Presentando las buenas nuevas... cuando no hay respuesta favorable
1 ¿Qué puede hacerse para poner fin a una visita de manera agradable cuando nos damos cuenta de que el amo de casa definitivamente no está interesado? (Pro. 15:23; 25:11) ¿Debemos continuar haciendo esfuerzos para estimular el interés o para colocar literatura hasta que la puerta se cierre a la fuerza? o, ¿sería mejor poner fin a la visita respetando los deseos del amo de casa en esa ocasión?—Ecl. 3:7.
2 Los publicadores que tienen discernimiento saben que hay una diferencia entre ofrecer el mensaje del Reino de una manera clara y entendible, dejando entonces que el amo de casa decida cuál será su respuesta, y tratar de obligar a una persona a escuchar el mensaje, ejerciendo presión sobre ésta como lo hacen, los vendedores mundanos. Jehová no obliga a nadie a adorarlo sino más bien permite que cada cual escoja a quién va a servir. (Jos. 24:15)
3 Cuando una persona rehúsa la oferta de literatura o un estudio bíblico de casa, no es necesario considerarla como un “enemigo.” La gente puede cambiar, como bien sabemos. Aun así podemos ser amigables, y decir algo como: “Me alegro de haber podido hablar con usted por unos pocos minutos. Quizás podamos volver a hablar por unos cuantos minutos la próxima vez que lo visite.”
4 ¿Qué se logra por medio de hacer las cosas de esta manera? Entre otras cosas el amo de casa debe quedar impresionado con el hecho de que usted ha considerado el punto de vista de él, respetando el derecho que él tiene de decidir personalmente en asuntos de tanta importancia. Es posible que, debido a la racionalidad que usted ha mostrado al ser condescendiente en vez de imponer los asuntos hasta el grado en que él se irritara y sintiera que necesitaba poner fin a la visita a la fuerza, esté más propenso a escuchar en las visitas que se hagan en el futuro.
5 En ocasiones en las que no sea posible ni siquiera comenzar una consideración breve debido a que el amo de casa dice que está ocupado podríamos reconocer bondadosamente su objeción, y posiblemente hacer el siguiente comentario: “El tener suficiente tiempo para encargarse de las muchas cosas que queremos hacer es un problema cada vez mayor, ¿no es cierto?” y ofrecer una hoja suelta, sugiriendo: “Cuando usted tenga unos cuantos minutos libres quizás quiera considerar el pensamiento en la parte de atrás de esta hoja suelta (mencione el asunto brevemente) y tal vez podemos hablar acerca de ello la próxima vez que lo visite.”
6 El que sigamos estas sugerencias no significa que no hacemos esfuerzos por vencer objeciones o que vamos a darnos por vencidos fácilmente en nuestros esfuerzos de persuadir a los individuos a aceptar el mensaje del Reino. (2 Cor. 5:20) El tiempo y las circunstancias pueden determinar el interés o la respuesta de una persona, así es que ejercemos cuidado para no juzgar a las personas basándonos en su respuesta a nuestra presentación en una sola visita. Pero cuando discernimos que la mente de una persona está cerrada sabemos que no hay necesidad de seguir hablando hasta que la puerta se cierre si esto puede evitarse. Más bien, podemos lograr mucho bien por medio de usar discernimiento en cuanto a cómo dar por terminadas nuestras visitas en los casos en los que no se manifiesta verdadero interés, quizás preparando de ese modo el camino para el buen éxito en una visita futura.
¿Puede comenzar un estudio bíblico nuevo durante agosto?