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  • Mantenga el debido equilibrio cristiano
    La Atalaya 1969 | 15 de marzo
    • Mantenga el debido equilibrio cristiano

      “Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención.”—1 Ped. 2:21

      1. ¿Qué provisión ha hecho Dios, y qué se requiere a fin de sacar provecho de ella?

      JEHOVA Dios ha hecho provisión para que los humanos obtengan vida eterna en un justo y nuevo sistema de cosas. Teniendo en mira esto, “dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Pero para obtener este grandioso galardón de vida, es preciso que mantengamos el debido equilibrio cristiano. El Hijo de Dios, Jesucristo, lo hizo; y, al hacerlo, puso un ejemplo o modelo perfecto. Por lo tanto, todos los que queramos andar firmemente delante de Dios tenemos que ‘seguir sus pasos con sumo cuidado y atención.’ (1 Ped. 2:21) Pero se reconoce que el mantener el debido equilibrio cristiano no es fácil.

      2. ¿Qué está envuelto en mantener equilibrio?

      2 Para comprender mejor exactamente qué está envuelto en el equilibrio, observe los comentarios del Webster’s Dictionary of Synonyms: “Equilibrio entraña una condición en la cual ninguna parte, ningún elemento, ningún factor ni ninguna influencia pesa más que otro ni está fuera de la debida proporción con los otros. Por lo tanto sugiere firmeza o bienestar que por lo general no se deja ver exteriormente sino hasta que acontece una perturbación . . . así, un hombre pierde su equilibrio y cae cuando al resbalarse sobre el hielo su peso cambia de un lado a otro y sus piernas ya no lo sostienen.” Tal pérdida de equilibrio y la subsecuente caída pueden ser perjudiciales. Así mismo, el perder el equilibrio cuando se viaja en bicicleta o motocicleta puede significar un accidente doloroso o hasta fatal. Es obvio el valor del equilibrio físico.

      APRENDIENDO EQUILIBRIO CRISTIANO

      3. ¿Por qué es tan importante el equilibrio espiritual? ¿Es algo que heredamos al nacer?

      3 Sin embargo, el debido equilibrio espiritual es de aun mayor importancia, porque es una necesidad absoluta a fin de recibir la bendición de Dios y vida eterna. La primera pareja humana, Adán y Eva, perdió el equilibrio espiritual; se desviaron al desobedecer a Dios. Esto significó su muerte, y un comienzo falto de equilibrio en la vida para toda su prole, e incluido en esto estamos nosotros en la actualidad. Sí, todos nosotros fuimos concebidos en pecado y dados a luz en error, con una inclinación natural hacia hacer lo incorrecto.—Sal. 51:5; Rom. 5:12.

      4. ¿Cómo se logra equilibrio espiritual? Una vez adquirido, ¿se puede perder?

      4 Por lo tanto, puesto que ninguno de nosotros nacimos con equilibrio cristiano, tenemos que aprenderlo. Tal como un nene que comienza a andar aprende el equilibrio físico mediante esfuerzo diligente, así nosotros tenemos que ejercer iniciativa y perseverancia para dominar el equilibrio cristiano. Muchos se han puesto de pie, por decirlo así, y han caminado como cristianos en los pasos del Maestro, Jesucristo. Han aceptado el sacrificio de rescate, se han separado de este mundo inicuo y de sus prácticas malas, y hasta han dedicado su vida para servir a Jehová Dios. (Mat. 20:28; Juan 17:16; Heb. 10:7) Pero luego no han mantenido equilibrio cristiano. Algo ha hecho que pierdan el equilibrio y los ha hecho desistir de seguir en los pasos de Cristo.

      5. ¿Qué preguntas pudiera hacerse cada cristiano?

      5 Por lo tanto, la pregunta es: Después de aprender el equilibrio cristiano, ¿podemos nosotros mantener este equilibrio fielmente a pesar de las circunstancias que surjan en nuestra vida? ¿Podemos continuar andando con sumo cuidado y atención en los pasos de Cristo? ¡La vida eterna en el justo nuevo sistema de cosas de Dios depende de que lo hagamos!—2 Ped. 3:13; Rev. 21:3, 4.

      EQUILIBRIO EN NUESTRA RELACIÓN CON DIOS

      6. ¿Cuál es la primera cosa esencial para lograr equilibrio cristiano? ¿Qué ejemplo puso Cristo en su actitud para con Dios?

      6 La primera cosa esencial para tener el debido equilibrio cristiano es mantener una relación correcta con nuestro Creador, Jehová Dios. Pero, ¿qué es una relación apropiada con Dios? Considere al modelo perfecto, Cristo. Se presentó de buena gana para hacer la voluntad de su Padre. A todo tiempo Cristo mantuvo la adoración de Dios como el foco al cual estaban relacionadas todas las otras actividades. El agradar a su Padre siempre fue su interés principal. Así mismo, nosotros, también, tenemos que reconocer la importancia de servir a nuestro Creador, y el hecho de que estamos endeudados con El. Realmente, Jehová suministra todas las cosas necesarias para sustentar la vida, entre ellas el Sol, la lluvia, el aire que respiramos y el alimento que comemos, así como provisiones espirituales esenciales. (Mat. 5:45; Hech. 14:15-17) Junto con el salmista bíblico debemos reconocer prestamente esto: “Porque contigo está la fuente de la vida.”—Sal. 36:9.

      7. ¿Cuál es un punto de vista equilibrado tocante a lo que le debemos a Dios?

      7 Pero puesto que Dios es dueño de todo, ¿qué podemos darle en reciprocidad por Su bondad? Tenemos libre albedrío, por eso podemos optar por adorar a Jehová Dios; podemos amarlo con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerzas. (Mat. 22:37, 38) Tal devoción de toda alma no es algo falto de equilibrio; más bien, es lo que está envuelto en mantener una relación apropiada con Dios. Jesucristo mismo dijo: “Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado.” (Mat. 4:10) El darle devoción exclusiva a Dios es vital para mantener nuestro equilibrio cristiano.

      8. ¿Qué ejemplo ilustra la dificultad de dar devoción exclusiva a Dios?

      8 Sin embargo, es mucho más fácil hablar acerca de amar a Dios y escribir a otros acerca de seguir el ejemplo de Cristo de dar a Dios devoción exclusiva bajo toda circunstancia que el verdaderamente hacerlo. Por ejemplo, el rey Salomón, cuando servía fielmente a Jehová, escribió: “Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos.” (Ecl. 12:13) Pero, más tarde, Salomón cedió a la seducción de hacer caso omiso a los mandamientos de Dios y no practicó lo que había escrito. ¿Por qué? ¿Qué es lo que hace tan difícil mantener el debido equilibrio cristiano?

      9. ¿Por qué es difícil mantener el debido equilibrio cristiano?

      9 No solo es la inclinación pecaminosa del hombre a hacer lo incorrecto lo que dificulta esto. (Rom. 7:20, 21) Antes bien, otro factor prominente es la influencia inicua de la invisible criatura espíritu Satanás el Diablo, a quien la Biblia llama “el dios de este sistema de cosas.” (2 Cor. 4:4) Los esfuerzos de Satanás tienen como objeto destruir la relación apropiada de uno con Dios, crear situaciones o circunstancias que hagan que el cristiano pierda su equilibrio. Jesucristo indicó esto cuando, en la última noche antes de su muerte, se dirigió a su apóstol Simón Pedro y dijo: “Simón, Simón, ¡mira! Satanás ha demandado tener a ustedes para zarandearlos como a trigo.” (Luc. 22:31) Un vistazo de cerca a los esfuerzos de Satanás por sacudir a Pedro del favor de Dios puede servir de verdadero provecho para ayudarnos hoy a mantener el debido equilibrio cristiano.

      EL TEMOR HACE PERDER EL EQUILIBRIO

      10. (a) ¿Para celebrar qué ocasión religiosa se reunieron Jesús y sus discípulos el 14 de Nisán de 33 E.C.? (b) ¿Qué base hay para creer que quizás era cerca de la medianoche cuando partieron para el Jardín de Getsemaní?

      10 Primero, considere el marco de circunstancias de los sucesos trascendentales que tuvieron lugar. Era el principio de la primavera del año 33 E.C. y tiempo de la fiesta anual de la Pascua que se celebraba durante el mes de Nisán. Jesús y sus doce apóstoles se reunieron para dicha ocasión en un cuarto de un piso de arriba en algún lugar de Jerusalén después de las 6:00 p.m., hora en que empezaba el día judío. Las instrucciones de Dios indicaban que el cordero de la Pascua tenía que ser guardado hasta el día catorce de Nisán “entre las dos tardes,” que algunas autoridades han interpretado que era entre la puesta del Sol y el crepúsculo intenso. Durante este tiempo habría de ser muerto y después asado entero. (Éxo. 12:6-10) El asar entero a tal animal posiblemente requeriría de cuatro a cinco horas. Por eso, probablemente fue cerca de la medianoche cuando se acabó la cena de la Pascua y Cristo instituyó el memorial de su muerte. Después de esto, Jesús y sus discípulos salieron al jardín de Getsemaní, donde Jesús fue arrestado y custodiado.—Mar. 14:17-46.

      11. ¿Qué hizo Pedro cuando Jesús fue detenido?

      11 Durante el frío y oscuridad de esas horas tempranas de la mañana, dice el relato bíblico, “condujeron a Jesús al sumo sacerdote, y se reunieron todos los principales sacerdotes y los hombres de mayor edad y los escribas. Mas Pedro, de lejos, lo siguió hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado junto con los servidores de la casa y calentándose delante de la brillante lumbre. Mientras tanto los principales sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban testimonio contra Jesús para darle muerte, pero no hallaban ninguno. Muchos, realmente, testificaban falsamente contra él.”—Mar. 14:53-56.

      12. ¿Cómo fue tratado Jesús en esa ocasión?

      12 A Jesús lo estaban representando en falsos colores maliciosamente aquellos testigos falsos. No solo eso, sino que dice el registro inspirado: “Algunos comenzaron a escupirle y algunos a cubrirle todo el rostro y a darle de puñetazos y a decirle: ‘¡Profetiza!’ Y, dándole de bofetadas, lo recibieron los servidores del tribunal.” (Mar. 14:65) ¡Qué injusticia! ¡Aquella chusma había sido inspirada por el Diablo! Satanás era responsable de incitar a aquellos hombres, y de hacer que ultrajaran físicamente a Jesús y lo insultaran. ¿Cómo afectaría todo esto a Pedro? ¿Lograría él, imitando a su Maestro, mantener el debido equilibrio bajo estas circunstancias penosas?

      13. ¿Qué efecto tuvo en Pedro este modo

      13 No se nos deja en duda, pues la narración bíblica continúa: “Ahora bien, mientras Pedro estaba abajo en el patio, vino una de las sirvientas del sumo sacerdote, y, viendo a Pedro que se calentaba, lo miró directamente y dijo: ‘Tú, también, estabas con el nazareno, este Jesús.’ Pero él lo negó, diciendo: ‘Ni lo conozco, ni entiendo lo que dices,’ y salió fuera al vestíbulo. Allí la sirvienta, al verlo, comenzó de nuevo a decir a los que estaban de pie por allí: ‘Este es uno de ellos.’ De nuevo lo negaba. Y otra vez después de poco los que estaban de pie por allí se pusieron a decir a Pedro: ‘Ciertamente eres uno de ellos, porque, de hecho, eres galileo.’ Pero él comenzó a echar maldiciones y a jurar: ‘No conozco a este hombre de quien hablan.’”—Mar. 14:66-71.

      14. ¿Qué hizo que Pedro negara a Cristo?

      14 Pero eso no era la verdad. Pedro definidamente conocía a Jesús. De hecho, unas cuantas horas antes, mientras estaba con Jesús, había afirmado: “Señor, estoy listo para ir contigo a la prisión así como a la muerte.” “Aunque a todos los demás se les haga tropezar con respecto a ti, ¡nunca se me hará tropezar a mí!” (Luc. 22:33; Mat. 26:33) ¿Qué causó este cambio súbito en la actitud de Pedro? Vino como resultado del temor. Las circunstancias sorprendieron a Pedro. A Jesús se le representaba como un vil criminal. La verdad estaba siendo falseada. Se hacía parecer incorrecto lo que era correcto, y al inocente se le hacía parecer culpable. Debido a las presiones de la ocasión Pedro perdió el equilibrio. Súbitamente su sentido apropiado de lealtad fue trastornado, para su propio pesar. “Abatido rompió a llorar,” dice la Biblia.—Mar. 14:72.

      PUEDE SUCEDER HOY

      15. (a) ¿Por qué podemos esperar afrontar circunstancias semejantes a las que afrontó Pedro? (b) ¿Perdió el equilibrio de modo permanente Pedro por esta experiencia?

      15 Hoy pueden surgir circunstancias semejantes. Satanás el Diablo todavía está activo, esmerándose por hacer que los cristianos pierdan el equilibrio y por arruinar su relación con Dios. Y podemos estar seguros de que la táctica que dio tan buenos resultados contra Pedro se utilizará contra los cristianos modernos. Es verdad que Pedro rápidamente recobró el equilibrio espiritual. Se arrepintió profundamente y obtuvo el perdón que buscó tan encarecidamente. Vino a ser uno de los más impávidos ministros del impopular Jesucristo, y murió fiel a Jehová Dios. Pero ¡qué desdichada experiencia cuando negó tres veces a su Amo Jesús! ¡Cuánto mejor evitar una experiencia como ésta! ¿Está usted preparado para enfrentarse a circunstancias semejantes a la que afrontó Pedro? Pueden surgir, y, de hecho, es probable que surjan.

      16. ¿Cuál puede ser la causa de que hoy algunos cristianos pierdan el equilibrio?

      16 Hay muchísimas situaciones en las cuales el temor impropio puede hacer que un cristiano dedicado pierda el equilibrio y olvide su relación apropiada con Jehová Dios. Puede ser temor de lo que piensen los vecinos si lo vieran ir de casa en casa con el mensaje del Reino. ¡Sí, qué hay si lo viera a uno su propio patrón! ¡Qué aterrador puede ser este pensamiento para el individuo que ha olvidado que lo que verdaderamente importa es lo que Dios piensa de él! Los niños en sus años de la adolescencia están especialmente propensos a temer lo que la gente piense de ellos.

      17, 18. ¿Qué discusión pudiera desarrollarse en una sala de clases que crearía circunstancias semejantes a la que afrontó Pedro?

      17 Quizás tú seas un cristiano joven, y el marco de circunstancias es una sala de clases donde eres estudiante. Allí es posible que se consideren en clase las creencias de los testigos de Jehová. Puede haber prejuicio y espíritu de patriotismo fuertes. “Los testigos de Jehová son subversivos. Están contra el gobierno,” afirma un jovencito. Esta es una acusación semejante a la que lanzaron contra Jesús el día que fue ejecutado. (Luc. 23:2) “Los testigos de Jehová no votan ni pelean por su país,” añade otro jovencito. No obstante, Jesucristo y los cristianos primitivos siguieron el derrotero de neutralidad estricta tocante a los asuntos políticos de las naciones. (Juan 6:15; 15:17-19; Sant. 4:4) Un libro de texto moderno declara: “Los cristianos celosos no servían en las fuerzas armadas ni aceptaban puestos políticos.”a Pero los estudiantes y el maestro no conocen las enseñanzas de la Biblia sobre el asunto, ni las creencias y prácticas de los cristianos primitivos. La discusión se hace más intensa.

      18 “Los testigos de Jehová son anticristianos,” sostiene una muchacha. “¡Pues ni siquiera celebran la Navidad!” Aumenta el antagonismo contra los testigos de Jehová. Los presentes no comprenden que la Navidad es una celebración pagana, que no tiene apoyo bíblico y que los cristianos primitivos no la observaban. No conocen el testimonio de obras de consulta clásicas referente a esto. Entonces otro jovencito levanta esta acusación: “Los testigos de Jehová no aman a sus propios hijos. ¡Dejan que se mueran antes que darles una transfusión de sangre salvavidas!” ¡Qué terrible deben ser los testigos de Jehová! Ese es el sentimiento que predomina. Los jovencitos no están conscientes de que la Biblia prohíbe estrictamente el comer sangre, y que los cristianos primitivos se abstuvieron completamente de sangre, tanto de la de animales como de la de humanos.b—Lev. 17:10; Hech. 15:20, 29.

      19. (a) ¿A qué preguntas se encararía un joven cristiano en esa situación? (b) ¿Cuándo debe hacerse preparación para tal posibilidad?

      19 Habiendo llegado la discusión a este punto quizás alguien de la clase se dirija a ti y te pregunte: “Tú eres testigo de Jehová, ¿no es verdad?” Entonces te hallarás en una situación semejante a la que afrontó el apóstol Pedro. ¿Qué dirás? ¿Cómo le harás frente a la situación? ¿Mantendrás el debido equilibrio cristiano? ¿Servirás de Testigo fiel de Jehová Dios, tal como lo hizo Jesucristo? (Juan 17:6; Rev. 1:5) Ahora es el tiempo de prepararse para enfrentarse a tales circunstancias que tal vez surjan. Ahora es cuando debes tomar la decisión firme de imitar el ejemplo impávido de Jesucristo en tales situaciones. Esto te ayudará de modo que no vayas a perder el equilibrio.

      PREPARACIÓN ANTICIPADA

      20. ¿Qué se requiere para mantener el debido equilibrio cristiano, y cómo mostró Jesús que reconocía esa necesidad?

      20 Necesitamos orar y considerar con regularidad la Palabra de Dios a fin de mantener una relación apropiada con Jehová Dios, y así mantener nuestro equilibrio cristiano. Jesús reconoció esta necesidad. Durante aquellas trascendentales horas finales de su vida terrestre estuvo especialmente consciente de ello. Por lo tanto, mientras estuvo con sus discípulos en el cuarto de un piso de arriba aquella última noche habló animadoramente tocante a asuntos espirituales fortalecedores de la fe, concluyendo su consideración con las palabras: “En el mundo tendrán tribulación, pero ¡cobren ánimo! yo he vencido al mundo.” Luego oró extensamente con sus discípulos, después de lo cual partieron para el jardín de Getsemaní.—Juan 16:33–18:1.

      21, 22. ¿De qué manera no copiaron el ejemplo de Cristo los discípulos en el jardín de Getsemaní?

      21 En el jardín Jesús continuó orando a su Padre celestial, pidiendo Su guía y dirección. Antes de dejarlos para orar en privado, Jesús dijo a Pedro y a otros dos de sus discípulos: “Quédense aquí y manténganse alerta.” Pero, ¿lo hicieron? ¿Prestaron atención a las instrucciones de Jesús? El registro bíblico dice: “Vino y los halló durmiendo.” ¡Qué desilusión! Esta no era manera de prepararse para lo que encerraba el futuro. Entonces Jesús se dirigió a Pedro y dijo: “Simón, ¿duermes? ¿No tuviste las fuerzas para mantenerte alerta una sola hora? Varones, manténganse alerta y orando, para que no entren en tentación. El espíritu, por supuesto, está pronto, más la carne es débil.” (Mar. 14:32-38) Es verdad, era tarde, probablemente bien pasada la medianoche para entonces. La carne estaba cansada. No obstante, debían haber imitado el ejemplo de Jesús. Este era tiempo de prestar más que la atención acostumbrada a los asuntos espirituales. ¡La prometida descendencia de la mujer de Dios estaba a punto de ser magullada! ¡Qué trascendental ocasión!—Gén. 3:15; Gál. 3:16.

      22 Por lo tanto, ¿tomaron en serio Pedro y los otros discípulos el estímulo urgente de Jesús esta segunda vez? Dice el relato de Marcos: “Y de nuevo se fue y oró, diciendo la misma palabra. Y vino otra vez y los halló durmiendo, pues tenían los ojos cargados, de modo que no sabían qué contestarle.” (Mar. 14:39, 40) ¡Pedro y sus asociados no escucharon! Descuidaron el prestar atención a las instrucciones de Jesús. Antes de partir para orar por tercera vez, sin duda Jesús instó nuevamente a sus discípulos a mantenerse despiertos y a orar. ¡No obstante, una vez más no se hizo caso de su exhortación! Pues Jesús “vino la tercera vez y les dijo: ‘¡En una ocasión como ésta ustedes duermen y descansan! ¡Basta! ¡Ha llegado la hora! ¡Miren! El Hijo del hombre es traicionado en manos de los pecadores.’”—Mar. 14:41.

      23. (a) ¿Cuál fue sin duda un factor responsable de que los discípulos abandonaran a Jesús, y qué punto, por lo tanto, merece énfasis sobresaliente? (b) ¿Qué base hay para creer que Satanás está aun más activo hoy?

      23 ¿No es probable que esta condición letárgica, soñolienta, fuese un factor que hiciera que los discípulos unos instantes después abandonaran a Jesús y huyeran, tal como pronosticó la profecía que lo harían? (Mar. 14:50; Mat. 26:31; Zac. 13:7) Este punto merece énfasis sobresaliente: La preparación anticipada y el fortalecimiento espiritual son importantes para que el cristiano se enfrente con éxito a las pruebas de su fe. Esto es tan cierto ahora como lo fue entonces. Pues, hasta pudiéramos decir que estamos viviendo en tiempos en que Satanás está aun más activo. La profecía bíblica muestra sin lugar a dudas que recientemente, durante esta generación, él y sus demonios han sido arrojados del cielo, con las consecuencias que anunció la voz celestial: “Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” (Rev. 12:12) ¡Ahora mismo estamos en ese corto período de ayes! Satanás está haciendo cuanto puede para que los cristianos pierdan su equilibrio por medio de sacudirlos del favor de Dios.

      24. ¿Qué tienen que hacer todos los cristianos para mantener equilibrio?

      24 Por lo tanto, éste no es tiempo para permitir que nos sobrevenga un letargo espiritual. Es necesario que nos activemos espiritualmente, y nos preparemos para las pruebas de fe que nos esperan en el futuro inmediato. No asuma usted la actitud de que, debido a que ha sido un cristiano activo por tantos años, no hay peligro de que pueda perjudicarse su relación con Jehová Dios y así usted pierda su favor. No crea que puede faltar a las reuniones de congregación sin perjuicio propio, o no estar atento cuando se consideran asuntos espirituales. (Heb. 2:1; 10:24, 25) Todos tenemos que mantenernos alerta en cuanto a cosas espirituales, estudiando con regularidad la Palabra de Dios en privado y con compañeros cristianos, para mantener el debido equilibrio cristiano. Tampoco podemos desatender la oración. Una relación estrecha con Dios nutrida por comunicación regular con él es una necesidad absoluta para tener equilibrio. ¡Imite el ejemplo de Cristo! Aunque espiritualmente él fue la persona más fuerte que jamás ha andado en la Tierra, perseveró en la oración, y en particular durante aquella noche final de su vida humana. Para que nosotros mantengamos el equilibrio espiritual, es preciso que hagamos lo mismo.

      MANTENGA LA VISTA FIJA EN EL PREMIO

      25. ¿Qué le ayudó a Jesús a mantener equilibrio?

      25 Lo que ayudó a Jesús a mantener equilibrio espiritual fue el tener presente de manera preeminente el gozo de agradar a su Padre celestial y de recibir de Él el don de vida eterna. Por lo tanto se nos insta: “[Miren] atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2) Por eso, para mantener equilibrio, ¡siga el ejemplo de Jesús! ¡Mantenga la vista fija en el privilegio de honrar a su Creador y de recibir Su premio de la vida!

      26. ¿Por qué no siempre es fácil poner en primer lugar en nuestra vida los intereses de Dios?

      26 Sin embargo, es posible que no siempre sea fácil mantener los intereses de Jehová Dios, que es invisible, en primer lugar en nuestra vida. Esto especialmente es el caso cuando hay muchas atracciones visibles en este mundo. Por ejemplo, el dinero y las muchas cosas seductoras que éste puede comprar. A muchos cristianos les ha hecho perder su equilibrio un deseo no controlado de cosas materiales. (2 Tim. 4:10) No han imitado a Jesucristo, que siempre mantuvo en lugar preeminente los intereses de su Padre. De hecho, Jesús tan completamente relegó sus comodidades personales a un lugar secundario que en una ocasión dijo: “Las zorras tienen cuevas y las aves del cielo tienen donde posarse, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.”—Luc. 9:58.

      27. ¿Qué excelente ejemplo pusieron Moisés y David?

      27 El patriarca Moisés también puso un ejemplo excelente de mantener la adoración de Dios en primer lugar en su vida. Fue criado como hijo de la hija de Faraón, sin duda disfrutando de la magnificencia del palacio real de aquel poderoso gobernante antiguo. No obstante, Moisés optó por el vituperio como siervo de Jehová Dios en lugar de todos los tesoros de Egipto. ¿Por qué? El registro bíblico dice: “Porque continuó constante como si viera a Aquel que es invisible.” (Heb. 11:23-27) Sí, su atención estaba fija en su Dios invisible, Jehová. El mantener su relación apropiada con Jehová fue la causa del ejemplar equilibrio espiritual de Moisés. Reconoció con aprecio que todo pertenece a Jehová, y que los humanos solo pueden darle adoración y devoción a Él en cambio. Más tarde, el salmista David tuvo el mismo punto de vista equilibrado, y escribió: “He puesto a Jehová enfrente de mí constantemente.”—Sal. 16:8.

      28. ¿A qué exhortación final debemos prestar atención con diligencia?

      28 Para mantener el debido equilibrio cristiano, nosotros, también, debemos tener este punto de vista. Esto es especialmente cierto ahora cuando hay tantas atracciones materiales por todas partes. El atribuir demasiado valor a cualquiera de ellas puede hacer que uno pierda el equilibrio. Por eso, mantenga su vista fija en las cosas de arriba, en su Dios invisible, y no tenga como su interés principal las búsquedas materiales egoístas. (Col. 3:2) Sí, para mantener equilibrio cristiano y para conseguir el premio de la vida eterna, imite el ejemplo de Jesucristo, que le dejó a usted “dechado para que [siga] sus pasos con sumo cuidado y atención.”—1 Ped. 2:21.

      Fortifiquen su mente para actividad, manténganse completamente equilibrados y pongan su esperanza resueltamente en la bondad inmerecida que ha de ser traída a ustedes al tiempo de la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, dejen de amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia, sino, de acuerdo con el santo que los llamó, háganse ustedes mismos santos también en toda su conducta, porque está escrito: “Tienen que ser santos, porque yo soy santo.”—1 Ped. 1:13-16, NM, edición de 1950 en inglés.

  • Manteniendo equilibrio en las relaciones humanas
    La Atalaya 1969 | 15 de marzo
    • Manteniendo equilibrio en las relaciones humanas

      “El que ama a Dios esté amando también a su hermano.”—1 Juan 4:21.

      1. ¿Qué, además de amor a Dios, es esencial para el equilibrio cristiano, y cómo indicó esto el apóstol Juan?

      AUNQUE el rendirle adoración exclusiva a nuestro Padre celestial, Jehová Dios, es esencial para tener equilibrio cristiano, inseparablemente enlazado a tal devoción a Dios está el amor a nuestros semejantes, y especialmente a los que están relacionados con nosotros en la fe cristiana. (Gál. 6:10) Esto significa que también se necesita una relación apropiada con nuestros hermanos cristianos para mantener equilibrio cristiano. El apóstol Juan indicó esto muy directamente cuando escribió: “Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios,’ y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto. Y este mandamiento lo tenemos de él, que el que ama a Dios esté amando también a su hermano.”—1 Juan 4:20, 21.

      2. ¿Cuál es a menudo el punto de vista mundano en cuanto a las relaciones humanas, pero cuál debe ser la actitud del cristiano para con sus semejantes?

      2 ¿Qué, sin embargo, está envuelto en amar a los compañeros cristianos? ¿Cuál es la debida relación con ellos? ¿Cómo debemos considerar nuestra asociación de unos con otros en la congregación cristiana? Con frecuencia el punto de vista mundano es el ganarse amigos o asociados sobre la base de lo que puedan hacer para acrecentar el prestigio e imagen de uno. Es común que las personas mundanas se consideren superiores o más importantes que otros. Muchas veces su actitud es valerse de otros, defraudarlos o pisotearlos antes de que otros les hagan lo mismo a ellas. Pero, ¡cuán diferente es el punto de vista cristiano equilibrado! Note la exhortación inspirada de la Palabra de Dios: No hagan “nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad de mente que los demás son superiores a ustedes, no vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás. Retengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, quien, aunque existía en la forma de Dios, . . . se despojó a sí mismo y tomó la forma de esclavo.”—Fili. 2:2-7.

      3. ¿Cómo sería la vida si todos ejercieran la actitud que ejerció Cristo?

      3 ¡Considere cuán agradable sería la vida si todos vivieran en armonía con este consejo bíblico e imitaran el ejemplo de Jesucristo! No se codiciarían egoístamente las posesiones o habilidades de otros; no se trataría de eclipsar a otros, de probar que uno es mejor que ellos. Tampoco habría esfuerzos por exponer las faltas de otros, por desconcertar a otros o avergonzarlos. Es la actitud mundana egoísta de pensar demasiado de sí mismo, de buscar prominencia y preeminencia, lo que resulta en el desequilibrio y crea relaciones desagradables. Por lo tanto, es muy importante que los cristianos presten atención a este consejo apostólico:

      4, 5. ¿Qué consejo bíblico es importante que observemos? Pero ¿es siempre fácil hacerlo?

      4 “Cesen de amoldarse a este sistema de cosas, mas transfórmense rehaciendo su mente . . . Digo a cada uno que está allí entre ustedes que no piense más de sí mismo de lo que es necesario pensar . . . En amor fraternal ténganse tierno cariño los unos a los otros. En cuanto a mostrarse honra los unos a los otros lleven la delantera. Estén dispuestos para con otros del mismo modo que lo están para con ustedes mismos; no tengan la mente puesta en las cosas encumbradas, sino déjense llevar con las cosas humildes. No se hagan discretos a sus propios ojos.”—Rom. 12:2, 3, 10, 16.

      5 Sin embargo, se reconoce que es mucho más fácil hablar acerca de amar a nuestros hermanos, acerca de tener humildad de mente, acerca de no hacer nada movidos por espíritu de contradicción o egoísmo, acerca de considerar que los otros son superiores, que el comportarnos en armonía con estas instrucciones inspiradas. Aun a los apóstoles de Jesucristo por un tiempo les faltó bastante el equilibrio debido a tener un punto de vista impropio. Se manifestó esto de nuevo durante la última cena de la Pascua, que celebraron con Jesús en un cuarto de un piso superior en Jerusalén la noche del 14 de Nisán de 33 E.C.

      DISPUTA SOBRE QUIÉN ES EL MAYOR

      6. (a) ¿Qué disputa perturbadora se desarrolló entre los apóstoles de Jesús la noche de la Pascua de 33 E.C. y qué hizo surgir una controversia semejante unos días antes? (b) ¿Qué dijo Jesús en cuanto a la relación apropiada de sus seguidores entre unos y otros?

      6 Después de terminarse la cena del Señor, se desarrolló una controversia perturbadora entre los apóstoles sobre la cuestión de posición o rango, “sobre quién de ellos parecía ser el mayor.” (Luc. 22:24) Solo unos cuantos días atrás, cuando estaban a punto de ir a Jerusalén para la semana final del ministerio terrestre de Jesús tan llena de acontecimientos, había surgido este mismo asunto. En aquella ocasión la madre de los apóstoles Santiago y Juan vino a Jesús y pidió una posición prominente para sus hijos en su reino. “Cuando los otros diez oyeron de esto,” dice el registro bíblico, “se indignaron con los dos hermanos.” Sin embargo, Jesús intervino para calmar su ira indicando que el arreglo en la organización de Dios era totalmente diferente de aquel que conocían en el mundo. Las personas que ocuparan puestos responsables entre ellos, dijo Jesús, deberían ser siervos de sus semejantes. Sí, “el que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser esclavo de ustedes. Así como el Hijo del hombre no vino para que se le sirviera, sino para servir y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.”—Mat. 20:17, 20-28.

      7. ¿Qué dificultó el que los apóstoles comprendieran la importancia del consejo de Jesús?

      7 Pero, aparentemente los apóstoles no pudieron comprender lo que Jesús quiso decir con eso. Lo que él dijo evidentemente era tan nuevo y tan diferente de lo que estaban acostumbrados a ver practicado que no desarraigó de su mente la idea mundana. Mantuvieron un punto de vista falto de equilibrio de la relación entre unos y otros. Quizás pensaron en el tiempo en que gobernaban los reyes israelitas de la línea de David, y asumieron que el rey mesiánico Jesucristo igualmente tendría un gobierno terrestre con hombres de posición y rango encumbrados. Quizás hayan tenido ambiciones personales de servir en aquellas capacidades oficiales encumbradas. Por eso, después de haberse instituido la cena del Señor, registra el discípulo Lucas que “también se suscitó entre ellos una disputa acalorada sobre quién de ellos parecía ser el mayor.”—Luc. 22:24.

      8. (a) ¿Cómo debe haber afectado a Jesús esta disputa? (b) ¿Qué ilustra?

      8 Note que ésta no fue simplemente una controversia menor; más bien, fue una “disputa acalorada.” El asunto evidentemente era algo en que habían estado pensando los apóstoles, y ahora estalló en un argumento grande. ¡Cómo debe haber contristado esto a Jesús! ¡Después de todos los meses que había estado con ellos y les había puesto un ejemplo de humildad! ¡Y ahora, en un tiempo como éste, tener tales altercaciones! Esta era la última noche de la vida terrestre de Jesús, cuando se proponía dar a los apóstoles palabras de despedida de instrucción y estímulo. Sin duda las referencias de Jesús al reino de Dios aquella noche colocaron la base para este argumento entre los apóstoles. Esto simplemente ilustra cuán profundamente arraigado puede estar dentro de los hombres imperfectos el deseo de distinción, de tener puestos prominentes y prestigio.

      CONSEJO Y EJEMPLO AMOROSOS DE JESÚS

      9. ¿Cómo trató esta disputa Jesús?

      9 ¿Cómo trató esta disputa Jesús? ¿Corrigió severamente a sus discípulos? ¿Los humilló con crítica severa? No, sino que amorosamente, y sin duda con un tono suplicante en su voz, pacientemente les indicó de nuevo que el arreglo cristiano era totalmente diferente del arreglo del mundo. Dijo: “Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y a los que tienen autoridad sobre ellas se les llama Benefactores. Ustedes, sin embargo, no han de ser así. Antes el que sea mayor entre ustedes hágase como el más joven, y el que actúe como principal como el que sirve.” Entonces Jesús les preguntó: “Porque, ¿cuál es mayor, el que se reclina a la mesa o el que sirve?” Obviamente aquel que se reclina a la mesa y al que se le sirve es al que se considera el mayor. Sin embargo, indicó Jesús: “Mas yo estoy en medio de ustedes como el que sirve.”—Luc. 22:25-27.

      10. ¿Qué preguntas surgen en cuanto a si los apóstoles comprendieron las palabras de Jesús o no?

      10 ¿Comprenderían esta vez lo que Jesús les estaba enseñando? ¿Podrían comprender a grado cabal que todos los cristianos son hermanos, y que aquel que recibe responsabilidades más pesadas en la organización cristiana debe ser como el “más joven,” teniendo humildad de mente y considerando que los otros son superiores a él? (Mat. 23:8-12) ¿Apreciarían que en la organización cristiana habría una inversión completa del procedimiento que generalmente se observa en el mundo? Los discípulos aceptaban el hecho de que Jesús era su maestro y caudillo, realmente el mayor entre ellos; no había ninguna disputa en cuanto a eso. Pero un poco antes en aquella noche Jesús había lavado los pies de sus discípulos. (Juan 13:1-12) ¡Jesús allí realmente estuvo sirviéndoles!

      11. ¿De qué manera sirvió Jesús a sus seguidores?

      11 Cuando Jesús indicó: “Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve,” evidentemente no estaba refiriéndose simplemente al hecho de que les servía de manera espiritual, como su maestro. No, sino que Jesús realmente les atendía y les servía también de manera física, participando en actividad que comúnmente se reservaba para personas de menos importancia. Pero en aquel día final con ellos en la carne, Jesús envió a Pedro y a Juan delante de él a Jerusalén, “y prepararon las cosas para la pascua.”—Mat. 26:17-19; Luc. 22:7-16; Mar. 14:12-18.

      12. Antes de esta disputa y de sus palabras de consejo, ¿de qué manera significativa sirvió Jesús a los doce apóstoles?

      12 El apóstol Juan, que fue testigo presencial de los acontecimientos de aquella noche, describe lo que sucedió allí: Jesús “se levantó de la cena y puso a un lado sus prendas exteriores de vestir. Y, tomando una toalla, se ciñó. Después de eso echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido.” (Juan 13:2-5) ¿Se puede usted imaginar eso? ¡El que Jesús realmente pasara de uno a otro de sus apóstoles, se arrodillara delante de ellos, les lavara los pies y se los secara! ¡Hasta los de Judas Iscariote!

      SIGNIFICADO DE SU ACTO

      13. ¿Qué ejemplos bíblicos ilustran la costumbre antigua de lavarle los pies a otra persona, y a quién por lo general se le asignaba esta tarea?

      13 El lavarle los pies a otra persona en aquellos tiempos no era en sí una cosa rara. En los países orientales los caminos con frecuencia eran polvorientos, y puesto que la gente por lo general usaba sandalias o andaba descalza, se les ensuciaban los pies. Por eso cuando entraba en una casa, era una muestra de hospitalidad de parte del anfitrión el hacer que le lavaran los pies a su visitante. Tanto Abrahán como Lot extendieron esta hospitalidad a extraños, que resultaron ser ángeles materializados. (Gén. 18:4; 19:2; Heb. 13:2) Pero un fariseo que agasajó a Jesús desatendió esta acción. (Luc. 7:44) Se consideraba que esta tarea estaba entre las más serviles, y por lo general se le asignaba al criado ínfimo de la casa. Así, la joven Abigaíl mostró verdadera humildad cuando, dirigiéndose a los siervos de David, dijo: “Aquí está tu esclava como sierva para lavar los pies de los siervos de mi señor.”—1 Sam. 25:41; 1 Tim. 5:10.

      14. ¿Por qué, en esta ocasión, lavó Jesús los pies de sus apóstoles? Pero, ¿cómo reaccionó al principio Pedro?

      14 Para asegurar que entendieran perfectamente bien su instrucción, Jesús optó por desempeñar este servicio sumamente servil y no obstante necesario. Comenzó a lavar los pies de sus apóstoles. El apóstol Pedro no entendió por qué Jesús hacía esto, y por eso se opuso a que su Amo actuara como un esclavo tan servil al servirle a él. Pero Jesús le dijo a Pedro: “Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo entenderás después de estas cosas.” Entonces, cuando hubo terminado de lavarles los pies y se hubo puesto de nuevo sus prendas exteriores de vestir y recostado a la mesa, les explicó:

      15. ¿De qué manera explicó Jesús por qué les lavó los pies a sus seguidores?

      15 “¿Saben lo que les he hecho? Ustedes me llaman: ‘Maestro,’ y, ‘Señor,’ y hablan correctamente, porque lo soy. Por eso, si yo, aunque soy Señor y Maestro, les lavé los pies a ustedes, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Porque yo les puse el modelo, que, así como yo hice con ustedes, ustedes también deben hacerlo. Muy verdaderamente les digo: El esclavo no es mayor que su amo, ni es el enviado mayor que el que lo envió. Si saben estas cosas, felices son si las hacen.”—Juan 13:6-17.

      16. ¿Qué lección estaba enseñando Jesús mediante este acto?

      16 ¡De qué manera admirable inculcó Jesús en sus apóstoles la necesidad de tener humildad de mente! ¡Cuán eficazmente les mostró que no debían aspirar a posiciones de honor y prestigio, sino que debían estar anuentes a desempeñar los servicios más humildes entre unos y otros! Jesús no instituyó allí un ritual de lavar los pies, cosa que se ha practicado con mucha hipocresía en ciertas religiones de la cristiandad. No, sino que les estaba enseñando una actitud de la mente... una actitud de humildad, una actitud de interesarse en otros y de estar dispuestos a llevar a cabo de buena gana las tareas más serviles a favor de sus hermanos. Esta es la actitud equilibrada que deben mantener los cristianos unos para con los otros.

      17. ¿Qué evidencia hay de que los apóstoles entendieron perfectamente bien la instrucción de Jesús?

      17 Pedro y los otros apóstoles entendieron perfectamente bien el propósito. (1 Ped. 3:8) Fue una lección que aprendieron cabalmente los fieles, pues el registro bíblico revela que mantuvieron este punto de vista equilibrado y trabajaron juntos en unidad para edificar la congregación cristiana. Ninguno de ellos se esforzó ambiciosamente por conseguir prominencia o prestigio. De hecho, unos años después cuando surgió la cuestión polemística de la circuncisión, “los apóstoles y los hombres de mayor edad se reunieron” en Jerusalén y la consideraron de manera ordenada. Y evidentemente no fue uno de los apóstoles quien presidió, sino el discípulo Santiago, hermanastro de Jesús.—Hech. 15:6-29; 12:1,2.

      UN NUEVO MANDAMIENTO

      18. ¿Cómo llamó de nuevo la atención más tarde Jesús al ejemplo que les había puesto a sus seguidores?

      18 Más tarde, después de lavarles los pies a sus apóstoles y de despedir a Judas Iscariote, Jesús de nuevo llamó atención al ejemplo que había puesto, diciendo a los once restantes: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.” (Juan 13:34, 35) Como judíos circuncisos bajo el pacto de la Ley, los apóstoles ya estaban bajo el mandato de amar a su prójimo como a sí mismos. (Mat. 22:39; Lev. 19:18) Pero ahora Jesús dijo que sus seguidores verdaderos serían reconocidos por demostrar un amor más extenso, superior... imitando el ejemplo que él les puso.

      19. ¿Qué ejemplo singular de demostrar amor puso Jesús?

      19 Jesús de veras puso un ejemplo singular tocante a mostrar amor. Incansablemente se gastó en servir a otros, considerando los intereses de ellos antes que los de él. Debido a absorberse completamente en ayudar a la gente en el camino que lleva a la vida a menudo sacrificó las comodidades normales a las cuales están acostumbrados los humanos. (Luc. 9:58) Esto fue demostrar amor a un grado mayor que el amor al prójimo que requería el pacto de la Ley. Usted recordará que, cuando los dos apóstoles persuadieron a su madre a pedir a favor de ellos puestos principales en el Reino, Jesús dijo: “Porque aun el Hijo del hombre no vino para que se le sirviese, sino para servir [a otros] y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (Mar. 10:35-45; Mat. 20:20-28) Jesús nunca buscó autoglorificación, sino que humildemente sirvió a sus seguidores, hasta que finalmente se humilló al grado de dar su vida a favor de ellos. ¡Qué amor superior, ejemplar!—Fili. 2:8; Juan 15:12, 13.

      20. ¿Cómo afectará a nuestra relación con nuestros hermanos cristianos el imitar el ejemplo de Jesús de mostrar amor?

      20 Como cristianos, estamos obligados a copiar este ejemplo de Jesús. No solo tenemos que amar a Jehová Dios como él lo hizo, sino también tenemos que imitar el amor altruista que él mostró a sus seguidores. (1 Juan 4:20, 21) ¿Tiene usted amor de la clase que él demostró? ¿Entregaría usted su vida por sus compañeros cristianos? Es verdad, posiblemente no se nos pida que sacrifiquemos literalmente nuestra vida a favor de ellos, pero nuestro amor tiene que ser de tal calidad que lo haríamos de buena gana si surgiera la necesidad. “Nosotros estamos obligados a entregar nuestras almas por nuestros hermanos,” explicó el apóstol Juan. (1 Juan 3:16; Rom. 16:3, 4) Piense ahora: Si tenemos ese grado de amor, ¿no debemos estar dispuestos a servir humildemente en el interés de nuestros hermanos? ¿No debemos ser tiernos, bondadosos y considerados para con estos por quienes de buena gana entregaríamos nuestras almas? ¿No fue esto una lección que Jesús se esforzó por inculcar en sus seguidores?

      REHACIENDO LA MENTE

      21. ¿Por qué es preciso que los cristianos se transformen rehaciendo su mente?

      21 ¡Cuán evidente es que para mantener una relación apropiada con sus hermanos cristianos uno tiene que ‘cesar de amoldarse a este sistema de cosas, mas transformarse rehaciendo su mente’! (Rom. 12:2) La actitud mental del cristiano es muy diferente de la actitud de la gente mundana. ¡Cuán común es que personas que tienen educación especial, como el clero, los médicos, científicos o abogados, tengan una actitud de superioridad y piensen que son mejores que otros! Lo mismo aplica a personas que tienen talentos especiales, como las personalidades de los deportes o de la cinematografía, o los que poseen atributos de notable belleza física o inteligencia excepcional. La admiración que reciben éstos con frecuencia hace que tengan un estado de ánimo de quien se considera superior. Pero recuerde que la actitud del cristiano equilibrado es la de estar “considerando con humildad de mente que los demás son superiores a ustedes.”—Fili. 2:3.

      22. ¿Qué significa tener humildad de mente y considerar que otros son superiores a uno?

      22 Sin embargo, ¿qué significa tener humildad de mente y considerar que otros son superiores a uno? No significa, por ejemplo, que un violinista experto piense que un compañero que jamás ha tocado ese instrumento puede tocarlo mejor que él. Obviamente no se trata de esto. Muchas personas han recibido entrenamiento o tienen talentos que las hacen sobresalir entre otros que no han recibido entrenamiento semejante ni poseen talentos comparables. Pero esto no los hace personas superiores. Tampoco debe hacerlos altivos, de modo que consideren que otros son inferiores a ellos. La Biblia se refiere aquí a la actitud mental de uno, y la actitud mental sincera del cristiano debe ser la de que otros son superiores a él. Nunca debe pensar que de alguna manera es una persona superior, y que por lo tanto otros deben servirle. Sin duda no hubo una actividad en la que los apóstoles de Jesús pusieran la mano o mente que Jesús no pudiera haber hecho muchísimo mejor. No obstante, Jesús humildemente les sirvió, ¡hasta arrodillándose y lavándoles los pies!

      23. ¿De qué manera son diferentes de muchas personas del mundo los cristianos que tienen un punto de vista equilibrado?

      23 ¡Cuán refrescantes y agradables son los que verdaderamente demuestran esta actitud de humildad de mente! ¡Qué excelente punto de vista equilibrado tienen éstos tocante a su relación con sus hermanos cristianos! Son completamente diferentes de las personas de este sistema de cosas. El solo hecho de que algunos quizás tengan más dinero o más posesiones materiales no los hace pensar que deben recibir consideración especial por encima de las personas de menos recursos. Reconocen que el dinero no los hace personas superiores, y obran de acuerdo con esto. (1 Tim. 6:17) Así mismo, personas que pertenecen a una raza o nacionalidad en particular comprenden que esto de ninguna manera las hace superiores a otros. Por lo tanto, siguen teniendo humildad de mente, considerando sinceramente que hasta personas de una raza o nacionalidad menos popular son superiores a ellas.—Rom. 10:12.

      24, 25. ¿Quiénes especialmente deben llevar la delantera en ejercer amor y demostrar humildad de mente?

      24 Este mismo estado de ánimo de humildad es algo que especialmente deben ejercer los que han sido nombrados superintendentes, siervos ministeriales y otros que disfrutan de privilegios especiales de servicio en la organización cristiana. Es verdad que a otros de la congregación se les insta a cooperar con tales individuos e imitar su fe, pero ninguno de estos que lleva la delantera jamás debe pensar que es superior porque preside en las reuniones, posiblemente tenga mayores habilidades para discursar u organizar, o pueda dedicar más tiempo al servicio de Jehová. (Heb. 13:7, 17) Note que después de instar a los hombres más jóvenes a estar en sujeción a los hombres de mayor edad que son responsables de pastorear el rebaño de Dios, el apóstol Pedro mandó: “Todos ustedes cíñanse con humildad de mente los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.” (1 Ped. 5:5) Ninguno está omitido. Todos, incluso el que lleva la delantera, han de ceñirse con humildad de mente. “Estén en sujeción los unos a los otros en temor de Cristo,” manda la Biblia.—Efe. 5:21.

      25 De hecho, el superintendente debe ser el que ponga el ejemplo tocante a ser humilde y tocante a tener humildad de mente. Eso es lo que hizo el Pastor Excelente Jesucristo. No escatimó esfuerzo para inculcar mediante ejemplo la necesidad de que sus seguidores tengan amor y humildad. Así, también, debe tenerlos el superintendente. No es capataz, sino siervo de sus hermanos. (Mat. 20:25-27) Esto es algo importante que él debe recordar. Sí, es un asunto que todo cristiano debe aprender bien, porque para mantener equilibrio en nuestra relación de unos con otros, es preciso que estemos amando a nuestros hermanos y jamás pensemos que somos superiores a ellos.—1 Juan 4:21; Fili. 2:2-4.

      26. ¿Cuál es un verdadero aliciente para mantener equilibrio cristiano ahora?

      26 Mirando adelante, ¡piense en el tiempo cuando todos los que vivan en la Tierra tengan esta misma actitud mental refrescante! ¡Qué agradable lugar será éste en el cual vivir! Entonces todos los que vivan estarán vestidos perfectamente de los “tiernos cariños de compasión, de bondad, humildad de mente, apacibilidad,” y especialmente de amor. (Col. 3:12-14) Sí, todos amarán a Jehová Dios con todo su corazón, mente, alma y fuerzas; y amarán a sus hermanos con un amor semejante al de Cristo. ¡Qué magnífico aliciente para mantener equilibrio ahora, a fin de vivir entonces!

      [Ilustración de la página 182]

      Jesús enseñó humildad a su apóstoles

  • ‘Sufriendo el mal como soldado de la clase correcta’
    La Atalaya 1969 | 15 de marzo
    • ‘Sufriendo el mal como soldado de la clase correcta’

      Según lo relató Gerhard Oltmanns

      ‘A TODA costa obedeceremos las leyes de Dios aunque esto signifique perder la vida y continuaremos reuniéndonos para adorar. Si su gobierno nos oprime tendrá que rendirle cuentas al Dios Todopoderoso.’ Estos fueron los pensamientos de conclusión de una resolución que se recibió en la Cancillería del Tercer Reich el 7 de octubre de 1934. Centenares de copias del mismo mensaje vinieron de congregaciones de los proscritos “estudiantes sinceros de la Biblia,” conocidos en otros países como testigos de Jehová.

      Nunca olvidaré ese día, porque a las diez de la mañana nos habíamos reunido para orar, y luego, después de tratar sobre ello, resolvimos unánimemente enviar este mensaje al gobierno de Hitler. Jamás podríamos seguir a Hitler como caudillo, ni reconocerlo como tal, porque ya habíamos emprendido el ser ‘excelentes soldados de Jesucristo,’ el genuino “caudillo y comandante a los grupos nacionales” dado por Dios. (2 Tim. 2:3; Isa. 55:4) Para mí especialmente fue una ocasión conmovedora.

      Pues, me había puesto en contacto por primera vez con los estudiantes de la Biblia en mayo de 1924. Sucedió cuando estaba ayudando a uno de mis compañeros de trabajo a mudarse a otra casa. Me topé con una mandolina vieja, y sin ningún motivo en absoluto me puse a rasguear en ella en tono bajo el himno antiguo: “Alabad al Señor, Poderoso Rey de gloria.” Eso bastó. Pronto nos enfrascamos en una seria consideración de la Biblia, porque el

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