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  • Seguridad por toda la Tierra... ¿cómo?
    La Atalaya 1990 | 15 de junio
    • Considere los días del rey Salomón de la antigüedad. Sobre su sabia gobernación la Biblia declara: “Judá e Israel continuaron morando en seguridad, cada uno debajo de su propia vid y debajo de su propia higuera [...] todos los días de Salomón”. (1 Reyes 4:25.)

  • Seguridad por toda la Tierra... ¿cómo?
    La Atalaya 1990 | 15 de junio
    • El secreto de la seguridad que hubo bajo la gobernación de Salomón fue la aplicación de las justas leyes de Jehová. Antes de que los israelitas entraran en la Tierra Prometida, Dios había dicho: ‘Si continúan andando en mis estatutos y guardando mis mandamientos, la tierra verdaderamente dará su producto. Y en verdad morarán en seguridad en su tierra. Y yo pondré paz en el país, y ustedes de veras se acostarán sin que nadie los haga temblar’. (Levítico 26:3-6.)

      Es triste decirlo, pero después de la muerte de Salomón los israelitas dejaron de obedecer a Jehová; se volvieron a la idolatría y a adoración sexual inmunda. El resultado fue que perdieron su seguridad, y el país fue invadido por el faraón Sisaq de Egipto. (1 Reyes 14:21-26.) “Ustedes, por su parte, me han dejado, y yo, también, por mi parte, los he dejado a la mano de Sisaq”, explicó Jehová a una asamblea de gobernantes en Jerusalén. (2 Crónicas 12:5.)

      Uno mayor que Salomón

      Jesucristo confirmó la verdad histórica sobre Salomón y “toda su gloria”. (Mateo 6:29.) Pero sobre sí mismo Jesús dijo: “¡Miren!, algo más que Salomón está aquí”. (Mateo 12:42.) ¿Qué quiso decir? La seguridad que hubo bajo la gobernación de Salomón fue limitada. Aquel rey humano no pudo librar a sus súbditos de las enfermedades, el pecado ni la muerte. Pero Jesús enseñó a los pecadores cómo podían alcanzar vida en perfección y disfrutar de seguridad eterna. (Juan 10:10; 13:34, 35; 17:3.)

      Por la muerte y la resurrección de Jesús se estableció el fundamento para alcanzar esa completa seguridad. (Juan 3:16; 1 Corintios 15:20.) Desde su posición a la diestra de Dios en el cielo, Jesús pronto traerá seguridad por toda la Tierra a todos los que se sometan a su gobernación. El rey David de la antigüedad escribió por inspiración sobre esto en el poético Salmo 72. Estas palabras se cumplieron en parte durante el reinado del hijo de David, y por eso el encabezamiento dice: “Respecto de Salomón”. Sin embargo, el cumplimiento mayor se aplica a la gobernación real del Salomón Mayor, Jesucristo.

      Según Salmo 72:7, 8, bajo la gobernación de Cristo se disfrutará de seguridad mundial para siempre. “En sus días el justo brotará, y la abundancia de paz hasta que la luna ya no sea. Y tendrá súbditos de mar a mar y desde el Río hasta los cabos de la tierra.” (Compárese con Zacarías 9:9, 10.)

      Los súbditos de la gobernación de Cristo tampoco sufrirán de privación, pues Salmo 72:16 nos asegura: “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia”. Por supuesto, tampoco padecerán por discriminación, opresión ni violencia. “Porque él librará al pobre que clama por ayuda, también al afligido y a cualquiera que no tiene ayudador. De la opresión y de la violencia les redimirá el alma, y la sangre de ellos será preciosa a sus ojos.” (Salmo 72:12, 14.)

      Como en los días del rey Salomón, la base para tal seguridad mundial será la aplicación sabia de las leyes universales de Jehová. Esto vendrá en respuesta a la petición profética de David: “Oh Dios, da tus propias decisiones judiciales al rey [...] Juzgue él a los afligidos del pueblo, salve a los hijos del pobre, y aplaste al defraudador”. (Salmo 72:1, 4.)

  • Seguridad por toda la Tierra... ¿cómo?
    La Atalaya 1990 | 15 de junio
    • “Bajo Salomón, en tres décadas la cultura material de los israelitas progresó más de lo que había adelantado en los doscientos años anteriores. En los estratos salomónicos hallamos los restos de construcciones monumentales, grandes ciudades que tenían enormes murallas, la aparición y el rápido desarrollo de zonas residenciales, entre ellas barrios de viviendas bien construidas de gente pudiente, y gran adelanto técnico en el alfarero y los procedimientos que empleaba en su labor. Además, hallamos los restos de artefactos procedentes de lugares lejanos, señales de que hubo vigoroso comercio y mucho intercambio con otras naciones.”—The House of David (La casa de David), por Jerry M. Landay.

  • Prueba de la gloria de Salomón
    La Atalaya 1990 | 15 de junio
    • Prueba de la gloria de Salomón

      SEGÚN la cronología bíblica el rey Salomón gobernó Israel desde 1037 hasta 998 a.E.C. Es interesante que el libro The Archaeology of the Land of Israel (Arqueología de la tierra de Israel), escrito por el profesor Yohanan Aharoni, revela que hubo un adelanto revolucionario en la civilización israelita “alrededor de 1000 a.E.C.”.

      Un ejemplo que da Aharoni como prueba de esto son los sólidos muros de las ciudades, construidos de piedras grandes “cortadas en bloques rectangulares y acopladas con precisión”. Por contraste, partes de los muros de ciudades de países vecinos de Israel “habían sido construidos de ladrillo y madera”.

      Además, las ciudades reconstruidas para la época de Salomón evidencian cuidadosa planificación, pues las casas estaban en hileras ordenadas y los caminos habían sido trazados con sumo cuidado. Aharoni analiza las ruinas de “cuatro pueblos de Judá construidos según el mismo plan fundamental [...] Beer-seba, Tell Beit Mirsim, Bet-semes y Mizpá”. ¡Qué contraste presenta eso con otro gran centro de civilización, la antigua ciudad mesopotámica de Ur! Respecto a esta sir Leonard Woolley escribió: “Nadie se esforzó por trazar planes urbanos [...] Las calles sin pavimento, muchas de las cuales eran callejones sin salida [...], formaban un laberinto en el cual hubiera sido fácil perderse”.

      Aharoni también comenta sobre la mejora en los utensilios domésticos que corresponden a la época del reinado de Salomón. “El cambio en la cultura material [...] es patente no solo en los artículos de lujo, sino especialmente en la cerámica [...] La calidad de la alfarería y su cocción mejoraron radicalmente [...] De pronto apareció un abundante surtido de diversos tipos de vasijas.”

      El rasgo más glorioso del reinado de Salomón fue el magnífico templo, el palacio y los edificios gubernamentales de Jerusalén. Se usó gran cantidad de oro para decorar aquellos edificios. (1 Reyes 7:47-51; 10:14-22.) Cinco años después de la muerte de Salomón, el faraón Sisaq de Egipto despojó de su tesoro a Jerusalén. (1 Reyes 14:25, 26.)

      Tanto en Egipto como en Palestina hay inscripciones arqueológicas que confirman que Sisaq conquistó Israel. Sí, muchos historiadores reconocen que el saqueo de Jerusalén por Sisaq reactivó la economía de Egipto e hizo posible que Sisaq financiara la enorme ampliación de un templo egipcio donde registró su conquista, como se ve en esta página. Sisaq murió poco después; y hay otra inscripción que señala que su hijo donó unas 200 toneladas de oro y plata a los templos de Egipto. La inscripción no revela la fuente de esa fortuna, pero el arqueólogo Alan Millard, en su libro Treasures From Bible Times (Tesoros de los tiempos bíblicos), sugiere que “gran parte de ella era el oro que Sisaq había tomado del templo y del palacio de Salomón en Jerusalén”.

      ¡No es de extrañar que hasta una fuente atea reconozca la realidad del glorioso reinado de Salomón! La Bol’shaia Sovetskaia Entsiklopediia (Gran enciclopedia soviética), bajo el encabezamiento: “Salomón”, lo llama el “gobernante del reino de Israel y de Judá”, y añade que gobernó durante “el apogeo del reino”.

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