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  • “El Juez de toda la tierra” siempre hace lo que es recto
    La Atalaya (estudio) 2017 | abril
    • Abrahán expresa su confianza en que Jehová juzgará con justicia a los habitantes de Sodoma y Gomorra

      “El Juez de toda la tierra” siempre hace lo que es recto

      “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia” (DEUT. 32:4).

      CANCIONES: 112, 89

      ¿CÓMO NOS AYUDARÁ RECORDAR ESTOS VERSÍCULOS SI SOMOS VÍCTIMAS DE ALGUNA INJUSTICIA?

      • Miqueas 7:7

      • Proverbios 19:3

      • Mateo 18:15

      1. ¿Qué palabras de Abrahán reflejan su confianza en el sentido de justicia de Dios? (Vea el dibujo del principio).

      “¿EL JUEZ de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?” (Gén. 18:25). Con esta pregunta, Abrahán expresó su confianza en que la decisión de Jehová sobre Sodoma y Gomorra sería perfectamente justa. Estaba convencido de que Dios nunca actuaría injustamente dando muerte “al justo con el inicuo”. Para él, eso era “inconcebible”. Unos cuatrocientos años más tarde, Jehová dijo de sí mismo: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él” (Deut. 31:19; 32:4).

      2. ¿Por qué se puede afirmar que Jehová es incapaz de cometer una injusticia?

      2 ¿Por qué pudo expresar Abrahán confianza en que Jehová siempre haría lo que es recto? Porque Dios es el ejemplo perfecto de justicia. Por eso, es lógico pensar que su forma de ver las cosas siempre es justa. Y no solo eso. Según su Palabra escrita, “es amador de justicia y derecho” (Sal. 33:5).

      3. Mencione un ejemplo de injusticia en el mundo actual.

      3 En este mundo plagado de injusticias, saber que Jehová siempre es justo consuela a las personas de buen corazón, pues a veces algunas son víctimas de graves abusos. Por ejemplo, hay personas que han sido condenadas injustamente y han pasado décadas en la cárcel por crímenes que no cometieron. Algunas de ellas han salido libres gracias a la introducción de las pruebas de ADN en la revisión de sus casos. Esos injustos encarcelamientos son causa de frustración e incluso de ira. Pero hay otro tipo de injusticia que a los cristianos puede resultarles aún más difícil de soportar.

      EN LA CONGREGACIÓN

      4. ¿Qué podría poner a prueba nuestra fe?

      4 Los cristianos esperamos sufrir injusticias fuera de la congregación. Sin embargo, se podría poner a prueba nuestra fe si dentro de ella vemos o sufrimos lo que nos parece que es una injusticia. ¿Cómo reaccionaremos si creemos que se nos ha hecho daño en la congregación o que algún hermano nos ha tratado mal? ¿Permitiremos que eso nos haga tropezar?

      5. ¿Por qué no debe sorprendernos si vemos o sufrimos una injusticia en la congregación?

      5 Todos somos imperfectos y por tanto pecamos, así que sabemos que existe la posibilidad de que seamos la víctima o la causa de alguna injusticia en la congregación (1 Juan 1:8). Es cierto que estas situaciones se dan raras veces, pero los cristianos fieles no se sorprenden ni tropiezan cuando ocurren. Por algo Jehová nos ha dado consejos útiles en su Palabra que nos ayudan a mantenernos íntegros aunque un hermano nos trate mal (Sal. 55:12-14).

      6, 7. a) ¿Qué injusticia sufrió un hermano? b) ¿Qué cualidades lo ayudaron a sobrellevar la situación?

      6 Veamos el caso del hermano Willi Diehl. Sirvió fielmente en la sucursal de Berna (Suiza) desde el año 1931. En 1946, asistió a la octava clase de la Escuela de Galaad, en Nueva York (Estados Unidos). Algún tiempo después de su graduación, recibió la asignación de servir como superintendente de circuito en Suiza. En su biografía, relató: “En mayo de 1949 informé a la oficina de Berna que planeaba casarme”. ¿Cuál fue la respuesta de la sucursal? El hermano Diehl contó: “Nuestro único privilegio sería servir como precursores regulares [...]. No me permitían dar discursos [...]. Muchos ya no nos saludaban, pues nos trataban como expulsados”.

      7 ¿Cómo reaccionó ante esta situación el hermano Diehl? Según contó, tanto él como su esposa sabían que casarse no estaba en contra de lo que enseña la Biblia y dijo: “Buscamos refugio en la oración y pusimos nuestra confianza en Jehová”. Con el tiempo, se corrigió el punto de vista equivocado sobre el matrimonio que causó dicha injusticia, y el hermano Diehl recuperó sus privilegios. Jehová premió su lealtad.a Nosotros hacemos bien en preguntarnos: “¿Demostraría yo ese mismo enfoque espiritual si sufriera una injusticia semejante? ¿Sería paciente y lo dejaría en las manos de Jehová o trataría de tomarme la justicia por mi mano?” (Prov. 11:2; lea Miqueas 7:7).

      8. ¿Por qué podríamos equivocarnos al pensar que se ha cometido una injusticia contra nosotros o contra algún otro hermano?

      8 Por otra parte, si creemos que se ha cometido una injusticia contra nosotros o contra alguien más de la congregación, recordemos que podríamos estar equivocados. A veces, no comprendemos bien la situación, porque somos imperfectos, y no siempre conocemos todos los detalles. Pero, sin importar si comprendemos bien lo que pasó o no, orar, confiar en Jehová y ser leales impedirá que lleguemos a enojarnos con él (lea Proverbios 19:3).

      9. ¿Qué ejemplos analizaremos en este artículo y en el siguiente?

      9 Reflexionemos en tres casos en los que se cometieron injusticias en el pueblo de Dios de la antigüedad. En este artículo, hablaremos de José, bisnieto de Abrahán, y de lo que le hicieron sus hermanos. En el siguiente, veremos cómo trató Jehová a Acab, un rey de Israel, y lo que hizo Pedro en Antioquía de Siria. Al analizar estos ejemplos, busquemos las lecciones que nos ayudarán a tener un punto de vista espiritual y a proteger nuestra amistad con Jehová, en particular cuando creamos que hemos sido víctimas de una injusticia.

      JOSÉ FUE VÍCTIMA DE INJUSTICIAS

      10, 11. a) ¿Qué injusticias sufrió José? b) ¿Qué oportunidad se le presentó mientras estaba en prisión?

      10 José fue un siervo fiel de Jehová. Lo trataron injustamente no solo personas desconocidas, sino sus propios hermanos, y esto debió dolerle más. Siendo todavía adolescente, sus hermanos lo secuestraron y lo vendieron como esclavo. Fue llevado a Egipto en contra de su voluntad (Gén. 37:23-28; 42:21). Cuando ya llevaba un tiempo en ese país extranjero, lo acusaron falsamente de intento de violación y lo encarcelaron sin haberlo juzgado antes (Gén. 39:17-20). Durante unos trece años, pasó por la terrible experiencia de ser un esclavo y estar en la cárcel. ¿Cómo nos ayuda lo que le ocurrió a José si un hermano nos trata injustamente?

      11 José tuvo la oportunidad de contarle lo que le había ocurrido a otro preso, el antiguo jefe de los coperos del rey. Mientras estaban juntos en la cárcel, el copero tuvo un sueño. Con la ayuda de Dios, José se lo interpretó y le dijo que recuperaría su puesto en la corte de Faraón. Fue entonces cuando aprovechó la oportunidad para explicarle lo que le había pasado a él. Podemos sacar lecciones valiosas no solo de lo que dijo José, sino también de lo que no dijo (Gén. 40:5-13).

      12, 13. a) ¿Cómo demostró José que no tenía una actitud pasiva ante las injusticias que había sufrido? b) ¿Qué cosas no quiso contarle al copero?

      12 (Lea Génesis 40:14, 15). Observemos que José mencionó que había sido secuestrado. La palabra en el idioma original significa literalmente que había sido “robado”. Es evidente que sufrió una injusticia. Además, José dejó claro que no era culpable del delito por el que se le había encarcelado. Por eso, le encargó al copero que hablara de él a Faraón. ¿Por qué le pidió algo así? José le dijo: “Tienes que sacarme de esta casa”.

      13 ¿Reflejan estas palabras que José aceptaba de forma pasiva su situación? En absoluto. Sabía muy bien que había sido víctima de muchas injusticias. Le explicó con claridad al copero lo que le había ocurrido, porque tal vez iba a estar en posición de ayudarlo. Sin embargo, observemos que no hay nada en la Biblia que indique que José le contara a alguien, ni siquiera a Faraón, que sus hermanos lo habían secuestrado. De hecho, cuando estos llegaron a Egipto y se reconciliaron con José, Faraón les dio la bienvenida y los invitó a establecerse en el país y disfrutar de lo mejor de esa tierra (Gén. 45:16-20).

      Un problema se descontrola porque un hombre habla de él a otras personas

      Esparcir comentarios negativos puede hacer que una situación se descontrole. (Vea el párrafo 14).

      14. ¿Qué nos protegerá de caer en la trampa de hacer comentarios negativos aunque suframos una injusticia en la congregación?

      14 Cuando un cristiano cree que lo han tratado injustamente, debe tener cuidado de no caer en el chisme. Desde luego, es perfectamente correcto pedirles ayuda a los ancianos e informarlos si un miembro de la congregación ha cometido un pecado serio (Lev. 5:1). Sin embargo, si no se ha cometido un pecado grave, muchas veces será posible resolver una diferencia sin involucrar a nadie más, ni siquiera a los ancianos (lea Mateo 5:23, 24 y 18:15). Seamos leales y resolvamos estos asuntos de acuerdo con los principios de la Biblia. En ocasiones, puede que hasta nos demos cuenta de que, después de todo, no hemos sido víctimas de ninguna injusticia. En ese caso, nos alegrará mucho no haber empeorado la situación lanzando acusaciones graves contra un hermano. Recordemos que, tengamos razón o no, decir cosas hirientes nunca mejorará la situación. La lealtad a Jehová y a nuestros hermanos evitará que cometamos ese error. Hablando del “que está andando exento de falta”, el salmista dijo: “No ha calumniado con su lengua. A su compañero no ha hecho nada malo, y ningún oprobio ha repetido contra su conocido íntimo” (Sal. 15:2, 3; Sant. 3:5).

      RECORDEMOS CUÁL ES LA AMISTAD MÁS IMPORTANTE

      15. ¿Cómo benefició a José ser amigo de Jehová?

      15 Aprendemos una lección aún más importante al pensar en la amistad que José tenía con Jehová. Durante las pruebas que experimentó por trece años, José demostró que veía las cosas igual que Dios (Gén. 45:5-8). Nunca le echó la culpa de su situación. Aunque no olvidó lo que había sufrido, tampoco se amargó. Y, lo que es más importante, no permitió que las imperfecciones y los errores de los demás lo alejaran de Jehová. Su lealtad le dio la oportunidad de ver cómo corregía Dios las injusticias y cómo los bendecía a él y a su familia.

      16. ¿Por qué debemos acercarnos todavía más a Jehová cuando sufrimos una injusticia en la congregación?

      16 De igual modo, debemos atesorar y proteger nuestra amistad con Jehová. Nunca dejemos que las imperfecciones de nuestros hermanos nos alejen del Dios al que amamos y adoramos (Rom. 8:38, 39). Más bien, si un hermano nos trata injustamente, hagamos lo mismo que hizo José y acerquémonos todavía más a Jehová, esforzándonos por ver las cosas como él las ve. Una vez que hayamos hecho todo lo posible para arreglar la situación siguiendo los principios de la Biblia, tenemos que dejar el asunto en manos de Dios y confiar en que él lo corregirá de la forma y en el momento que considere oportunos.

      CONFIEMOS EN “EL JUEZ DE TODA LA TIERRA”

      17. ¿Cómo demostramos que confiamos en “el Juez de toda la tierra”?

      17 Mientras vivamos en este sistema, vamos a sufrir injusticias. Aunque no es habitual, es posible que alguna vez observemos o seamos víctimas de lo que parece ser una injusticia en la congregación. No permitamos que eso nos haga tropezar (Sal. 119:165). Al contrario, demostremos nuestra lealtad orando a Dios y confiando en él. Además, reconozcamos con modestia que seguramente no conocemos todos los detalles. Somos muy conscientes de que debido a nuestra imperfección tal vez veamos errores donde no los hay. Como aprendimos del ejemplo de José, no queremos decir cosas negativas, porque sabemos que eso solo empeoraría la situación. Y, por último, en lugar de tomar la justicia por nuestra mano, resolvámonos a ser leales y a esperar con paciencia que Jehová corrija los asuntos. Si actuamos así, nos aseguraremos de contar con su aprobación y bendición, igual que José. Sin duda, Jehová, “el Juez de toda la tierra”, siempre hará lo que es recto, pues “todos sus caminos son justicia” (Gén. 18:25; Deut. 32:4).

      18. ¿Qué analizaremos en el siguiente artículo?

      18 En el siguiente artículo, examinaremos otros dos ejemplos de trato injusto en el pueblo de Dios de la antigüedad. Analizar estos relatos nos ayudará a ver claramente cómo la humildad y la disposición a perdonar están relacionadas con el sentido de la justicia que tiene Jehová.

      a Vea la biografía de Willi Diehl, titulada “Jehová es mi Dios, en quien de veras confiaré”, que apareció en la revista La Atalaya del 1 de noviembre de 1991.

  • ¿Tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová?
    La Atalaya (estudio) 2017 | abril
    • El apóstol Pedro come con cristianos judíos en Antioquía, pero no con cristianos gentiles

      ¿Tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová?

      “Yo declararé el nombre de Jehová. [...] Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia” (DEUT. 32:3, 4).

      CANCIONES: 110, 2

      ¿CÓMO NOS AYUDARÁ RECORDAR ESTOS VERSÍCULOS SI SOMOS VÍCTIMAS DE ALGUNA INJUSTICIA?

      • Deuteronomio 32:4

      • 1 Pedro 5:5

      • Mateo 6:14

      1, 2. a) ¿Qué injusticia sufrieron Nabot y sus hijos? b) ¿De qué dos cualidades hablaremos en este artículo?

      VISUALICEMOS la escena. Acusan falsamente a un hombre de haber cometido un delito que se castiga con la muerte. Todo el mundo sabe que los testigos contra él son personas que no sirven para nada, pero sus mentiras bastan para condenarlo. Sus familiares y amigos están asombrados e indignados. A los que aman la justicia les repugna ver que se ejecuta a este hombre inocente y a sus hijos. Esta historia no es inventada. Es lo que le ocurrió a Nabot, un siervo fiel de Jehová que vivió cuando Acab era rey de Israel (1 Rey. 21:11-13; 2 Rey. 9:26).

      2 En este artículo no solo hablaremos de lo que le ocurrió a Nabot, sino también del error de juicio que cometió un fiel anciano del siglo primero. Examinar estos ejemplos de la Biblia nos enseñará que, para demostrar que tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová, debemos ser humildes y estar dispuestos a perdonar cuando vemos alguna injusticia en la congregación.

      SE COMETE UNA GRAN INJUSTICIA

      3, 4. ¿Qué clase de persona era Nabot, y por qué se negó a venderle su viña al rey Acab?

      3 En una época en la que la mayoría de los israelitas seguían el mal ejemplo del rey Acab y su esposa, la malvada reina Jezabel, Nabot sirvió fielmente a Jehová. Los que adoraban a Baal no respetaban a Jehová ni sus leyes. Pero Nabot era diferente. Consideraba que la amistad con Dios era más importante que la vida misma.

      4 (Lea 1 Reyes 21:1-3). Cuando Acab le pidió a Nabot que le vendiera su viña o que se la cambiara por otra mejor, este se negó. ¿Por qué? Él dijo con respeto: “Es inconcebible por mi parte, desde el punto de vista de Jehová, que yo te dé la posesión hereditaria de mis antepasados”. Rechazó la oferta porque Jehová les había prohibido a los israelitas que vendieran para siempre la herencia familiar (Lev. 25:23; Núm. 36:7). Está claro que Nabot veía las cosas igual que Jehová.

      5. ¿Qué participación tuvo Jezabel en el asesinato de Nabot?

      5 Lamentablemente, la negativa de Nabot llevó al rey Acab y a su esposa a cometer una serie de actos despreciables. A fin de obtener la viña para su esposo, ella se encargó de que se acusara falsamente a Nabot, lo que resultó en que fueran ejecutados él y sus hijos. ¿Cómo reaccionó Jehová ante esa gran injusticia?

      DIOS HACE JUSTICIA

      6, 7. a) ¿Cómo demostró Jehová que ama la justicia? b) ¿Por qué debió servirles esto de consuelo a la familia y amigos de Nabot?

      6 Jehová envió rápidamente a Elías para que hablara cara a cara con Acab. El profeta lo acusó con toda razón de ser un asesino y un ladrón. ¿Cuál fue el veredicto de Jehová? Acab, su esposa y sus hijos acabarían igual que Nabot y sus hijos (1 Rey. 21:17-25).

      7 Aunque los asesinatos provocados por las acciones de Acab causaron dolor a la familia y amigos de Nabot, estos sin duda sintieron algo de consuelo al saber que Dios estaba al tanto de esa injusticia y había tomado medidas de inmediato. Sin embargo, su humildad y su confianza en Jehová seguramente se pusieron a prueba cuando los acontecimientos dieron un giro inesperado.

      8. ¿Cómo reaccionó Acab cuando escuchó el castigo que Jehová había impuesto, y qué pasó después?

      8 Cuando Acab se enteró del castigo que Jehová había impuesto, “procedió a rasgar sus prendas de vestir y a ponerse saco sobre la carne; y emprendió un ayuno y siguió acostándose en saco y andando desalentadamente”. Acab se humilló. ¿Qué ocurrió después? Jehová le dijo a Elías: “Por razón de que se ha humillado a causa de mí, no traeré la calamidad en sus propios días. En los días de su hijo traeré la calamidad sobre su casa” (1 Rey. 21:27-29; 2 Rey. 10:10, 11, 17). Jehová, “el examinador de los corazones”, le mostró cierto grado de misericordia (Prov. 17:3).

      LA HUMILDAD NOS PROTEGE

      9. ¿Por qué protegería la humildad a la familia y amigos de Nabot?

      9 ¿Cómo afectó esta decisión a los que conocían el horrible crimen que había cometido Acab? Parecía que Jehová había cambiado la condena, y eso pudo poner a prueba la fe de los familiares y amigos de Nabot. ¿Qué los protegería en tal caso? La humildad, pues los motivaría a seguir adorando fielmente a Jehová, con la confianza de que es incapaz de cometer injusticias (lea Deuteronomio 32:3, 4). En el caso de Nabot, sus hijos y sus otros familiares, Dios hará justicia perfecta cuando resucite a los justos (Job 14:14, 15; Juan 5:28, 29). Además, una persona humilde recuerda que “el Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala” (Ecl. 12:14). En efecto, cuando Jehová dicta una sentencia, tiene en cuenta factores que nosotros no conocemos. Por lo tanto, la humildad protege a los inocentes de naufragar espiritualmente.

      10, 11. a) ¿En qué situaciones se podría poner a prueba nuestro sentido de la justicia? b) ¿De qué maneras nos protegerá la humildad?

      10 ¿Cómo reaccionaremos si los ancianos toman una decisión que no entendemos o con la que tal vez no estamos de acuerdo? Por ejemplo, ¿qué haríamos en los siguientes casos? Nosotros o alguien muy querido pierde un privilegio que valora mucho en la congregación. Se expulsa a nuestro cónyuge, a uno de nuestros hijos o a un amigo cercano, y nos parece que es injusto. O creemos que no estuvo bien que se mostrara misericordia al que cometió un pecado. Estas situaciones pueden poner a prueba nuestra fe en Jehová y en cómo ha organizado a su pueblo. Veamos de qué dos maneras nos protegerá la humildad.

      Un hermano se sorprende cuando se lee una decisión de los ancianos en la plataforma

      ¿Cómo reaccionaremos si los ancianos anuncian una decisión con la que no estamos de acuerdo? (Vea los párrafos 10 y 11).

      11 En primer lugar, la humildad nos hará admitir que no sabemos todos los detalles. No importa lo bien que conozcamos la situación, solo Jehová puede ver lo que hay en el corazón de la persona (1 Sam. 16:7). Ser conscientes de esta verdad innegable nos ayudará a reconocer con humildad nuestras limitaciones y a cambiar nuestra opinión sobre el asunto. En segundo lugar, la humildad hará que seamos sumisos y esperemos con paciencia a que Jehová corrija las injusticias que se hayan podido cometer. El sabio Salomón escribió: “Les resultará bien a los que temen al Dios verdadero [...]. Pero de ninguna manera le resultará bien al inicuo, ni prolongará sus días” (Ecl. 8:12, 13). Actuar con humildad es lo mejor para la salud espiritual de todos los implicados (lea 1 Pedro 5:5).

      UN CASO DE HIPOCRESÍA

      12. ¿Qué relato analizaremos, y por qué?

      12 En el primer siglo, los cristianos de Antioquía de Siria se enfrentaron a una situación que puso a prueba no solo su humildad, sino su disposición a perdonar. Analicemos el relato y veamos cómo nos ayuda a evaluar nuestra actitud hacia el perdón y a entender mejor cómo se relaciona este con el concepto de Jehová sobre la justicia.

      13, 14. a) ¿Qué responsabilidades se le confiaron a Pedro? b) ¿Cómo demostró valor?

      13 El apóstol Pedro era un anciano muy conocido entre los cristianos. Fue amigo de Jesús, quien le dio importantes responsabilidades (Mat. 16:19). Por ejemplo, en el año 36, Pedro tuvo el honor de llevar el mensaje de las buenas nuevas a Cornelio y su casa. Eso fue todo un acontecimiento, pues Cornelio era un gentil que no estaba circuncidado. Cuando él y los suyos recibieron el espíritu santo, Pedro dijo: “¿Puede alguien negar el agua de modo que no sean bautizados estos, que han recibido el espíritu santo igual que nosotros?” (Hech. 10:47).

      14 En el año 49, los apóstoles y los ancianos de Jerusalén se reunieron allí para decidir si tenían que circuncidarse los gentiles que se hacían cristianos. En esa reunión, Pedro tomó la palabra con decisión y les recordó a los hermanos que, algunos años antes, unos gentiles incircuncisos habían recibido el espíritu santo. El testimonio de Pedro fue muy útil para que el cuerpo gobernante tomara una decisión (Hech. 15:6-11, 13, 14, 28, 29). Seguramente, tanto los judíos como los no judíos que se habían hecho cristianos agradecieron esa valiente exposición de los hechos. Desde luego, debía ser fácil confiar en un hombre tan maduro y espiritual (Heb. 13:7).

      15. ¿Qué error cometió Pedro en Antioquía de Siria? (Vea el dibujo del principio).

      15 Poco después de esa reunión del año 49, Pedro visitó Antioquía de Siria. Allí, se relacionaba libremente con sus hermanos no judíos, quienes sin duda se beneficiaban de su conocimiento y experiencia. Pero, de pronto, Pedro dejó de comer con ellos. ¿Se imagina lo sorprendidos y decepcionados que se sintieron? Eso influyó en otros cristianos judíos de la congregación, incluso en Bernabé, que empezaron a hacer lo mismo. ¿Qué hizo que un anciano maduro cometiera un error de juicio como ese, que podía dividir a la congregación? Y, lo que es más importante, ¿qué lecciones que nos serán de utilidad si nos hacen daño las palabras o acciones de un anciano podemos sacar de este caso?

      16. a) ¿Qué corrección recibió Pedro? b) ¿Qué preguntas surgen?

      16 (Lea Gálatas 2:11-14). Pedro cayó en la trampa del temor al hombre (Prov. 29:25). A pesar de conocer de primera mano lo que Jehová pensaba al respecto, le dio miedo la opinión de los judíos circuncisos de la congregación de Jerusalén. El apóstol Pablo, quien estuvo presente en la reunión del año 49, se encaró a Pedro en Antioquía y le dijo que estaba actuando con hipocresía (Hech. 15:12; Gál. 2:13, nota). ¿Cómo reaccionarían al trato injusto de Pedro los cristianos no judíos que fueron víctimas de su error? ¿Permitirían que los hiciera tropezar? ¿Perdería él sus privilegios por ese error?

      SEPAMOS PERDONAR

      17. ¿Cómo se benefició Pedro del perdón de Jehová?

      17 Es evidente que Pedro fue humilde y aceptó la corrección que recibió de Pablo. No hay nada en las Santas Escrituras que indique que perdió sus privilegios. Es más, después Dios lo inspiró para escribir dos cartas que llegaron a formar parte de la Biblia. Algo interesante es que, en la segunda, llama a Pablo “nuestro amado hermano” (2 Ped. 3:15). Aunque su error de juicio pudo causar dolor a sus hermanos no judíos, Jesús, cabeza de la congregación, siguió usándolo (Efes. 1:22). Así, aquellos cristianos tuvieron la oportunidad de imitar a Cristo y a su Padre al perdonarlo. Es de esperar que nadie tropezara por el error de un hombre imperfecto.

      18. ¿En qué situaciones tal vez debamos demostrar que tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová?

      18 Hoy, igual que en el siglo primero, no existen ancianos perfectos, pues “todos tropezamos muchas veces” (Sant. 3:2). Sabemos bien que eso es cierto. Pero ¿y si las imperfecciones de un hermano nos afectan personalmente? ¿Tendremos el mismo concepto de la justicia que Jehová? Por ejemplo, ¿cómo reaccionaremos si un anciano hace un comentario que deja entrever algo de prejuicio? ¿Tropezaremos si habla sin pensar y nos ofende o nos hiere? En vez de apresurarnos a concluir que el hermano ya no cumple con los requisitos para ser anciano, ¿esperaremos con paciencia a que actúe Jesús, cabeza de la congregación? ¿Nos esforzaremos para ver el cuadro completo, tal vez tomando en cuenta sus muchos años de servicio fiel? ¿Nos alegraremos si un hermano que ha pecado contra nosotros sigue siendo anciano o incluso recibe más privilegios? Nuestra disposición a perdonar demostrará que tenemos el mismo sentido de la justicia que Jehová (lea Mateo 6:14, 15).

      19. ¿Cuál debe ser nuestra determinación?

      19 Los que amamos la justicia esperamos que llegue el día en que Jehová borre por completo todas las injusticias que Satanás y su mundo han causado a la humanidad (Is. 65:17). Mientras tanto, resolvámonos a reflejar el mismo sentido de la justicia que Jehová, reconociendo con humildad nuestras limitaciones y perdonando generosamente a los que pecan contra nosotros.

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