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  • ¿Juzgamos por las apariencias?
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¡Despertad! 1998
g98 8/5 pág. 31

¿Juzgamos por las apariencias?

CUANDO evaluamos los asuntos, ¿analizamos solo su aspecto externo? De no hacer un examen concienzudo, pudiéramos engañarnos. Sirva de ejemplo un célebre personaje de la tradición otomana: Nasreddin Hoja (en turco, hoja significa “maestro”), quien es “taimado e ingenuo; sabio y mentecato; [...] pío y débil humano”. Representa la “víctima invencible de las ironías de la vida” (Tales of the Hoja [Cuentos del Hoja], de John Noonan, Aramco World, septiembre-octubre de 1997).

Un cuento relata el viaje que hizo para visitar a un funcionario otomano y cenar con él. Nasreddin “desmontó [del asno] y llamó a la imponente puerta delantera. Cuando le abrieron, vio que ya había comenzado el festín; pero antes de que pudiera presentarse, el anfitrión reparó en sus ropas, sucias del viaje, y le indicó cortésmente que no recibía a pordioseros”.

Nasreddin se fue, abrió las alforjas y “se puso sus mejores galas: una espléndida túnica de seda rematada con piel, y un gran turbante de seda. Ataviado así, volvió a llamar a la puerta.

”El anfitrión lo recibió esta vez cordialmente [...]. Los mozos le sirvieron manjares. Nasreddin Hoja vertió un cuenco de sopa en un bolsillo de la túnica. Atónitos, los comensales le vieron meter trozos de asado en los pliegues del turbante. Luego, ante el horrorizado anfitrión, introdujo la piel de su ropa en un plato de pilaf y murmuró: ‘¡Come, piel, come!’.

”‘¿Qué pretendéis?’, preguntó el anfitrión.

”‘Estimado señor —replicó el Hoja—, doy de comer a mis vestiduras. A juzgar por el trato que me dispensasteis hace media hora, le habéis brindado vuestra hospitalidad a ellas, y no a mí.’”

Muy a menudo juzgamos positiva o negativamente tan solo por las apariencias. Cuando el profeta Samuel creyó que Jehová había elegido a Eliab, hermano de David, como el próximo monarca de Israel, Jehová le dijo: “No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, porque lo he rechazado. Porque no de la manera como el hombre ve es como Dios ve, porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón” (1 Samuel 16:7). En efecto, Jehová juzga por la condición del corazón, no por las apariencias. Pero ¿y nosotros?

[Ilustración de la página 31]

Jehová advirtió a Samuel que no se dejara engañar por las apariencias

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