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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1986 | 1 de octubre
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¿Qué es soborno, y qué dice la Biblia al respecto? El diccionario de María Moliner define la palabra sobornar así: “Conseguir alguien con dádivas o regalos que un funcionario haga o deje de hacer cierta cosa en su favor, constituya o no injusticia o delito”. Por lo tanto, sobornar es dar dinero (o un regalo) a un juez para ejercer influencia en su decisión y pervertir la justicia. Sobornar también es ofrecer dinero para circunvenir la ley, tal como si se pidiera a un inspector de edificios o de automóviles que pasara por alto una violación.
Dios condena el sobornar al decir a los jueces israelitas: “No debes pervertir el juicio. No debes ser parcial ni aceptar soborno, porque el soborno ciega los ojos de los sabios y tuerce las palabras de los justos”. (Deuteronomio 16:19; compárese con Proverbios 17:23; Isaías 1:23; 5:23; 1 Samuel 8:3-5.) Jehová mismo pone el modelo, porque con él “no hay injusticia ni parcialidad ni aceptación de soborno”. (2 Crónicas 19:7; Deuteronomio 10:17.) Los cristianos que desean tener la aprobación de Dios rehúsan recurrir al soborno. (Compárese con Hechos 24:26.)
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1986 | 1 de octubre
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Otro factor es la obediencia a la ley. Jesús exhortó: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”b. (Marcos 12:17; véase también Mateo 17:24-27.) Es una cosa el que se espere que un cristiano, que no ha violado la ley, dé una “propina” a un empleado del gobierno u otro funcionario. Pero ¿qué hay si un cristiano, en efecto, viola la ley? En ese caso, ¿cómo podría ofrecer un soborno con buena conciencia para inducir al funcionario a pasar por alto la violación? El apóstol Pablo escribió que deberíamos temer a las autoridades gubernamentales superiores, quienes están facultadas “para expresar ira sobre el que practica lo que es malo”. (Romanos 13:3, 4.) El propio punto de vista de Pablo era: Si hacía algo malo, aceptaría el castigo correspondiente. (Hechos 25:10, 11.) Así, el cristiano que viole una ley de tráfico tendrá que pagar una multa según lo indique un funcionario o un juez.
Pablo también dijo que los gobiernos son ‘ministros para ti, para bien tuyo’. A pesar de la codicia de algunos funcionarios, los gobiernos proveen servicios para beneficio público. Por ejemplo, los funcionarios inspeccionan los automóviles para comprobar si están en buenas condiciones para transitar, e inspeccionan si los edificios están a la altura de los códigos contra incendios. Por lo tanto, si a un cristiano le parece que, sin violar la ley, puede dar una “propina” a un funcionario que espera “pago por el servicio”, es evidente que esto es muy diferente a sobornar a un inspector para que pase por alto violaciones a la ley.
En cualquier parte donde vivan, los cristianos deben ejercer sabiduría práctica al tratar con las situaciones locales. Los siervos de Dios deben recordar que los que ‘serán huéspedes en la tienda de Dios y residirán en su santa montaña’ no pueden recurrir al soborno. (Salmo 15:1, 5.) Con respecto a dar “propinas” por servicios legales o para evitar un trato injusto por parte de funcionarios, el cristiano debe decidir lo que su conciencia le dicte y cargar con la responsabilidad de cualquier complicación que resulte. Definitivamente debe seguir un proceder que lo deje personalmente con una buena conciencia y que no manche el buen nombre del cristianismo ni haga tropezar a los que lo observan. (2 Corintios 6:3.)
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