BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g96 8/7 pág. 31
  • El mistral: paisajista magistral

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • El mistral: paisajista magistral
  • ¡Despertad! 1996
  • Información relacionada
  • Viento
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
  • Observando el mundo
    ¡Despertad! 1998
  • Viento
    Ayuda para entender la Biblia
  • “Harmatán”
    ¡Despertad! 1979
Ver más
¡Despertad! 1996
g96 8/7 pág. 31

El mistral: paisajista magistral

POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN FRANCIA

SETOS paralelos dispuestos en hileras, pueblos apiñados en las laderas de sotavento y árboles que parecen haber perdido todas las hojas y ramas de un lado: estas características del paisaje denotan la intervención del viento mistral en Provenza, región del sudeste de Francia.

El mistral cae en la misma categoría que otros vientos famosos, como el foehn alpino, el pampero sudamericano, el chinook de las Rocosas norteamericanas, el harmatán norteafricano y el euroaquilón mencionado en la Biblia.a (Hechos 27:14.) Haciendo honor a su nombre de origen provenzal, que significa “magistral”, llega a alcanzar los 200 kilómetros por hora.

El mistral nace del incesante “conflicto” entre las altas presiones atmosféricas del centro de Francia y las bajas presiones estacionadas en el Mediterráneo. Debe su gran potencia al hecho de ser un viento de desfiladero que, al canalizarse entre los Alpes y el gran Macizo Central, sale con fuerza, como si fuera de un tiro de chimenea, por la garganta de Donzère.

En verano, el mistral se lleva las nubes, pero en invierno hace que el frío sea insoportable y que haya heladas tardías aun en zonas templadas. Cuando los naturales del lugar no están de humor suelen echarle la culpa al mistral, sin importar la estación del año.

En el espléndido bosque de cedros de Lubéron, el mistral da rienda suelta a su talento, tallando los árboles de forma tal que semejan banderas ondeando al viento. En cambio, cuando llega la temporada seca, aviva los fuegos forestales, destruyendo así sus propias obras.

Aunque un viejo refrán provenzal afirma que este viento dura “tres, seis o nueve días”, puede soplar mucho más tiempo. En 1965, por ejemplo, lo hizo sin parar durante veintitrés días.

El hombre ha aprendido a lidiar con él. Así, se colocan setos paralelos para resguardar los campos, y las antiguas casas rurales no suelen tener ventanas en el lado norte. Aunque sus corrientes heladas sean muy incómodas, es, innegablemente, un paisajista magistral.

[Nota]

a Para más información, véase Perspicacia para comprender las Escrituras, tomo 1, página 885, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir