BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g88 8/3 págs. 7-9
  • Las personas sin hogar... ¿por qué se produce esta situación?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Las personas sin hogar... ¿por qué se produce esta situación?
  • ¡Despertad! 1988
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Cuando se rompe la red de seguridad
  • Aumentan los precios y disminuyen las viviendas disponibles
  • Un factor psiquiátrico
  • Se busca la solución de esta tragedia
  • Las personas sin hogar... un problema de ámbito mundial
    ¡Despertad! 1988
  • Las personas sin hogar... ¿existe alguna esperanza para ellas?
    ¡Despertad! 1988
  • ¿Por qué hay tantas personas sin hogar?
    ¡Despertad! 2005
  • 1987... el “Año de las Personas Sin Hogar”
    ¡Despertad! 1987
Ver más
¡Despertad! 1988
g88 8/3 págs. 7-9

Las personas sin hogar... ¿por qué se produce esta situación?

ERA una fría noche de invierno. Una serie de gritos penetrantes despertaron bruscamente a Louise y su familia. Se había declarado un incendio en el apartamento de unos vecinos. Las fuertes ráfagas del viento invernal avivaron las llamas y las propulsaron por todo el edificio de seis pisos. En medio del pánico y la confusión que se produjo al intentar salir del apartamento, situado en el quinto piso, la madre de Louise cayó al vacío desde la escalera de incendios y murió. Momentos después, el edificio fue consumido por las llamas y todas las viviendas fueron destruidas.

Para Louise fue un golpe devastador perder en una sola noche, no solo a su madre, sino también su hogar. Afortunadamente, tenía parientes y amigos que la acogieron en su casa hasta que pudo encontrar la manera de salir adelante. Esto es lo que los sociólogos llaman “red comunitaria de ayuda”, que por generaciones ha supuesto una verdadera red de seguridad en tiempos de emergencia.

Entonces, ¿a qué se debe que en todas las ciudades grandes haya gente que duerme en las calles y albergues para las personas sin hogar? ¿Por qué hay squatters (ocupantes ilegales de terrenos o viviendas), barrios pobres, insalubres y hacinados, y barriadas de chabolas? Y, en realidad, ¿a qué se debe el problema de la vivienda y de las personas sin hogar?

Cuando se rompe la red de seguridad

Bajo circunstancias normales, la red de parientes y amigos funciona lo suficientemente bien como para proveer la ayuda necesaria durante cualquier crisis personal. Sin embargo, dicha red es frágil. ¿Qué ocurre si la necesidad es demasiado grande o tan costosa que va más allá de lo que pueden proveer los que la componen? ¿O qué sucede si algún trastorno social de gran escala la rompe? Cuando se rompe esta red de seguridad, las personas se ven sumidas en graves apuros.

Esto es lo que está sucediendo en muchos países en desarrollo. Por ejemplo: en la India, las lluvias monzónicas anuales fueron escasas durante los pasados años. Para el verano de 1987, uno de cada tres habitantes de la India no tenía suficiente agua para beber. La escasez de agua también significó que las cosechas no crecieron y el ganado no pudo sobrevivir. Al no haber cosechas, los campesinos no tenían trabajo ni ningún medio para alimentar a sus familias. La única elección que les quedaba era dejar las aldeas e ir a las ciudades, donde quizás todavía pudiesen encontrar algún tipo de empleo.

El efecto de esta emigración resulta en una verdadera carga para las ciudades, ya plagadas por el rápido crecimiento de la población. Sin dinero y sin trabajo, estos emigrantes recién llegados ni siquiera pueden sufragar los gastos de una pequeña habitación en una atestada colonia de gente pobre. Y como ahora se han trasladado a un entorno totalmente nuevo, pocos tienen a alguien a quien acudir. Así que se ven obligados a unirse a las incontables personas que han hecho del asfalto su hogar, con lo que la crisis de la vivienda se intensifica.

Otras naciones en desarrollo se encaran a problemas similares. “En 1950 en África solo había una ciudad de más de un millón de habitantes: El Cairo —dice el libro Africa in Crisis—. En 1980 había diecinueve ciudades de más de un millón de habitantes. Para el año 2000, se calcula que habrá más de sesenta ciudades de ese tamaño.” La población rural entra en tropel en las ciudades en busca de mejores medios de vida. Pero, como resultado, han surgido hacinados e insalubres barrios pobres, y una degradación que a menudo es peor que lo que han dejado atrás.

Aumentan los precios y disminuyen las viviendas disponibles

En las naciones más ricas o desarrolladas, las causas de que haya personas sin hogar pueden ser bastante diferentes. Los defensores de las personas sin hogar generalmente señalan al aspecto económico como el factor principal. Por ejemplo: en Canadá, “el aumento de los costes de construcción experimentado en el transcurso de las pasadas dos décadas ha hecho subir los precios de las nuevas casas —informa la revista de noticias canadiense Maclean’s—, y, además, el que en años recientes hayan entrado en el mercado de la vivienda familias con dos fuentes de ingresos ha hecho que los precios suban aún más: un alza, en algunos barrios urbanos, de hasta un 50% tan solo el año pasado”.

Algo que contribuye al creciente coste de las viviendas en muchas ciudades es la afluencia de personas de clase media a zonas urbanas recientemente renovadas. Cada vez son más las viviendas antiguas y baratas ubicadas en el casco antiguo de las ciudades que están siendo renovadas o convertidas en apartamentos costosos con todas las comodidades modernas que atraen a los nuevos ricos o a los profesionales jóvenes, quienes prefieren vivir en la ciudad antes que en el extrarradio. Esto no solo repercute en el alza de los precios de las viviendas, sino que también reduce en gran manera la cantidad de viviendas disponibles para las familias de pocos o hasta medianos ingresos.

Por ejemplo: en la ciudad de Nueva York, según indica un estudio reciente, una familia tendría que ganar 58.000 dólares (E.U.A.) al año para poder pagar un apartamento nuevo de un precio medio y de un solo dormitorio. Una encuesta nacional muestra que el barrio de Manhattan es, de todas las ciudades del país, el lugar donde las rentas son más elevadas. Un apartamento de 130 metros cuadrados, bien situado y con dos dormitorios cuesta, como promedio, unos 2.555 dólares (E.U.A.) al mes, con lo que una familia tendría que ganar alrededor de 73.000 dólares (E.U.A.) al año para poder pagarlo, siempre y cuando estuviesen dispuestos a gastar más del 40% de sus ingresos tan solo en la vivienda.

El coste de la vivienda en otras ciudades puede ser inferior, pero también lo es el salario medio de los trabajadores. Cuando la vivienda se lleva un porcentaje tan elevado de los ingresos de la familia, cualquier revés económico puede tener fatales consecuencias. Esto fue lo que le sucedió a John, quien hace unos años trasladó a su familia de cinco miembros de Chicago, Illinois, a Houston, Texas, en busca de trabajo. Durante un tiempo mantuvo a su familia de las comisiones que ganaba como vendedor de vehículos caravana. Pero llegó el momento en que, debido a la depresión económica, no vendió ninguno durante dos meses. Al no poder pagar el alquiler de su apartamento, de 595 dólares mensuales, los desahuciaron. Como no tenían a nadie a quien recurrir, fueron a un albergue para familias sin hogar. Si bien tenían asegurado un techo bajo el cual cobijarse, John se preguntaba cómo podría algún día superar aquella situación, ya que pocos patronos contratan a alguien que no tiene un domicilio particular.

Aunque la mayoría de los habitantes de las grandes ciudades quizás no estén sin hogar, el lugar donde viven deja mucho que desear. Un estudio indica que aun en una ciudad tan moderna como Nueva York, el 10% de las viviendas existentes son las llamadas “old-law tenements” (viviendas de la vieja ley), casas que no se consideraban adecuadas ni siquiera a principios de siglo debido a su poca ventilación e iluminación, y a sus escasas provisiones sanitarias. Otro 30% son “new-law tenements” (viviendas de la nueva ley), algo mejores, pero anticuadas hasta para las normas de 1929. Cada año se echa de sus hogares hasta a 30.000 personas cuando los edificios ruinosos en los que viven son declarados inhabitables o son abandonados.

Un factor psiquiátrico

Para complicar los asuntos, muchos expertos opinan que los problemas económicos quizás sean tan solo un factor del complejo problema de las personas sin hogar. Sostienen que un alto porcentaje de estas personas se encuentran en esa situación debido a enfermedad mental y no poder cuidar de sí mismas.

Desde mediados de la década de los sesenta, muchas instituciones mentales estatales, en un esfuerzo por reducir los gastos, han adoptado lo que se conoce como “planteamiento comunitario del problema de la salud mental”. A los enfermos mentales se les trata con ciertas drogas nuevas psicoactivas y luego se les da de alta. La teoría era que al poder controlar los síntomas más serios con los fármacos, los pacientes podrían ser rehabilitados al vivir en la comunidad y recibir su apoyo. Como resultado, por ejemplo, el total de camas de las instituciones mentales de Canadá ha bajado de 47.600 en 1960 a menos de 10.000 en la actualidad, y la cantidad de enfermos recluidos en los hospitales mentales de Estados Unidos es menos de una cuarta parte de la que había en 1955, cuando se alcanzó la cifra máxima de 559.000 enfermos mentales.

“Pero la solución de dar de alta a los enfermos mentales se ha visto muy socavada por la falta de apoyo de las provincias a la hora de proveer ayuda social adecuada y viviendas para los que fueron pacientes psiquiátricos”, informa la revista Maclean’s. Muchos se ven obligados a vivir en albergues mal cuidados y casas de huéspedes. Otros, al no poder administrar su vida, terminan en asilos para personas sin hogar o en la calle. Los asistentes sociales de muchas ciudades canadienses calculan que aproximadamente una tercera parte de las personas sin hogar sufren algún tipo de trastorno psiquiátrico. Un estudio efectuado por Ellen Bassuk, de la Escuela Médica de Harvard, descubrió “un 90% de incidencia de casos de enfermedad mental diagnosticable” entre los residentes de un típico albergue para personas sin hogar de Boston.

La situación de las familias sin hogar colocadas en hoteles benéficos y otras instituciones semejantes no es mucho mejor. Aunque no muchos habían padecido enfermedades mentales, las condiciones atestadas y poco higiénicas, aunadas al aburrimiento y la desesperanza, a menudo conducen a la violencia familiar y a trastornos emocionales, especialmente entre los niños.

Se busca la solución de esta tragedia

Aunque los expertos no concuerdan en si la falta de hogar se debe a la depresión económica, al alto costo de las viviendas, a problemas psiquiátricos o a alguna otra causa, varios aspectos del problema siguen siendo alarmantes. En primer lugar, no se puede negar que el problema de la vivienda está intensificándose en todo el mundo. En segundo lugar, y cada vez con más frecuencia, no solo son personas individuales, sino también familias enteras las que están quedándose sin hogar. Y finalmente, el colectivo de las personas sin hogar es más joven. Estos hechos trágicos claman por soluciones. ¿Qué se está haciendo para resolver el problema? ¿Cuán eficaces son esas medidas? Y ¿habrá alguna vez suficientes viviendas para todos?

[Fotografía en la página 9]

Cobijos improvisados a la sombra de una vivienda lujosa

[Reconocimiento]

Mark Edwards/UNCHS

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir