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  • ¿Por qué le ocurre esto a mi cuerpo?
    ¡Despertad! 1990 | 8 de febrero
    • El ciclo menstrual: ¿una maldición o una bendición?

      Aproximadamente después del segundo año de la pubertad, las muchachas experimentan una fase significativa de su desarrollo: el comienzo del ciclo menstrual. No obstante, este importante suceso puede ser aterrador y alarmante si no han recibido la preparación adecuada.a “Estoy muy asustada —escribió una muchacha llamada Paula—. Hace unos tres meses empecé a sangrar durante unos días cada mes. ¿Significa eso que tengo cáncer? [...] Me preocupo tanto al pensarlo, que lloro y tengo temblores.”

      El libro Adolescents and Youth (Adolescentes y jóvenes) comenta que algunas muchachas, cuando les empieza el ciclo, incluso se sienten avergonzadas y culpables, por lo que no es de extrañar que muchas lo mantengan en secreto. Una jovencita dijo: “Me daba vergüenza decírselo a mi madre. Ella nunca me había hablado de ello y yo estaba asustadísima”.

      Sin embargo, lejos de ser algo de lo que avergonzarse, el ciclo menstrual es un indicio de que tus facultades reproductivas están madurando. Ahora tu cuerpo es capaz de concebir y dar a luz un hijo. Bueno, todavía pasarán años antes de que estés realmente preparada para ser madre, pero, por el momento, te estás haciendo mujer. ¿Es eso algo de lo que avergonzarse? ¡En absoluto!

      Además, todas las mujeres tienen su ciclo menstrual. En la Biblia se hace referencia a la menstruación como “lo que es común entre las mujeres”. (Génesis 31:35.) Contrario a la opinión de algunos, no es una maldición.b No obstante, es posible que comprender mejor por qué y cómo se produce este ciclo alivie algunos de tus temores.

      El “milagro mensual”

      La palabra “menstruación” se deriva de una palabra latina que significa “mensual”, ya que es precisamente una vez al mes cuando tu cuerpo se encuentra en situación de poder concebir un hijo. Primero te aumentan los niveles hormonales, lo cual sirve de aviso al útero o matriz. Entonces, en preparación para acoger y nutrir al óvulo fertilizado, el revestimiento interno del útero se va haciendo más rico en sangre y nutrientes. Cerca del útero están los ovarios, dos órganos en forma de almendra que contienen miles de diminutos óvulos, cada uno de los cuales, en caso de ser fertilizado por un espermatozoide, puede llegar a convertirse en una criatura. Una vez al mes, uno de los óvulos de un ovario madura y se desprende.

      A continuación, unos delicados “dedos” (llamados “fimbrias”) lo recogen y lo introducen en una de las trompas de Falopio, donde comienza a desplazarse hacia el útero, al que llegará entre cuatro y seis días después. Si durante esos días la mujer no se queda embarazada, el óvulo se desintegra y el revestimiento interno del útero, lleno de vasos sanguíneos, también degenera y se desprende. Es entonces cuando el útero empieza a contraerse y lo va expulsando poco a poco a través de la vagina.

      La menstruación dura entre dos y siete días (dependiendo de la mujer), y se repite todos los meses hasta la menopausia.c ¡Qué buena descripción la del escritor que llamó a este proceso un “milagro mensual”! El ciclo menstrual lleva la inconfundible firma de un Gran Diseñador. Esa es una razón más para que, como hizo el salmista, exclamemos: ¡“Te elogiaré porque de manera que inspira temor estoy maravillosamente hecho”! (Salmos 139:14.)

      Dónde encontrar ayuda

      Con todo, el ciclo menstrual sí te crea una serie de preocupaciones que tienen que ver con aspectos prácticos. Por ejemplo, muchas jovencitas preguntan preocupadas: “¿Y si me empieza mientras estoy en la escuela?”. Es cierto que podrías mancharte la ropa y te sentirías abochornada. No obstante, la sexóloga Lynda Madaras nos asegura que “al principio la mayoría de las muchachas no tienen una menstruación tan abundante que les traspase la ropa”. De todas formas, no estaría de más que fueras preparada.

      Aunque hay bastantes libros que ofrecen buenos consejos médicos, ¿por qué no le cuentas a tu madre lo que te preocupa? Seguro que ella te dará varias sugerencias prácticas. “Mi madre era como una amiga para mí —dice una joven—. Teníamos largas conversaciones y siempre respondía a mis preguntas.”

      Es cierto que a algunas madres les resulta muy difícil hablar de temas íntimos. No obstante, si la abordas de manera respetuosa y le haces saber que es algo muy importante para ti, quizás pueda vencer su renuencia a hablar del tema, y si esto falla, ¿por qué no recurres a una cristiana madura con la que tengas confianza?

      Aunque la mayoría de las mujeres pueden continuar con su rutina diaria durante su período, el libro Changing Bodies, Changing Lives (El cuerpo cambia, la vida también) nos recuerda que algunas padecen “dolores de cabeza, dolores lumbares, problemas cutáneos, cambios de temperamento, depresión, agudos dolores abdominales, náuseas y retención de líquidos”. Estos síntomas suelen aliviarse con analgésicos suaves. (Tu médico puede determinar si necesitas analgésicos más fuertes.) Si puedes, algo que también te ayudará a evitar tensión indebida durante esas fechas es planear tus actividades teniendo presente tu ciclo.

  • ¿Por qué le ocurre esto a mi cuerpo?
    ¡Despertad! 1990 | 8 de febrero
    • a Según cierto estudio, el 20% de las madres entrevistadas no habían dicho nada a sus hijas respecto a la menstruación, y un 10% solo les habían dado un mínimo de información.

      b Es cierto que la ley mosaica declaraba a la mujer “inmunda” durante la menstruación (Levítico 15:19-33), pero solo en sentido ceremonial. Al parecer, estas leyes sirvieron para inculcar respeto por la santidad de la sangre (Levítico 17:10-12) y, al mismo tiempo, para recordar a la nación judía que la humanidad ha nacido en una condición pecaminosa y necesita un redentor.

      c Quizás pasen meses y hasta años antes de que el ciclo se regularice.

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