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  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1950
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1950
w50 1/11 págs. 331-335

La actividad ministerial de los testigos de Jehová

Informe tomado del “Yéarbook” para 1950 (en inglés)

EL SALVADOR

Cuando los testigos de Jehová Dios reflexionan sobre el trabajo que se ha logrado durante el año, se regocijan. Los que están en el mundo, cuando dirigen la vista a lo que ha acontecido, con tanta lucha, tantos contratiempos y tantas dificultades, poco regocijo pueden hallar al contemplar el porvenir. Sin embargo, a los que aman al Señor y que anhelan hacer su voluntad, no puede el futuro dejar de proporcionarles consuelo y gusto en su servicio. Muchas cosas buenas han acontecido en El Salvador durante el año. Una cosa de interés fué el ofrecimiento del uso gratis del radio a los testigos de Jehová todos los domingos por la tarde desde las 18 hasta las 19 horas. El siervo de Sucursal pronunció el primer discurso y en seguida presentó un drama, “La Familia López.” Por 32 semanas podía el público oír el programa por radio concerniente a una familia supuesta y oír la discusión del mensaje del Reino por medio de la instrucción dada en el estudio bíblico de casa que se presentaba. En estos programas, la familia López asistía a las reuniones locales en el Salón del Reino, aceptando por fin la verdad y bautizándose; y cerca del final de la serie salieron en la obra del Reino. Los oyentes de radio discutían mucho la vida de la familia López. Esta actividad era una de las más sobresalientes del año pero el siervo de Sucursal relata otros acontecimientos de verdadero interés.

Tiene que tener iniciativa el pueblo del Señor y no tener temor de emprender lo que quizá jamás han hecho. Los hermanos en El Salvador valientemente comenzaron el trabajo por radio y todavía lo están haciendo. Manifestando tal espíritu, seguramente el Señor dará el aumento.

“Que el nuevo año traía consigo cargas pesadas pronto se hizo manifiesto. Las enfermedades azotaban a nuestros misioneros y no fué prometedor el principio de septiembre con sólo 5 graduados de Galaad, los únicos que quedaban de los 17 del año anterior. Dado que no habría ayuda galaadita masculina en el país durante los primeros dos meses, la Sociedad transfirió un graduado a El Salvador, donde empezó su trabajo el primero de septiembre. Apenas empezó el mes de octubre y dos graduados más tuvieron que salir del país, y pareció que uno de ellos no regresaría. Con esto no teníamos más que cuatro misioneros en el país y agudamente sentíamos la pérdida de los que se habían ido. Por consiguiente se nos presentó nuestro problema más serio, a saber, cómo lograr que los 201 publicadores del país salieran a la obra cada mes. En Santa Ana la falta de la ayuda de galaaditas se sentía más que en la capital. Se quedó en el hogar de Santa Ana sólo la hermana Olson para cuidar la compañía que acababa de alcanzar un máximum de 88 publicadores, todos nuevos, y con la necesidad de ser ayudados. Constituía una verdadera prueba para esta hermana, pero con la ayuda del Señor y orando y aplicando la enseñanza que había ella recibido en Galaad, logró seguir adelante con los deberes que se le dejaron a su cargo.

“La Jerarquía empezó a sentir el aguijón de la obra anunciadora de la verdad desempeñada por los testigos de Jehová, y todavía con el piquete del artículo en ¡Despertad! titulado ‘El papa y la moral’ en su memoria, en julio publicó algunos artículos agudos dirigidos principalmente contra nuestro trabajo en Santa Ana. Pero como de costumbre, en lugar de la verdad, ofrecieron mentiras y la gente de Santa Ana tuvo una oportunidad excepcional de comprenderlo un mes después. Uno de sus artículos dijo que sólo tres pobres ciegos viejos habían llegado a ser testigos de Jehová en Santa Ana; y lo hicieron sólo por el dinero y otra ayuda que recibían de los testigos de Jehová. Terminó el artículo con la admonición confusa para los legos católicos, ‘Acuérdense, más vale nunca aprender el inglés que irse al infierno por haber dejado la iglesia.’

“El hecho culminante de nuestro año se efectuó en agosto, cuando celebramos nuestra segunda asamblea de circuito, que tomó lugar. . . ¡en Santa Ana! De hecho tuvimos a nuestros ‘tres pobres ciegos viejos’ muy ocupados en Santa Ana con el anuncio de la conferencia pública ‘La única luz’ por medio de cartelones, sueltos y el anuncio de casa en casa. Los ‘tres ciegos’ tuvieron 50 huéspedes de San Salvador también por tres días; y ellos y sus huéspedes llevaron sus amigos al discurso el domingo, logrando una asistencia en el hogar no igualada hasta entonces, a saber, de 188. Los vecinos cerca del hogar veían como cosa rara que tuvieran tres ciegos tanta visita; de hecho, todo el pueblo lo sigue comentando. Todas las sesiones de esta asamblea fueron una bendición para los publicadores. Aprendieron mucho y estuvieron muy animados. Antes de la sesión de cada noche se leyeron telegramas de felicitación y estímulo de otras partes de la República. Todo esto contribuyó perceptiblemente al regocijo de los convencionistas. Fué en la reunión del sábado por la noche que el nuevo folleto en español Consejo sobre la organización teocrática para los testigos de Jehová fué presentado. Una lista de los nombres de los publicadores bautizados se había preparado de antemano por el siervo de la compañía y se dedicaron los últimos 15 minutos de la reunión a la distribución de este folleto y en hacer unas observaciones en cuanto al modo correcto de usarlo. Entonces fué que manifestaron el mayor entusiasmo. El domingo por la mañana, 31 individuos fueron bautizados en la alberca pública a la orilla de la población y con este testimonio muy efectivo del progreso seguro y uniforme de la enseñanza teocrática en El Salvador, tuvieron los religiosos bastante de qué hablar por mucho tiempo. Al partir de esta asamblea para sus hogares todos estuvieron más resueltos que nunca a llevar su propia responsabilidad en el campo. Damos las gracias a Jehová por las bendiciones que fueron derramadas sobre esta asamblea de circuito en este país.”

GUATEMALA

En la tierra pintoresca de Guatemala los misioneros, precursores y publicadores de compañía están avanzando hacia la perfección en su ministerio. Todos ellos llegaron a ser proficientes en alabar al Señor más y más durante el último año de servicio. Lograron un aumento del 55 por ciento sobre el año de servicio anterior, cuando tuvieron un promedio de 121 publicadores. Ahora tienen 188 publicadores. Una de las cosas sobresalientes es el número de revisitas hechas por los publicadores, como también el número de estudios bíblicos que dirigen. Esto ha ayudado a los recién interesados a ganar buenos conocimientos de la verdad. También ha hecho posible que la compañía en la ciudad de Guatemala releve a las hermanas misioneras de los puestos como siervos de compañía, puesto que ahora hay suficientes hermanos varones maduros y capaces de desempeñar los puestos de siervo en la compañía. Las “otras ovejas” están bien dispuestas a aceptar nuevas responsabilidades. El siervo de sucursal relata algunas de las experiencias de la compañía en su informe anual.

“Uno de los graduados de Galaad cuenta que ha tenido un estudio con un hombre que apenas sabía leer suficiente para entender pero siempre estaba entusiasmado y listo para estudiar. Por más de seis meses no asistió a las reuniones de compañía. Llegada la asamblea de abril ayudó en la distribución de los sueltos. Ahora él y sus dos hijos son constantes en el servicio y en la asistencia a las reuniones, estando ahora en la lista de los estudiantes de la escuela del ministerio teocrático. La falta de instrucción no excluye a nadie de la misericordia de Jehová.

“Aparte del aumento de publicadores, hemos gozado de otras bendiciones durante el año; entre ellas ‘Sea Dios Veraz’ y Consejo sobre la organización teocrática para los testigos de Jehová, ambos en español, y un nuevo local en la ciudad de Guatemala. Anteriormente los graduados de Galaad estaban separados en dos hogares en la capital, cada uno con un pequeño Salón del Reino. Eran inadecuados ya y había necesidad de un local grande. Después de buscar semana tras semana, se encontró una casa muy satisfactoria con un patio grande. Se puso un techo sobre el patio, convirtiéndolo en un Salón del Reino excelente. El edificio nuevo también acomoda a la oficina de la Sucursal y el hogar misionero. Así tenemos un solo centro de reuniones. Esta expansión material sirvió de estímulo para otros aumentos; hubo mejoría en la asistencia y alcanzamos nuestro máximum para el año, a saber, 218 publicadores.

“Se presentó en el hogar un joven para estudiar pero después dejó de venir. Más tarde volvió a presentarse, contándonos que su padre se oponía abiertamente a que siguiera estudiando y le había puesto bajo un tutor y patrono en una población distante unos once kilómetros. El padre recibía el sueldo de su hijo y en tales circunstancias tenía el mancebo que andar a pie los once kilómetros, ida y vuelta. Cuando llegó el padre a saber que su hijo seguía estudiando de todos modos, lo desconoció y echó a la calle todas sus cosas y lo llevó al juzgado, acusándolo de mala conducta. Ante el magistrado el joven aseveró que trabajaba desde el amanecer hasta la noche y preguntó a su padre cuál era su mala conducta. No podía el padre decir más que leía la Biblia y ‘esos libros’. Entonces el juez falló y aseveró que Guatemala concede la libertad de religión. El joven fué absuelto y el juez reprendió al padre por haber traído al muchacho al juzgado. Ahora el muchacho vive solo y está en libertad de seguir su estudio de la Biblia.

“Otro hermano, aprovechándose de una oportunidad que se presentó, se relacionó con un instructor de una escuela grande de niños, y fué invitado a la escuela para hablar con todos los maestros. En compañía de otro testigo, pasó dos mañanas y una tarde yendo de una sala de clase a otra, pronunciando discursos cortos y colocando literatura. Como resultado, se colocaron más de 60 libros con los instructores y los alumnos.

“Cuando analizamos nuestro informe comprendemos que todavía tenemos mucho que hacer y hay lugar de mejoramiento y expansión, pero no vamos a postrarnos ni huir. Entre tanto que Jesucristo mantenga abierta la puerta a las oportunidades estudiaremos y ensancharemos nuestros conocimientos y cultivaremos nuestros dones del ministerio, procurando complacer a Aquel que, por misericordia suya, puede darnos el galardón de la vida sin fin, vindicando su santo nombre.”

HONDURAS

La conclusión de cada año de servicio significa que el Armagedón se ha acercado otro tanto. A todos los testigos de Jehová por dondequiera, significa un año menos de oportunidades atesoradas en que se puede predicar la Palabra y redimir el tiempo para la obra del campo. Al empezar cada año nuevo de servicio, los testigos de Jehová, como ministros comisionados del Altísimo, aprecian la gran responsabilidad y los privilegios de servicio que son suyos. Cada uno tiene que reflexionar y preguntarse, “¿Qué hemos hecho durante el año pasado? y ¿qué vamos a hacer en nuestro territorio durante el año en curso?” “¿Hemos ensanchado la obra?” “¿Hemos cultivado los dones que tenemos en el ministerio?” Estas y otras preguntas relacionadas con nuestro glorioso tesoro de servicio indudablemente surgen en la mente de todos. Nuestros hermanos en Honduras han meditado sobre estas cosas y están haciendo sus planes para 1950. El siervo de Sucursal suministra un informe muy interesante y todos podemos regocijarnos con nuestros colaboradores en Honduras.

“Para lograr lo mucho que hay que hacer en tanto territorio que tenemos para cubrir, es menester buscar y aprovechar todo medio de predicación. Al principio del año los hermanos en los dos hogares misioneros fueron a las varias estaciones radiodifusoras para inquirir relativo a arreglos para radiodifundir el mensaje del Reino. Se concedieron los respectivos permisos en el acto. Empezando en San Pedro Sula iniciaron programas semanarios de quince minutos, de una estación sumamente católica, y éstos llegaron a los hogares de mucha gente a quien jamás se le había hablado. Prestamente hicieron lo mismo dos estaciones en Tegucigalpa, la capital, así aumentando la difusión por radio de tales temas teocráticos como, ‘¿Quién es Jehová?’, ‘¿Hay una trinidad?’, ‘La tierra nueva,’ ‘Los tiempos de los gentiles,’ etc.

Como era de esperarse, no a todos los que escucharon les gustó lo que oyeron. Un poco después de haberse iniciado el programa en San Pedro Sula, un sacerdote católico en esa población repentinamente decidió que era urgente hablar por las ondas aéreas. Su tema, ¡Los testigos de Jehová! Diariamente empleó el tiempo exclusivamente para difamar al pueblo del Señor. ‘¡Son comunistas! ¡Odian al pueblo! ¡No creen en Dios!’, gritaba. Cada semana el programa ‘Sea Dios Veraz’ se presentaba de una manera pacífica y decorosa, refutando las acusaciones falsas, empleando la versión católica de la Biblia. Empezaba la gente a fijarse. En las calles, fueron señalados los hermanos al andar por sus territorios. Hogares católicos, anteriormente cerrados a los testigos de Jehová, comenzaron a abrir sus puertas. Católicos sinceros expresaron su aversión a la diatriba rencorosa contra los testigos y pidieron literatura para poder leer e informarse de la obra. Estos programas han logrado mucho durante el año para extender la verdad a los lugares aislados. Ha habido comentarios de los pobladores de países vecinos, quienes han oído estos programas y les han gustado.

“Por raro que sea, nuestra oposición mayor ha procedido, no de los católicos, sino de los evangelistas protestantes, quienes nos atacan diciendo que somos ruselitas y vendedores de libros. Nos han vilipendiado por todo el país en sus reuniones. Como resultado, ya hace dos veces que personas de lugares donde los testigos de Jehová todavía no han llegado, se han presentado en el Salón del Reino para informarse de lo que enseñamos y por qué somos tan peligrosos. Después de oír un testimonio cabal y recibir literatura en contestación, entienden el porqué.

“Hace poco el pastor evangélico de Tegucigalpa fué a San Antonio de Flores donde se había organizado una de nuestras compañías el año pasado. Tenía pensado mostrarles a los miembros de su ‘rebaño desviado’ hasta qué grado se habían dejado engañar, para que se arrepintieran y ‘fueran salvos’. Se presentó en el Salón del Reino. La esposa del siervo auxiliar de la compañía había sido la primera y la más adicta del grupo evangélico en ese pueblo; por eso ella recibió la primera visita del pastor y, por consiguiente, la última que él hizo. Empezó con la doctrina de la ‘trinidad’. No logró nada. Hizo recurso a la doctrina de la ‘inmortalidad del alma’. Resultó peor. La que había sido antes ‘presa’ de él le tenía tan confuso que le temblaban los labios y las manos cuando trataba de encontrar textos para apoyar lo que no se podía apoyar. Cada vez que él le leía un texto a la hermana, ella replicaba, ‘Muy bien, ¿qué dice usted de este texto?’ Por fin se alejó, completamente rendido y muy nervioso.

“Como la mayoría de las poblaciones de la costa del norte, la población de Cortés se compone de gente de color que habla inglés, como también de los nativos de habla española. Los publicadores de habla española habían dejado literatura en inglés con muchas de las personas de buena voluntad pero no podían hacer explicaciones orales. Durante su visita el siervo de circuito juntó a los interesados de color y pronunció para ellos un discurso y contestó muchas preguntas acerca de la organización.

“Se celebró esta reunión al aire libre debajo de una casa. La mayoría de las casas de aquí son de la altura de casas de dos pisos, la planta baja estando abierta con su piso de tierra o de cemento. La parte encerrada descansa sobre columnas o postes y está levantada en el aire. Así pueden las familias gozar plenamente de las brisas de mar que hacen soportable el clima caliente y bochornoso. Se dió la conferencia sin iluminación, puesto que la luz atrae los moscos que atacan como artilleros en esta costa del Pacífico. La gente que pasaba se detenía para escuchar, unos quedándose y otros siguiendo su camino. Con una o dos visitas más a esta gente mansa, hay buena posibilidad de establecer una unidad de habla inglesa.

“Durante los poco más de tres años que tiene la Sucursal de estar establecida, el promedio anual de publicadores sucesivamente ha sido de 45, 119 y 256. Se han organizado seis compañías y se han establecido tres hogares misioneros. Catorce graduados de Galaad dedican todo su tiempo a la obra, ayudando y fortaleciendo a las ‘ovejas’ en la adoración verdadera. Para nosotros estas cifras constituyen una prueba concluyente de las bendiciones ricas del Señor sobre la obra en Honduras. Como dirían los religiosos, ‘estamos trastornando el mundo.’ Sí, y segando el resultado. Algunos de la ‘grande muchedumbre’ hondureña que ha huído están haciendo los arreglos con la esperanza de formar parte de la multitud de muchas naciones, tribus y lenguas que asistirá a la convención de los testigos de Jehová en 1950.”

MÉXICO

Es tan grande el poder de Jehová y abarca tanto su espíritu que no importa en qué parte de la tierra están sus siervos, él puede derramar sobre ellos sus bendiciones. El Señor siempre hace lo que le corresponde a Él si sus siervos tienen la voluntad de hacer lo que les corresponde a ellos. En México los hermanos no han obrado con holgura, sino que han hecho lo que les corresponde en la obra de testificar, y así han participado de las bendiciones, venciendo cada problema que se ha presentado. Tienen muchos problemas y en casi todo caso éstos son semejantes a los que se presentan a otros testigos de Jehová en diferentes países, aunque difieren algo debido a las costumbres y prácticas de la gente. Una de las dificultades más grandes ha sido que la población de México en general no ha recibido mucha instrucción fundamental y por lo tanto cuando la gente oye la verdad y trata de predicar acerca del Reino, es preciso que la organización del Señor dé instrucción especial para equipar a esta gente para toda buena obra. Sin embargo, debido a la paciencia de los hermanos que sirven a sus colaboradores, una obra maravillosa se ha logrado en México y la predicación de la Palabra sigue en escala mayor que nunca. El siervo de Sucursal nos proporciona un resumen muy interesante de lo que se ha hecho en México durante los últimos doce meses.

“Nuestra empresa más grande del año fué el establecimiento de clases de lectura en las compañías por todo el país. Requerirá unos cuantos años para poder realizar el resultado cabal de este trabajo. En algunas de las compañías será necesario continuar las clases, por motivo de los analfabetos que siguen entrando en las filas del servicio de Jehová. En algunas de las compañías las clases de lectura se han descontinuado, puesto que todos los publicadores analfabetos han aprendido a leer y escribir. Uno de los siervos escribió que ‘cuando estos hermanos se matricularon en la clase, sabían poca lectura y escritura pero con la ayuda que recibieron en la clase ya no son analfabetos’. Entonces pregunta este siervo lo que ha de hacer, puesto que han terminado el estudio del libro de texto de lectura y escritura, dejando a la compañía sin un solo analfabeto. Se le contestó que continuaran aprendiendo, estudiando las publicaciones de la Sociedad y la Biblia, participando en las actividades de la compañía local. El recibo de cartas por este estilo de las compañías causa verdadero regocijo, pues son evidencia del progreso.

“En otra compañía el inspector de educación estaba tan impresionado con el trabajo de nuestra Sociedad en la enseñanza de lectura y escritura que suplicó a un precursor especial, que a la vez es siervo de compañía e instructor en la compañía local, que dirigiera un centro educacional o escuela del gobierno en la misma ciudad. Se le ofreció pago por tal trabajo. Estos inspectores de zona se maravillan cuando ven que enseñamos a la gente a leer y a escribir sin recibir siquiera un solo centavo del gobierno por hacerlo.

“Todavía falta mucho que hacer en el trabajo de testificar en esta nación, especialmente en la porción sudeste. En esa sección hay un estado y un territorio, a saber, Yucatán y Quitana Roo, que, según sabemos, no tienen ni un solo publicador. De hecho, según nuestros archivos, nadie jamás ha trabajado en esa área. La Sociedad nos ha autorizado para asignar a seis nuevos precursores especiales y esperamos que ellos puedan llevar el mensaje del Reino a estos lugares aislados y establecer compañías en ellos.

“Nuestra oposición mayor hasta ahora proviene de los sacerdotes locales en las poblaciones pequeñas donde ejercen mucha influencia sobre sus congregaciones y también, a veces, sobre las autoridades. No dejan de amonestar a la gente para que no acepte nuestra literatura y la incitan a cometer actos de violencia. Para cometer sus bajezas generalmente mueven a personas inocentes a que hagan daño a otros, y la gente católica, en la creencia de que así le hace un favor a Dios, ciegamente obedece a estos sacerdotes fanáticos, dañando a sus prójimos.

“Tal fué el caso cuando el noviembre pasado un testigo de Jehová fué muerto a machetazos por un católico fanático bajo el dominio del cura local. El hermano estaba afuera, dando de comer a sus bueyes cuando fué atacado. Junto a su cadáver encontraron su libro ‘Reino’ y su Atalaya que probablemente había estado leyendo cuando fué atacado. No hicieron nada los oficiales. El siervo de compañía local, al escribirnos acerca del asunto, dijo: ‘El sacerdote romano del pueblo y parroquia de Epatlán incitó a un grupo del populacho de su propia población de Ayotla contra nuestro finado hermano. Anteriormente había sido encarcelado. Allí le quitaron su literatura, y el mismo sacerdote romano quemó su Biblia. Llevaron al colmo su odio el día seis. Desde el principio de su persecución procuraban sus enemigos quitarle la vida y acabaron con asesinarlo.’

“Por lo general el publicador mexicano no se preocupa por las condiciones difíciles de la vida, por falta de medios de transporte o por otras cosas que generalmente se consideran necesarias. No hace mucho un verdadero ejemplo de esto ocurrió cuando se celebró una asamblea en Minatitlán, Veracruz. Dice el siervo de distrito: ‘Hay pueblos en este circuito que se hallan a una distancia de 475 kilómetros. Este es el caso con los pueblos del estado de Tabasco; y, además de estar muy lejos, los hermanos que viven en ellos son muy pobres y por consiguiente muchos nunca llegan a asistir a las asambleas. Esta vez sorprendió tanto a los hermanos como a los mundanos cuando 20 de ellos, 18 varones y 2 mujeres, de diversas compañías, emprendieron una jornada difícil de más de 325 kilómetros a pie, andando esta distancia en 15 días consecutivos.’ Su viaje, ida y vuelta, más su estancia en la asamblea, ocupó unos 35 días.

“En eso se ve el espíritu de los testigos de Jehová en México y parece que no hay nada que lo apague. Estamos resueltos a hacer nuestra parte en la obra de predicar y, por la gracia del Señor, nuestro próximo año de servicio será aun mejor.”

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