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  • Dinamarca
    Anuario de los testigos de Jehová 1993
    • La ciudad estaba revolucionada porque las películas en color eran una novedad y, además, ¡era gratis! Los asistentes recibían tarjetas para escribir su nombre y dirección si deseaban más información, y dos repartidores permanecieron un tiempo en la ciudad para atender a los interesados”.

      Una maestra decidida

      En 1915 se produjo otro suceso que atrajo la atención del público. El año anterior llegó la verdad al pueblo pesquero de Skagen, en el extremo norte del país, donde vivían un comerciante de obras de arte y su esposa, quienes aceptaron la verdad, y una maestra de escuela, llamada Marie Due, que también se interesó. Cuando Dagmar Larsen, que se acababa de bautizar, llegó a Skagen para trabajar de niñera, conoció a Marie Due y sostuvo muchas conversaciones con ella sobre asuntos bíblicos.

      Aquel mismo otoño, Marie Due dejó la Iglesia y rehusó impartir más clases de religión. Su historia apareció en los diarios de todo el país. Finalmente, la despidieron a los 45 años, le dieron una pensión que le permitía mantenerse, y de ese modo emprendió contentísima el ministerio de tiempo completo. Trabajó fielmente muchos años en Dinamarca, Noruega y Finlandia. En resumidas cuentas, era de voluntad férrea, un magnífico ejemplo de aguante hasta la muerte.

  • Dinamarca
    Anuario de los testigos de Jehová 1993
    • Se reanuda la actividad tras la guerra mundial

      La edición danesa de La Torre del Vigía de julio de 1919 anunció la publicación en danonoruego del muy esperado Misterio terminado (tomo VII de Estudios de las Escrituras). Los hermanos aguardaban ansiosos el inicio de una gran campaña de predicación. A fin de enseñarles a hacer las visitas se celebró un cursillo de repartidores en Copenhague. Por primera vez se animó a los que no eran repartidores a testificar de puerta en puerta con los libros.

      En los años que siguieron, unos cuantos repartidores infatigables y firmes hicieron una gran labor, tanto al plantar la semilla del Reino como al cultivar terreno virgen. Un ejemplo de celo fue Niels Ebbesen Dal, danoamericano que regresó en 1918 a su tierra natal, la isla de Mors, en el norte de Jutlandia. Había aprendido la verdad en Estados Unidos con el libro El plan divino de las edades, que halló en la habitación de un hotel. Al regresar a Dinamarca se puso a trabajar inmediatamente de repartidor y predicó a familiares y demás personas de Mors.

      Su actividad provocó bastante revuelo. Los Dal eran grundtvigianos prominentes muy respetados en la isla. Sin embargo, este Dal venía predicando ideas nuevas. Su hermano mayor, Frode, se interesó de inmediato, al igual que el hijo de este, Kristian, que acababa de graduarse de magisterio. Kristian empezó de repartidor en 1920 y luego se le agregó su hermano Knud.

      Un mensaje nuevo y cautivador

      El segundo presidente de la Sociedad Watch Tower ya había pronunciado en Estados Unidos su famoso discurso “Millones que ahora viven no morirán jamás”. Le tocaba el turno a Europa. El 12 de agosto de 1920 Joseph F. Rutherford embarcó con algunos colaboradores para Inglaterra y, mientras él continuó hacia abajo, a través de Europa, A. H. Macmillan presentó en Dinamarca la misma conferencia.

      El hermano Macmillan desembarcó en Esbjerg el jueves 21 de octubre de 1920, y aquella misma tarde discursó en el Palace Hotel. Luego, dio la conferencia en Odense. En Copenhague la pronunciaría en la sala Odd Fellow Palæt. Una hora antes de la prevista para el comienzo, ya había gente fuera de la sala, y al abrirse las puertas se llenó en cuestión de minutos. Muchos que tenían el semblante risueño lo perdieron cuando tuvieron que despedirlos. El auditorio, no obstante, escuchó muy atento y al terminar la reunión se distribuyeron unos 300 ejemplares del folleto Millones.

      Reacciones al discurso de Macmillan

      El interés en el “nuevo” mensaje era patente. Las reuniones públicas del hermano Macmillan convocaron a más de 5.000 oyentes, algunos de los cuales se hicieron Estudiantes de la Biblia y publicadores celosos de la Palabra de Dios. Por ejemplo, un matrimonio joven presente en el auditorio de Esbjerg, Johannes y Thora Dam, pertenecía a la Iglesia Metodista. El esposo era incluso mayordomo de la iglesia, por lo que residían en el edificio eclesiástico. Después del discurso pidieron el folleto Millones y, como tres meses más tarde, los visitó un repartidor.

      El visitante se quedó con ellos un tiempo para instruirlos hasta dejarlos bien arraigados en la fe recién hallada. Por supuesto esto no le gustó nada al ministro metodista. Un día se encontró con el repartidor fuera de la iglesia y le interpeló: “¿Pero quién le ha dado permiso para pescar en mis canastas de pescado?”, a lo que el hermano repuso con presteza: “¿Y quién se lo dio a usted para ponerlo en canastas?”.

      Johannes Dam había hallado la iglesia verdadera. Un total de 18 metodistas se salieron, y de este modo dio comienzo la congregación de Esbjerg.

  • Dinamarca
    Anuario de los testigos de Jehová 1993
    • Uno de los bautizados en esta asamblea fue el joven Christian Rømer, que se puso en contacto con los Estudiantes de la Biblia en su isla natal, Bornholm. Antes de la I Guerra Mundial su padre recibió una suscripción de regalo a La Torre del Vigía, y un día de 1919 Christian, que tenía entonces 20 años, encontró una de las revistas. “Lo que me ocurrió aquel día fue una experiencia tan grande que es inenarrable —relata⁠—. Era la verdad que yo sabía que tenía que estar en la Biblia, y ya era mía, sí, ya la tenía.”

      Durante la asamblea de Copenhague asistió a una reunión de repartidores donde conoció a Kristian Dal y quedó fijado el rumbo de su vida. En junio de 1922 empezó como repartidor en Bornholm.

  • Dinamarca
    Anuario de los testigos de Jehová 1993
    • Jutlandia recibe precursores

      Se empezó a trabajar más a fondo las zonas rurales. En enero de 1924, tres repartidores, Knud y Kristian Dal y Christian Rømer, formaron una “columna de repartidores” que fue destinada a Jutlandia, comenzando por la ciudad de Skive. El hermano Lüttichau inauguró la campaña con un discurso público en la sala de mayor aforo de la localidad, después del cual celebraron reuniones en tabernas y salones comunales de toda la región, en las que Kristian Dal era el orador. Anunciaban las conferencias en los periódicos y con volantes y, una vez pronunciadas, los repartidores recorrían el territorio distribuyendo libros y folletos.

      En la primavera de 1924 el trío llegó a la provincia de Haderslev (sur de Jutlandia), que en un tiempo fue parte de Alemania pero que volvió a unirse a Dinamarca en 1920 por plebiscito popular. Reclutaron a los mozos de la zona para el Frente Occidental. Muchos de ellos enterrarían en las trincheras francesas su fe en Dios.

      Christian Rømer describe cómo se predicaba a estas personas: “Era un territorio un tanto peculiar, aunque muy interesante para trabajarlo. La lucha política los había vuelto atentos”.

      Al visitar la zona por primera vez, los repartidores conocieron a Anton Hansen, almadreñero de Over Jerstal, que también había perdido la fe en el Frente Occidental. Acompañado por dos camaradas de guerra asistió al discurso “¿Qué Dicen las Escrituras Concerniente al Infierno?”. Al día siguiente le visitó Knud Dal y, tras un animado coloquio de tres horas, aceptó El Arpa de Dios. Este libro reavivó su fe a tal grado que, junto con su esposa, Kathrine, se hizo un destacado predicador en el sur de Jutlandia.

      Los tres repartidores de la “columna Dal” viajaron en bicicleta y ferrocarril hasta el otoño de 1925, cuando un hermano les brindó un automóvil. Christian Rømer fue a recogerlo a Copenhague. “¡Qué acontecimiento! Un precioso cacharro, descapotable y todo —recuerda con cariño⁠—. Yo era el conductor, pues nadie más tenía licencia. Aguantó un año y lo cambiamos luego por la elegancia de la época, un Ford sedán 1923 que, al tener cerrada la carrocería, era caliente en invierno. ¡Un vehículo de lujo!”

      Los repartidores abarcaron gradualmente toda Jutlandia y Fyn hasta que, en marzo de 1929, se acabaron los fondos de la campaña.

      Se unen más repartidores a la obra

      Entretanto, Ella Krøyer, de Copenhague, y Kristine Poulsen, maestra de antecedentes grundtvigianos, habían empezado a predicar por el sur de Sjælland, región también virgen. En el otoño de 1926 las hermanas predicaron en los alrededores de la ciudad de Vordingborg. La hermana Poulsen rememora: “Era la temporada de la remolacha azucarera. Los caminos no estaban asfaltados y el tránsito de las carretas de remolacha por el día y la lluvia por la noche formaban surcos profundos en los caminos embarrados. A veces teníamos que desistir de visitar una granja o una casa, pues no había modo de circular por el camino”.

      Un día las hermanas vieron justo lo que necesitaban para vencer al barro: botas de goma altas. Se compraron inmediatamente un par cada una. Pero como eran una novedad, llamaban la atención dondequiera que iban. Estas botas se hicieron famosas en un viaje de descanso a Copenhague. Una hermana de la sucursal de Ole Suhrs Gade se emocionó tanto con el nuevo calzado, que lo tomó de la entrada y lo fue luciendo por la oficina para mostrar a todos lo bien equipadas que estaban las repartidoras.

      Una tercera unidad de repartidores, Anna Petersen y Thora Svendsen, también abarcaron el territorio de Fyn y Jutlandia. La hermana Petersen dice: “A los precursores nos solían enviar a zonas donde no había congregaciones. Preguntábamos al tendero del pueblo si sabía de alguna habitación que se alquilara. No teníamos más cocina que un hornillo de queroseno y un par de ollas que poníamos sobre una mesa vieja o sobre dos cajas que pedíamos al tendero”.

      Las dos hermanas se unían a veces a la “columna Dal”. ¿Con qué resultados? La hermana Petersen y el hermano Rømer decidieron forjar una unión más duradera. Se casaron en 1933, y aunque la hermana Rømer se halla en la actualidad confinada en una clínica de reposo, su esposo sigue en el ministerio de tiempo completo.

      Organizados para predicar

      Mientras tanto, ocurrieron muchas cosas en Dinamarca. En 1922 se hizo en Cedar Point (Ohio, E.U.A.) el histórico llamamiento a ‘anunciar al Rey y su Reino’. Ya no solo predicarían regularmente los repartidores, sino toda la congregación.

  • Dinamarca
    Anuario de los testigos de Jehová 1993
    • [Fotografía en la página 87]

      Los repartidores predicaron en los años veinte con celo incansable. Kristian Dal (izquierda), y Christian Rømer (extremo derecho) con Anna Petersen, Søren Lauridsen y Thora Svendsen

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