La piedra que resolvió un misterio
En la galería egipcia del Museo Británico de Londres, a menudo se encuentra a personas que contemplan con interés un bloque de basalto negro. ¿Por qué despierta la curiosidad de tantas personas? Por siglos los expertos estuvieron desconcertados por la compleja escritura jeroglífica que habían encontrado en las tumbas y monumentos egipcios. Esta piedra se convirtió en la clave para comprender aquellos escritos e inscripciones. Llegó a ser conocida como la Piedra Rosetta (cuyo nombre viene de una ciudad egipcia llamada Rashīd, que se traduce Rosetta).
La piedra contiene tres diferentes inscripciones del mismo texto. Una de ellas está en griego, y pudo ser traducida. Otra está en caracteres jeroglíficos del Antiguo Egipto y la tercera, en caracteres demóticos, una forma cursiva del mismo idioma. El francés Jean François Champollion tardó veintitrés años en descifrar aquellas inscripciones. ¿Y qué es lo que dice la piedra?
Está fechada en el año noveno de Tolomeo V (alrededor de 196 a. E.C.), y no es sino otra inscripción que glorifica a un gobernante. Entre otras cosas, proclama la devoción de Tolomeo V a los dioses, lo alaba por restaurar “los templos de los toros Apis y Mnevis, así como de los demás animales sagrados”, y lo describe como “Tolomeo, el dios siempre vivo”. (The Rosetta Stone, administración del Museo Británico.)
Al descifrarse los antiguos jeroglíficos, “la escritura de las palabras del dios”, estos revelaron aun con mayor claridad la adoración de animales que predominaba en Egipto. Como dice el catálogo del Museo Británico, “casi todas las esculturas se erigían con propósitos religiosos, para promover la adoración de las deidades, para ensalzar el poder de algún rey en particular”, así como con ocasión de los funerales. Y la mayor parte de las esculturas y monumentos contienen jeroglíficos, que ahora, gracias a la Piedra Rosetta, pueden entenderse.
[Fotografías en la página 31]
Arriba: Ejemplo de escritura jeroglífica
[Reconocimiento]
Cortesía de la Administración del Museo Egipcio de Turín
A la derecha: Horus, dios egipcio de la luz
[Reconocimiento]
Cortesía del Museo Británico
[Reconocimiento en la página 31]
Cortesía del Museo Británico