embarazo y el parto antes de volver a concebir. De otro modo, su capacidad de tener bebés saludables puede quedar seriamente afectada.
A pesar de estos hechos, los africanos tienden a resistirse a la idea de planificar su familia.a Pero, individualmente, nadie debería descartar el asunto sin meditarlo bien. Los cristianos podrían pensar que aunque la Biblia no condena el tener hijos, en 1 Timoteo 5:8 sí dice que: “Ciertamente si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe”. El tener una familia demasiado grande pudiera hacer que fuese imposible para los padres proveer a sus hijos el alimento, la ropa y la vivienda adecuados. Aunque a cada pareja le toca decidir, algunos matrimonios han aprendido a utilizar métodos anticonceptivos a fin de no tener más hijos de los que pueden atender bien.
Lactancia natural contra lactancia artificial
“La desnutrición causada por la alimentación infantil deficiente reclama más de diez veces la cantidad de vidas que siega el hambre en sí —dice el investigador William Chandler—. Junto a la deshidratación diarreica, la desnutrición es el mayor asesino del mundo.” Muchas veces la ‘alimentación deficiente’ comienza en la infancia.
La leche materna es el alimento ideal para la mayoría de los bebés, pues contiene todas las sustancias nutritivas necesarias. Es fácil de digerir. Siempre es fresca y está a la temperatura apropiada. Contiene anticuerpos que protegen y ayudan a la criatura a desarrollar resistencia a las infecciones. El amamantamiento también provee al niño la atención y el cariño que son tan esenciales para el desarrollo emocional.
No obstante, a medida que las mujeres empiezan a trabajar fuera del hogar, en muchos países en desarrollo se está dejando de amamantar a los bebés. Por esa razón, a muchos bebés africanos se les está alimentando con preparados de leche en polvo. Este tipo de alimentación es nutritivo cuando se prepara en condiciones sanitarias. “Sin embargo, en las zonas pobres del mundo —informó la revista Time—, eso a veces es imposible. Sin saberlo, las madres quizás mezclen el preparado con agua contaminada o, para ahorrar dinero, lo diluyan demasiado.” Los resultados pueden ser mortales.
Queen, una mujer nigeriana madre de siete hijos, recuerda que desde el mismo principio las enfermeras del hospital empezaron a alimentar a sus bebés con biberón. Queen siguió haciéndolo en casa. Sin embargo, los primeros seis hijos sufrieron de graves y repetidas diarreas; uno casi murió. Su marido dice: “Nos dimos cuenta de que nuestro sexto bebé estaba siendo infectado por el biberón, así que dejamos de usarlo, y la niñita se recuperó. Ahora Queen está amamantando a nuestro séptimo hijo durante los primeros meses”.
¿Qué se desprende de todo esto? Déle el pecho a su bebé cuanto antes. Y procure comer una dieta equilibrada para que su leche sea sana. Un beneficio adicional de la lactancia natural es que tiende a retrasar la reaparición del ritmo menstrual después del nacimiento del niño. Por eso se la califica de anticonceptivo natural.
Aliméntelos correctamente
Pero a veces los niños africanos se alimentan exclusivamente con la leche materna hasta bien cumplidos los dieciocho meses. “Cuando los destetan —dice William Chandler—, muchos niños reciben comida de adultos, que no pueden ni masticar ni digerir o que no es nutritiva.”
En Costa de Marfil, la UNICEF sacó un póster en el que se aconsejaba a las madres: “A partir de los cinco meses, no le dé solo el pecho”. La leche materna debe ser complementada con papillas de frutas, cereales y verduras cuyos ingredientes hayan sido cocidos y triturados a fin de que queden lo suficientemente blandos como para que el bebé los pueda masticar y tragar. Una madre nigeriana llamada Ijeoma amamantó a cada uno de sus cuatro hijos durante los primeros cuatro meses. Luego continuó amamantándolos hasta los doce meses, si bien gradualmente reemplazó la leche con zumos de fruta, papillas y otros preparados que les administraba con una cucharilla o un biberón. Observó una estricta higiene al preparar las comidas. ¿Cuál fue el resultado? Sus hijos han crecido sanos y han tenido pocas infecciones.
A medida que el niño crece, una dieta equilibrada le ayudará a permanecer sano. Una comida que solo aporte carbohidratos, como es el caso del ñame, la mandioca y el arroz refinado, no es lo suficientemente nutritiva. Su cuerpo también necesita proteínas, vitaminas y minerales, los cuales se encuentran en la carne, los huevos, la leche, las legumbres, el maíz y una variedad de verduras y frutas.
También es importante la manera de manipular y almacenar el alimento. Puede surgir la tentación de utilizar alimento perecedero que haya estado un par de días a temperatura ambiente, pero ¡NO LO HAGA! “El alimento contaminado suele ser peligroso y puede conducir a repetidos ataques de diarrea y otras enfermedades infecciosas.” Por consiguiente, 1) lávese las manos antes de tocar o preparar alimentos; 2) coma los alimentos inmediatamente después de cocinarlos, no los deje mucho tiempo a la temperatura ambiente; 3) mantenga su cocina, sus utensilios de cocina, su ropa y su propia persona limpios y aseados en todo momento. (Revista World Health.)
En el agua contaminada abundan los gérmenes y los parásitos. De modo que filtre o hierva su agua antes de utilizarla. Enjuague con agua hirviendo los utensilios que va a usar para comer y lávese las manos antes de manipular alimentos.
Lo cierto es que la medida más sencilla para proteger la salud quizás sea mantener un alto nivel de limpieza. Sin embargo, en los países en desarrollo esto puede representar un verdadero desafío.
[Nota a pie de página]
a Una encuesta llevada a cabo en países en desarrollo reveló que la mayoría de las madres de América Latina no querían tener más hijos. “Fue únicamente en África donde las mujeres que pensaban así constituían una marcada minoría.” (State of the World 1985, Instituto Worldwatch.)
[Recuadro en la página 5]
Algunos síntomas de desnutrición
◼ Poca energía: el niño evita los juegos de mucha actividad
◼ Poco apetito: el niño rehúsa comer o come poco
◼ Crecimiento lento: el niño es demasiado pequeño para su edad
◼ Escasa resistencia: enferma con frecuencia por causa de infecciones leves
Algunas causas de desnutrición
◼ Falta de alimento
◼ Abundancia de alimento, pero inadecuado
◼ Lactancia artificial con mezclas muy diluidas o manipuladas sin medidas higiénicas
◼ Infecciones
◼ Parásitos intestinales que causan diarreas o vómitos
[Recuadro/Ilustraciones en la página 7]
Otras medidas que salvan vidasb
Más de dos mil niños mueren diariamente de enfermedades como el sarampión, la polio, la tos ferina, la difteria, el tétanos y la tuberculosis, enfermedades que, según afirman los médicos, se podrían evitar fácilmente mediante la inmunización. Por esa razón, muchos padres han tomado la decisión de inocular a sus hijos contra esas enfermedades. Por ejemplo: Nigeria cuenta con un Programa general de inmunización. Quizás en su país exista un programa similar. (Para más información sobre la vacunación, véase la revista “¡Despertad!” del 8 de diciembre de 1965.)
No obstante, recuerde que para que un niño quede totalmente inmunizado, es posible que necesite someterse a inyecciones de recuerdo. A menudo los padres se preocupan por las ligeras fiebres y dolores que el niño quizás padezca después de la primera inoculación. Sin embargo, muchos padres razonan que esta pequeña incomodidad es un precio mínimo que merece la pena pagar para proteger al niño de enfermedades que pudieran resultar en su muerte.
Familiarícese también con la Terapia de rehidratación oral (TRO).c Recientemente, en un período de diez años, unos treinta millones de niños murieron a causa de la deshidratación y la desnutrición provocadas por la diarrea. Una sencilla solución de glucosa, sal y agua puede salvar la vida de su hijo si tiene diarrea. Cuando se le da a beber, se logra aumentar la capacidad de su cuerpo de absorber fluidos a fin de reemplazar los que se han perdido por causa de la diarrea y los vómitos. Si no puede conseguir el preparado farmacéutico, siga esta sencilla receta: mezcle una cucharadita rasa de sal de mesa, ocho cucharaditas rasas de azúcar y un litro de agua. La terapia de rehidratación oral “evita la muerte en el 90% de los casos de deshidratación por causa de diarrea”.
A pesar de todas las precauciones, quizás los niños todavía contraigan infecciones y sean afectados por parásitos intestinales. ¿Cómo puede uno darse cuenta de que el niño corre peligro? Algo que puede ayudar es una Tabla de aumento de peso, fácilmente asequible en muchos países. Simplemente pese al niño todos los meses y anote el peso en la tabla, en la que también se indica el peso normal que debería tener según la edad. Al comparar los dos pesos podrá ver si se está desarrollando con normalidad.
[Notas a pie de página]
b Esto solo se menciona a título de información. ¡Despertad! no recomienda un tipo de tratamiento médico como mejor que otro.
c Véase el artículo “¡Una bebida salada que salva vidas!”, que apareció en la revista ¡Despertad! del 22 de septiembre de 1985.
[Tabla en la página 7]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
TABLA DE AUMENTO DE PESO
niño sano de término medio
puede indicar dieta deficiente (llévelo al médico o a la clínica)
1 Kg=2.2 lb.
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
Kg 0
1.er año 2.o año 3.er año 4.o año 5.o año
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Cómo hacer frente al problema de la limpieza¡Despertad! 1988 | 22 de septiembre
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Cómo hacer frente al problema de la limpieza
Por el corresponsal de ¡Despertad! en Kenia
“¡MAMAAA, nakufa!”, grita el niño. Eso significa: “¡Mamá, me muero!”. ¿Intenta alguien matarlo? No, el niñito está de pie dentro de una palangana y su madre le está lavando todo el cuerpo. A pesar de su vehemente resistencia, mamá termina su tarea.
Escenas como esta son comunes en África, incluso en las zonas más pobres. Sin embargo, no siempre resulta fácil mantener unas normas de higiene. El clima africano, terriblemente sofocante, dificulta el doble la tarea de limpiar. Las tormentas de polvo cubren cualquier grieta de una casa con una capa de fino polvo de color marrón. Las condiciones económicas cada vez peores hacen que el coste de los productos de limpieza, las reparaciones y hasta el agua esté por encima del poder adquisitivo de muchos. En zonas donde las mujeres tienen que caminar diariamente varios kilómetros para buscar agua, es comprensible que sean reacias a utilizar este precioso artículo de consumo para lavar.
El aumento de la población en las ciudades, así como en algunas zonas rurales, también genera peligros para la salud. Alcantarillas descubiertas, montones de basura sin recoger, sucios retretes comunitarios, agentes portadores de enfermedades, como ratas, cucarachas y moscas, han llegado a ser cosas comunes.
Además, existe una falta de conocimiento general sobre higiene y sanidad. La gente contamina los abastecimientos de agua sin darse cuenta de las mortíferas consecuencias. Las ratas y otros portadores de enfermedades se toleran... ¡y hasta se deja que los niños jueguen con ellos!
Los beneficios de la limpieza
¿Por qué deberían las familias pasar por las molestias y los gastos de mantener todo limpio? Porque las bacterias y los parásitos medran en ambientes sucios. Por eso, algo tan sencillo como el lavar podría significar para su hijo la diferencia entre la vida y la muerte. Es cierto que la limpieza incrementa los gastos de la casa. El agua necesaria para lavar puede ser costosa o difícil de obtener. Pero los medicamentos son mucho más caros. El jabón, los desinfectantes, la cera, una ratonera y un recipiente para la basura también cuestan dinero, pero no tanto como las facturas del médico.
Un detalle interesante es que en la Biblia aparecen más de cuatrocientas veces palabras relacionadas con “limpio”, “puro” y “lavar”. La Ley que Dios dio a Israel contenía regulaciones específicas que animaban a la limpieza física y a tener buenos hábitos sanitarios. (Éxodo 30:18-21; Deuteronomio 23:11-14.) El mandato de “amar a tu prójimo” también motiva a los cristianos a mantener limpias tanto su persona como su casa. (Mateo 22:39.)
El recuadro que aparece en la página 10 proporciona una lista útil de cosas que se pueden hacer en casa. Los principios pueden aplicarse en cualquier país. Algunas de las sugerencias anotadas, como encerar el suelo (de esa manera se rellenan minúsculas grietas) y guardar la basura en un recipiente cerrado, lograrán que su casa atraiga menos a los insectos y a otros portadores de enfermedades. El reparar los agujeros de las puertas y ventanas no solo mantendrá fuera el polvo, sino también a esos pequeños intrusos. Y aunque no logre nada más, la limpieza por lo menos hará de su casa un lugar más agradable en el que vivir.
Cooperación familiar
Después de estudiar esta lista, un ama de casa podría hacerse un programa regular de limpieza. Si todos los miembros de la familia cooperan, ese programa no tiene por qué representar una carga.
Jecinta, por ejemplo, es madre de ocho hijos, y vive en un pequeño apartamento de una ciudad del África oriental. Cuando se le preguntó cómo logra mantener su casa tan presentable, dijo: “Todos han aprendido a poner su granito de arena. Si alguien derrama algo, se le da un trapo para que lo limpie. Asimismo les he enseñado a ser cuidadosos cuando comen”. El padre también puede cooperar con la madre y apoyar sus esfuerzos, así como colaborar en educar a los pequeños para que, desde tierna edad, sean aseados y limpios.
Medidas preventivas
A veces se pueden facilitar las tareas de limpieza mediante adoptar medidas preventivas. Por ejemplo: ¿por qué no plantar césped y árboles cerca de su casa para reducir el polvo? O trate de cercar una zona próxima a su casa a fin de que sus hijos tengan un lugar limpio donde jugar. Si vive en un vecindario muy atestado, ¿puede encontrar vivienda en una zona menos apiñada? Quizás esto requiera caminar un poco más para ir al trabajo, pero posiblemente valga la pena el esfuerzo.
Además, trate de deshacerse de cualquier objeto inútil que haya guardado. Así su casa quedará más despejada y ordenada. Y si la entrada se enfanga cuando llueve, ¿por qué no recubre de grava todo el acceso que conduce hasta su puerta? Si la casa tiene el retrete fuera, ¿por qué no le pone una cerradura para impedir que otros se lo ensucien?
La actitud correcta
No piense que solo ha de estar limpio lo que se encuentra a la vista. Hay quienes opinan que el terreno situado delante de la casa debe estar bien atendido, pero que no es necesario que lo esté el que queda detrás; que la sala debe verse presentable, pero que el dormitorio puede estar revuelto o las paredes de la cocina pueden estar negras de dedadas y del humo. Esas inconsecuencias nos recuerdan las palabras que Jesús dijo a los fariseos: “Limpian el exterior de la copa y del plato, pero por dentro están llenos de saqueo [...]. Limpia primero el interior de la copa y del plato, para que su exterior también quede limpio”. (Mateo 23:25, 26.) Hay que admitir que no siempre es posible tener todo rincón de la casa inmaculado. Pero, ¿no vale la pena, por lo menos, ponerse la meta de que haya limpieza en toda la casa, no solo en algunas partes?
Tampoco estaría bien culpar de la suciedad al propietario de la vivienda. Es cierto que quizás haga mucho tiempo que se necesite pintar la casa, pero esto no significa que al menos no se puedan lavar las paredes. Y posiblemente podría llegar a un acuerdo con el propietario si se ofrece para atender usted mismo algunas de las reparaciones de la casa... a cambio de una rebaja en el alquiler.
¿Hará frente al problema?
“Al principio no me lo creía”, admite un cabeza de familia africano llamado Joseph. Se refiere a una conferencia bíblica que escuchó sobre el tema de la limpieza. Su familia vive en una pequeña casa de madera, rodeada por más de una decena de vecinos. Han de usar un retrete comunitario, y el acceso a la puerta no está pavimentado. No obstante, Joseph y su familia trataron de aplicar estos principios en su casa. “Ahora mis hijos llevan sandalias, nos limpiamos los pies en un felpudo antes de entrar en casa, nos lavamos las manos con agua y jabón y tomamos otras precauciones higiénicas”, dice Joseph. ¿En qué ha resultado todo eso? “Quedé sorprendido. Los niños enferman con mucha menos frecuencia y ya no tenemos tantos gastos de hospital.”
De modo que con relativamente poco gasto y esfuerzo, los padres que viven en países en desarrollo pueden hacer que sus hogares sean un lugar seguro y limpio para sí mismos y para sus hijos. No obstante, es obvio que se necesita hacer mucho más para resolver los problemas de salud del mundo en desarrollo. ¿Hay razón para creer que tendrán éxito los esfuerzos a gran escala?
[Comentario en la página 9]
El jabón, los desinfectantes, la cera, una ratonera y un recipiente para la basura cuestan dinero, pero no tanto como las facturas del médico
[Recuadro en la página 10]
Una casa limpia y en condiciones sanitarias
Lista de verificación
Retrete:
Tire de la cadena después de usarlo
En los retretes que desembocan en un pozo negro, utilice productos químicos contra los insectos
Lávese las manos con agua y jabón después de usar el retrete
Lave y desinfecte regularmente tanto el asiento y la taza del retrete como el lavabo y los demás utensilios del cuarto de baño
Cocina:
Lávese las manos con agua y jabón antes de preparar y servir alimentos
Coloque la basura en un recipiente con tapadera; deshágase de la basura con regularidad
No deje utensilios sucios hasta el día siguiente
Lave a fondo las verduras y la fruta antes de comerlas
Si la comida se prepara fuera de la casa, no deje que los platos y utensilios estén en contacto con el suelo. No permita que caiga polvo en la comida
Limpie los rincones del suelo y de la alacena semanalmente
Lave los biberones con agua caliente
Si el agua está contaminada, hiérvala antes de beberla
Casa:
Guarde en una cesta o en un recipiente parecido la ropa sucia que tenga que lavar
Lave regularmente la ropa con agua limpia
Encere las puertas de madera, los suelos y los muebles periódicamente
Limpie las dedadas de las paredes, las puertas y los interruptores de la luz
Limpie las ventanas
Cace y mate las ratas, elimine las cucarachas y demás insectos
Revise periódicamente la cama para asegurarse de que no haya chinches u otros insectos
Coloque un felpudo o un trapo húmedo en la entrada para limpiarse los pies
Rellene los orificios que haya en las paredes y las puertas, así como las grietas de los suelos
Cambie los cristales de las ventanas cuando se rompan
Repare los colchones y los muebles tapizados cuando se rasguen
Exterior de la casa:
Entierre o queme la basura
Retire o entierre el excremento humano o animal
Desvíe las alcantarillas descubiertas mediante abrir una zanja para que no pasen cerca de la casa
[Recuadro en la página 11]
Enseñe a los de su casa:
Qué hacer y qué evitar para promover la limpieza en el vecindario
Que se limpien los pies cuando entren en una casa o en cualquier otro edificio
Que lleven zapatos o sandalias
Que tiren de la cadena después de usar el retrete
Que se laven las manos con agua y jabón después de utilizar el retrete y antes de comer
Que se suenen la nariz
Que lleven puesto un pantalón y una camisa, o un vestido, cuando se sienten en el suelo
Que no toquen:
excrementos
ratas
cucarachas
basura
perros abandonados
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¿Qué esperanza hay para los niños?¡Despertad! 1988 | 22 de septiembre
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¿Qué esperanza hay para los niños?
PARA millones de niños del llamado Tercer Mundo, ya es demasiado tarde. Los procedimientos considerados en esta revista podrían salvar a millones de ellos, si se pudiera llegar a sus padres y convencerlos para que aplicasen dichas medidas. Como eso es prácticamente imposible, sencillamente seguirán muriendo... lenta, callada e inevitablemente.
Los proyectos a gran escala de los que tanto se habla ofrecen poca esperanza. Por ejemplo: la ONU patrocinó la Década Internacional de Suministro de Agua Potable y Sanidad (1981-1990), con la meta de que haya “agua limpia y condiciones sanitarias adecuadas para todos antes de 1990”. ¿Qué se ha logrado?
“Entre 1980 y 1983 —informa la revista World Health—, en África se facilitó a 32 millones de personas adicionales su abastecimiento de agua, y otros 12 millones de personas recibieron mejores atenciones sanitarias.” Sin embargo, eso solo supuso un pequeño aumento en el porcentaje de personas que disponían de agua limpia y medidas sanitarias. El rápido aumento de la población eliminó casi por completo los impresionantes logros. No es de extrañar, por lo tanto, que la meta de “agua limpia y condiciones sanitarias adecuadas para todos antes de 1990” haya sido calificada de “una tarea casi imposible”.
No obstante, los esfuerzos por aliviar la situación a veces no topan con el impedimento de falta de fondos o mano de obra, sino con el de la avaricia, el poco juicio y las rivalidades personales. Los países en desarrollo invierten en armas y gastos militares cuatro veces más de lo que invierten en el cuidado de la salud. De lo poco que gastan en la sanidad, la mayor parte se dedica a suministrar atención médica de alta tecnología, de la que solo se benefician unos pocos privilegiados.
Considérese también la económica terapia de rehidratación oral. Es bien sabido que esta terapia podría salvar millones de vidas. Sin embargo, según la revista UN Chronicle, “la mayoría de los médicos siguen recetando medicamentos contra la diarrea por un valor total de 400 millones de dólares al año, aunque se sabe que en su mayor parte son inútiles o perjudiciales, o ambas cosas a la vez”.
Otro ejemplo es la devastadora enfermedad parasitaria llamada esquistosomiasis, que ahora afecta a 200 millones de personas, especialmente a niños. “La ciencia conoce la causa de la esquistosomiasis, ha probado los remedios en algunos pacientes, ha desarrollado una estrategia eficaz que podría reducir drásticamente esta infección en los próximos años”, escribe June Goodfield en el libro Quest for the Killers (La búsqueda de los asesinos). ¿Por qué persiste entonces esta enfermedad? “Ahora el problema es político”, escribe Goodfield.
En efecto, los niños no mueren solo porque el hombre carezca del conocimiento o los recursos para evitar su muerte, sino porque se da más valor a la conveniencia política y a la ganancia personal que a la vida humana. Las palabras de Jeremías 10:23 han demostrado ser muy ciertas: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso”. La única esperanza para los niños del mundo —en realidad, para toda la raza humana— es que Dios tome las riendas del planeta Tierra. La Biblia nos dice que eso es precisamente lo que Él se propone hacer: “El Dios del cielo establecerá un reino [o gobierno] que nunca será reducido a ruinas. [...] Triturará y pondrá fin a todos estos reinos [gobiernos actuales], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”. (Daniel 2:44.)
Bajo el Reino celestial de Dios, los niños del mundo nunca volverán a verse amenazados por la enfermedad o la muerte. Por eso los testigos de Jehová esperan con anhelo el día en que Dios asuma la dirección de los asuntos de la Tierra. Oran como Jesús les enseñó: “Venga tu reino”. (Mateo 6:9, 10.) La difícil situación de los niños del Tercer Mundo motiva a estos cristianos temerosos de Dios a orar por este Reino con aún más fervor.a
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