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  • Sobrellevaron las espinas en la carne
    La Atalaya 2002 | 15 de febrero
    • Sobrellevaron las espinas en la carne

      “Me fue dada una espina en la carne, un ángel de Satanás, que siguiera abofeteándome.” (2 CORINTIOS 12:7.)

      1. ¿A qué dificultades se enfrentan hoy las personas?

      ¿SE ENFRENTA a alguna prueba en este momento? En tal caso, no es el único. En estos “tiempos críticos, difíciles de manejar”, los cristianos fieles hacen frente a intensa oposición, problemas familiares, enfermedades, inquietudes económicas, angustia emocional y la muerte de seres queridos, entre otras dificultades (2 Timoteo 3:1-5). En algunos países, muchos ven amenazada su vida por las hambrunas y las guerras.

      2, 3. ¿Qué actitud negativa podríamos adoptar como consecuencia de los problemas semejantes a espinas que afrontamos, y qué peligro correríamos?

      2 A causa de tales problemas, podemos llegar a sentirnos totalmente agobiados, sobre todo si sufrimos varios a la vez. Observemos lo que dice Proverbios 24:10: “¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso”. En efecto, desalentarse debido a las pruebas resulta en la pérdida de la fortaleza que tanto necesitamos y en el debilitamiento de nuestra resolución de aguantar hasta el fin. ¿De qué modo?

      3 Pues bien, a consecuencia del desánimo, pudiéramos perder la objetividad. Por ejemplo, es fácil que exageremos las dificultades y comencemos a compadecernos de nosotros mismos. Hasta es posible que algunos clamen a Dios y le pregunten por qué permite que sufran determinado problema. Si tal actitud negativa se arraigase en el corazón de una persona, su gozo y confianza se verían socavados. Los siervos de Dios podrían desanimarse tanto que incluso dejaran de pelear “la excelente pelea de la fe” (1 Timoteo 6:12).

      4, 5. ¿Cómo interviene Satanás en algunos de nuestros problemas, pero en qué podemos confiar?

      4 Es indudable que Jehová Dios no es el causante de nuestras pruebas (Santiago 1:13). Algunas las sufrimos sencillamente porque tratamos de ser fieles a él. De hecho, todos los que sirven a Jehová se convierten en objetivos de Su enemigo acérrimo, Satanás el Diablo. En el poco tiempo que le queda, este malvado ‘dios del sistema de cosas’ intenta conseguir que todos los que aman a Jehová dejen de hacer Su voluntad (2 Corintios 4:4). Por ello, ocasiona el mayor sufrimiento posible a la entera asociación de hermanos alrededor del mundo (1 Pedro 5:9). Claro, él no es el responsable directo de la totalidad de nuestros problemas, pero puede aprovecharlos con la intención de debilitarnos aún más.

      5 Independientemente de lo temibles que sean Satanás y sus armas, podemos derrotarlo. ¿Por qué estamos seguros de ello? Porque Jehová Dios pelea por nosotros. Se ha encargado de que sus siervos no desconozcan las tácticas satánicas (2 Corintios 2:11). De hecho, las Escrituras hablan en múltiples ocasiones de las pruebas que sufren los cristianos verdaderos. En el caso del apóstol Pablo, emplean la expresión “una espina en la carne”. ¿Por qué motivo? Analicemos cómo explica la Palabra de Dios esta expresión y veremos que no somos ni mucho menos los únicos que necesitan la ayuda de Jehová para superar las pruebas.

      Por qué son las pruebas como espinas

      6. ¿Qué quiso decir Pablo por “una espina en la carne”, y qué pudo haber sido esta?

      6 Pablo, quien había sufrido innumerables pruebas, escribió por inspiración: “Me fue dada una espina en la carne, un ángel de Satanás, que siguiera abofeteándome, para que no me ensalzara desmedidamente” (2 Corintios 12:7). ¿De qué se trataba? Veamos: una espina alojada debajo de la piel es, desde luego, bastante dolorosa. Esta metáfora indica, por tanto, que había algo que al apóstol le producía dolor, fuera este físico, emocional o de ambos tipos. Quizá padecía una dolencia en los ojos o alguna otra enfermedad física. Por otro lado, cabe la posibilidad de que la espina tuviera que ver con ciertos individuos que cuestionaban sus credenciales como apóstol y ponían en entredicho su predicación y enseñanza (2 Corintios 10:10-12; 11:5, 6, 13). Fuera lo que fuese la espina, no era posible sacarla, sino que permanecía donde estaba clavada.

      7, 8. a) ¿Qué indica la expresión “siguiera abofeteándome”? b) ¿Por qué es de capital importancia el que sobrellevemos las espinas que nos estén haciendo sufrir?

      7 Fijémonos en que la espina seguía abofeteando a Pablo. Es digno de señalar que el verbo griego que usa aquí el apóstol se deriva de la palabra para “nudillos”, la cual se utiliza en sentido literal en Mateo 26:67 y figurado en 1 Corintios 4:11, versículos en los que transmite la idea de ser golpeado con los puños. En vista de la intensidad con que Satanás odia a Jehová y a sus siervos, estamos seguros de que le complacía el que a Pablo continuara abofeteándole una espina. Hoy, le causa el mismo placer el que a nosotros también nos moleste una espina en la carne.

      8 Por lo tanto, nosotros, igual que Pablo, tenemos que saber sobrellevar tales espinas, pues nuestra propia vida depende de ello. No olvidemos que Jehová desea prolongarnos la vida para siempre en su nuevo mundo, donde ya no volveremos a tener esta clase de problemas. Con la intención de ayudarnos a alcanzar ese maravilloso premio, Dios ha recogido en su Santa Palabra, la Biblia, muchos ejemplos de siervos fieles suyos que lograron sobrellevar las espinas en la carne. Fueron personas imperfectas, comunes y corrientes, como nosotros. El que repasemos las vivencias de algunos integrantes de esta gran “nube de testigos” nos permitirá “[correr] con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros” (Hebreos 12:1). Si reflexionamos en lo que soportaron, aumentará nuestra confianza en que lograremos sobrellevar las espinas que Satanás nos clave.

      Las espinas de Mefibóset

      9, 10. a) ¿Qué ocurrió para que Mefibóset llegara a tener una espina en la carne? b) ¿Cómo demostró bondad a Mefibóset el rey David, y de qué manera lo imitaremos?

      9 Veamos el caso de Mefibóset, hijo del amigo de David, Jonatán. Cuando contaba cinco años, se recibió la noticia de que su padre y su abuelo, el rey Saúl, habían muerto. Atemorizada, su nodriza “empezó a llevarlo [...], pero aconteció que, como ella estaba corriendo en pánico para huir, él entonces cayó y quedó cojo” (2 Samuel 4:4). Esta discapacidad tuvo que ser una espina dolorosa para Mefibóset mientras crecía.

      10 Transcurridos algunos años, el rey David, por el gran amor que le había profesado a Jonatán, manifestó bondad amorosa a su hijo, de modo que le entregó toda la propiedad de Saúl y designó a Zibá, servidor del antiguo rey, para que cuidara el terreno. Además, dijo a Mefibóset: “Tú mismo comerás pan a mi mesa constantemente” (2 Samuel 9:6-10). Es muy probable que la bondad amorosa de David confortara a aquel hombre y contribuyera a hacer menos dolorosa su discapacidad. Esta es una magnífica lección para nosotros, pues también tenemos que ser bondadosos con quienes luchan contra una espina en la carne.

      11. ¿Qué dijo Zibá sobre Mefibóset, pero cómo sabemos que se trataba de una mentira? (Véase la nota.)

      11 Más adelante, se clavó otra espina en la carne de Mefibóset. Su siervo Zibá lo calumnió ante el rey David, quien huía de Jerusalén por causa de la rebelión de su propio hijo, Absalón. Zibá afirmó que Mefibóset le era desleal y que se había quedado en Jerusalén con la esperanza de conseguir la gobernación real.a David le creyó y entregó a aquel mentiroso toda la propiedad del hijo de Jonatán (2 Samuel 16:1-4).

      12. ¿Cómo reaccionó Mefibóset, y qué magnífico ejemplo nos dio?

      12 Cuando Mefibóset por fin se reunió con David, le contó lo que de verdad había sucedido, a saber, que mientras se preparaba para reunirse con él, Zibá lo había engañado y se había ofrecido para ir en su lugar. ¿Reparó el rey el daño? Solo en parte, pues dividió la propiedad entre ambos. Aquello constituía otra posible espina en la carne de Mefibóset. ¿Se sintió muy decepcionado? ¿Protestó por la decisión de David y se quejó de que era injusta? No, fue humilde y se mostró conforme con los deseos del rey. Se centró en los aspectos positivos, pues se alegró de que el legítimo rey de Israel hubiera regresado sano y salvo. Mefibóset realmente dio un ejemplo magnífico al aguantar su discapacidad, la calumnia y la decepción (2 Samuel 19:24-30).

      Nehemías hizo frente a las pruebas

      13, 14. ¿Qué espinas tuvo que soportar Nehemías cuando regresó a Jerusalén para reconstruir las murallas?

      13 Pensemos en las espinas metafóricas que soportó Nehemías a su regreso a la ciudad de Jerusalén, aún sin fortificar, en el siglo V a.E.C. La encontró prácticamente indefensa, y los judíos repatriados estaban desorganizados, desanimados e impuros a los ojos de Jehová. Pese a que contaba con la autorización del rey Artajerjes para reconstruir las murallas de Jerusalén, Nehemías se dio cuenta enseguida de que a los gobernadores de los países cercanos les desagradaba su misión. “Les pareció algo muy malo el que un hombre hubiera venido para procurar algo bueno para los hijos de Israel.” (Nehemías 2:10.)

      14 Aquellos opositores extranjeros hicieron cuanto estuvo en su mano por detener la obra de Nehemías, para quien sus amenazas, mentiras, calumnias e intimidación —incluso el envío de espías con la intención de desanimarlo— debieron de ser como persistentes espinas en la carne. ¿Sucumbió a las intrigas de sus enemigos? No. Puso toda su confianza en Dios y no flaqueó. De ese modo, cuando por fin se finalizaron las murallas de Jerusalén, estas constituyeron un testimonio perdurable del respaldo amoroso de Jehová a Nehemías (Nehemías 4:1-12; 6:1-19).

      15. ¿Qué problemas de los judíos afligieron profundamente a Nehemías?

      15 En su calidad de gobernador, tuvo que lidiar con muchos problemas dentro del pueblo de Dios, los cuales fueron como espinas que lo afligieron profundamente, pues afectaban a la relación de Israel con Jehová. Los ricos gravaban los préstamos con un elevado interés, y sus hermanos más pobres se veían obligados a renunciar a sus tierras y hasta a vender a sus hijos como esclavos, a fin de pagar sus deudas y los impuestos persas (Nehemías 5:1-10). Muchos judíos violaban el sábado y no mantenían a los levitas ni el templo. Además, algunos habían tomado “esposas asdoditas, ammonitas y moabitas”. ¡Cómo apenaba aquello a Nehemías! Pero ninguna de esas espinas resultaron en que abandonara su misión. Vez tras vez dio la talla como celoso defensor de las justas leyes de Dios. Al igual que Nehemías, no permitamos que la infidelidad de otras personas nos haga desistir de servir con lealtad a Jehová (Nehemías 13:10-13, 23-27).

      El ejemplo de aguante de muchos otros fieles

      16-18. ¿Qué conflictos familiares padecieron Isaac y Rebeca, Ana, David y Oseas?

      16 La Biblia contiene muchos otros ejemplos de personas que sobrellevaron situaciones penosas semejantes a espinas. En gran cantidad de casos, estas se debieron a tensiones familiares. Las dos esposas de Esaú “fueron una fuente de amargura de espíritu para Isaac y Rebeca”, sus padres. Rebeca llegó incluso a decir que aborrecía la vida con aquellas mujeres (Génesis 26:34, 35; 27:46). Contamos asimismo con el caso de Ana, a quien su rival, Peniná, “irritaba penosamente” porque era estéril. Ana quizá aguantó muchas burlas en la intimidad del hogar, pero también en público, seguramente ante parientes y amigos, cuando la familia iba a Siló a la fiesta. Aquello era como si le hundieran la espina aún más adentro (1 Samuel 1:4-7).

      17 Pensemos en lo que soportó David por causa de los celos enfermizos de su suegro, el rey Saúl. Para salvar su vida, se vio obligado a vivir en las cuevas del desierto de En-guedí, donde tuvo que subir por desfiladeros rocosos, escarpados y peligrosos. Aquel trato injusto debió de mortificarlo, pues no le había hecho nada malo al rey. Aun así, tuvo que vivir como fugitivo durante años, todo ello por culpa de los celos de Saúl (1 Samuel 24:14, 15; Proverbios 27:4).

      18 Imaginémonos los conflictos familiares del profeta Oseas, cuya esposa fue adúltera. Seguramente, su inmoral traición le dolió como si una espina le atravesara el corazón; ¡y cuánto más tuvo que sufrir cuando ella dio a luz a dos hijos ilegítimos, fruto de su fornicación! (Oseas 1:2-9.)

      19. ¿Qué persecución sufrió el profeta Micaya?

      19 Otra espina en la carne es la persecución. Analicemos el caso del profeta Micaya. A su alma justa debió de atormentarle ver al malvado rey Acab rodearse de falsos profetas y creerse sus descaradas mentiras. ¿Y qué hizo el cabecilla de aquellos farsantes cuando Micaya le dijo al rey que los profetas hablaban por “un espíritu engañoso”? Le “dio un golpe [...] en la mejilla”. Peor todavía fue la reacción de Acab a la advertencia de Jehová de que su campaña para recuperar Ramot-galaad estaba destinada al fracaso, pues ordenó que se metiera en prisión a Micaya y se le dieran raciones reducidas de alimento (1 Reyes 22:6, 9, 15-17, 23-28). Recordemos también a Jeremías y cómo lo trataron sus crueles perseguidores (Jeremías 20:1-9).

      20. ¿Qué espinas tuvo que soportar Noemí, y cómo se la recompensó?

      20 Otra experiencia amarga que puede asemejarse a una espina en la carne es la muerte de un ser querido. Noemí tuvo que soportar la dolorosa pérdida de su esposo y sus dos hijos. Todavía afectada por aquellos trágicos golpes, regresó a Belén, donde dijo a sus amigos que no la llamaran Noemí, sino Mará, un nombre que reflejaba lo amargas que habían sido sus experiencias. Sin embargo, al final, Jehová recompensó su aguante con un nieto, que resultó ser un eslabón en el linaje del Mesías (Rut 1:3-5, 19-21; 4:13-17; Mateo 1:1, 5).

      21, 22. ¿Qué pérdidas sufrió Job, y cómo reaccionó?

      21 Pensemos en el disgusto que sufrió Job al enterarse de la repentina y violenta muerte de sus diez queridos hijos, además de la pérdida de su ganado y siervos. Todo su mundo pareció venirse abajo de repente. Entonces, cuando se estaba recuperando de aquellos golpes, Satanás lo hirió con una enfermedad. Puede que Job pensara que iba a morir a causa de ella. Tan insoportable era su dolor, que consideraba que la muerte sería un alivio (Job 1:13-20; 2:7, 8).

      22 Por si esto fuera poco, su esposa, conmocionada por la pena y la angustia, se encaró a él y le gritó: “¡Maldice a Dios, y muere!”. ¡Cómo debieron de clavarse estas palabras en el adolorido corazón de Job! Luego, sus tres compañeros no lo confortaron, sino que con razonamientos engañosos lo acusaron de cometer pecados secretos y afirmaron que era responsable de sus propios infortunios. Las espinas en la carne que ya aguantaba Job se incrustaron más y más, por decirlo así, al escuchar estos argumentos erróneos. Recordemos también que él no sabía por qué le sucedía todo aquello ni que se le iba a respetar la vida. Sin embargo, “en todo esto Job no pecó, ni atribuyó nada impropio a Dios” (Job 1:22; 2:9, 10; 3:3; 14:13; 30:17). Aunque lo torturaron muchas espinas a la vez, no abandonó su integridad. ¡Qué animador ejemplo!

      23. ¿Por qué lograron aguantar diversas espinas en la carne los fieles que hemos mencionado?

      23 Los ejemplos anteriores no son los únicos que hay; en la Biblia encontramos muchos más. Estos siervos fieles, sin excepción, tuvieron que enfrentarse a espinas figuradas. Y la variedad de ellas fue enorme. Pero todos ellos tuvieron algo en común: ninguno abandonó su servicio a Jehová. A pesar de las penosas pruebas que sufrieron, vencieron a Satanás gracias a las fuerzas que Jehová les dio. ¿Cómo? El artículo siguiente contestará esta pregunta e indicará de qué manera podemos también nosotros sobrellevar nuestras espinas en la carne.

      [Nota]

      a Un plan ambicioso como aquel no era propio de alguien tan humilde y agradecido como Mefibóset. Es muy probable que él conociera la fidelidad de su padre, Jonatán, quien aun siendo hijo del rey Saúl, reconoció con humildad que Jehová había escogido a David para ser rey de Israel (1 Samuel 20:12-17). Jonatán, un padre temeroso de Dios y amigo leal de David, no habría inculcado en el corazón de su pequeño la ambición por el poder real.

  • Cómo sobrellevar “una espina en la carne”
    La Atalaya 2002 | 15 de febrero
    • Cómo sobrellevar “una espina en la carne”

      “Mi bondad inmerecida es suficiente para ti.” (2 CORINTIOS 12:9.)

      1, 2. a) ¿Por qué no debe dejarnos perplejos el que afrontemos pruebas y dificultades? b) ¿Qué motivo hay para tener confianza ante las pruebas?

      “TODOS los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.” (2 Timoteo 3:12.) ¿Por qué causa? Porque Satanás sostiene que el hombre solo sirve a Dios por motivos egoístas, y trata por todos los medios de demostrar que tiene razón. En cierta ocasión, Jesús dio esta advertencia a sus apóstoles fieles: “Satanás ha demandado tenerlos para zarandearlos como a trigo” (Lucas 22:31). Cristo sabía bien que Dios permite que Satanás nos pruebe mediante problemas dolorosos. Claro, esto no quiere decir que el Diablo o sus demonios sean responsables directos de todas las dificultades que afrontamos en la vida (Eclesiastés 9:11). No obstante, está deseoso de utilizar cualquier medio a su alcance para quebrantar nuestra integridad.

      2 La Biblia nos dice que no debemos quedarnos perplejos a causa de las pruebas. Nada de lo que nos suceda es extraño ni inesperado (1 Pedro 4:12). De hecho, “las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de [nuestros] hermanos en el mundo” (1 Pedro 5:9). Hoy día, Satanás somete a intensa presión a todos los siervos de Dios. Le encanta vernos atormentados por la mayor cantidad posible de problemas angustiosos. Con ese fin, se vale de su sistema de cosas para aumentar o agravar nuestras ‘espinas en la carne’ (2 Corintios 12:7). Sin embargo, sus ataques no tienen por qué quebrantar nuestra integridad. Así como Jehová “dispondrá la salida” para que soportemos la tentación, del mismo modo nos auxiliará cuando nos enfrentemos a problemas semejantes a espinas en la carne (1 Corintios 10:13).

      Cómo sobrellevar una espina

      3. ¿Qué respuesta dio Jehová a Pablo cuando este le pidió que le quitara la espina en la carne?

      3 El apóstol Pablo rogó a Dios que le quitara la espina en la carne. “Tocante a esto, tres veces supliqué al Señor que esta se apartara de mí.” ¿Cómo respondió Jehová a su ferviente solicitud? “Mi bondad inmerecida es suficiente para ti; porque mi poder está perfeccionándose en la debilidad.” (2 Corintios 12:8, 9.) Analicemos esta respuesta y veamos cómo nos ayuda a sobrellevar los problemas que nos afligen.

      4. ¿De qué maneras se había beneficiado Pablo de la bondad inmerecida de Jehová?

      4 Fijémonos en que Dios animó a Pablo a agradecer la bondad inmerecida que ya le había demostrado mediante Cristo. En efecto, a este apóstol se le había bendecido muchísimo de múltiples maneras. Jehová le concedió con amor el privilegio de ser discípulo aunque había sido un fanático opositor de los seguidores de Jesús (Hechos 7:58; 8:3; 9:1-4). Después, le dio bondadosamente muchas asignaciones y privilegios emocionantes. Está clara la lección para nosotros. Incluso en los peores momentos, gozamos de una multitud de bendiciones por las que sentirnos agradecidos. Las pruebas nunca deberían hacernos olvidar la abundante bondad de Jehová (Salmo 31:19).

      5, 6. a) ¿Cómo enseñó Jehová a Pablo que el poder divino ‘se perfecciona en la debilidad’? b) ¿Cómo demostró el caso de Pablo que Satanás es un mentiroso?

      5 La bondad inmerecida de Jehová es suficiente en otro sentido. El poder divino nos da ayuda de sobra para soportar las pruebas (Efesios 3:20). Jehová le dijo a Pablo que Su poder ‘se perfecciona en la debilidad’. ¿Cómo? Él le suministró amorosamente las fuerzas que necesitaba para sobrellevar la prueba. A su vez, el aguante de Pablo y su confianza absoluta en Jehová revelaron a todo el mundo que el poder divino triunfaba en el caso de este hombre débil y pecador. Pensemos en el efecto que tuvo en el Diablo, quien afirma que los seres humanos solo sirven a Dios cuando llevan una vida cómoda y sin complicaciones. La integridad de Pablo fue como una bofetada en el rostro de este calumniador.

      6 Pablo, que había sido un antiguo aliado de Satanás en su lucha contra Dios, un perseguidor insolente de los cristianos, un fariseo celoso que, seguramente, en un tiempo disfrutó de muchas comodidades por formar parte de una clase privilegiada, ahora servía a Jehová y a Cristo como “el más pequeño de los apóstoles” (1 Corintios 15:9). Como tal, se sometía con humildad a la autoridad del cuerpo gobernante cristiano del siglo primero. Y aguantaba fielmente pese a tener una espina en la carne. Para gran frustración de Satanás, las pruebas no hacían menguar el fervor de Pablo, quien nunca perdió de vista la esperanza de formar parte del Reino celestial de Cristo (2 Timoteo 2:12; 4:18). Ninguna espina, por dolorosa que fuera, enfriaría su celo. Que el nuestro también continúe fuerte. Al apoyarnos durante las pruebas, Jehová nos concede el privilegio de ayudarle a demostrar que el Diablo es un mentiroso, y de ese modo nos dignifica (Proverbios 27:11).

      Lo que nos suministra Jehová es fundamental

      7, 8. a) ¿Qué medios utiliza Jehová hoy para dar fuerzas a sus siervos? b) ¿Por qué son tan importantes para sobrellevar las espinas en la carne la lectura diaria de la Biblia y el estudio?

      7 Hoy, Jehová da fuerzas a los cristianos fieles mediante su espíritu santo, su Palabra y la hermandad cristiana. Al igual que Pablo, podemos arrojar las cargas sobre Dios por medio de la oración (Salmo 55:22). Aunque tal vez no nos quite las pruebas, es posible que nos conceda la sabiduría necesaria para sobrellevarlas, incluso las que son especialmente complicadas. También puede suministrarnos fortaleza que nos haga aguantar, dándonos “el poder que es más allá de lo normal” (2 Corintios 4:7).

      8 ¿Cómo recibimos tal ayuda? Tenemos que estudiar con diligencia la Palabra de Dios, pues en ella hallaremos Su seguro consuelo (Salmo 94:19). En la Biblia leemos las conmovedoras peticiones de auxilio de los siervos de Dios. Las respuestas que él les dio, las cuales solían incluir expresiones reconfortantes, inducen a la reflexión. El estudio nos fortalecerá para que “el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros”. Igual que hemos de comer todos los días para nutrirnos y tener fuerzas, debemos alimentarnos constantemente de las palabras de Dios. ¿Lo hacemos? En tal caso, observaremos que “el poder que es más allá de lo normal” nos permite aguantar todas las espinas figuradas que nos atormenten.

      9. ¿Cómo ayudan los ancianos a quienes se enfrentan a dificultades?

      9 Los ancianos cristianos temerosos de Dios pueden “resultar ser como escondite contra el viento y escondrijo contra la tempestad de lluvia”, es decir, una protección contra la aflicción y los problemas. Los ancianos, como desean encajar en esta descripción inspirada, piden a Jehová con humildad y sinceridad que les dé “la lengua de los enseñados”, a fin de emplear las palabras adecuadas al confortar a los que sufren. Los comentarios de los ancianos pueden ser como lluvia suave que refresca y consuela el espíritu en tiempos difíciles. Al hablar “confortadoramente a las almas abatidas”, los ancianos realmente apoyan a sus hermanos espirituales, quienes tal vez se sientan cansados o desanimados por culpa de una espina en la carne (Isaías 32:2; 50:4; 1 Tesalonicenses 5:14).

      10, 11. ¿Cómo pueden animar los siervos de Dios a quienes sufren pruebas severas?

      10 Todos los siervos de Jehová forman parte de su familia cristiana unida. En efecto, somos “miembros que pertenecemos individualmente unos a otros” y estamos “obligados a amarnos unos a otros” (Romanos 12:5; 1 Juan 4:11). ¿Cómo cumplimos con esta obligación? Según 1 Pedro 3:8, “compartiendo sentimientos como compañeros, teniendo cariño fraternal, [y] siendo tiernamente compasivos” con los que están relacionados con nosotros en la fe. Todos debemos mostrar consideración especial a aquellos que soportan una espina en la carne particularmente dolorosa, sean jóvenes o mayores. ¿De qué manera?

      11 Hemos de procurar tener muy presentes sus sufrimientos. Si somos insensibles, fríos o indiferentes, pudiéramos intensificar su dolor sin darnos cuenta. Estar al tanto de las pruebas por las que pasan debería motivarnos a ser cuidadosos con lo que decimos y cómo lo decimos, y con nuestra manera de actuar. Si somos positivos y les damos ánimos, contribuiremos a aliviar un poco su intensa aflicción. De ese modo, quizá resultemos ser un socorro fortalecedor para ellos (Colosenses 4:11).

      Cómo lograron sobrellevar las pruebas

      12-14. a) ¿Qué hizo una cristiana para sobrellevar el cáncer? b) ¿Cómo apoyaron y animaron a esta mujer sus hermanos y hermanas espirituales?

      12 Al aproximarse el fin de los últimos días, los “dolores de angustia” aumentan a diario (Mateo 24:8). Por ello, es probable que todos los habitantes del planeta pasen por pruebas, en especial los siervos fieles de Jehová, que tratan de hacer su voluntad. Veamos, por ejemplo, el caso de una cristiana que era evangelizadora de tiempo completo. Como le diagnosticaron cáncer, tuvo que someterse a una intervención quirúrgica para que le extirparan las glándulas salivales y linfáticas. En cuanto ella y su esposo se enteraron de que padecía esta enfermedad, suplicaron la ayuda de Jehová en una larga e intensa oración. Tiempo después, ella contó que le había invadido una paz increíble. Aun así, pasó muchos momentos difíciles, sobre todo cuando sufría los efectos secundarios de los tratamientos.

      13 A fin de lidiar con la situación, la hermana trató de aprender todo lo que pudo sobre esta dolencia, para lo cual consultó a sus médicos. Además, en las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, así como en otras publicaciones cristianas, encontró relatos de enfermos de cáncer que explicaban cómo sobrellevaron emocionalmente su afección. También leyó pasajes bíblicos pertinentes que hablaban de la capacidad de Jehová para sostener a su pueblo durante las dificultades, entre otra información útil.

      14 Un artículo que trataba sobre la manera de hacer frente a la desesperación citó estas acertadas palabras: “El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta” (Proverbios 18:1). Por tanto, daba la siguiente recomendación: “Tenemos que evitar aislarnos”.a Esto es lo que cuenta la hermana: “Muchos amigos me dijeron que oraban por mí, y otros me telefoneaban. Dos ancianos me llamaban periódicamente para ver cómo me encontraba. Recibí flores y montones de tarjetas. Hubo quienes incluso me prepararon comidas. Además, muchos se ofrecieron para llevarme al lugar donde recibía el tratamiento”.

      15-17. a) ¿Cómo sobrellevó una cristiana los problemas ocasionados por los accidentes que sufrió? b) ¿Cómo la apoyaron los miembros de la congregación?

      15 Una hermana de Nuevo México (EE.UU.) que lleva muchos años sirviendo a Jehová sufrió dos accidentes automovilísticos. Como consecuencia, se lastimó el cuello y los hombros, lo que le agravó la artritis que padecía desde hacía más de veinticinco años. Ella relata: “Me costaba mucho mantener erguida la cabeza y llevar objetos que pesaran más de dos kilos. Pero la oración ferviente a Jehová me ha sostenido en gran manera, así como los artículos de La Atalaya que hemos estudiado. Uno de ellos analizaba Miqueas 6:8 y hacía notar que ser modesto al andar con Dios implica conocer nuestras limitaciones. Esta explicación me permitió comprender que no debía desanimarme por estar enferma y tener que pasar en el ministerio menos tiempo del que deseaba. Lo que importa ante todo es servir a Jehová con motivos puros”.

      16 También dice lo siguiente: “Los ancianos siempre encomiaban mi empeño por asistir a las reuniones y salir al ministerio del campo. Los jóvenes me saludaban dándome un abrazo. Los ministros precursores eran muy pacientes conmigo y muchas veces cambiaban sus planes cuando yo me encontraba peor. Si el tiempo era malo, me hacían el favor de llevarme a sus revisitas o invitarme a sus estudios de la Biblia. Y como no podía cargar un bolso con libros, otros hermanos llevaban mis publicaciones en el suyo cuando salía a predicar”.

      17 Fijémonos en cómo ayudaron los ancianos de congregación y otros cristianos a estas dos hermanas a sobrellevar sus penosas dolencias. Ofrecieron con bondad ayuda práctica a fin de satisfacer sus necesidades espirituales, físicas y emocionales. ¿No nos animan estos ejemplos a auxiliar a otros hermanos y hermanas con problemas? Ustedes, los jóvenes, también pueden ser de utilidad para los miembros de la congregación que soportan espinas en la carne (Proverbios 20:29).

      18. ¿Cómo pueden animarnos las biografías publicadas en las revistas La Atalaya y ¡Despertad!?

      18 Las revistas La Atalaya y ¡Despertad! han publicado numerosas biografías y experiencias de Testigos que han hecho frente a diversos problemas, y que continúan haciéndolo. Gracias a la lectura periódica de tales artículos, veremos que muchos de nuestros hermanos espirituales de todo el mundo han aguantado dificultades económicas, la pérdida de seres queridos en desastres y peligrosos estados de guerra. Otros padecen enfermedades que los incapacitan. Muchos no pueden hacer algunas tareas sencillas a las que las personas sanas apenas dan importancia. Su enfermedad constituye una prueba muy severa para ellos, sobre todo porque no pueden participar en las actividades cristianas tanto como les gustaría. ¡Cuánto agradecen la ayuda y el apoyo que les dan sus hermanos y hermanas, tanto jóvenes como mayores!

      El aguante resulta en felicidad

      19. ¿Por qué estaba Pablo alegre a pesar de sufrir pruebas y debilidades semejantes a espinas?

      19 Pablo se alegró de ver cómo lo fortalecía Dios. Dijo: “Muy gustosamente prefiero jactarme respecto de mis debilidades, para que el poder del Cristo permanezca como tienda sobre mí. Por lo tanto me complazco en debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso” (2 Corintios 12:9, 10). Debido a sus experiencias personales, el apóstol podía decir con confianza: “No es que esté hablando respecto a estar en necesidad, porque he aprendido, en cualesquiera circunstancias que esté, a ser autosuficiente. Realmente sé estar en escasez de provisiones, realmente sé tener abundancia. En toda cosa y en toda circunstancia he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, tanto de tener abundancia como de padecer necesidad. Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder” (Filipenses 4:11-13).

      20, 21. a) ¿Por qué puede causarnos alegría meditar sobre ‘las cosas que no se ven’? b) ¿Cuáles son algunas ‘cosas que no se ven’ que usted espera ver en el Paraíso terrestre?

      20 De modo que si aguantamos las espinas figuradas clavadas en la carne, sentiremos la satisfacción de demostrar a todo el mundo que el poder de Jehová se perfecciona en nuestra debilidad. Pablo escribió: “No nos rendimos; [...] ciertamente el hombre que somos interiormente va renovándose de día en día. Porque aunque la tribulación es momentánea y liviana, obra para nosotros una gloria que es de más y más sobrepujante peso y es eterna; mientras tenemos los ojos fijos [...] en las [cosas] que no se ven. Porque las cosas que [...] no se ven son eternas” (2 Corintios 4:16-18).

      21 La mayoría de los siervos de Jehová de la actualidad esperan vivir en el Paraíso terrestre y disfrutar de las bendiciones que él ha prometido. Hoy día tal vez consideremos que estas son ‘cosas que no se ven’. Sin embargo, se acerca con rapidez el día en que las veremos con nuestros propios ojos, sí, y disfrutaremos de ellas para siempre. Una de tales bendiciones será el alivio de saber que nunca más tendremos que vivir con problemas semejantes a espinas. El Hijo de Dios ‘desbaratará las obras del Diablo’ y reducirá “a nada al que tiene el medio para causar la muerte” (1 Juan 3:8; Hebreos 2:14).

      22. ¿Cuál debe ser nuestra confianza y resolución?

      22 Por lo tanto, sea cual sea la espina en la carne que nos esté lastimando, sigamos sobrellevándola. Al igual que Pablo, contaremos para ello con la fuerza en virtud de Aquel que nos imparte poder con generosidad, a saber, Jehová. Cuando vivamos en el Paraíso terrestre, bendeciremos a Jehová nuestro Dios todos los días por sus hechos maravillosos a favor nuestro (Salmo 103:2).

      [Nota]

      a Véase el artículo “El punto de vista bíblico: Cómo hacer frente a la desesperación”, de la revista ¡Despertad! del 8 de mayo de 2000.

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