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La contaminación desarraigada del corazón y de la menteLa Atalaya 1993 | 15 de febrero
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Una limpieza espiritual
A los israelitas de la antigüedad se les advirtió en repetidas ocasiones de las consecuencias de contaminar la tierra con derramamiento de sangre, un estilo de vida inmoral o falta de respeto a las cosas sagradas. (Números 35:33; Jeremías 3:1, 2; Malaquías 1:7, 8.) Es significativo el hecho de que se les condenó por esta contaminación espiritual, y no por ninguna contaminación física, de la que posiblemente también fueron culpables.b
Por lo tanto, hoy el cristiano se esfuerza por evitar en primer lugar la contaminación o suciedad espiritual. Lo hace poniéndose “la nueva personalidad”, que desarraiga del corazón y de la mente las tendencias contaminantes. Más de cuatro millones de testigos de Jehová se están beneficiando de esta limpieza espiritual y están alcanzando una verdadera limpieza religiosa y moral, así como una notable limpieza física. (Efesios 4:22-24.)
Este es el momento para una campaña de limpieza espiritual. A su debido tiempo la seguirá una campaña de limpieza física por todo el mundo, que impedirá que nuestro hogar se convierta en un basurero mundial al proveerle el ambiente libre de contaminación que merece. (Eclesiastés 3:1.)
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La contaminación desarraigada del corazón y de la menteLa Atalaya 1993 | 15 de febrero
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b Los israelitas conocían el proceso de la fundición. Se han encontrado restos de sus minas de cobre, metal que tuvieron que fundir para hacer los utensilios del templo. (Compárese con 1 Reyes 7:14-46.) Parece improbable que esta fundición no produjera algo de contaminación, como humos y escoria, además de causar posiblemente otros efectos secundarios. De todos modos, Jehová al parecer estaba dispuesto a tolerar un grado mínimo de suciedad localizada en esta región aislada y escasamente poblada.
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