Revelando el misterio de las enfermedades mentales
“¡Me aterrorizó pensar que yo tuviera una enfermedad mental! —recuerda Irene—. Palabras tales como ‘esquizofrenia’ o ‘depresión’ simplemente no eran parte de mi vocabulario. Una enfermedad mental llevaba consigo un estigma. Significaba ‘volverse loca’ o que metieran a una en un manicomio. ¡Algunos de mis amigos hasta pensaron que yo estaba endemoniada!”
LOCURA, demencia, lunatismo. Estas palabras crean temor y evocan imágenes de celdas con paredes acolchonadas y camisas de fuerza. Sin embargo, no todas las personas con trastornos mentales son maniacos delirantes. Tampoco significa que todas las personas que tengan una personalidad extraña o idiosincrasias padezcan de una enfermedad mental.
Cada uno de los trastornos mentales produce una serie específica de síntomas. Por ejemplo, la sicosis maniaco-depresiva es como un columpio emocional que oscila entre alzas de alegría y bajas devastadoras. En el caso de la depresión mayor, sin embargo, el paciente padece frecuentemente de “tristeza severa, paralizante y continua”a. Los trastornos de ansiedad, tales como fobias, casi pueden paralizar a sus víctimas con temores irracionales.
En este artículo y en el siguiente concentraremos nuestra atención en una enfermedad que comprende la mismísima esencia de las enfermedades mentales.
La esquizofrenia: Lo más sombrío de las enfermedades mentales
Estando ya en el hospital, Irene reincidió en más casos de identificación errónea. Abrazaba a médicos y enfermeras pensando que eran parientes de ella que hacía mucho tiempo habían desaparecido. Se imaginaba que podía percibir olores que otros no podían. Estaba convencida de que el personal del hospital buscaba la manera de matarla. “En una ocasión tuvieron que atarme a la cama”, confiesa ella.
¿Cuál fue el diagnóstico? Esquizofrenia, una enfermedad que con el tiempo afectará a por lo menos una persona de cada cien. Tan solo en los Estados Unidos se diagnostican anualmente más de cien mil nuevos casosb.
La persona esquizofrénica no tiene una personalidad doble o múltiple (este es un trastorno diferente y poco común), sino que tiene una personalidad dañada. Considere, por ejemplo, el caso de un joven llamado Jerry, a quien su médico describe como un caso de esquizofrenia ‘por el libro’. Su mirada es inexpresiva por un momento y de repente es hostil y amenazadora. Su habla es una mezcla desarticulada de temores (“Me han llamado aquí para electrocutarme”) y alucinaciones (“A ese cuadro le duele la cabeza”). Voces internas le llenan de terror. Las funciones de su cerebro son frenéticas.
La esquizofrenia produce una gran variedad de síntomas extraños: alucinaciones, voces internas, pensar desordenado, temores sin razón y emociones que parecen estar en desacuerdo con la realidad. ¿Qué causa esta enfermedad? Hace solo diez años que los médicos acusaban a los padres de volver locos a sus hijos. Algunos piensan ahora que es más bien a la inversa. Los padres sufren enormes presiones y tensiones cuando un hijo es esquizofrénico.
De modo que ahora la mayoría de los médicos dice que fue un error culpar a los padres. Por supuesto, la Biblia exhorta a los padres a no exasperar a sus hijos. (Colosenses 3:21.) Pero aun si lo hicieran, no parece probable que esto por sí solo haga a sus hijos esquizofrénicos. En esto hay factores implicados que están más allá del control de los padres.
El componente genético
Nicolás y Alberto (seudónimos) eran gemelos idénticos. Separados al nacer, a Nicolás lo criaron padres adoptivos amorosos y a Alberto una abuela apática. A temprana edad las semillas de la demencia comenzaron a germinar en ambos. Nicolás prendía fuegos y robaba. A Alberto también le gustaba el fuego y torturar a los perros. En ambos se desarrolló la esquizofrenia y los dos fueron a parar al manicomio.
¿Fue esto una casualidad o es que los genes transmiten la esquizofrenia? Se sabe de 14 casos de gemelos que han sido criados separados en los que uno de ellos ha desarrollado esquizofrenia. Nueve de sus hijos también desarrollaron esta enfermedad. Obviamente, los genes desempeñan un papel importante en el desarrollo de la esquizofrenia. No obstante, aunque parezca extraño, solo existe un 46% de probabilidades de que los hijos de dos esquizofrénicos que se casen lleguen a desarrollarla. Según el libro Schizophrenia: The Epigenetic Puzzle (La esquizofrenia: el misterio epigenético), “si la esquizofrenia fuera el producto de un gene dominante, el 75% de los niños debería desarrollar esquizofrenia”.
Esto debe implicar algo más que genes. Los autores del libro Mind, Mood, and Medicine (La mente, el humor y la medicina) suponen lo siguiente: “Es bien sabido que una experiencia sicológica —como por ejemplo, combatir la tensión— puede afectar profundamente las funciones químicas, hormonales y fisiológicas del cuerpo. En las enfermedades siquiátricas, una experiencia sicológica en una persona vulnerable puede, con frecuencia, identificarse como el factor que provocó la enfermedad”. ¿Y dónde pudieran encajar en esto los genes? Los doctores Wender y Klein dicen: “Nuestro punto de vista general es que los factores genéticos pueden hacer que la persona sea vulnerable a ciertas formas de experiencias sicológicas”. Por lo tanto, aunque la esquizofrenia en sí quizás no sea heredable, la predisposición a ella puede que sí lo sea.
Cerebros anormales
La publicación Schizophrenia Bulletin presenta todavía otra explicación sobre este misterio: “La evidencia presentada sugiere que el cerebro de los pacientes esquizofrénicos a menudo muestra anormalidades”.
El Dr. Arnold Scheibel alega que en la sección del cerebro llamada hipocampo, las células nerviosas en los pacientes normales aparecen alineadas “casi como pequeños soldados”. Pero en el cerebro de algunos pacientes esquizofrénicos “las células nerviosas y sus funciones están completamente torcidas”. Él cree que esto es lo que causa las alucinaciones e ilusiones de los esquizofrénicos. Se ha descubierto que en otros esquizofrénicos las cavidades cerebrales se han agrandado. ¡Pero lo más intrigante de todo esto es el descubrimiento de que el cerebro de los enfermos mentales podría tener defectos bioquímicos! (Véase el siguiente artículo.)
Hasta la fecha, no se ha hallado ninguna anormalidad ni defecto bioquímico singular que sea común en todos los esquizofrénicos. Por lo tanto, los médicos creen que la esquizofrenia bien pudiera comprender “muchos trastornos con una multitud de causas diferentes”. (Schizophrenia: Is There an Answer? [La esquizofrenia: ¿tiene cura?].) Un virus de acción lenta, deficiencia de vitaminas, trastornos en el metabolismo, alergias a alimentos... estos son solo algunos de los factores que, según se alega, contribuyen a la esquizofrenia.
Pero aunque la ciencia médica no conoce con exactitud la causa y el mecanismo de la enfermedad, el Dr. E. Fuller Torrey dice: “La esquizofrenia es una enfermedad cerebral, definitivamente conocida como tal ahora. Es verdaderamente una entidad científica y biológica tal como lo son la diabetes, la esclerosis múltiple y el cáncer”. De igual manera, también hay pruebas de que los trastornos depresivos se relacionan con causas biológicas.
Las enfermedades mentales han perdido, por lo tanto, su aureola de misterio y su estigma. La posibilidad de tratarlas se ha convertido en una realidad.
[Notas a pie de página]
a Véase ¡Despertad! del 22 de enero de 1981, el artículo “¡Usted puede combatir la depresión!”.
b El índice de casos de esquizofrenia es elevado en Suecia, Noruega, la región occidental de Irlanda, la septentrional de Yugoslavia y en la mayoría de las naciones en vías de desarrollo.
[Fotografía en la página 5]
Varios factores pueden estar implicados en el comienzo de las enfermedades mentales
¿Factores genéticos?
¿El ambiente?
¿Anormalidades cerebrales?
¿Defectos químicos?
¿Alimentación?