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Se lleva a término la cólera de DiosApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Después de la I Guerra Mundial, los gobernantes de este mundo formaron la Sociedad de Naciones en un esfuerzo por resolver el problema de la seguridad mundial, pero esto fracasó. Por eso, se trataron otros tipos de gobernación experimentales, como el fascismo y el nazismo. El comunismo continuó en expansión. En vez de mejorar la situación de la humanidad, los gobernantes que eran como un sol en estos sistemas empezaron a ‘chamuscar a la humanidad con gran calor’. Guerras locales en España, Etiopía y Manchuria fueron preludio de la II Guerra Mundial. La historia moderna indica que los dictadores Mussolini, Hitler y Stalin fueron responsables, directa e indirectamente, de la muerte de decenas de millones de personas, entre ellas muchas personas de sus propias naciones. Más recientemente, conflictos internacionales o civiles han ‘chamuscado’ a la gente de países como Vietnam, Kampuchea, Irán, el Líbano e Irlanda, así como a la de países latinoamericanos y africanos. Añádase a esto la lucha continua entre las superpotencias, cuyas horrendas armas nucleares pueden incinerar a toda la humanidad.
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“Hoy Hitler y Mussolini, los dictadores arbitrarios, amenazan la paz del mundo, y la jerarquía católica romana les da pleno apoyo en su obra de destruir la libertad”.—Fascismo o libertad, 1939, página 12.
“Por toda la historia la política seguida por dictadores humanos ha sido: ¡Gobernar o arruinar! Pero [la regla] que ahora será aplicad[a] a toda la Tierra por el Rey instalado por Dios, Jesucristo, es: Sean gobernados o sean arruinados.”—Cuando todas las naciones se unen bajo el Reino de Dios, 1961, página 23.
“Desde 1945 más de 25 millones de personas han sido muertas en unas 150 guerras que se han peleado alrededor del globo terráqueo.”—La Atalaya, 15 de junio de 1980, páginas 6, 7.
“[A] las naciones por todo el mundo [...] les interesa poco la responsabilidad o las reglas de conducta internacionales. Para alcanzar sus fines, algunas naciones se creen plenamente justificadas [para] usar cualesquier medios que consideren necesarios —matanzas en masa, asesinatos, secuestros de aviones, bombardeos, y así por el estilo— [...] ¿Por cuánto tiempo se tolerarán las naciones unas a otras y desplegarán dicha conducta insensata e irresponsable?”—La Atalaya, 15 de febrero de 1985, página 4.
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