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Un día en Calcuta... llegando a “gente de toda clase” con las buenas nuevasLa Atalaya 1987 | 15 de febrero
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A medida que uno comienza a hacer visitas en un bustee, no es raro que sea escoltado por muchedumbres de hasta cien espectadores curiosos, la mayoría de ellos niños. Un Testigo, un poco molesto debido a un joven que persistentemente iba anunciando su visita en cada hogar, le preguntó al joven si le gustaría hacer la presentación también. Ante la supuesta invitación, el joven amablemente tomó el tratado del Testigo e hizo la presentación palabra por palabra, y hasta presentó la oferta de las revistas La Atalaya y ¡Despertad!
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Un día en Calcuta... llegando a “gente de toda clase” con las buenas nuevasLa Atalaya 1987 | 15 de febrero
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“¿Ha habido alguien de la comunidad hindú que haya tratado de adquirir un conocimiento más profundo de Dios y de sus propósitos?”
“Sí, los precursores se pusieron en contacto con un joven a quien había desilusionado su asociación con los seguidores de Ramakrishna —me contó mi amigo—. El joven tomó las revistas y, para cuando lo visitaron de nuevo dos días más tarde, ya las había leído. Después de varias consideraciones comenzó a estudiar el folleto bíblico The Path of Divine Truth Leading to Liberation. Escribía sus respuestas y comentarios para las preguntas del estudio en una libreta. En cinco meses este hombre se bautizó y comenzó a servir de precursor auxiliar para compartir su conocimiento con muchas otras personas.”
“¡Qué buena experiencia! Pero ¿cómo reaccionó su familia?”
“Él vivía con su madre, quien es viuda, y su abuela, ambas hindúes devotas. Ellas también comenzaron a mostrar interés y empezaron a estudiar la Biblia. Dentro de poco, los vecinos notaron los cambios en estas mujeres, y, como resultado, otras tres personas llegaron a interesarse en la verdad. La madre ya se ha bautizado, y la abuelita, un poco más lenta debido a sus 70 años de edad, espera bautizarse pronto.”
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