la Fuente del reino de su Hijo y Aquel que sostiene su reinado.—15/6 pág. 13.

● ¿Qué identifica a los cristianos verdaderos hoy día?

Es el amor mutuo que se tienen, su conducta recta, el hecho de que son un pueblo para el nombre de Dios, que proclaman el reino de Dios y que son neutrales respecto a los asuntos políticos del mundo y sus conflictos.—1/7 págs. 23, 24.

● Después de la derrota de Israel en Hai, ¿qué mostraron los hombres principales de la nación por medio de rasgar sus mantos, postrarse ante Jehová, echarse polvo sobre la cabeza y permanecer ante el Arca hasta la tarde?—Jos. 7:6.

El rasgar las prendas de vestir y el echarse polvo sobre la cabeza eran señales de duelo. Al postrarse ante Jehová, reconocieron que se había cometido algún pecado contra el Altísimo, y esto había hecho que él retirara su bendición. Al permanecer delante del Arca hasta la tarde dieron evidencia de la profunda preocupación que tenían en cuanto al asunto y del temor de haber incurrido en el desagrado divino. Del modo descrito se dirigieron a Jehová por ayuda para hallar la causa del problema y para recobrar su favor.—15/7 pág. 10.

● ¿Cómo mostraron los israelitas, a la manera de una virgen comprometida, amor a Jehová?—Jer. 2:2.

Antes de entrar en relación de esposa con Jehová en el monte Sinaí, originalmente los israelitas mostraron confianza en el Altísimo. Respondieron a la oportunidad de salir de Egipto y entonces emprendieron un difícil viaje a través de un desierto inhóspito.—1/8 pág. 9.

● ¿Cómo es que el ‘temor de Jehová subsiste para siempre’?—Sal. 19:9.

Los siervos devotos de Jehová continuarán mostrando temor saludable a su Hacedor por toda la eternidad, y lo demostrarán por medio de obedecer sus mandatos. Nunca existirá un tiempo en el cual cese de existir ese temor reverencial.—15/8 pág. 7.

● ¿Cómo debemos entender las palabras de Moisés a los israelitas en cuanto a tener los mandamientos de Dios ‘sobre el corazón’?—Deu. 6:6.

Los mandamientos divinos no deberían ser solo un asunto de la mente o la memoria; era necesario apreciarlos desde el corazón. Solo entonces tendrían los israelitas verdadero amor al Creador y estarían en condición de inculcar esta clase de amor en sus hijos.—1/9 pág. 4.

● ¿A qué se debe que la ‘juventud y la flor de la vida sean vanidad’?—Ecl. 11:10.

Los días de la fortaleza y vigor de la juventud pasan rápidamente, pues nadie permanece joven para siempre. Hasta en la flor de la vida un joven puede enfermar y morir. La persona que pasa por alto estas duras realidades acerca de la juventud puede que no use sabiamente sus energías físicas y aptitudes, y las malgaste, y por lo tanto se haga más dura la vida de adulto.—1/9 pág. 10.

¿Adoración del Hijo, o del Sol?

EN UN artículo sobre la adoración del Sol en la revista Saturday Review, el conocido escritor sobre asuntos científicos Isaac Asimov describe varias fiestas antiguas que estaban asociadas con el solsticio de invierno (el 21 de diciembre... cuando de nuevo los días comienzan a hacerse más largos que las noches). Asimov señala que los romanos celebraban esto “con unas saturnales [nombre derivado de Saturno, dios de la agricultura] que duraban una semana, desde el 17 hasta el 24 de diciembre. Era un tiempo de alegría y gozo sin cesar. . . . por todas partes se daban regalos.”

Asimov pasa a relatar que en el tercer siglo “se iba popularizando, especialmente entre los soldados, la adoración de Mitra, un dios-sol de Persia. Los profesantes del mitraísmo celebraban el nacimiento de Mitra al tiempo del solsticio de invierno, un tiempo natural, y fijado el día 25 de diciembre para que las populares saturnales romanas pudieran desarrollarse hasta culminar en el ‘Día del Sol’ del mitraísmo.

“En aquel tiempo el cristianismo estaba envuelto en un gran combate con los profesantes del mitraísmo por la conquista del corazón y la mente de la gente del Imperio Romano. . . . Algún tiempo después de 300 A.C. el cristianismo se las arregló para dar el golpe final de absorber las saturnales, y con eso se apuntó su victoria final sobre el mitraísmo. El 25 de diciembre fue establecido como el día del nacimiento de Jesús, y la gran fiesta fue hecha cristiana. No hay absolutamente ninguna autoridad bíblica para que el 25 de diciembre haya sido el día de la Natividad.”

Entonces, ¿cómo debería ver el cristiano una fiesta que tiene raíces tan profundas en la adoración de infieles? “No os unzáis al mismo yugo con los infieles,” dice la Palabra de Dios. “Salid de en medio de esa gente, apartaos, dice el Señor, no toquéis lo impuro y yo os acogeré.”—2 Cor. 6:14-18, Nueva Biblia Española.