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  • Los evangelizadores siegan una cosecha mundial

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  • Los evangelizadores siegan una cosecha mundial
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1988
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1988
w88 1/1 págs. 5-7

Los evangelizadores siegan una cosecha mundial

“A medida que el reloj marca el tiempo que falta para el Armagedón, los testigos de Jehová aceleran sus actividades para salvar de esa temida destrucción al mayor número posible de nosotros.”—Artículo de fondo por Ian Boyne en “The Sunday Gleaner” del 15 de marzo de 1987, Kingston, Jamaica.

EL ESCRITOR de quien acabamos de citar tiene razón. Los testigos de Jehová creen que el Armagedón —cuando Dios destruirá a los inicuos— se acerca, y que la humanidad vive en un tiempo de juicio divino. (Revelación 14:6, 7.) Por eso, es urgente que la gente preste atención al mensaje de las buenas nuevas. Jesucristo, el más grande evangelizador humano que se ha conocido, puso en movimiento una organización que llevó la evangelización “hasta los extremos de la tierra” en el primer siglo. (Hechos 1:8, Straubinger; Colosenses 1:23.) Predijo una obra similar de evangelización para hoy. (Mateo 24:14.) La organización que ahora la efectúa es la de los testigos de Jehová, que predican con urgencia las buenas nuevas del Reino de Dios en 210 países y territorios.

Sin embargo, los testigos de Jehová son más que simplemente una organización que predica. También son una organización docente. Jesús dio a sus seguidores la comisión de ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado’. (Mateo 28:19, 20.) Deseamos que el lector conozca a algunas personas que se han beneficiado de la predicación y enseñanza de los Testigos.

México

Conozca a Virginia. Tiene 110 años de edad y quiere decirle que “nunca es demasiado tarde para llegar a conocer a Jehová y servirle”. Cuando joven, Virginia era tan devota que por cuatro años llevó un traje religioso especial. “Pero faltaba algo”, dice. Nadie le contestaba a satisfacción sus preguntas bíblicas. Por ejemplo, cuando preguntó a los maestros de su iglesia: “¿Cuál es el nombre de Dios?”, respondieron: “El nombre de Dios es Dios”.

Pero esto cambió en 1983, cuando su nieta empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. La nieta contestó la pregunta de Virginia; le dijo que el nombre de Dios es Jehová. (Salmo 83:18.) Esto hizo que Virginia quisiera estudiar la Biblia con los Testigos. Se bautizó dos años después, el 2 de junio de 1985, a los 108 años de edad.

“Nunca puedo olvidar esa fecha —dice ella—, porque ese día empecé a vivir. A mi edad, predico cinco o seis horas al mes, y ando con bastón. Prefiero andar a ir en auto. Me mantiene en buena condición física.”

India

“Yo era el guapo del barrio y no servía para nada —dice uno que había estado esclavizado a muchos vicios—. Era contrabandista de drogas, participaba en mutka (juego por dinero) y fumaba cigarrillos que gustosamente me suplían los clientes de mis negocios clandestinos. También bebía mucho... todo a pesar de ser miembro activo de una iglesia.” Pero cuando un testigo de Jehová llegó al hogar de este hombre y él empezó a estudiar la Biblia y a aplicar su consejo, cambió de vida. (Proverbios 2:1-22; 2 Timoteo 3:16.) Ahora él, su esposa y sus dos hijas ayudan a otras personas a librarse de vicios como los que él tenía.

Bélgica

Un matrimonio joven estaba muy amargado contra Dios. ¿Por qué? Su primera criatura, una niñita, murió diez días después de nacida. Su segunda criatura nació con impedimentos físicos. Y su tercer hijo, que parecía fuerte y en sana salud, murió inesperadamente a los cinco meses. La madre no podía creer que un Dios amoroso permitiría que ellos sufrieran estas tragedias cuando tantas personas que llevan una vida disoluta tienen hijos saludables.

Poco después, una testigo de Jehová que predicaba de casa en casa en el vecindario llegó al hogar de esta señora. Cuando la Testigo mencionó las promesas de Dios sobre un futuro feliz para la humanidad, la señora dijo que no creía que Dios fuera un Padre celestial amoroso. (Salmo 37:10, 11.) Pero aceptó literatura bíblica. Gradualmente, después de muchas visitas por la Testigo, el mensaje bíblico de las buenas nuevas le ablandó el corazón y le inspiró confianza en Dios. Ahora ella y su esposo tienen la convicción de que Jehová no solo sanará a su hijo minusválido en la Tierra paradisíaca del futuro, sino que también resucitará a sus otros dos hijos. (Juan 5:28, 29; Revelación 21:1-4.)

Portugal

Un domingo por la mañana, una señora que llevaba un saco lleno de comestibles se detuvo a hablar con un matrimonio. No sería la última vez que conversarían. Aquella pareja —testigos de Jehová— participaba en la obra de evangelizar. Encomiaron a la señora por su interés en dar a su familia lo que necesitaba. “Pero —preguntaron— ¿quién puede satisfacer las necesidades de la humanidad?” Contestaron su propia pregunta diciendo que Dios podía hacerlo. (Salmo 107:8, 9; Isaías 33:24.) “¿Puede él resolver mi problema?”, preguntó la señora audiblemente. Los Testigos le respondieron que sí, y ella los invitó a su hogar, donde empezaron un estudio de la Biblia. El esposo de esta señora, al notar buenos cambios de actitud en su esposa, participó también en el estudio bíblico, y en poco tiempo también efectuó cambios en su estilo de vida.

Después la señora dijo a los Testigos que, antes de hablar con ellos aquel domingo por la mañana, en dos ocasiones había intentado suicidarse. La había perturbado mucho la decisión de su esposo de separarse de ella. Pero ahora ella, su esposo y sus hijos van adelantando juntos en el conocimiento de las buenas nuevas.

Tailandia

Una mujer del norte de este país había sufrido el ataque de demonios durante la mayor parte de su vida. Cuando la visitó un testigo de Jehová en su obra de evangelizar, ella obtuvo literatura bíblica y concordó en estudiar la Biblia en su hogar con la ayuda de los Testigos. Después de dos meses de estudio comprendió las razones bíblicas para sacar de su casa todo objeto conectado con la adoración falsa, incluidos los ídolos, y para demoler su atesorada casa de espíritus que había construido para proteger de los espíritus malos a su familia. (Hechos 19:19; 1 Corintios 10:21; 1 Juan 5:21.) Ahora los demonios no la atacan, y ella puede concentrarse en ayudar a otros a conocer al único Dios verdadero, Jehová.

Kenia

El líder de una pandilla de delincuentes se echó a reír cuando le dijeron que se le consideraba tan peligroso que la policía tenía órdenes de matarlo si lo veían. Sin embargo, poco después un asalto de su pandilla no salió como lo habían planeado. Se vio solo, en medio de una multitud enfurecida que quería lincharlo. Entonces llegó la policía, que lo rescató de aquella situación y lo encerró en una prisión a esperar juicio.

Su abogado le indicó varias maneras de negar su culpa. Pero mientras él estaba en la cárcel recordó las visitas que le había hecho un testigo de Jehová años atrás. Empezó a lamentarse de su vida de desafuero, y pidió ayuda a Dios en oración. De hecho, oró a Jehová por nombre. (Compárese con Hechos 10:1, 2.) Para sorpresa del juez, este delincuente admitió su culpa ante el tribunal. Por eso, el juez le impuso una pena relativamente liviana: en vez de sentenciarlo a muerte, lo sentenció a diez años en una prisión de seguridad máxima.

En la prisión, aquel hombre estuvo absorto en la lectura de literatura bíblica, y frecuentemente le pedía a Dios que, si era posible, se le redujera la sentencia, para que él pudiera servirle. Inesperadamente se le redujo la sentencia a la mitad. Así, después de cinco años fue puesto en libertad, y él no tardó en empezar a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Poco tiempo después se bautizó, y ahora su meta es servir como evangelizador de tiempo completo.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo los testigos de Jehová cumplen con su comisión y obligación de evangelizar “hasta los extremos de la tierra”. Estas experiencias pudieran multiplicarse por mil. Entonces, ¿duda usted que los testigos de Jehová sean los verdaderos evangelizadores de hoy día?

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