El aumento del desafuero... ¿Por qué?
JESUCRISTO, el Hijo de Dios, dio una profecía notablemente detallada por medio de la cual pudiéramos identificar el tiempo en que el inicuo sistema de cosas que por largo tiempo ha dominado a esta Tierra sería traído a su fin. Conocida como “la señal” de la presencia de Cristo, esta profecía consta de muchos rasgos, uno de los cuales es “el aumento del desafuero.”—Mat. 24:12.
¿Cuadra la descripción que dio Cristo con la tendencia actual del desafuero? ¿Hay buena razón para creer que ha llegado el tiempo en que Dios intervendrá en los asuntos del hombre y hará que prevalezca la justicia?
¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO EN REALIDAD?
Cuando se menciona un aumento del desafuero, quizás algunas personas recuerden informes que dicen que ya no está aumentando tan aceleradamente y quizás hasta esté disminuyendo. Según un informe reciente, durante 1972 se informó que hubo en los Estados Unidos una disminución de casi 2 por ciento en el crimen grave, la primera disminución en diecisiete años. Pero realmente este informe suministra poco motivo para consuelo. ¿Por qué? Porque los informes muestran que la cantidad de crímenes que se caracterizan por más violencia aumentaron muchísimo. Así es que durante esos mismos ocho meses, el asesinato aumentó 9 por ciento, el acometimiento grave y la violación 8 por ciento cada uno. Y ésta es la clase de desafuero que teme más la gente, debido a su malignidad. Además, la “disminución” en los crímenes que no se consideran tan graves no necesariamente se debió a que se hubieran cometido menos crímenes. Más bien, algunas autoridades creen que simplemente se debe a que se informaron menos crímenes.
El hecho de que el crimen todavía está aumentando se hace patente por la manera en que ha afectado la vida cotidiana. Un profesor de psicología de la Universidad de California dijo recientemente: “Al principio la gasolinera no aceptaba dinero en efectivo después de las diez [en punto]. Luego los conductores de autobuses dejaron de dar cambio a cualquier hora. Las compañías de taxis instalaron vidrio a prueba de balas [entre los conductores y sus pasajeros] . . . El mercado de artefactos para protección doméstica está en auge. Hay botones para llamar a la comisaría, ventanas con instalaciones eléctricas que van a dar a timbres de alarma y sistemas de radar domésticos; nuevos multifamiliares se jactan de guardas de seguridad durante las veinticuatro horas del día. . . . Hay cámaras de TV en todas partes,” para observar a rateros de tiendas, promotores de drogas y ladrones de bancos. Según eso, ¿le parece a usted que el crimen estuviera disminuyendo?
Y eso no es todo. ¿Qué hay de los artefactos contra robo de su automóvil? ¿de las cerraduras de su casa? ¿de la aprensión que le impide disfrutar de un parque? ¿del temor que le impide salir para pasearse solo de noche?
El crimen está desenfrenado en todas partes... en los negocios, en el gobierno, en las calles, en las escuelas y, muy a menudo, invade el hogar. No está circunscrito a unas cuantas naciones; afecta a todas, y gravemente. Si los acontecimientos de nuestro día no cumplen “la señal” que dio Jesús, ¿qué más se necesita?
¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?
“Pero ¿por qué hay aumento del desafuero?” Esa es la pregunta que se está haciendo en todas partes.
Sin duda muchos factores contribuyen a ello. Algunos culpan al sistema de prisiones moderno, que muy a menudo parece endurecer en vez de reformar a los transgresores. Otros culpan a los jueces, diciendo que muchos de ellos son demasiado clementes.
Entre otras cosas que contribuyen al aumento del desafuero está la corrupción en el gobierno. También, las películas y los programas de TV estimulan al desafuero haciendo héroes de criminales y de otros personajes sin conciencia.
Sin embargo, ¿pudiera ser que todos esos factores simplemente sean las llagas supurantes, por decirlo así, del problema, y que las causas del aumento del desafuero están arraigadas mucho más profundamente? Un investigador de crímenes para el Senado de los Estados Unidos señala con especialidad tres causas básicas: el hogar, las escuelas y las iglesias.
La Biblia sondea aun más profundamente. Identifica a Satanás el Diablo como el delincuente principal. Quizás algunos se mofen. Pero las explicaciones que ellos ofrecen de las condiciones presentes no bastan para explicar el tremendo ascenso del desafuero. La Biblia, por otra parte, hace mucho marcó con exactitud a esta generación como la que experimentaría estas cosas.a Ha resultado tener razón en eso. También identifica a Satanás el Diablo como el principalmente responsable del ay aumentado, pues Satanás está enfurecido porque sabe que su tiempo es corto. Hay toda razón para creer lo que dice la Biblia en cuanto a esto.—Rev. 12:9-12.
LA RESPONSABILIDAD DE LAS IGLESIAS
Ante esto, algunas personas posiblemente hayan esperado que las iglesias fuesen una fuerza que contrapesara la tendencia desaforada. Pero ha sucedido exactamente lo contrario.
Cuando fue entrevistado sobre la situación del crimen, el senador John McClellan dijo: “A juicio mío, algunas iglesias ya no exigen hoy una norma verdaderamente elevada de integridad y moralidad. No tienen los mismos ideales del modo de vivir cristiano que se observaban y se practicaban en el pasado.” Y cuando se le preguntó si éste era un factor en el aumento del crimen, contestó: “No hay duda en cuanto a ello.”—U.S. News & World Report.
Sin embargo, la influencia no ha sido simplemente pasiva, simplemente asunto de negligencia. En casos que han recibido extensa publicidad líderes religiosos han dado a otros un ejemplo corruptor. Así sucede que la esposa del difunto Paul Tillich, en una autobiografía de su vida con este eminente teólogo protestante, habla de los muchos amoríos adúlteros que tuvo él con otras mujeres. Sin embargo en el mundo religioso era admirado.
Públicamente, desde sus púlpitos y en artículos impresos, los clérigos han socavado el respeto a los elevados principios morales que se manifiestan en la Biblia. ¿Cómo así? En que han desacreditado como mito los relatos bíblicos de la creación, del Diluvio y de la destrucción de Sodoma y Gomorra, mientras que apoyan la evolución, que no sabe nada de moralidad. Y, obviamente, cuando la gente llega a considerar una parte de la Biblia como ficción, ¿cuán seriamente va a tomar el resto de ella?
Estas cosas son significativas, especialmente tomando en cuenta el hecho de que Jesucristo, en su profecía acerca de nuestro día, enlazó la actividad de “falsos profetas” con el “aumento del desafuero.” (Mat. 24:11, 12) Al permitir que el orgullo los haga poner su propia opinión adelante de la Palabra de Dios, dejan que el Diablo los use, y así contribuyen a las condiciones duras sobre la humanidad.
Los clérigos también han contribuido al aumento del desafuero al rechazar la enseñanza del reino de Dios a favor de un “evangelio social.” Es interesante que el famoso escritor inglés H. G. Wells hizo notar este hecho: “Notable es la enorme prominencia que dio Jesús a la enseñanza de lo que él llamó el Reino del Cielo, y la insignificancia que se le atribuye en comparación en el procedimiento y enseñanza de la mayoría de las iglesias cristianas.”—The Outline of History.
Debido a que no cifran su confianza en que el reino de Dios producirá una condición de justicia y rectitud en la Tierra, el clero, tanto católico como protestante, se ha mezclado en la política y se ha sentido libre para recurrir a la violencia y para ayudar e instigar a otros a actos de violencia sobre la premisa de que el fin justifica los medios. Pero, ¿suman dos males un bien? Jesús advirtió a sus seguidores que no recurrieran a la violencia y pronunció felices a los que son pacíficos.—Mat. 5:9; 26:52.
¿Qué es el derramamiento de sangre en Irlanda sino el resultado de mezclarse la religión en la política? Y uno de los ejemplos más recientes envuelve a algunos de los clérigos en Chile, varios de los cuales fueron expulsados de ese país. Como se quejó uno de su grupo: ‘Ellos [el nuevo gobierno militar] nos hacen responsables de introducir el marxismo y la lucha de clases en el país.’ Sea que reconozcan que la acusación es cierta o no, ¿puede negar honradamente el clero que ha estado envuelto en la política en vez de predicar el reino de Dios? Es por tales actividades que se han expuesto a la acusación que se les ha imputado.
Sea que hombres prominentes con su orgullo aboguen por él o no, el reino de Dios es la provisión del Creador para eliminar el desafuero de la Tierra. Tranquilizadoramente la Palabra de Dios dice: “Solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será . . . Espera en Jehová y guarda su camino, y él te ensalzará para tomar posesión de la tierra. Cuando los inicuos sean cortados, tú lo verás.”—Sal. 37:10, 34.
En ese nuevo orden, que ya se ha acercado, “la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13) No habrá necesidad de cerraduras en su hogar. Siempre que alguien se acerque, usted podrá confiar en que podrá extenderle la bienvenida como amigo. Libre de temor, podrá pasearse solo, si desea hacerlo, aun de noche, para disfrutar del sonido de los grillos y la belleza de los cielos estrellados. Habrá verdadera seguridad en toda la Tierra. El Creador del cielo y de la Tierra lo ha prometido.
Pero, ¿estará usted allí? Ahora es el tiempo para aprender los requisitos de Jehová y poner su vida en armonía con ellos. A los testigos de Jehová les dará gusto ayudarle a usted.
[Nota]
a Para los detalles, vea el libro God’s Kingdom of a Thousand Years Has Approached.
[Ilustración de la página 419]
El temor hace que la gente viva detrás de puertas cerradas con llave
[Ilustración de la página 421]
¡Qué magnífico será cuando no se necesiten cerraduras, cuando a todos se les pueda recibir como amigos!