-
DinamarcaAnuario de los testigos de Jehová 1993
-
-
Un mensaje nuevo y cautivador
El segundo presidente de la Sociedad Watch Tower ya había pronunciado en Estados Unidos su famoso discurso “Millones que ahora viven no morirán jamás”. Le tocaba el turno a Europa. El 12 de agosto de 1920 Joseph F. Rutherford embarcó con algunos colaboradores para Inglaterra y, mientras él continuó hacia abajo, a través de Europa, A. H. Macmillan presentó en Dinamarca la misma conferencia.
El hermano Macmillan desembarcó en Esbjerg el jueves 21 de octubre de 1920, y aquella misma tarde discursó en el Palace Hotel. Luego, dio la conferencia en Odense. En Copenhague la pronunciaría en la sala Odd Fellow Palæt. Una hora antes de la prevista para el comienzo, ya había gente fuera de la sala, y al abrirse las puertas se llenó en cuestión de minutos. Muchos que tenían el semblante risueño lo perdieron cuando tuvieron que despedirlos. El auditorio, no obstante, escuchó muy atento y al terminar la reunión se distribuyeron unos 300 ejemplares del folleto Millones.
Reacciones al discurso de Macmillan
El interés en el “nuevo” mensaje era patente. Las reuniones públicas del hermano Macmillan convocaron a más de 5.000 oyentes, algunos de los cuales se hicieron Estudiantes de la Biblia y publicadores celosos de la Palabra de Dios. Por ejemplo, un matrimonio joven presente en el auditorio de Esbjerg, Johannes y Thora Dam, pertenecía a la Iglesia Metodista. El esposo era incluso mayordomo de la iglesia, por lo que residían en el edificio eclesiástico. Después del discurso pidieron el folleto Millones y, como tres meses más tarde, los visitó un repartidor.
El visitante se quedó con ellos un tiempo para instruirlos hasta dejarlos bien arraigados en la fe recién hallada. Por supuesto esto no le gustó nada al ministro metodista. Un día se encontró con el repartidor fuera de la iglesia y le interpeló: “¿Pero quién le ha dado permiso para pescar en mis canastas de pescado?”, a lo que el hermano repuso con presteza: “¿Y quién se lo dio a usted para ponerlo en canastas?”.
Johannes Dam había hallado la iglesia verdadera. Un total de 18 metodistas se salieron, y de este modo dio comienzo la congregación de Esbjerg.
Entre los que no lograron escuchar el discurso “Millones” que presentó el hermano Macmillan en Copenhague porque se llenó la sala, estaba Angelo Hansen, socialdemócrata joven y ardiente que trabajaba con el tabaco. Aunque le contrarió no escucharlo, se avivó su interés por la verdad bíblica. Dos meses después estaba desempleado y fue a registrarse a su oficina sindical, donde encontró a otro desempleado que, sorprendentemente, era Estudiante de la Biblia. ¡Qué pena para la iglesia! Angelo Hansen tampoco tardó en hacerse Estudiante de la Biblia.
La visita de Rutherford de 1922
En 1922 el hermano Rutherford volvió a asistir a una asamblea en Copenhague y en esta ocasión dio él mismo el discurso “Millones” en la sala Odd Fellow Palæt, el mismo lugar donde un año y medio antes lo había presentado el hermano Macmillan.
¿Qué impresión dejó el discurso? El diario Politiken puso en primera plana: “Anoche el juez Rutherford triunfó en la Sala de Conciertos. Todos los asientos se ocuparon mucho antes de iniciarse el discurso y el público siguió llegando a raudales. Se despidió a centenares de asistentes. No quedaba espacio”.
-
-
DinamarcaAnuario de los testigos de Jehová 1993
-
-
Aquella misma primavera, otro joven, Hans Christian Johnsen, se interesó en los Estudiantes de la Biblia. Ateo, totalmente antirreligioso y embebido de ideas socialistas, le llamó la atención un cartel que invitaba al discurso “Millones”. De camino a la sala compró un periódico para tener qué leer si se aburría. Lo utilizó, pero para tomar notas, aunque no le daba tiempo de apuntar los textos. Como la conferencia era lógica e inteligible, su ateísmo cedió su lugar a la fe en Dios. Tras aquel discurso vinieron otros, y en septiembre se le unió su esposa. Los dos tenían claro que debían predicar el mensaje del Reino de casa en casa.
-
-
DinamarcaAnuario de los testigos de Jehová 1993
-
-
[Fotografía en la página 81]
Volante que anunciaba el discurso del hermano Macmillan. Las conferencias que pronunció en 1920 convocaron a más de 5.000 oyentes
-