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Página 2¡Despertad! 1987 | 22 de septiembre
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“GENERALMENTE, el elefante sólo adopta esta posición [orejas abiertas] cuando está alarmado y preparado para atacar.” (Cynthia Moss, en “Portraits in the Wild”.)
También es el momento para que el objeto de su atención se alarme... van a abalanzarse sobre él siete toneladas de furia.
Pero la amenaza del hombre sobre el elefante es mucho mayor que la que este animal puede suponer para el hombre. El precio del marfil se ha puesto por las nubes y las autoridades no pueden detener la caza furtiva (los dos colmillos de los mayores especímenes pueden pesar más de ciento ochenta kilogramos [cuatrocientas ochenta libras]). Los cazadores se llevan los colmillos y dejan que el resto del animal se pudra.
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La fauna africana está desapareciendo, ¿podrá sobrevivir?¡Despertad! 1987 | 22 de septiembre
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La fauna africana está desapareciendo, ¿podrá sobrevivir?
SON las primeras horas de la mañana; la calma reina en la sabana africana. Un elefante macho está ramoneando entre los matorrales. Enrolla su trompa alrededor de pequeñas plantas y brotes, los desarraiga, les sacude el polvo, se los lleva a la boca y los mastica con fruición: así empieza su consumo diario de 136 kilogramos (300 libras) de vegetación. Él no lo sabe, pero ha pasado cuarenta años en estas verdes llanuras; sus grandes colmillos ponen de manifiesto su edad. Puede seguir procreando otros diez años y vivir hasta veinte años más.
Un disparo rompe la calma de esa mañana.
La bala de un potente rifle penetra profundamente en el costado del animal. Este emite un berrido aterrador, se tambalea y, desconcertado, trata de escapar pesadamente, pero lo alcanzan más balas. Por fin dobla las rodillas y se derrumba. Se acerca un vehículo, y varios hombres se ponen a trabajar a toda prisa. Destrozan la cara del elefante para llegar a las mismas raíces de los colmillos y los arrancan con rapidez. En unos cuantos minutos, los cazadores furtivos han desaparecido. El silencio vuelve a la sabana. El majestuoso elefante adulto se ha convertido en una masa de 6.300 kilogramos (14.000 libras) de carne que se abandona para que se pudra.
Lamentablemente, este no es de ningún modo un caso aislado. Se calcula que la caza furtiva acaba anualmente con la vida de entre 45.000 y 400.000 elefantes. Algunos informes sobre la fauna africana indican que el número total de elefantes ha disminuido de varios millones a menos de 900.000 especímenes. Si la caza furtiva continúa a este ritmo, ese número se reducirá a la mitad en los próximos diez años. Como los machos adultos están escaseando, cada vez se abaten más y más machos jóvenes, e incluso hembras.
¿Por qué esta carnicería? El comercio de marfil africano, que asciende a 50 millones de dólares anuales, unido a la facilidad con que se pueden conseguir armas automáticas, ha convertido al elefante en un blanco irresistible para los cazadores furtivos.
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La fauna africana está desapareciendo, ¿podrá sobrevivir?¡Despertad! 1987 | 22 de septiembre
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La necesidad de espacio vital para la fauna africana plantea complejos problemas. Por ejemplo: un elefante salvaje que pase por una pequeña granja y se alimente en ella puede fácilmente arruinar al granjero. Y si se confinan demasiados elefantes en un parque o una reserva donde no pongan en peligro las cosechas de los granjeros, su voracidad puede acabar en poco tiempo con los árboles del parque. Como los elefantes no pueden pasar a otro lugar, los bosques no tienen oportunidad de regenerarse.
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