¿Qué impide el que usted se bautice?
¿HA ESTADO usted estudiando la Biblia con un testigo de Jehová por algún tiempo? ¿Ha quedado convencido de que lo que está aprendiendo es la verdad? ¿Se asocia con los Testigos en sus Salones del Reino, y, a medida que tiene la oportunidad, les dice a otros lo que aprende? Pero ¿ha dejado usted hasta ahora que algo le impida bautizarse?
Es probable que haya asistido a una de las 140 asambleas “Victoria Divina” que se celebraron durante parte de 1973 y parte de 1974. En éstas, un total de 81.830 estudiantes de la Biblia se aprovecharon de la oportunidad de bautizarse. Este año se celebrarán aun más asambleas de distrito, unas sesenta en tan solo los Estados Unidos. En cada una de éstas volverá a haber oportunidad de que personas como usted mismo se bauticen... en la mayoría de los casos, el viernes por la mañana incluido en las fechas de la asamblea.
Es cierto, el que usted se bautice no será un caso de seguir el derrotero del menor esfuerzo. Quizás haya obstáculos en su camino. Pero nada que vale la pena viene fácilmente. El vencer los obstáculos demostrará la sinceridad de su creencia. ¿Es usted anciano, entrado en años? La vejez no impidió que una rusa de noventa y cinco años, junto con su hija de sesenta y dos años, se bautizara en el Estadio Yankee el año pasado. Tampoco impidió que otra persona de ochenta y cinco años se bautizara junto con su nieto de dieciséis años.
O ¿tiene usted oposición de familia? Muchos han vencido también este obstáculo. Así sucede que una señora prosiguió con planes para bautizarse aunque su esposo la amenazó con divorciarse de ella si lo hacía. Como último recurso, la llevó a ver a un sacerdote jesuita. El sacerdote le dijo: ‘Los Testigos aman a Dios un poco más que nosotros, por eso no se meta con su esposa.’ El sacerdote también le dijo: ‘Si usted se divorcia de su esposa realmente no es cristiano.’ El resultado fue que el esposo declaró: “Aguantaré la situación, pero no cambiaré mi religión.” Entre otros bautizados en estas asambleas estuvo un esposo que, en una ocasión, había amenazado con matar a su esposa si se hacía Testigo. El que ella no se retuviera con temor resultó en que él se bautizara, solo un año después de haberlo hecho ella.
¿Parece que un impedimento físico lo detiene de bautizarse? Bueno, más de un candidato en silla de ruedas fue bautizado en una de estas asambleas pasadas, siendo metidos y sacados del agua en peso. Uno de éstos fue un joven que estaba paralizado de la cintura para abajo, debido a una herida de bala que recibió en una ocasión de parte de su propia madre cuando él trataba de matarla con un cuchillo mientras estaba bajo la influencia de drogas. La parálisis cerebral no impidió que una madre de tres hijos se bautizara, tampoco impidió la ceguera que un conductor de camiones jubilado de setenta y dos años simbolizara su dedicación mediante bautismo.
Tal como el oficial del ejército gentil Cornelio aceptó el cristianismo y fue bautizado en el primer siglo, así en este siglo veinte varios hombres de lo militar pidieron su baja de las fuerzas armadas para poder bautizarse, en armonía con Isaías 2:4. Uno de éstos fue un sargento maestro al que solo le faltaban cuatro meses de servicio para poder jubilarse con una pensión excelente, otro soldado después de haber servido diecisiete años, y otro después de haber servido veinte años pidieron su baja y se bautizaron.
¿Qué hay de sus antecedentes religiosos? ¿Hacen que usted vacile? Entonces considere lo que otros han hecho. Una anteriormente devota católica, que había sido criada en un convento, se bautizó en una asamblea el año pasado. También, un señor que por años había enseñado religión en una escuela católica se bautizó; otro que había sido predicador bautista; y una señora que había ejercido la medicina india. Aún otros habían sido “fenómenos de Jesús,” ateos, budistas, practicantes de yoga, de espiritismo, etcétera. Hubo algunos que anteriormente habían hecho del dinero su dios, habían acumulado gran riqueza o ambicionaban llegar a ser millonarios.
¿Ha tenido usted un problema moral en el pasado? Muchos otros han vencido estos problemas a fin de bautizarse. Muchos habían pertenecido a bandas de motocicletas notorias como “Los ángeles del infierno,” otros habían sido hippies promiscuos, muchos habían sido aficionados a las drogas, algunos hasta vendedores de ellas, otros habían sido alcohólicos desde su juventud. Una había sido muchacha go-go, otra, bailarina de flamenco español cuyo trabajo requería el seducir a hombres en un cabaret. Otros habían vivido en fornicación o eran bígamos. Algunos habían sido ladrones con escalo y estafadores. Y la mayoría de éstos también habían estado esclavizados al hábito del tabaco, el cual tuvieron que vencer, pero no con poco esfuerzo. Esto hace recordar lo que escribió el apóstol Pablo. Después de enumerar varios vicios que impiden que la gente entre en el reino de Dios, concluye con el comentario: “Sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran.” Pero lo mismo que aquellos cristianos corintios del primer siglo, éstos que fueron bautizados en una de las asambleas “Victoria Divina” tuvieron que hacer un cambio radical en su modo de vivir, y ahora se regocijan en su servicio dedicado a Jehová Dios.—1 Cor. 6:9-11.
Usted entiende, por supuesto, que uno no llena los requisitos para el bautismo de la noche a la mañana, por decirlo así. Usted no debe bautizarse impulsivamente debido a oír algún llamamiento elocuente por un orador emocional. No, usted primero tiene que adquirir conocimiento de Jehová Dios y de Jesucristo por un período de tiempo. Tiene que aprender que Jehová es el único Dios verdadero, el Creador y Sustentador del universo, y que su Hijo Jesucristo murió por los pecados de usted a fin de que pudiera conseguir vida eterna.—Juan 17:3.
Este conocimiento trae consigo una invitación a arrepentirse, cambiar su actitud para con su derrotero pasado. Es preciso que sienta profundo pesar y por eso deje de ir por el derrotero incorrecto, egoísta. Tiene que rechazarlo y resolverse a emprender un derrotero correcto; el arrepentimiento verdadero envuelve tanto un cambio de parecer o punto de vista como un cambio de corazón, de sentimiento y de motivo. Sin embargo, se necesita este arrepentimiento tocante a más que tal inmundicia como inmoralidad sexual, y afición a las drogas y al tabaco. Uno tiene que rechazar también una actitud y modo de vivir egoístas, egocéntricos, porque eso también es pecado.
Tal arrepentimiento genuino lleva a la conversión, a volverse e ir en la dirección contraria. Ahora uno se interesa en lo que Dios manda y lo que Dios le prohíbe hacer, y se esfuerza por poner su vida en armonía con los requisitos de Dios para uno. Si usted ha venido hasta aquí está en posición de hacer una dedicación válida de usted mismo para hacer la voluntad de Dios y seguir en los pasos de Jesucristo y ser bautizado. Sí, Jesús ahora lo invita: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo.”—Mat. 16:24.
Si no hay nada serio que impida el que usted se bautice, como falta de conocimiento básico de la voluntad de Dios para usted, o un modo de vivir que no esté en armonía con los principios bíblicos, pero usted profesa amar a Dios y sin embargo se retrae del bautismo cristiano, realmente su proceder es contradictorio. ¿Por qué? Porque el bautizarse es un mandato: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.” (Mat. 28:19, 20) Así mismo el apóstol Pedro mandó a los judíos arrepentidos que lo habían oído predicar en el día del Pentecostés: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo.” (Hech. 2:38) También mandó que Cornelio y su familia se bautizaran. (Hech. 10:48) Así mismo después que Ananías testificó a Saulo de Tarso, ocasión en la cual Saulo recobró su vista, Ananías le dijo: “Y ahora, ¿por qué te demoras? Levántate, bautízate y lava tus pecados por medio de invocar su nombre.” De hecho, no podemos obtener una buena conciencia con Jehová Dios a menos que nos dediquemos a hacer su voluntad y nos bauticemos en símbolo de esa dedicación.—Hech. 22:16; 1 Ped. 3:21.
Además, de lo que usted ha aprendido acerca de la grandeza y benignidad de su Creador, Jehová Dios, usted lo ama, ¿no es verdad? ¿No consideraría usted un privilegio alegrar su corazón? La Palabra de Dios nos dice que el corazón de Jehová se regocija cuando emprendemos un derrotero sabio, el cual, ante todo, incluye el dedicarnos a hacer su voluntad y bautizarnos. “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.”—Pro. 27:11.
Es cierto, aunque es un mandato divino y su voluntad explícita, no obstante Jehová Dios no obliga a nadie a servirle. Le da a uno la oportunidad de escoger entre la vida y la muerte, entre la bendición y la invocación de mal, entre el derrotero correcto y amoroso y el derrotero incorrecto y egoísta, tal como dio a los israelitas de la antigüedad la oportunidad de escoger. Y debido a su amor a usted lo insta a hacer la selección sabia y amorosa.—Deu. 30:19, 20.
O se está demorando para bautizarse porque teme que una vez que haya dejado todas las obras de la carne, incluso cosas como el hábito del tabaco, quizás vuelva a ellas y sufra las consecuencias? Esa actitud muestra falta de fe y entendimiento. ¿Por qué? Porque Jehová ha prometido: “Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.” ¿Qué más podría uno querer?—1 Cor. 10:13.
Sí, dé el paso de la fe, y respalde su fe con obras. Entonces usted hallará que Jehová es fiel a su promesa. Él lo ayudará a usted. Tal como el apóstol Pablo halló que era cierto en su propia vida, así usted podrá decir: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.” (Fili. 4:13) Jehová nos da guía y fuerzas por medio de su Palabra inspirada, la Santa Biblia, por medio de su espíritu santo o fuerza activa, y por medio de su organización visible, la congregación local y su cuerpo de ancianos.—Zac. 4:6; Mat. 24:45-47.
Con la ayuda de éstos usted podrá cumplir con su dedicación para hacer la voluntad de Dios a pesar de las debilidades innatas de su carne, a pesar de las maquinaciones del Diablo y sus demonios, y a pesar de las tentaciones presentadas por este inicuo sistema de cosas.—Efe. 6:11-18.
Si después de leer lo susodicho usted entiende que tiene el privilegio de bautizarse, entonces lo que ha de hacer es ver al superintendente presidente de la congregación con la cual usted está asociado para conseguir más información. No sea como un estudiante de la Biblia que se bautizó en la asamblea “Victoria Divina” pero que oyó por primera vez el mensaje del Reino allá en 1951 y sin embargo esperó veintidós años, pues no se bautizó hasta 1973. ¡Acuérdese, ahora el tiempo realmente está acabándose! ¡Que nada le impida el bautizarse!—Mat. 24:34.