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  • Garantizada la felicidad
  • ¡Despertad! 1994
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¡Despertad! 1994
g94 8/12 págs. 7-9

Garantizada la felicidad

“FELICES son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual”, dijo Jesucristo. (Mateo 5:3.) Contrario a la sabiduría convencional, Jesús indicó que el ingrediente básico para triunfar en la búsqueda de la felicidad consiste en satisfacer la necesidad espiritual antes que los deseos materiales. Sus palabras son, cuando se siguen, garantía de felicidad.

Sin embargo, ser conscientes de nuestra necesidad espiritual implica más que sencillamente reconocer que la tenemos. Una necesidad que no se satisface es más un motivo de angustia y resentimiento que de felicidad. Como lo expresa un proverbio bíblico, “la expectación pospuesta enferma el corazón”. (Proverbios 13:12.) Por lo tanto, la felicidad se hace plena cuando uno averigua cuál es su necesidad espiritual y la atiende. ¿De qué manera podemos hacerlo?

Aquí es donde entra en juego la Biblia. ¿Por qué? Porque solo ella puede contestar las preguntas que durante largo tiempo se han formulado muchas personas sin hallar respuestas satisfactorias. Por ejemplo, ¿se ha preguntado alguna vez cuál es el propósito de la vida, por qué existe el hombre en la Tierra o qué nos deparará el futuro? Además de responder de manera satisfactoria a estas y otras tantas cuestiones, la Biblia suministra pautas para la vida que han ayudado a millones de individuos a afrontar los problemas complejos que se nos plantean hoy y que a menudo estorban nuestra búsqueda de la felicidad. “[La] palabra [de Dios] es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda”, dice el salmista. (Salmo 119:105.) Efectivamente, la Biblia es una guía segura que le puede ayudar en la búsqueda de la felicidad. Considere estas dos experiencias de la vida real.

Del resentimiento a la felicidad marital

El matrimonio puede ser fuente de felicidad o fuente de amargura. Lamentablemente, para muchas personas es esto último. Sin embargo, el consejo de la Biblia, cuando se ha puesto en práctica, ha ayudado a alcanzar la felicidad a multitud de parejas con un matrimonio desgraciado.

Tal es el caso de Yungk’un y Meihsiu. “Los primeros siete años de nuestro matrimonio no fueron felices —confiesa Yungk’un—. Pasaba muy poco tiempo con mi esposa y mis dos hijas. De hecho, a menudo dormía en el lugar de trabajo.” Aun teniendo todo lo necesario en sentido material, no eran felices. Su esposa añade: “Mi esposo mantenía a la familia; pero, aparte de eso, todos los demás asuntos de la casa recaían en mí, y eso me molestaba muchísimo”. Incluso pensaron en separarse.

Yungk’un tenía también otros problemas familiares. Llevaba siete años sin hablarse con una de sus hermanas por causa de una riña familiar, y eso que vivían a menos de 100 metros el uno del otro. No obstante, ahora disfruta de un matrimonio feliz y de una buena relación con su hermana. ¿Qué propició semejante cambio?

“Mi esposa y yo comenzamos a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y a asistir a sus reuniones bíblicas semanales”, explica Yungk’un. Lo mismo hizo su hermana. Empezaron a poner por obra lo que aprendían, y les sorprendieron los resultados. Yungk’un consiguió un empleo que no solo le permitía atender las necesidades materiales de su familia, sino también sus necesidades espirituales y emocionales. Al presente gozan de una vida familiar unida y feliz.

Encontró propósito en la vida

Los que estudian la naturaleza humana dicen que para lograr la felicidad, el hombre precisa de una razón para vivir, un propósito en la vida. Una existencia dedicada únicamente a la búsqueda egoísta de bienes materiales no llena dicha necesidad, como comprobó una joven de 26 años de edad llamada Lini.

“Solía trabajar doce horas diarias los siete días de la semana —dice—. Soñaba con abrir un gran salón de belleza.” A pesar de que estaba a punto de hacer realidad su sueño, sentía un vacío en la vida. “Con frecuencia me preguntaba cuál era el propósito de esta. ¿Tan solo trabajar y hacer fortuna?”

Cierto día, alguien que entró en su peluquería le hizo esta misma pregunta y le dijo que la Biblia tenía la respuesta. Aunque nunca antes había leído la Biblia, Lini aceptó apartar una hora a la semana para investigarla.

En su estudio semanal aprendió que la Biblia había vaticinado muchas de las cosas que ella veía todos los días. Le asombró la exactitud con que la Biblia describió de antemano las actitudes existentes a su alrededor, al profetizar que los “hombres [serían] amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, [no tendrían] cariño natural, [no estarían] dispuestos a ningún acuerdo, [serían] calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios”. Estudió otras profecías que señalan al sufrimiento inaudito causado por las guerras, el hambre y los desastres naturales que se ven por todo el mundo. (2 Timoteo 3:1-5; Mateo 24:7, 12.)

Lini aprendió algo que la hizo muy feliz: las condiciones mundiales presentes, que tantas veces nos roban la felicidad, son una señal de que se aproxima una nueva era en la historia de la humanidad. (Mateo 24:3-14.) Leyó en la Biblia que el Creador del hombre se propone fundar un nuevo mundo aquí en la Tierra, donde la prosperidad material reinará a un grado jamás visto por la humanidad imperfecta. (Salmo 72:16; Isaías 65:17, 18, 21, 22.) Esta próspera sociedad futura no se verá empañada por la codicia, el egoísmo o el materialismo, con todas sus consecuencias. (Salmo 37:9-11, 29; 1 Corintios 6:9, 10.) A Lini le emocionó mucho leer estas palabras de la Biblia: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar”. (2 Pedro 3:13.)

Le aguarda felicidad

En lugar de estar dedicada exclusivamente a la consecución de fines materiales, ahora Lini pasa mucho de su tiempo enseñando a otros lo que ha aprendido. ¿Desearía saber más de estas maravillosas promesas? ¿Le gustaría descubrir cómo la Biblia puede ayudarle a encontrar la felicidad que Lini, Yungk’un, Meihsiu y millones de otras personas han hallado? Los testigos de Jehová le ayudarán muy gustosamente.

[Ilustración en las páginas 8, 9]

Nuestro Creador se propone establecer un paraíso terrenal

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