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Países de la antigua YugoslaviaAnuario de los testigos de Jehová 2009
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Historia reciente de la obra en Macedonia
“Pasa a Macedonia y ayúdanos”, le dijo allá en el primer siglo al apóstol Pablo un hombre que se le apareció en una visión (Hech. 16:8-10). Seguros de que Dios los estaba enviando a declarar las buenas nuevas en aquel territorio virgen, sus compañeros y él aceptaron con gusto la invitación, y el cristianismo no tardó en florecer en la zona. Pues bien, en la Macedonia actual —un pequeño país al norte de la histórica región— se ha observado un crecimiento similar de la adoración verdadera.
Después de la segunda guerra mundial, Macedonia se convirtió en la república más meridional de Yugoslavia. Consiguió su independencia en 1991, y dos años más tarde, en 1993, los testigos de Jehová se alegraron de recibir el reconocimiento oficial de parte del nuevo estado. Gracias a ello se pudo abrir una oficina en Macedonia dependiente del Comité de Sucursal de Austria. Así, en 1993 se compró una casa en la calle Alžirska de la ciudad de Skopie, y el equipo de traducción al macedonio se mudó desde Zagreb, la capital de Croacia, a la casa recién adquirida.
Michael y Dina Schieben vinieron de Alemania para servir en la obra de circuito, y Daniel y Helen Nizan, canadienses asignados a Serbia, fueron enviados a Macedonia. Se formó un Comité del País, y Betel comenzó a funcionar.
RESTRICCIONES A NUESTRAS PUBLICACIONES
Aunque a los testigos de Jehová se les había reconocido oficialmente, les resultaba difícil importar publicaciones. Desde 1994 hasta 1998, el gobierno solo permitió que se introdujera al país una revista por publicador. En consecuencia, los hermanos tenían que hacer copias de los artículos de estudio de La Atalaya para sus estudiantes de la Biblia. Por otra parte, también recibían revistas que algunos enviaban por correo desde otros países, y a quienes visitaban Macedonia se les permitía traer consigo una pequeña cantidad. Con el tiempo, tras años de batallas legales, el Tribunal Supremo falló en favor de los Testigos, y a partir de ese momento se les autorizó a importar todas las publicaciones que quisieran.
En agosto de 2000 se superó por primera vez la cota de los 1.000 proclamadores del Reino, con un máximo de 1.024. Al distribuirse más publicaciones en macedonio y aumentar el número de publicadores, la casa de la calle Alžirska se quedó pequeña para cubrir las necesidades de la creciente familia Betel. Por eso, en 2001 se adquirieron tres pequeñas casas vecinas que fueron derrumbadas a fin de construir dos edificios. Actualmente, la familia Betel de Macedonia consta de 34 miembros que trabajan en tres edificios bien equipados. Todos ellos se alegraron mucho de recibir al hermano Guy Pierce, miembro del Cuerpo Gobernante, para el programa de dedicación que tuvo lugar el 17 de mayo de 2003.
CONSTRUCCIÓN DE SALONES DEL REINO
Los hermanos de toda Macedonia han agradecido muchísimo el programa de construcción de Salones del Reino para países con recursos limitados. En 2001 se formó un equipo de construcción de cinco hermanos que apoyarían a las congregaciones, y para 2007 se habían construido nueve Salones del Reino. Los miembros de este equipo proceden de varias naciones y han dado un excelente testimonio al trabajar en paz y unidad, sin ningún prejuicio étnico. Un comerciante que visitó un Salón del Reino ya terminado dijo al observar la alta calidad de los trabajos: “Verdaderamente, este edificio se ha construido por amor”.
Un vecino de la ciudad de Štip dudaba de que el Salón del Reino que allí se estaba construyendo pudiera llevarse a buen término, pues se dejó engañar por la aparente inexperiencia y juventud de los miembros del grupo de construcción. Sin embargo, cuando el edificio se terminó, les llevó los planos de su futura casa y les suplicó que se la construyeran. Estaba tan impresionado por la calidad del trabajo que hasta les ofreció pagarles generosamente, y se quedó atónito cuando los hermanos le dijeron que no habían construido el Salón del Reino por dinero, sino por amor a Dios y al prójimo.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO
Mientras tanto, otro pequeño grupo de hombres y mujeres devotos llevaba a cabo una labor diferente: la de traducir al macedonio la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Jehová bendijo su ardua labor, pues en solo cinco años tradujeron la Biblia completa. Los asistentes a la Asamblea de Distrito “¡Nuestra liberación se acerca!” que se celebró en Skopie en 2006 no cabían en sí de gozo cuando Gerrit Lösch, miembro del Cuerpo Gobernante, presentó esta magnífica traducción de la Biblia. Todos prorrumpieron en un prolongado aplauso, y muchos no pudieron contener las lágrimas. Hubo quienes obtuvieron su ejemplar durante la pausa para el almuerzo e inmediatamente se sentaron a leer esta sobresaliente versión de la Palabra de Dios en su lengua materna.
Muchos macedonios sienten un profundo respeto por la Biblia. Orhan, por ejemplo, comenzó a estudiarla hace seis años. Era analfabeto, pero aprendió a leer y escribir con la ayuda del hermano que le impartía el estudio. Pues bien, desde que se bautizó hace tres años, ¡ya ha leído seis veces la Biblia!
Por algún tiempo, Orhan fue el único Testigo en la ciudad de Resen. Sin embargo, muchas personas expresaron su admiración por este hombre que había sido analfabeto, y algunos padres pidieron a los hermanos que dirigieran estudios a sus hijos para que estos llegaran a ser como Orhan. El interés por la verdad creció, y con el tiempo se estableció un Estudio de Libro de Congregación semanal. Uno de los nuevos estudiantes ahora es publicador no bautizado, y Orhan ya es precursor regular y siervo ministerial.
PASAN A MACEDONIA
En julio de 2004, una pareja de precursores especiales de Albania llegó a Macedonia para predicar a los hablantes de albanés, que constituyen el 25% de la población. Pronto se hizo patente que la pareja necesitaba ayuda, pues tenían que atender solos a más de medio millón de personas. Por tanto, al año siguiente se envió una segunda pareja desde Albania, y los cuatro precursores especiales comenzaron a animar al pequeño grupo de siete personas interesadas que había en la cuidad de Kičevo, en el seno de la comunidad albanesa de Macedonia. Desde entonces, el grupo ha crecido hasta tener diecisiete celosos publicadores y una asistencia a las reuniones de treinta o más.
Con el objetivo de abarcar todo el territorio de Macedonia, el Cuerpo Gobernante aprobó una campaña especial que se llevó a cabo de abril a julio de 2007. La idea era llegar a zonas que nunca se habían predicado y difundir las buenas nuevas entre la población de habla albanesa.
Llenos de ilusión, 337 hermanos de siete países se ofrecieron para colaborar en la campaña. Como resultado, las buenas nuevas se predicaron en más de doscientas zonas de toda Macedonia con una población total de unos cuatrocientos mil habitantes, la mayoría de los cuales nunca había oído el mensaje del Reino. Durante los cuatro meses que duró la campaña, se distribuyeron más de veinticinco mil libros y folletos y bastante más de cuarenta mil revistas. Asimismo, se dedicaron unas veinticinco mil horas al ministerio y se comenzaron más de doscientos estudios bíblicos.
Un hermano recuerda: “Hubo quienes no pudieron contener las lágrimas: unos, al oír desde dónde habíamos venido y qué nos motivaba a visitarlos; otros, al sentirse conmovidos por lo que leían en la Palabra de Dios”.
Muchos publicadores que apoyaron la campaña expresaron también su sincera gratitud. Cierta hermana escribió: “Un profesor nos dijo: ‘Que Dios los bendiga. Es fantástico lo que están haciendo. No se imaginan cuánto me animan las cosas que dicen’”.
Otro publicador comentó: “Era como tener nuestro propio territorio misional. No fue fácil volver a casa. Nos dábamos cuenta de cuánto necesitaba la gente la verdad, y fue triste decirles adiós a nuestros estudiantes de la Biblia”.
Por su parte, una pareja se lamentó: “¡Qué pena no haber tenido más días de vacaciones, porque ahora vemos la gran necesidad que hay!”.
Resumiendo los sentimientos de muchos, un publicador afirmó: “Que yo recuerde, nuestra familia nunca lo había pasado tan bien”.
En las montañas cercanas a la ciudad de Tetovo, un grupo de publicadores predicó en un pueblo donde jamás se había oído el mensaje del Reino. Dos de ellos se pusieron a predicar en la acera izquierda de una calle, y otros dos en la derecha. Después de haber predicado en apenas tres casas, toda la calle ya sabía que los testigos de Jehová los estaban visitando. La voz se corrió por todo el pueblo y un grupo grande de mujeres se congregó en torno a las hermanas, mientras que, un poco más abajo, otro grupo de dieciséis hombres esperaba ansioso a los hermanos. Enseguida, los vecinos sacaron cuatro sillas para los publicadores, y un hombre hasta les preparó café. Todos se quedaron con publicaciones, y los hermanos hicieron buen uso de la Biblia para transmitir la verdad a la multitud reunida.
Muchos hicieron preguntas, y todos escucharon con atención. Al final de la visita, un gran número quiso despedirse personalmente de los hermanos. Estos, sin embargo, se asustaron al ver que una señora mayor iba hacia ellos sosteniendo en alto su bastón. “¡Les voy a dar con esto!”, exclamó señalándolos con el garrote. ¿Qué habían hecho los publicadores para ofenderla tanto? “¡A todos les han dado un libro menos a mí!” Entonces, señalando el libro Historias bíblicas que su vecino acababa de obtener, les exigió: “¡Quiero ese amarillo grande!”. Sin demorarse ni un instante, los hermanos le entregaron el último ejemplar que les quedaba.
SE PREDICA A LOS ROMANÍES
En Macedonia hay muchos romaníes que hablan macedonio, pero cuya lengua materna es una mezcla oral de varios dialectos romaníes. Se dice que la capital, Skopie, alberga el mayor barrio romaní de toda Europa, con unos treinta mil habitantes. Un complejo de dos Salones del Reino situado en la zona llamada Šuto Orizari acoge a las tres congregaciones romaníes de los alrededores. Los doscientos publicadores disfrutan de un territorio muy productivo, con una proporción de 1 publicador por cada 150 habitantes, una de las más altas del país. Una prueba de la respuesta favorable de los romaníes es que a la Conmemoración de 2008 asistieron nada menos que 708 personas.
¿Qué se está haciendo para que los romaníes humildes y sedientos de la verdad aprendan el propósito divino en su lengua materna? El bosquejo del discurso especial de 2007 se tradujo al romaní, y un anciano de ese grupo étnico pronunció el discurso ante un atento auditorio de 506 personas. En la asamblea de distrito de 2007, los publicadores de todas las procedencias —romaní, macedonia y albanesa— rebosaban de alegría tras presentarse el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? en romaní. Hasta entonces, los publicadores romaníes dirigían los estudios bíblicos en su propio idioma, pero empleando publicaciones en macedonio. Sin embargo, ahora están teniendo mucho éxito al usar el folleto Exige en romaní para llegar al corazón de gente sincera.
Los 1.277 publicadores de las 21 congregaciones que actualmente hay en Macedonia se esfuerzan por seguir el ejemplo que el apóstol Pablo puso en el siglo primero. Y la respuesta positiva de multitud de macedonios que buscan la verdad justifica la campaña moderna de ‘pasar a Macedonia’.
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Países de la antigua YugoslaviaAnuario de los testigos de Jehová 2009
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[Ilustración y recuadro de la página 224]
Me presenté en la prisión once días antes
PAVLINA BOGOEVSKA
AÑO DE NACIMIENTO 1938
AÑO DE BAUTISMO 1972
OTROS DATOS Emprendió el precursorado en 1975. En 1977 se convirtió en la primera precursora especial de Macedonia. Ha ayudado a 80 personas a aprender la verdad.
A MENUDO, cuando iba predicando, la gente me denunciaba a la policía. En la comisaría, los interrogatorios podían extenderse durante horas. Me multaron en numerosas ocasiones. En los tribunales me acusaron falsamente de ser enemiga política del Estado y de esparcir propaganda occidental. Una vez me condenaron a veinte días de prisión, y otra, a treinta días.
Justo cuando tenía que cumplir mi condena de veinte días, iba a celebrarse una asamblea de distrito. Solicité al tribunal que fijara una fecha posterior, pero denegaron mi petición, así que me presenté en la prisión once días antes de lo previsto. Los funcionarios se sorprendieron de verme allí, pues no podían creer que alguien quisiera ir a prisión lo antes posible. Fue una buena oportunidad para darles testimonio, y ellos me prometieron que harían todo lo posible para cuidar de mí. Once días después vino a la prisión un policía para comprobar que me hubiera presentado. ¡Qué chasco se llevó cuando los funcionarios de la prisión le dijeron que ya llevaba once días allí! Y, efectivamente, al final pude asistir a la asamblea.
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