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  • Consejeros hábiles que son una bendición para sus hermanos
    La Atalaya 1986 | 15 de septiembre
    • Consejeros hábiles que son una bendición para sus hermanos

      “Traeré de vuelta otra vez jueces para ti como al principio, y consejeros para ti como al comienzo.” (ISAÍAS 1:26.)

      1, 2. a) ¿Cómo muestran Proverbios 12:15 y Pro 19:20 el valor del consejo? b) ¿Qué tiene que haber primero para que recibamos consejo, y qué experiencia muestra esto?

      TERRI es hija de padres cristianos. En la escuela tenía una amiga que también estaba “en la verdad”. Pero hacia fines del curso de escuela primaria, Terri notó que su amiga ya no era tan entusiasta acerca de su fe como lo era antes. Al transcurrir el tiempo en la escuela secundaria, su amiga dejó de asistir con regularidad a las reuniones cristianas y comenzó a criticar la Sociedad Watch Tower y a la congregación. No obstante, Terri oraba intensamente por su amiga y constantemente le aconsejaba que se esforzara por permanecer firme como cristiana. Con el tiempo los esfuerzos de Terri fueron remunerados. Para el segundo año de secundaria su amiga ya había empezado de nuevo a asistir con regularidad a las reuniones y finalmente se bautizó. ¡Qué bendición resultó ser esto para ella! ¡Y qué recompensa para su fiel amiga Terri!

      2 En vista de esta experiencia, ¿puede alguien dudar de lo necesario que es el que de vez en cuando los cristianos se den consejo amorosamente unos a otros? La Biblia nos anima, diciendo: “Escucha el consejo y acepta la disciplina, a fin de que te hagas sabio en tu futuro”. (Proverbios 19:20; 12:15.) La amiga de Terri obedeció este consejo. Pero ¿qué hay si Terri no hubiera tenido el amor, la persistencia y el valor de seguir ofreciéndole ayuda en el transcurso de los años? En efecto, para que cualquiera de nosotros ‘escuche el consejo’, tiene que haber un consejero. ¿Quién debería serlo?

      ¿Quién dará el consejo?

      3. ¿A quiénes ha provisto Jehová para dar consejo oportuno en la congregación cristiana?

      3 Jehová Dios prometió que para nuestro tiempo proveería consejeros a su pueblo, diciendo: “Traeré de vuelta otra vez [...] consejeros para ti como al comienzo”. (Isaías 1:26.) Esta promesa se cumple principalmente en los ancianos nombrados de la congregación cristiana. El dar consejo es una forma de enseñanza, y los ancianos en particular están ‘capacitados para enseñar’. (1 Timoteo 3:2.) Tal vez el apóstol Pablo estaba pensando especialmente en los ancianos cuando dijo: “Aunque un hombre dé algún paso en falso antes que se dé cuenta de ello, ustedes los que tienen las debidas cualidades espirituales traten de reajustar a tal hombre con espíritu de apacibilidad”. (Gálatas 6:1.) Pero ¿son los ancianos los únicos que pueden dar consejo?

      4, 5. a) ¿Qué ejemplos bíblicos muestran que los ancianos no son los únicos que pueden dar consejo? b) ¿En qué situaciones típicas del día moderno pueden dar consejo no solo los ancianos, sino también todo cristiano?

      4 No. Terri no era anciano; sin embargo, su consejo finalmente produjo buenos resultados. Recuerde también al líder militar de Siria, Naamán. Él obró en conformidad con la información que recibió de una joven israelita y también en conformidad con el consejo de sus siervos. El consejo oportuno de Abigail, la esposa de Nabal, evitó el que David incurriera en culpabilidad por derramamiento de sangre. Y el joven Elihú dio buenos consejos a Job y a sus tres “consoladores”. (1 Samuel 25:23-35; 2 Reyes 5:1-4, 13, 14; Job 32:1-6.)

      5 De manera similar, hoy día, los ancianos no son los únicos que tienen la prerrogativa de dar consejo. Con regularidad los padres aconsejan a sus hijos. Jóvenes como Terri a menudo tienen éxito en aconsejar a otros jóvenes de su edad. Y la Biblia anima específicamente a las hermanas maduras a ser “maestras de lo que es bueno”, especialmente respecto a las mujeres más jóvenes de la congregación. (Tito 2:3-5.) De hecho, en general todos tenemos la obligación de ayudarnos unos a otros así. El apóstol Pablo dijo: “Sigan consolándose unos a otros y edificándose unos a otros, así como de hecho lo están haciendo”. (1 Tesalonicenses 5:11.)

      Las metas del consejo cristiano

      6. Mencione algunas metas del consejo cristiano.

      6 ¿Cuáles son algunas de las metas del consejo cristiano? Pues ayudar a la persona a progresar y a continuar en el camino correcto, a resolver problemas, a vencer dificultades, y tal vez a corregir algún mal proceder. Pablo se refirió a algunas formas de dar consejo cuando instó a Timoteo a ‘censurar, corregir, exhortar, con toda gran paciencia y arte de enseñar’. (2 Timoteo 4:1, 2.) Verdaderamente es un arte el poder aconsejar a alguien de tal modo que comprenda el punto sin que llegue a sentirse herido.

      7, 8. a) ¿En qué ocasiones se puede esperar que se dé consejo en la congregación cristiana? b) ¿En qué ocasiones pudiera un cristiano no esperar que se le dé consejo aunque lo necesite?

      7 ¿Cuándo se puede dar consejo? Los padres tienen muchas oportunidades de aconsejar a sus hijos, lo cual los hijos más o menos esperan. (Proverbios 6:20; Efesios 6:4.) En la congregación, el estudiante espera recibir consejo después de haber presentado un discurso en la Escuela del Ministerio Teocrático. Y un nuevo publicador del Reino espera recibir ayuda y consejo a medida que progresa hacia la madurez como ministro cristiano. (1 Timoteo 4:15.) A veces algunos procuran la ayuda y el consejo de ancianos u otras personas de la congregación.

      8 Pero hay ocasiones en que es necesario dar consejo a personas que no lo esperan o no lo desean. Tal vez alguien esté perdiendo el celo por el servicio de Jehová, dejándose ‘llevar a la deriva’, como en el caso de la amiga de Terri. (Hebreos 2:1.) Puede que alguien tenga un problema personal serio con otra persona de la congregación. (Filipenses 4:2.) O tal vez haya alguien que necesite ayuda en cuanto al acicalamiento o el vestir apropiadamente, o sobre los amigos o la música que escoge. (1 Corintios 15:33; 1 Timoteo 2:9.)

      9, 10. a) ¿Por qué pudiera requerir valor el dar consejo cristiano? b) Sin embargo, ¿por qué debe el cristiano dar consejo siempre que sea necesario?

      9 Cuando el profeta Hananí aconsejó a Asá el rey de Judá, ¡este se resintió tanto que “lo puso en la casa de los cepos”! (2 Crónicas 16:7-10.) En aquellos días una persona tenía que tener mucho ánimo para aconsejar a un rey. Hoy día los consejeros tal vez tengan que mostrar ánimo también, pues el dar consejo pudiera causar resentimiento al principio. Un cristiano de experiencia se retrajo de dar consejo necesario a un compañero más joven. ¿Por qué? Explicó: “¡Somos buenos amigos, y quiero conservar esta amistad!”. Pero, en realidad, el retraerse de prestar ayuda cuando se necesita no es la marca de un buen amigo. (Proverbios 27:6; compárese con Santiago 4:17.)

      10 De hecho, la experiencia muestra que cuando el consejero es hábil, por lo general los malos sentimientos se pueden minimizar, y a menudo se puede lograr el propósito del consejo. Pero ¿qué se requiere para ser un consejero hábil? Para contestar esta pregunta, consideremos dos ejemplos, uno bueno y el otro malo.

      Pablo... un consejero hábil

      11. ¿Por qué aceptaron el consejo de Pablo la mayoría de los corintios aunque a menudo les hablaba con bastante franqueza?

      11 El apóstol Pablo dio consejo en muchas ocasiones, y a veces tuvo que decir cosas fuertes. (1 Corintios 1:10-13; 3:1-4; Gálatas 1:6; 3:1.) Sin embargo, su consejo surtió efecto debido a que aquellos a quienes lo dio sabían que Pablo los amaba. Como les dijo a los corintios: “De en medio de mucha tribulación y angustia de corazón les escribí con muchas lágrimas, no para que se entristecieran, sino para que conocieran el amor que más especialmente les tengo”. (2 Corintios 2:4.) La mayoría de los corintios aceptaban el consejo de Pablo porque sabían que él lo daba sin ningún motivo egoísta, pues “el amor [...] no busca sus propios intereses”. Además, estaban seguros de que Pablo no estaba dándoles consejo debido a estar irritado con ellos, porque “el amor [...] no se siente provocado. No lleva cuenta del daño”. (1 Corintios 13:4, 5.)

      12. ¿Qué cualidad contribuirá a que el cristiano obtenga buenos resultados al dar consejo? Ilustre.

      12 Hoy también es mucho más fácil aceptar hasta consejo fuerte cuando sabemos que el consejero lo hace porque nos ama y no porque se sienta irritado o tenga motivos egoístas. Por ejemplo, si un anciano critica a los jóvenes de la congregación cada vez que se dirige a ellos, entonces estos jóvenes fácilmente podrían pensar que él tiene algo contra ellos. Pero ¿qué hay si el anciano tiene una buena relación con los jóvenes? ¿Qué hay si él sale con ellos al servicio del campo, es abordable en el Salón del Reino y los anima a que hablen con él acerca de sus problemas, metas y preocupaciones, y tal vez hasta los invite (con el consentimiento de los padres) a su hogar de vez en cuando? Entonces, cuando tenga que aconsejarlos, es más probable que ellos acepten el consejo al saber que proviene de un amigo.

      Apacibilidad y humildad

      13. a) Ante todo, ¿en qué debería basarse el consejo cristiano? b) Por lo tanto, ¿qué deben evitar los que dan consejo en la congregación cristiana?

      13 Hay otra razón por la cual el consejo de Pablo tuvo éxito. Lo basó en la sabiduría piadosa, y no en sus opiniones personales. Él le recordó al consejero Timoteo: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia”. (2 Timoteo 3:16; compárese con 1 Corintios 2:1, 2.) De igual manera hoy día, los consejeros cristianos basan lo que dicen en las Escrituras. Es cierto que en la familia los padres no citan de la Biblia cada vez que aconsejan a sus hijos. Sin embargo, sea que los padres cristianos estén inculcando la obediencia, la limpieza, el interés por otras personas, la puntualidad, o cualquier otra cosa en sus hijos, es necesario que siempre tengan base bíblica para apoyar lo que dicen. (Efesios 6:1; 2 Corintios 7:1; Mateo 7:12; Eclesiastés 3:1-8.) Debemos tener cuidado de no tratar de imponer nuestras propias opiniones o gustos en otras personas de la congregación. Y los ancianos no deben torcer las Escrituras para que parezcan apoyar alguna idea personal. (Compárese con Mateo 4:5, 6.) Todo consejo que den tiene que tener una razón bíblica genuina. (Salmo 119:105.)

      14, 15. a) Mencione otra cualidad que contribuye a que el consejo se acepte con mayor facilidad. b) ¿Por qué es tan importante que el consejero cultive esta cualidad?

      14 Además, el consejo es más eficaz cuando se da con espíritu apacible. Pablo sabía esto. Por eso fue que, al hablar de la persona que da un paso en falso antes de darse cuenta, animó a los que tuvieran las debidas cualidades a ‘tratar de reajustar a tal persona con espíritu de apacibilidad’. (Gálatas 6:1.) También aconsejó a Tito que les recordara a otros que ‘no hablaran perjudicialmente de nadie, que no fueran belicosos, que fueran razonables, y desplegaran toda apacibilidad para con todos los hombres’. (Tito 3:1, 2; 1 Timoteo 6:11.)

      15 ¿Por qué se necesita la apacibilidad? Porque las emociones descontroladas son contagiosas. Las palabras airadas provocan más palabras airadas, y es difícil razonar con una persona que esté muy enojada. Aunque la persona a quien se dirija el consejo se enoje, esto no suministra razón para que el consejero haga lo mismo. Más bien, la actitud apacible del consejero pudiera contribuir a calmar la situación. “La respuesta, cuando es apacible, aparta la furia.” (Proverbios 15:1.) Esto es cierto prescindiendo de que el consejero sea un padre, un anciano o cualquier otra persona.

      16. ¿Por qué debemos ser siempre respetuosos al dar consejo?

      16 Por último, considere lo que Pablo le dijo al joven anciano Timoteo: “No critiques severamente a un hombre de más edad. Por lo contrario, ínstale como a un padre, a los de menos edad como a hermanos, a las mujeres de más edad como a madres, a las de menos edad como a hermanas, con toda castidad”. (1 Timoteo 5:1, 2.) ¡Qué excelente consejo! Imagínese cómo se sentiría una mujer de más edad si un anciano joven, tal vez lo suficientemente joven como para ser su hijo, la aconsejara de manera muy áspera o irrespetuosa. Sería mucho mejor si el consejero pausara por un momento y se dijera a sí mismo: ‘Considerando la personalidad y la edad de esta persona, ¿cuál sería la manera más amorosa y eficaz de aconsejarla en este asunto? Si yo estuviera en su lugar, ¿de qué manera querría que me abordaran a mí?’. (Lucas 6:31; Colosenses 4:6.)

      El consejo de los fariseos

      17, 18. Mencione una razón por la cual el consejo de los fariseos no beneficiaba al pueblo.

      17 Pasemos ahora del buen ejemplo de Pablo y consideremos el mal ejemplo de los líderes religiosos judíos de los días de Jesús. Ellos daban mucho consejo, pero por lo general el pueblo no se beneficiaba de este. ¿Por qué?

      18 Por muchas razones. Por ejemplo, considere la ocasión en que los fariseos reprendieron a Jesús porque sus discípulos no se lavaban las manos antes de comer. Por supuesto, la mayoría de las madres aconsejan a sus hijos a que se laven las manos antes de comer, y hay mucha razón para que se recomiende esto como una práctica higiénica. Pero el interés principal de los fariseos no era la higiene. En su caso el lavarse las manos era una tradición, y se disgustaron porque los discípulos de Jesús no seguían esta tradición. Sin embargo, según Jesús pasó a mostrarles, en Israel existían problemas mayores que ellos deberían estar atendiendo. Por ejemplo, algunos se valían de la tradición farisaica para no obedecer el quinto de los Diez Mandamientos: “Honra a tu padre y a tu madre”. (Éxodo 20:12; Mateo 15:1-11.) Lamentablemente los escribas y los fariseos se esmeraban tanto en observar los detalles que habían “desatendido los asuntos de más peso de la Ley, a saber: la justicia y la misericordia y la fidelidad”. (Mateo 23:23.)

      19. ¿Cómo pueden los cristianos del día moderno evitar la trampa de dejar que los intereses personales dominen la situación?

      19 Los consejeros de hoy deben ejercer cuidado para no cometer el mismo error. No deben dejar que los intereses personales los lleven a preocuparse tanto de los pormenores que se olviden de “los asuntos de más peso”. En asuntos pequeños, se nos anima a que ‘continuemos soportándonos unos a otros’ en amor. (Colosenses 3:12, 13.) La habilidad de discernir cuándo no dar importancia a un asunto y cuándo realmente se necesita el consejo es algo que contribuye a que uno tenga ‘las debidas cualidades espirituales’. (Gálatas 6:1.)

      20. ¿Por qué es tan importante el ejemplo personal en lo que tiene que ver con el dar consejo?

      20 Hay otra cosa que hizo que aquellos consejeros religiosos del primer siglo fueran poco eficientes. Siguieron un patrón de “haz lo que digo y no lo que hago”. Jesús dijo acerca de ellos: “¡Ay, también, de ustedes los que están versados en la Ley, porque cargan a los hombres con cargas difíciles de llevar, pero ustedes mismos no tocan las cargas ni con uno de sus dedos!”. (Lucas 11:46.) ¡Qué falta de amor! Hoy día los padres, los ancianos y otras personas que dan consejo deben cerciorarse de que ellos mismos estén haciendo lo que dicen a otros que hagan. ¿Cómo podemos animar a otras personas a mantenerse ocupadas en el ministerio del campo si nosotros mismos no ponemos el ejemplo correcto? O, ¿cómo podemos advertir contra el materialismo si las posesiones materiales dominan nuestra vida? (Romanos 2:21, 22; Hebreos 13:7.)

      21. a) ¿De qué manera intimidaron los fariseos a la gente? b) ¿Cómo deben servir de precaución a los consejeros cristianos las tácticas de los fariseos?

      21 Los líderes judíos también fracasaron como consejeros debido a las tácticas que usaron para intimidar a la gente. En cierta ocasión enviaron a varios hombres a arrestar a Jesús. Cuando ellos, muy impresionados por la manera de Jesús enseñar, regresaron sin él, los fariseos los reprendieron, diciéndoles: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad? Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad? Pero esta muchedumbre que no conoce la Ley son unos malditos”. (Juan 7:45-49.) ¿Tenían una base apropiada para reprender, abusar de su autoridad e injuriar? ¡Que los consejeros cristianos nunca lleguen a ser culpables de tal clase de consejo! Deben evitar a toda costa el intimidar a otros o dar la impresión: ‘¡Tienes que escucharme porque yo soy anciano!’. O cuando estén hablando con una hermana no deben dar a entender: ‘Debes escucharme porque soy varón bautizado’.

      22. a) ¿Cómo y por qué deben los cristianos dar consejo? b) ¿Qué otra pregunta necesitamos considerar?

      22 En realidad, el dar consejo es un acto de amor que todos nosotros —especialmente los ancianos nombrados— debemos a nuestros compañeros de creencia. No se debe dar consejo por cualquier pretexto. Pero cuando se necesite, debe darse valerosamente. Debe tener base bíblica y se debe dar con espíritu de apacibilidad. Además, es mucho más fácil aceptar consejo de alguien que nos ama. Pero a veces puede ser difícil saber exactamente qué decir al aconsejar. Por eso, ¿cómo podemos dar consejo que surta efecto? Esto se considerará en el siguiente artículo.

  • El consejo que es ‘sazonado con sal’
    La Atalaya 1986 | 15 de septiembre
    • El consejo que es ‘sazonado con sal’

      “Que su habla siempre sea con gracia, sazonada con sal, para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno.” (COLOSENSES 4:6.)

      1, 2. ¿Por qué es especialmente importante que el consejo cristiano sea ‘sazonado con sal’?

      EN EL transcurso de la historia, la sal ha desempeñado un papel especial en la preparación de alimentos. Es un conservante y da más sabor a las comidas, de modo que muchos alimentos sin sal son considerados insípidos o sin sabor. Por lo tanto, cuando Pablo dijo que el habla del cristiano debería ser “sazonada con sal”, estaba diciendo que debería ser edificante, aceptable y atrayente. (Colosenses 4:6.) Esto es especialmente cierto cuando se da consejo. ¿Por qué?

      2 El propósito de dar consejo no es sencillamente para compartir información. En muchos casos, la persona que recibe el consejo ya sabe que algunos principios bíblicos aplican a su situación, pero tiene dificultad en aplicarlos o en reconocer su importancia. Por consiguiente, el verdadero desafío de dar consejo cristiano es cambiar el modo de pensar de la persona. (Gálatas 6:1; Efesios 4:11, 12.) Por eso, se necesita la “sal”.

      3. ¿Qué ayuda ha provisto Jehová para los consejeros cristianos?

      3 El dar consejo es verdaderamente un desafío, y para hacerle frente es necesario que el consejero tenga conocimiento y discernimiento. (Proverbios 2:1, 2, 9; 2 Timoteo 4:2.) Nos alegra mucho que Jehová haya provisto la Biblia, la cual no solo contiene el conocimiento que necesitamos, sino también muchos ejemplos de siervos perspicaces de Dios que dieron consejo. El examinar algunos de estos ejemplos nos ayudará a ser consejeros más eficientes.

      Considere al “Maravilloso Consejero”

      4. Al aconsejar a la congregación, ¿cómo puede un anciano cristiano imitar a Jesucristo?

      4 Por ejemplo, considere a Jesús, el “Maravilloso Consejero”. (Isaías 9:6.) Para fines del primer siglo, él hizo que se enviaran cartas de consejo a siete congregaciones en el distrito de Asia. Estas cartas son un excelente modelo para los ancianos que quizás tengan que dar consejo en sus congregaciones, y los principios aplican igualmente cuando se aconseja a alguien individualmente. Los problemas que Jesús consideró eran serios: la apostasía, la influencia como la de “Jezabel”, la tibieza y el materialismo. (Revelación 2:4, 14, 15, 20-23; 3:1, 14-18.) Jesús fue franco al considerar tales problemas. No había duda en cuanto a lo que quería decir a cada una de aquellas congregaciones respectivamente. Hoy día, cuando los ancianos cristianos dan consejo en la congregación, deben sazonar su consejo con humildad y bondad, en imitación de Jesús. (Filipenses 2:3-8; Mateo 11:29.) Pero, por otra parte, también tienen que ser francos como Jesús lo fue. El consejo no debería ser tan ambiguo ni tan general que la congregación no capte el sentido.

      5, 6. ¿Qué otras lecciones puede aprender el anciano cristiano de los mensajes que Jesús dio a las siete congregaciones?

      5 Note también que, siempre que era posible, Jesús comenzaba encomiando a la congregación y entonces concluía su consejo con estímulo edificante. (Revelación 2:2, 3, 7; 3:4, 5.) Los consejeros cristianos de hoy día también deben sazonar su consejo con encomio y estímulo. Cierto anciano experimentado dijo lo siguiente: “Uno realmente no logra mucho al regañar a los hermanos”. Cuando dan consejo fuerte, los ancianos no deberían dejar a los hermanos con un sentimiento de desaliento, sino más bien, deben fortalecerlos y ayudarlos a estar resueltos a mejorar en el futuro. (Compárese con 2 Corintios 1:1-4.)

      6 Finalmente, ¿qué hay acerca de los mensajes que Jesús dio a las congregaciones de Esmirna y Filadelfia? Él no tenía quejas contra aquellos hermanos. Pero puesto que estaban experimentando pruebas severas, él los animó a seguir aguantando. (Revelación 2:8-11; 3:7-13.) De la misma manera, los superintendentes cristianos de hoy día no solo deberían dar consejo cuando se tenga que corregir algún asunto, sino que también deben estar conscientes siempre de encomiar a los hermanos por sus buenas obras y animarlos a aguantar. (Romanos 12:12.)

      Use ilustraciones

      7, 8. a) ¿Cómo estuvo ‘sazonado con sal’ el consejo que Jesús dio a sus seguidores? b) ¿Por qué son valiosas las ilustraciones cuando damos consejo?

      7 Otra ocasión en que Jesús dio consejo fue cuando sus discípulos estaban preocupados respecto a quién tendría el primer lugar en el Reino de los cielos. Él pudo haber reprendido severamente a sus seguidores por tal actitud. Pero en vez de eso, ‘sazonó sus palabras con sal’. Llamó a un niñito y dijo: “Cualquiera que se humille como este niñito, es el mayor en el reino de los cielos”. (Mateo 18:1-4; Lucas 9:46-48.) El consejo fue claro, pero bondadoso y edificante. Al explicar que el Reino de los cielos era muy diferente de los reinos de este mundo, Jesús animó a sus seguidores a ser humildes y trató de eliminar la causa de la disputa.

      8 Fíjese también en el método eficaz de enseñanza que Jesús usó en este caso. Una ilustración viviente... ¡un niño! Los consejeros sabios con frecuencia sazonan con “sal” sus palabras por medio de usar ilustraciones, pues estas pueden hacer hincapié en la seriedad de un asunto o ayudar a la persona que recibe el consejo a razonar y ver el problema desde otro ángulo. A menudo las ilustraciones ayudan a reducir la tensión.

      9. ¿Qué otros ejemplos bíblicos hay con relación al uso de ilustraciones al dar consejo?

      9 Cuando le advirtió a Caín acerca del grave peligro de cometer un pecado serio, Jehová claramente describió el pecado como un animal salvaje. Dijo: “Hay pecado agazapado a la entrada, y su deseo vehemente es por ti”. (Génesis 4:7.) Cuando Jonás se encolerizó debido a que Jehová había perdonado a los habitantes arrepentidos de Nínive, Dios le dio una calabaza vinatera para que le sirviera de sombra. Entonces, cuando Jonás se quejó debido a que esta se marchitó, Jehová le dijo: “Tú, por tu parte, sentiste lástima por la calabaza vinatera [...] ¿No debería yo sentir lástima por Nínive la gran ciudad, en la cual existen más de ciento veinte mil hombres?”. (Jonás 4:5-11.) ¡Este realmente fue un consejo poderoso!

      10. ¿Qué ilustración usó un consejero cristiano del día moderno para ayudar a una joven a entender mejor los motivos de sus padres?

      10 De manera similar, cuando cierta joven se disgustó debido a las restricciones que les impusieron sus padres respecto a sus asociaciones, un superintendente viajante trató de ayudarla por medio de la siguiente ilustración: “A ti te gusta coser, ¿verdad? Imagínate que dedicaras mucho tiempo haciendo un atractivo vestido para una amiga. Pero después de dárselo, tú encontraras que lo está usando para limpiar el piso. ¿Cómo te sentirías?”. La joven admitió que se sentiría muy disgustada. De modo que el ministro continuó, diciendo: “Así mismo opinan tus padres. Ellos han dedicado mucho tiempo criándote y se sienten orgullosos de ti. Por eso desean que te asocies con personas que te traten apropiadamente y no con personas que terminarán por causarte daño”. Esta ilustración ayudó a la joven a comprender con aprecio lo que sus padres estaban tratando de hacer.

      Haga preguntas

      11. ¿Qué preguntas eficaces usó Jehová para aconsejar a Jonás?

      11 Usted tal vez haya notado que Jehová también hizo preguntas cuando habló con Jonás acerca de su irrazonable cólera. Y cuando Jonás pidió morir debido a que estaba encolerizado por el hecho de que Nínive no fue destruida, Jehová le dijo: “¿Es correcto que te hayas enardecido de cólera?”. No obstante, Jonás no respondió. Por lo tanto, Jehová permitió que la calabaza vinatera creciera y entonces muriera. Entonces Jonás estaba doblemente disgustado. Así que Jehová le preguntó: “¿Es correcto que te hayas enardecido de cólera en cuanto a la calabaza vinatera?”. Esta vez Jonás sí contestó: “Correctamente me he enardecido de cólera, hasta el punto de la muerte”. Ahora que el profeta le había contestado a Jehová, este prosiguió a comparar la actitud que Jonás tenía para con una simple planta con la actitud de Él respecto a Nínive, y le hizo la pregunta final: “¿No debería yo sentir lástima por Nínive?”. (Jonás 4:4, 9, 11.) Así a Jonás se le dio consejo para que imitara la actitud de Jehová respecto a los habitantes arrepentidos de Nínive.

      12. ¿Por qué son valiosas las preguntas cuando se da consejo? Ilustre.

      12 En efecto, las preguntas ayudan al consejero a enterarse de lo que está pensando la persona que necesita el consejo. También la ayudan a reconocer con mayor claridad sus propios problemas y motivos. Por ejemplo, alguien pudiera insistir en que tiene el derecho de beberse un trago antes de conducir su automóvil a casa. Sinceramente pudiera opinar de este modo: ‘¡El alcohol no me afecta!’. Pero tal vez un amigo trate de razonar con él, diciéndole: ‘Pero supongamos que te envuelves en un accidente en el que no tengas la culpa. ¿Qué pensaría la policía si notara que tú has estado bebiendo? Y supongamos que el alcohol sí hubiera afectado tus reflejos aunque fuera un poco. ¿Realmente quieres conducir el automóvil cuando tus reflejos no están funcionando completamente bien? ¿Vale la pena tomar ese riesgo tan solo por beberse un trago?’.

      13. ¿Cómo usó cierto consejero la Biblia, junto con preguntas, para dar consejo? ¿Por qué fue esto eficaz?

      13 El consejo cristiano siempre se basa en la Biblia. Y siempre que es posible, los consejeros cristianos utilizan la Biblia para dar consejo. Esta es una ayuda poderosa. (Hebreos 4:12.) Por ejemplo, un anciano experimentado estaba esforzándose por ayudar a alguien que ya no estaba activo en la obra de predicar. El anciano llamó la atención de esta persona a la parábola de Jesús acerca del hombre que tenía dos hijos a quienes mandó a trabajar en su viña. El primero dijo que iría, pero no fue. El segundo dijo que no iría, pero entonces decidió ir. (Mateo 21:28-31.) Luego el consejero preguntó: “¿Cómo cuál de estos dos hijos está actuando usted ahora?”. El publicador inmediatamente captó el punto, especialmente cuando el consejero dijo: “¿Cómo crees que Jehová, el Dueño de la viña, considera tu situación?”.

      14. ¿Cuáles son otras situaciones en que las preguntas podrían ser valiosas para dar consejo?

      14 Lo mismo aplica cuando se trata de ayudar a los que tienen dudas, problemas maritales u otros problemas de familia, dificultades con otras personas, o a los que se enfrentan a otras situaciones difícilesa. Las preguntas sagaces ayudan a los que reciben consejo a razonar, examinarse a sí mismos y llegar a conclusiones correctas.

      Escuche cuidadosamente

      15. a) ¿Qué no hicieron los tres “consoladores” de Job? b) ¿Por qué le es útil al consejero cristiano escuchar?

      15 Pero recuerde que el hacer preguntas implica que usted tiene que oír las respuestas. (Proverbios 18:13.) Los consejeros deben cuidarse para no caer en la trampa en que cayeron los tres “consoladores” de Job. Este les habló, pero en realidad no escucharon. Ya habían concluido que el sufrimiento de Job se debía a su propio pecado. (Job 16:2; 22:4-11.) En contraste, el consejero cristiano debe escuchar cuidadosamente. Así, podrá notar las pausas o inflexiones de la voz que pudieran indicar que todavía no se ha relatado todo el asunto. Tal vez otra pregunta saque a luz algún pensamiento que esté oculto en lo más profundo de la persona a quien se está dando consejo. (Compárese con Proverbios 20:5.)

      16. ¿Qué se requiere de parte del consejero cuando es difícil escuchar las expresiones de un compañero cristiano que esté enojado?

      16 Por supuesto, esto no siempre es fácil. Alguien que esté enojado podría decir bruscamente: “¡Odio a mis padres!”, o: “¡Ya no puedo seguir viviendo con mi esposo!”. Es desconcertante oír declaraciones como estas. Pero recuerde que Jehová estuvo dispuesto a escuchar cuando Asaf se quejó de que su fidelidad parecía ser en vano. (Salmo 73:13, 14.) Dios también escuchó cuando Jeremías dijo que había sido embaucado. (Jeremías 20:7.) Habacuc aparentemente se quejó de que los inicuos estaban oprimiendo a los justos y que Jehová ni siquiera lo veía. (Habacuc 1:13-17.) De igual manera, los consejeros cristianos deben estar dispuestos a escuchar. Si las personas realmente se sienten así, entonces el consejero necesita saberlo para poder ayudarlas. No debe instarlas sutilmente a expresar opiniones que él cree que deben tener, sino, más bien, las que realmente tienen. El consejero tampoco debe sobresaltarse ni apresurarse a juzgar, pues esto puede desanimar a la persona al grado que no quiera seguir expresando sus sentimientos. (Proverbios 14:29; 17:27.)

      17. ¿Por qué es a veces el sencillamente escuchar a nuestros hermanos una manera de consolarlos?

      17 A veces la mayor parte de nuestro consejo envuelve escuchar, lo cual permite que la persona desahogue su dolor, quebranto de corazón, o sufrimiento emocional. Cuando Noemí regresó de los campos de Moab, las mujeres de Israel la recibieron con estas palabras: “¿Es ésta Noemí?”. Pero Noemí respondió tristemente: “No me llamen Noemí. Llámenme Mará, porque el Todopoderoso me ha hecho muy amarga la situación. Estaba llena cuando me fui, y con las manos vacías Jehová me ha hecho volver. ¿Por qué deben llamarme Noemí, cuando es Jehová quien me ha humillado, y el Todopoderoso quien me ha causado calamidad?”. (Rut 1:19-21.) No había mucho que las israelitas pudieran decir en respuesta. Pero, a menudo, el sencillamente estar amorosamente dispuesto a escuchar mientras otros expresan su dolor emocional puede traer aliviob.

      Apéguese a la realidad

      18. a) ¿Cómo han reaccionado algunos ante el consejo de Jehová y de Jesucristo? b) ¿Qué cualidad deben cultivar los consejeros cristianos?

      18 Por supuesto, la reacción al consejo varía. Es evidente que Jonás respondió bien al consejo de Jehová. Este profeta se recobró tan bien de su amargura e ira que escribió acerca de sus experiencias para que otras personas se beneficiaran de ellas. A los seguidores de Jesús les tomó tiempo aprender la lección respecto a la humildad. Pues, la mismísima noche antes de Jesús morir, ¡surgió otra disputa entre ellos sobre quién sería el mayor! (Lucas 22:24.) Por lo tanto, es necesario que los que dan consejo sean pacientes. (Eclesiastés 7:8.) Por lo general, la persona que tiene una actitud incorrecta profundamente arraigada no cambia su proceder sencillamente con unas cuantas palabras de un anciano. Los problemas de larga duración entre cónyuges no desaparecen con sencillamente tener una entrevista con un cristiano maduro. Tal como las enfermedades graves pueden tomar meses en sanarse, lo mismo pudiera suceder con los problemas espirituales serios. Además, algunas personas sencillamente no prestan atención al consejo sano. Aunque Jehová mismo lo aconsejó, Caín asesinó a su hermano. (Génesis 4:6-8.)

      19. ¿Cómo puede la congregación ayudar a los que sufren debido a heridas emocionales?

      19 Los que tengan problemas graves deben apegarse a la realidad en cuanto a lo que pueden esperar de la congregación. Un compañero cristiano no puede remover la depresión mental crónica ni el dolor emocional posiblemente causados por alguna tragedia o experiencia terrible. Cuando alguien está físicamente enfermo, muchas veces lo único que el médico hace es hacerlo sentir cómodo mientras que el cuerpo va sanándose con el tiempo. De manera similar, cuando un cristiano sufre emocionalmente, la congregación puede esforzarse por “hacerlo sentir cómodo” mediante orar con él y por él, dirigirle palabras animadoras cuando sea posible y ofrecerle cualquier ayuda práctica que se le pueda dar. Entonces, por lo general, el tiempo y el espíritu de Jehová efectúan la curación. (Proverbios 12:25; Santiago 5:14, 15.) Por ejemplo, una víctima de incesto escribió lo siguiente: “A pesar de que el incesto pudiera causar terrible tensión emocional, la organización de Jehová se esfuerza mucho por ayudar a uno, y con la ayuda de las Escrituras y el apoyo de los hermanos uno puede vencer tal tensión”c.

      20. ¿Qué papel desempeña el consejo a medida que nos esforzamos por seguir sirviendo a Jehová?

      20 Los cristianos ciertamente tienen la responsabilidad de ayudarse unos a otros. Todos los miembros de la congregación, pero en particular los ancianos, deberían estar interesados en el bienestar de los demás y ofrecer consejo bíblico y bondadoso cuando sea necesario. (Filipenses 2:4.) Por supuesto, este consejo no debe ser dictatorial ni áspero. Tampoco debe dar la impresión de que estamos tratando de controlar la vida de la persona. Más bien, debe basarse en la Biblia y ‘sazonarse con sal’. (Colosenses 4:6.) Todos necesitamos ayuda de vez en cuando, y el consejo oportuno, sazonado con “sal” mediante la bondad y el estímulo, nos ayudará a todos a continuar en el camino que conduce a la vida eterna.

      [Notas a pie de página]

      a Para más información sobre cómo dar consejo a parejas casadas, véase el artículo “Cómo dar consejo realmente útil” en ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1983.

      b Para sugerencias sobre cómo ayudar a los cristianos que padecen de depresión, véase el artículo “Hablen confortadoramente a las almas abatidas”, en La Atalaya del 15 de octubre de 1982, y “Una lengua instruida... ‘para animar a los cansados’” en el número del 1 de septiembre de 1982.

      c Para más información sobre cómo ayudar a los que sufren de heridas emocionales, véase los artículos “Esperanza para los que se desesperan” y “Quieren ayudar” en La Atalaya del 15 de diciembre de 1983.

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