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Países de la antigua YugoslaviaAnuario de los testigos de Jehová 2009
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En 1968 aprendió la verdad un joven de Kočani (Macedonia) que asistía a la universidad en Zagreb (Croacia). Cuando regresó a su ciudad natal, les habló de las buenas nuevas a sus familiares y amigos.
“Ese joven era mi primo —recuerda Stojan Bogatinov, el primer Testigo de Kočani—. Yo trabajaba de mesero, y a veces mis compañeros y yo hablábamos de religión. Un día, después de una de tales conversaciones, un miembro de la Iglesia Ortodoxa entró a comer. Mientras le servía, le pregunté si sería posible obtener una Biblia en su iglesia, porque me interesaba mucho aprender de Dios. Me dijo que trataría de traerme una. Al poco tiempo tuve en mis manos mi propio ejemplar del Nuevo Testamento. Estaba tan contento que, en cuanto salí de trabajar, corrí a casa para comenzar a leerlo.
”De camino me encontré a mi primo, que había vuelto de Zagreb. Me invitó a su casa, pero le dije que no podía ir porque quería llegar a leer mi Biblia. ‘Tengo algo que te va a interesar —me dijo—. En casa tengo unos libros que explican la Biblia.’ Fuimos a donde vivía, y ¡qué gusto fue para mí descubrir que tenía la Biblia completa! Pero también tenía varios ejemplares de La Atalaya y algunos folletos, todo en croata. Acepté las publicaciones que me ofreció y, sin perder tiempo, comencé a leerlas. De inmediato comprendí que aquello era algo especial. No sabía nada de los testigos de Jehová, pero quería conocerlos.
”Cuando mi primo regresó a Zagreb, me fui con él. Allí, un Testigo hospitalario de nombre Ivica Pavlaković me invitó a alojarme en su casa. Me quedé tres días, durante los cuales estuve haciéndole muchas preguntas. Me impresionó que siempre contestara con la Biblia. También asistí a una reunión de congregación, y el afectuoso ambiente de hermandad me infundió mucho ánimo.
”Ivica me llevó al Betel de Zagreb. Cuando salí, tenía el corazón rebosante de felicidad y las manos llenas de publicaciones. Después de unos cuantos días inolvidables, volví a Kočani con el tesoro espiritual que había encontrado. Como no había ningún Testigo en la zona, estuve comunicándome por carta con Ivica. Mis cartas siempre iban repletas de preguntas, y las suyas me daban las respuestas. Lo que aprendía se lo contaba de inmediato a otros, y así fue como mi esposa y mis hijos empezaron a mostrar interés. En poco tiempo nos convertimos en una familia unida por la verdad. Fuimos muy felices y aprendimos mucho de la Biblia. También nos pusimos a hablar con entusiasmo de las buenas nuevas con nuestros parientes y amigos. Muchos nos escucharon, aunque también fuimos perseguidos.”
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Países de la antigua YugoslaviaAnuario de los testigos de Jehová 2009
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[Ilustración de la página 182]
Stojan Bogatinov
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