-
Países de la antigua YugoslaviaAnuario de los testigos de Jehová 2009
-
-
Historia reciente de la obra en Kosovo
La tensión que había entre las comunidades serbias y albanesas de Kosovo durante la década de 1980 se transformó en guerra en los años noventa, provocando mucho dolor y sufrimiento. Esta situación dio a nuestros hermanos la oportunidad de mostrar “cariño fraternal sin hipocresía” a sus compañeros de creencia de todas las etnias y obediencia al mandato de Cristo de seguir “amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen” (1 Ped. 1:22; Mat. 5:43-48). No obstante, en ocasiones no ha resultado fácil hacerlo.
“Los musulmanes no siempre reciben bien a los Testigos que antes profesaban el Islam —explica Saliu Abazi, un hermano de origen musulmán que habla albanés—. Nuestros familiares creen equivocadamente que les hemos dado la espalda por causa de nuestra nueva religión. Además, debido a las tensiones étnicas, no es fácil para los Testigos que han sido musulmanes predicarles a los serbios.”
Durante aquellos años, un grupo de treinta personas de distinto origen étnico se reunía en casa de Saliu. Él recuerda: “Las reuniones se celebraban en serbio y recibíamos nuestras publicaciones desde Belgrado. Un día, la policía se presentó inesperadamente en mi casa. Los hermanos de Belgrado acababan de entregarnos las publicaciones, y estábamos todos juntos. Cuando les dije a los agentes que aquellos eran mis hermanos, no podían entender cómo era posible que serbios y albaneses fueran hermanos”. En 1998, este grupo de publicadores consiguió alquilar un local para usarlo como Salón del Reino en Priština, la ciudad más grande de Kosovo.
En la primavera de 1999, el nacionalismo y las tensiones étnicas se intensificaron de forma alarmante. Saliu cuenta: “Mi vecino nos amenazó a mi hijo y a mí diciendo que si no participábamos en la guerra, quemarían nuestra casa. El clima político tuvo una influencia terrible en la población, pues, como nadie reconocía al gobierno serbio, no se respetaban las leyes; la gente se volvió violenta y hacía lo que quería”.
A medida que la situación política se deterioraba, las circunstancias de los serbios que vivían en Kosovo se volvieron cada vez más difíciles. Durante el conflicto de 1999, miles de serbios y albaneses se vieron obligados a huir a países vecinos. No obstante, aun en ese ambiente de extrema violencia étnica, Saliu arriesgó su vida al permitir que hermanos serbios se refugiaran en su hogar.
ADOPTARON EL MODO DE PENSAR DE JEHOVÁ
“El odio entre serbios y albaneses era intenso —explica una hermana—. Era algo que aprendíamos desde niños. Incluso después de conocer la verdad, esos sentimientos eran difíciles de erradicar. Muchos tuvimos que hacer grandes cambios para adoptar el modo de pensar de Jehová. Por ejemplo, yo había aprendido que Dios es amor. Pero debido al odio que aún sentía, evitaba a una hermana de la congregación tan solo porque era serbia. No obstante, al seguir estudiando comprendí que, a diferencia de las enseñanzas de otras religiones, la verdad de la Palabra de Dios une a la gente.” ¿Ha ayudado el poder transformador de la Biblia a esta hermana a vestirse de la nueva personalidad cristiana? Ella responde: “Ahora me alegro de servir junto a mis hermanos serbios en la misma congregación” (Col. 3:7-11; Heb. 4:12).
En este mundo dividido en sentido religioso, la verdadera unidad cristiana llama la atención. En julio de 1998, mientras la gente quemaba casas y lanzaba granadas de mano motivada por el nacionalismo, nuestros hermanos viajaban rumbo a Belgrado (Serbia) para una asamblea. Albaneses, croatas, macedonios y romaníes compartían el mismo autobús. Dashurie Gashi, que se iba a bautizar en aquella asamblea, relata: “Cuando los soldados detuvieron el autobús y vieron quiénes estábamos a bordo, se quedaron estupefactos. En medio de tanta tensión, nosotros estábamos unidos como un solo pueblo, el pueblo de Jehová”.
Una mujer romaní que aprendió la verdad de niña por medio de unas tías que vivían en el extranjero tuvo que vencer varios obstáculos para progresar en sentido espiritual. Para empezar, era analfabeta. No obstante, durante los tres años que estuvo estudiando la Biblia, su amor por Jehová la motivó a aprender a leer y escribir. El segundo obstáculo fue su abuelo, con quien vivía. Ella cuenta: “Solía salir a escondidas para ir a las reuniones, pero al volver, mi abuelo me pegaba. Sufría por causa de la verdad, pero no estaba dispuesta a rendirme. Pensaba en lo mucho que tuvo que aguantar el fiel Job. Mi amor por Jehová era fuerte, y estaba decidida a no dejar de estudiar”. En la actualidad es precursora e imparte clases bíblicas a dos muchachas analfabetas. Aunque de niña nunca fue a la escuela, se siente agradecida por la preparación que ha recibido en la Escuela del Ministerio Teocrático.
Antes de conocer la verdad bíblica en Alemania en 1993, Adem Grajçevci era musulmán. En 1999 volvió a Kosovo, su tierra natal, y, como muchos otros Testigos, tuvo que superar la oposición y los prejuicios de su familia. Él recuerda: “Cuando estaba aprendiendo la verdad, me ayudó mucho saber que Satanás es el gobernante de este mundo y el responsable de todas las atrocidades que vemos”. El padre de Adem no estaba nada contento con la nueva fe cristiana de su hijo y le pidió que escogiera entre Jehová y su familia. Adem escogió a Jehová, siguió progresando y en la actualidad es anciano de congregación. Felizmente, su padre se ha hecho más tolerante con los años y ahora lo respeta más.
Adnan, el hijo de Adem, no mostraba el más mínimo interés en la religión durante su juventud. Le encantaban las artes marciales y los muchachos con los que competía lo apodaban el Asesino. Pero cuando la verdad finalmente le llegó al corazón, dejó todo, progresó rápidamente y se bautizó. “Poco después de bautizarme —dice—, tuve que tomar una decisión. Tenía un buen trabajo y me iba bien económicamente. Pero mi espiritualidad estaba sufriendo, y tenía poco tiempo para el ministerio. Decidí que era el momento de cambiar, así que dejé mi trabajo.” Adnan comenzó el precursorado, fue nombrado siervo ministerial y más tarde se le invitó a la primera clase de la Escuela de Entrenamiento Ministerial celebrada en Albania. En la actualidad es anciano y precursor especial junto con su esposa, Hedije. ¿Qué piensa de la decisión que tomó? “No podría sentirme más feliz —responde—. No me arrepiento de haber escogido el ministerio de tiempo completo.”
UNIDOS POR NUESTRA ADORACIÓN Y ENSEÑANZAS
En la actualidad, ninguna de las seis congregaciones de Kosovo tiene un Salón del Reino propio, sino que se reúnen en locales alquilados. Algunas congregaciones son muy pequeñas, como la de la ciudad de Peć, que tiene veintiocho publicadores. Y como no hay suficientes varones capacitados, en algunas congregaciones no se puede presentar el discurso público todas las semanas. A pesar de ello, todas se reúnen fielmente cada semana para el estudio de La Atalaya y las demás reuniones.
El Comité del País de Serbia se ocupó con amor de los Testigos kosovares durante tiempos extremadamente difíciles. Pero como las necesidades han ido cambiando, en el año 2000 el Cuerpo Gobernante puso a la sucursal de Albania a cargo de la predicación en Kosovo.
Hasta hace poco, la mayoría de los testigos de Jehová de Kosovo eran serbios, por lo cual las reuniones se celebraban en serbio y se ayudaba a los hermanos de habla albanesa a entender el programa. Ahora sucede lo contrario: la mayoría de los hermanos son albaneses, y los que reciben ayuda para entender las reuniones son los serbios. Solo hay una congregación de habla serbia. Aun así, todas las asambleas se celebran en ambos idiomas. Por ejemplo, en 2008, los discursos de la asamblea de distrito se presentaron en albanés y se interpretaron al serbio. Además, algunos ancianos de Kosovo presentaron los discursos más importantes en serbio. Un hermano comenta: “Por mucho odio que se tenga la gente allá afuera, los que nos reunimos aquí somos una gran familia”.
Aunque la mayoría de los habitantes de Kosovo son musulmanes, respetan la Biblia, y muchos están dispuestos a hablar de religión. Los hermanos kosovares se alegraron de poder alcanzar un nuevo máximo de 164 publicadores en 2008. Con plena confianza en Jehová, están decididos a seguir esforzándose por abarcar su territorio y llevar las buenas nuevas a toda clase de personas.
-
-
Países de la antigua YugoslaviaAnuario de los testigos de Jehová 2009
-
-
[Ilustración y recuadro de las páginas 236 y 237]
“¿Dónde puedo encontrar a esas personas?”
AGRON BASHOTA
AÑO DE NACIMIENTO 1973
AÑO DE BAUTISMO 2002
OTROS DATOS Perteneció al Ejército de Liberación de Kosovo. En la actualidad es precursor regular y siervo ministerial.
YO ERA musulmán, pero cuando vi todas las cosas horribles que estaban sucediendo en la guerra, entre ellas el asesinato de niños pequeños, llegué a la conclusión de que Dios no podía existir. Pensé: “Si hay un Creador, ¿por qué no hace nada para acabar con el sufrimiento?”. Mi fe se debilitó aún más al ver a los líderes de mi religión apoyar la guerra contra los serbios. Al finalizar el conflicto, ya me había vuelto ateo y me había unido al Ejército de Liberación de Kosovo. Durante el poco tiempo que estuve con ellos, me gané el respeto de los demás y recibí gran cantidad de privilegios. Como todos obedecían mis órdenes, me hice arrogante y déspota.
Por desgracia, mostraba la misma actitud con mi esposa, Merita. Pensaba que su obligación era hacer lo que yo dijera cuando yo dijera. Ella había conocido a los Testigos durante la guerra y tenía algunas de sus publicaciones. Una noche antes de irnos a dormir, me dijo: “Mira, léete esto; habla de Dios”. Me enfureció que pensara que podía enseñarme algo sobre Dios. Al verme tan enojado, se fue al dormitorio y se acostó para evitar más problemas.
Cuando me quedé a solas, decidí leer el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? Después leí el folleto El tiempo para verdadera sumisión a Dios, y me sorprendió que citara del Corán. Entonces leí algunos números de La Atalaya y ¡Despertad! Al terminar, me fui al dormitorio, desperté a mi esposa y le pregunté: “¿Quién te dio estas publicaciones? ¿Dónde puedo encontrar a esas personas?”.
Lo que leí me llegó al corazón, pero mi esposa no se fiaba de mí y tenía miedo de lo que yo pudiera hacer. Aun así, esa noche telefoneamos a una Testigo y averiguamos dónde y a qué hora se celebraría la próxima reunión. A la mañana siguiente estábamos allí. Quedé muy impresionado por la amabilidad de los hermanos. No me imaginaba que existiera gente así. Se notaba que eran diferentes. Durante la reunión me surgió una pregunta y, como tenía tantas ganas de recibir la respuesta, levanté la mano. Al verme tan ansioso, los ancianos se pusieron un poco nerviosos. Debió de ser un gran alivio para ellos darse cuenta de que simplemente me interesaba saber qué debía hacer para convertirme en testigo de Jehová.
Comencé a estudiar la Biblia aquel mismo día. Había muchas cosas de mi personalidad que quería cambiar, pero no sería nada fácil. Tenía que dejar de fumar y sentía que debía cortar la relación con mis amigos. Gracias a la oración y a la asistencia regular a las reuniones, me arrepentí de mi vida anterior y me vestí de la nueva personalidad. ¡Qué gran diferencia ha supuesto la verdad en mi vida y en la de mi familia! Hoy día tanto mi esposa como yo somos precursores regulares, y en 2006 me nombraron siervo ministerial. Ahora puedo ayudar a la gente a comprender por qué hay tanto sufrimiento y cómo Jehová pronto resolverá todos nuestros problemas.
-