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Manifestando fe bajo ataqueLa Atalaya 1976 | 15 de diciembre
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que, cuando crea que no puede resistir más en su propia fuerza, Jehová Dios intervendrá con su ayuda y “dispondrá la salida.” Esto no necesariamente significa que removerá la tentación. Más bien, el propósito de esta intervención divina será ‘para que pueda aguantarla.’
16. ¿Qué papel desempeña la fe en el aguante? Ilustre.
16 Este entendimiento apropiado de los asuntos por lo que las Escrituras dicen nos ayudará a tener el punto de vista correcto de las cosas, prescindiendo de lo graves que se pongan. Por ejemplo, los padres a quienes sus perseguidores arrebataran su hijo podrían aguantar aun esto, pero solo con ayuda de Dios. Sabrían que habrían hecho cuanto les fue posible, y que, si Jehová va a permitir que suceda tal cosa, con confianza pueden dejar el asunto en sus manos. ¿Quién está más capacitado para cuidar de su hijo? ¿Usted, o Jehová Dios y su ejército de ángeles? Quizás la situación parezca totalmente desesperanzada, y quizás no veamos inmediatamente cómo Jehová va a hacer que se desenvuelvan las cosas, pero aquí es donde la fe y la confianza como de niño en Jehová tiene que entrar. No podríamos aguantar sin eso.—Heb. 11:6.
SEA FIEL EN COSAS PEQUEÑAS AHORA
17. ¿La seguridad en cuanto a qué principio nos ayudará a enfrentarnos a las pruebas futuras?
17 El pueblo de Dios no está seguro de las pruebas que le aguardan en el futuro, pero sin importar cuáles sean éstas, estamos seguros de que este principio que Jesús declaró aplicará: “La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho.”—Luc. 16:10.
18. ¿Cómo nos ayudará en los días futuros el ser fieles “en lo mínimo” ahora?
18 Puesto que esto es cierto, los testigos cristianos de Jehová se esfuerzan cada día por enfrentarse con buen éxito a las pruebas de fe que se les presentan. Hay muchas cosas que quizás se presenten como obstáculo en nuestra vida cotidiana y en servir a Jehová, pero si logramos enfrentarnos con buen éxito a estas pruebas “en lo mínimo” o en lo que es básico para el cristianismo, se nos fortalecerá para enfrentarnos con fe a todo lo que el futuro traiga. Entonces, que el Diablo haga lo peor. Que ponga en función todo ardid que tenga pensado. Sus ardides no son nada nuevo. Han sido vencidos y serán vencidos por los que manifiestan fe bajo el ataque de Satanás.
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El movimiento carismático no alcanza la normaLa Atalaya 1976 | 15 de diciembre
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El movimiento carismático no alcanza la norma
RECIENTEMENTE el movimiento “carismático,” a veces designado “neopentecostés,” ha atraído a muchos de los que van a las iglesias. Esto ha sido particularmente notable en la Iglesia Católica, en la cual, según cálculos que se dan en algunos informes, el movimiento tiene entre 50.000 a 400.000 seguidores. Ha habido trastornos también en la Iglesia Bautista.
Los carismáticos (de la palabra griega que significa ‘don de favor divino’) recalcan la importancia de los “dones espirituales,” incluso curación divina, hablar en lenguas (extrañas para el oyente), discernimiento de espíritus y profecía. Lo que parece que ha perturbado a la Iglesia Católica es la práctica que tienen algunos carismáticos llamada “disciplinar,” que consiste en agrupar a los creyentes en unidades de unas diez personas bajo la dirección de un “pastor,” que les enseña y los guía. A los discípulos se les encarga que obedezcan a su pastor. Especialmente le molesta a la Iglesia el hecho de que a veces este pastor no es el propio ministro de los discípulos. Los clérigos, incluso los de otras religiones, temen que esto produzca divisiones en la iglesia. Sin embargo, algunos líderes carismáticos se oponen a la práctica de disciplinar. Estos dicen que, en su mayor parte, han enseñado a los miembros a permanecer dentro de sus sectas.
Otra causa de preocupación para muchas personas es el hecho de que, cuando sus esfuerzos por curar son ineficaces, los “sanadores” carismáticos alegan que el fracaso se debe a “falta de fe” de la persona enferma. Esto produce un complejo de culpa en la persona enferma, lo cual, incidentalmente, complica el trabajo del doctor de medicina que trate al individuo.
Por supuesto, cuando Jesús y los apóstoles sanaron a los enfermos, su curación no dependía del grado de fe de la persona sanada. De Jesús, está registrado: “Todos los que tenían enfermos de diversas dolencias los trajeron a él. Poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.”—Luc. 4:40; compare con Lucas 6:19; 9:6, 11.
Sin lugar a dudas el movimiento carismático es un resultado de que las iglesias no satisfagan la necesidad de alimento espiritual de sus miembros. Pero aunque este movimiento ha atraído a muchos, en particular a jóvenes, no ha alcanzado la norma bíblica del cristianismo verdadero. La Biblia da a los cristianos el consejo firme de no seguir a líderes humanos, dividiéndose así en cuanto a lealtad, sino que sigan a Cristo. Por eso la Biblia también manda: “Sálganse de ella [Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, con su multitud de sectas], pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.”—Rev. 18:4.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1976 | 15 de diciembre
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Preguntas de los lectores
● Primera a los Corintios 7:14 declara que los hijos de un padre o una madre creyente “son santos.” ¿Está envuelto el bautismo en tal ‘santidad’ de un hijo a la vista de Dios? ¿Qué hay si mentalmente el niño es retardado?
El apóstol Pablo está considerando aquí problemas en una familia dividida. Estimuló al cónyuge creyente a no abandonar al incrédulo y, como fuerte razón para mantener intacto el matrimonio, dijo esto: “Porque el esposo incrédulo es santificado con relación a su esposa, y la esposa incrédula es santificada con relación al hermano; de otra manera, sus hijos verdaderamente serían inmundos, mas ahora son santos.” (1 Cor. 7:14) Esto muestra que Dios considera a esos hijos según el principio del mérito de familia. Por mérito de familia se da a entender la santidad que Dios acredita, o imputa, a los hijos menores que son obedientes, mientras el niño no llegue al punto de ser responsable de sus actos. Esto se efectúa debido al valioso registro de santidad y buenas obras que a la vista de Dios tienen los “padres en unión con el Señor.” (Efe. 6:1) Este mérito de familia aplica aunque solo uno de los padres sea creyente, como indican las palabras supracitadas de Pablo.
¿Qué hay, entonces, del bautismo? El niño joven al cual se enseñe fielmente la Palabra de Dios sin duda progresará en conocimiento y entendimiento, y con el tiempo llegará al punto en que el espíritu de Dios lo impela a hacer su propia dedicación a Jehová y a pedir el bautismo. (1 Ped. 3:21) A fin de estar preparado para el bautismo, tiene que comprender que le es necesario arrepentirse, convertirse y entrar en una relación apropiada con Dios. (Hech. 3:19; 8:34-36) Después del bautismo, ya no estaría bajo el mérito de familia, sino que sería considerado como “santo” por su propia cuenta, y ante Dios sería responsable de seguir una vida de dedicación.—1 Ped. 1:14-16; Col. 1:21-23.
¿Deberían pensar los padres de hijos mentalmente retrasados o retardados que en todos los casos el bautismo es un requisito para que Dios considere dignos de su protección a los niños en tiempos de juicio, como en la predicha “grande tribulación”? Está claro que el grado de retardación es un factor determinante, puesto que algunos de esos niños permanecen con la mentalidad de un niño de cuatro o cinco años cuando están plenamente desarrollados. Quizás la criatura pueda entender ciertas enseñanzas fundamentales de la Palabra de Dios y repetirlas cuando se le pregunte. Él (o ella) puede ser obediente a los padres y abstenerse de hacer ciertas cosas que se le hayan señalado como incorrectas y contrarias a la voluntad de Dios. Pero ¿puede el niño tomar decisiones personales, puede decidir por su propia mente y corazón (no por la mente y corazón de los padres) el derrotero que desea emprender en la vida? ¿Puede comprender y buscar una relación personal con Dios, una relación que no dependa de sus padres? ¿Pudiera presentarse ante un cuerpo judicial, para responder de algún mal que hubiera cometido? Si no, entonces ese niño o niña evidentemente no está en
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