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Deleitándose en hacer la voluntad de DiosLa Atalaya 1953 | 15 de junio
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relación personal con él, que él notó nuestra dedicación; que él sabe y entiende, y que si él permite que cierta situación continúe, tiene razones sabias y amorosas para hacerlo así y por lo tanto debemos deleitarnos en servir a pesar de ello.
Cuando nos dedicamos a servir a Jehová ejercimos nuestro propio libre albedrío. No fuimos obligados, ni forzados, no, ni siquiera instados o impelidos. Dejamos constancia de que era un deleite para nosotros hacer la voluntad de Dios. Sólo si continuamos deleitándonos en hacerla podremos hacerla hasta el grado más pleno, de la manera más eficaz, y continuar haciéndola a pesar de las tentaciones y persecuciones. Una apreciación vívida de lo que se logra por hacer la voluntad de Dios, basándonos en amor a Dios y a nuestro prójimo, nos capacitará a mantener ese deleite. Habiendo emprendido el servicio de Dios diciendo: ‘Me complazco en hacer tu voluntad,’ continuemos en él con deleite, porque sólo si nos deleitamos en hacer la voluntad de Dios ahora nos dará Dios el privilegio de hacer su voluntad a través de la eternidad.
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La guía seguraLa Atalaya 1953 | 15 de junio
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La guía segura
● “En realidad no basta,” dijo el Heraldo católico de Londres el 5 de febrero, “refutar la acusación de que a los católicos no se les permite leer la Biblia con la réplica de que sí se les permite y que se les anima a hacerlo. La refutación surtirá efecto únicamente cuando los católicos verdaderamente lean la Biblia y la amen y den muestra de ese hecho en el hábito de sus mentes, la expresión de su lenguaje y, sobre todo, en el aprecio interno de la doctrina y la vida espiritual que crece mejor cuando se alimenta de la Biblia.” ¡Aquí tienen un reto! Nadie creerá que a los católicos verdaderamente se les anima a leer la Biblia hasta que en realidad la lean. Pero esto quizás no les agrade en toda ocasión, porque un estudio diligente de ella probará que las religiones de hoy día han hecho tantas añadiduras a la doctrina verdadera como las que hicieron los fariseos de la antigüedad. No obstante, su valor yace en el hecho de que provee liberación del engaño, descubre a los guías ciegos y proporciona la comprobación segura para la doctrina verdadera.
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La BibliaLa Atalaya 1953 | 15 de junio
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La Biblia
● Es el libro que más se vende, y siempre lo ha sido. Es el libro sobresaliente del mes todos los meses del año, cada año del calendario. Es perennemente moderno, nunca pasa de moda, y sea cual fuera su precio es sin precio, porque ha traído solaz al enfermo, consuelo al apesadumbrado, fuerza espiritual al fuerte. Le ha dado esperanza al pobre, humildad al orgulloso. Ha conmovido el corazón de reyes y plebeyos. Fué escrito para toda la gente de todas las naciones de toda época. Señala la vía que conduce a riquezas espirituales sobre las cuales nunca pueden imponerse impuestos y a dividendos que nunca dejarán de ser pagados. Es dispensador de vida a los que siguen su consejo; es el faro infalible que dirige los hombres a ese nuevo mundo de justicia donde no habrá lágrimas, desilusión ni muerte. Es el libro de texto de la libertad, el libro de guía para la vida. Estudiemos sus enseñanzas, sigamos su consejo, y vivamos; porque ‘esto significa vida eterna, el conocerte a ti, solo Dios verdadero, y al que tú enviaste, Jesucristo’.
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